jueves, 17 de mayo de 2012

“La Divina Comedia” de Dante (El Manga).


El tercer título de la línea de mangas que adaptan grandes clásicos de la literatura y filosofía occidental que viene publicando la Editorial Herder esta adaptación de “La Divina Comedia” pensada como un primer acercamiento a la inmortal obra de Dante Alighieri.
 
En el manga, se nos narra a grandes rasgos el viaje de Dante a través de los anillos de los Infiernos, el Purgatorio y el Paraiso guiado por el poeta clásico Virgilio y la amada perdida de Dante, la bella Beatriz. A lo largo de las aventuras del viaje, el atormentado protagonista irá descubriendo cuál es su misión en la vida.
El manga de “La Divina Comedia” es una adaptación muy ligera y no llega a rallar ni la superficie del original, renunciando a presentar tanto la mayoría de los personajes secundarios que pueblan la obra original y la narración de cuyas historias incorporaban las enseñanzas morales que Dante pretendía introducir en la obra así como los numerosos matices e interpretaciones con los que Dante jugaba a partir de la compleja composición de tercetos y cantos de la obra original.
En ese sentido, este manga se limita a reproducir los elementos más conocidos y espectaculares, reduciendo la obra a una esquemática y entretenida aventura en que se presentan  ángeles, demonios y seres mitológicos, quizás muy del gusto del público japonés pero que, en el fondo, no acaba de captar la esencia ni objeto de la obra original y la dotan de una simplicidad gráfica que no hace justicia a la fecunda imaginación de Dante.
En definitiva, esta adaptación al manga de “La Divina Comedia” difícilmente por su sincretismo y simplicidad difícilmente gustará al lector adulto conocedor del original pero sí es posible que anime a otros a acometer su lectura. Si es así, al menos habrá valido la pena.
 
Las otras adaptaciones al Manga:

miércoles, 16 de mayo de 2012

“Los Melones de la Ira”, de Bastien Vivès.


 


Cuando uno se convierte en un autor de referencia y el francés Bastien Vivès ya debe ser considerado como tal, a pesar de su juventud, por su indiscutible talento, los elogios recibidos y los premios que lo respaldan, seguramente debe tener siempre presente eso que decía Oscar Wilde y Jorge Javier Vázquez llevó al extremo para mal de que más allá que se hable bien o se hable mal de uno al menos que no deje indiferente. Y es que la última obra de este autor, publicada en España por Diábolo Ediciones, “Los Melones de la ira” cumple con esa máxima y difícilmente, dejará a ningún lector indiferente, aunque no aclara demasiado sobre si la intención de Vivès era emular a Wilde o a Jorge Javier.

En la Francia rural, Magalie es una joven adolescente que sufre terribles dolores de espalda debido al tamaño desproporcionado de sus pechos. Sus confiados progenitores, agricultores temerosos de dios, dejan de buena fe que la niña sea sometida a exámenes por parte de médicos y políticos para su curación sin sospechar la naturaleza de las atenciones que en realidad estos la dispensan. Pero cuando Magalie explique a su padre los hechos este se tomará cumplida venganza.

Tras el aplauso generalizado alcanzado por “Polina”, Vivès se ha embarcado en una nueva obra de erotismo provocador y endeblez argumental que algunos han llegado a calificar de pornográfica. Yo no comparto el adjetivo porque en ningún caso a mí entender se puede a considerar que el objetivo del autor sea regodearse en la zafiedad ni abusar del cliché fácil, común e industrial asociados al calificativo. Más bien, creo que “Los Melones de la ira” es un paso adelante más en la carrera del autor. Un paso quizás demasiado corto teniendo en cuenta las zancadas anteriores y de discutible acierto, pero en todo caso valiente y coherente con la obra de un autor obsesionado con unas temáticas que están presentes de un modo u otro en sus obras: la exploración e iniciación sexual, la cohabitación entre la ingenuidad y la “perversión” y el aprendizaje. “Los melones de la ira” retoma todas esas obsesiones bajo un nuevo disfraz que Vivès no se ha preocupado demasiado o no ha sabido preparar y por ahí empieza a fallar el cómic, la fabulación inspirada grosso modo en el naturalismo francés.

Sí podríamos preguntarnos acerca de esa reiteración obsesiva y la necesidad de volver sobre esas temáticas sexuales del autor tras “Polina” una y otra vez, ya que más allá del virtuosismo gráfico demostrando como es capaz con una autoimpuesta limitación de recursos de reflejar las experiencias sexuales desde distintos planos “Los melones de la ira” es una obra de escasa relevancia. Podríamos preguntárnoslo, digo, pero como no soy el psicoanalista de Vivès creo que no lo voy a hacer.

Volviendo a “Los melones de la ira”, Vivès no está interesado en ir más allá en lo que se refiere al desarrollo y complejidad de la historia y los personajes, quedándose en unos burdos conceptos brutos que se reducen a un artificio para acercarse a lo que realmente parece preocupar y ocupar su interés, la traslación al papel y dibujo de la sexualidad en sus más amplias manifestaciones abordando todo tipo de variantes sexuales y sin obviar ninguno de sus tabúes ni sus implicaciones más truculentas incluido el incesto pero sin posicionarse él mismo más allá de su elaboración y olvidando o siendo incapaz de reflejar con claridad la moraleja de la fábula, con lo que al final “Los melones de la ira” deja la sensación de ser una obra inacabada, un esbozo de una idea que Vivès no ha ha sido capaz de transmitir claramente.
No me parece que “Los melones de la ira” sea una obra lograda sino más bien un ejercicio de estilo personal y críptico de un autor que en su ensimismamiento escamotea al lector el sentido final de una historia escasamente elaborada. Una pena porque creo que “Los melones de la ira” podría haber dado más de sí si Vivès se hubiera preocupado más de la historia y menos de dibujar tetas y pollas Quizás en la próxima.

lunes, 14 de mayo de 2012

“Pasolini”, de Davide Toffolo.


Con paso lento pero seguro 451 Editores continua ampliando su  reducido pero interesante catálogo de cómics incorporando como última novedad  “Pasolini”, original novela gráfica del músico y dibujante Davide Toffolo, que ha de hacernos sospechar que en la bota europea se hacen otros cómics de los que tenemos poco conocimiento por estas tierra más allá de los tradicionales fumetti de Bonelli o las reediciones de las exquisiteces del ilustre panteón de los Pratt,  Liberatore, Crepax o Battaglia. “Pasolini”,  publicado hace ya unos años en Estados Unidos, llega ahora a España y deja constancia que también por Italia hay otras inquietudes y formas alternativas de contar interesantes historias en viñetas.

 
Davide Toffolo contacta por Internet con un personaje que asegura ser Pier Paolo Pasolini, el incendiario y rebelde poeta y cineasta asesinado a mediado de los setenta. El supuesto señor Pasolini, que guarda un extraordinario parecido físico con el artista y parece conocer a la perfección su vida y obra, concede una serie de entrevistas a Toffolo quién se embarcará en una obsesiva investigación sobre el autor de “El Evangelio según San Mateo”.



En realidad, “Pasolini” no es el primer cómic que toma como tema central la figura del artista italiano ya que hace unos años ya se publicó, también en nuestro país,“El Caso Pasolini. Crónica de un asesinato” de GianLuca Maconi, pero sí es quizás esta novela gráfica más ambiciosa tanto en su planteamiento como en su desarrollo utilizando los amplios recursos metafóricos y narrativos del lenguaje en viñetas para realizar un amplio acercamiento a la compleja personalidad de Pasolini desde diferentes frentes. Toffolo construye de este modo una obra que funciona a diferentes niveles, desde el planteamiento más superficial como  reportaje periodístico en la línea abierta por el estadounidense Joe Sacco al fascinado homenaje intimista del autor. Toffolo incorpora a través de la boca del alter ego ficticio de  Pasolini textos y entrevistas del  Pasolini real, que complementan sus propias ensoñaciones gráficas y la (re)interpretación de la obra de aquel a través de su propio  tamiz. Toffolo ha debido documentarse ampliamente para acometer esta obra llegando a incorporar los coqueteos de Pasolini con el cómic.


En definitiva, “Pasolini” es un interesante tebeo que no debería pasar  desapercibido, un tebeo que cumple su objetivo de presentar de una forma original, única y global a las nuevas generaciones a una de las figuras más enigmáticas y fascinantes de la cultura italiana y aprovecha el potencial del cómic para abarcar y abordar exitosamente cualquier temática a seguir y señalando a Davide Toffolo como un autor maduro a seguir. Espéremos que sigan llegándonos nuevas obras suyas.


viernes, 11 de mayo de 2012

Tony De Zuñiga (1941-2012)



Leo en Gotham News que ha fallecido Tony De Zuñiga, el dibujante y entintador filipino que muchos asociamos indefectiblemente a algunas de las mejores historias de Conan dibujadas por John Buscema. De Zuñiga llevaba algún tiempo hospitalizado y la imposibilidad de su familia para seguir haciendo frente a los gastos hospitalarios así como su avanzada edad no invitaba al optimismo, confirmándose finalmente la triste noticia de su fallecimiento.

De Zuñiga tras formarse en sus Filipinas natales y tras casarse, se trasladó a Estados Unidos donde entro en contacto con la industria del cómic trabajando para DC en títulos como “Jonah Hex”, “Orquídea Negra” y títulos como “Batman” o “Superman”. A partir de la década de los setenta trabaja para Marvel en títulos como “Thor”, “X-Men” y, sobre todo, las series de Conan.

Aquí un exhaustivo artículo con su biografía.

D.E.P.


jueves, 10 de mayo de 2012

“Hellblazer: Phantom Pains", de Peter Milligan y otros.

 Se me había quedado pendiente comentar estas historias con las que ECC retomó la publicación de “Hellblazer” allá donde la dejó Planeta manteniendo las características de la edición y continuando la interesante etapa del británico Peter Milligan al frente de una serie a la que ha dado nuevos bríos. Este volumen, que reúne los números 276 a 281 de la serie regular, recoge un nuevo arco de las aventuras del inefable John Constantine.




Tras su boda con Epiphany, John inicia una nueva vida para descubrir a la vuelta de la luna de miel un aviso de desahucio. Por otro lado, la perturbada sobrina de Constantine, Gemma, que cree haber sido violada por este, se alía con nuevas fuerzas oscuras para planificar su venganza mientras su tío emprende la búsqueda para reemplazar el pulgar que perdió y contentar a su joven esposa.

Con las ideas muy claras de lo que quiere hacer y plena libertad, Milligan ha hecho de “Hellblazer” una serie muy entretenida que sin renunciar definitivamente a sus señas de identidad de siempre ha encontrado nuevas líneas argumentales que explorar haciendo evolucionar a un personaje excesivamente encorsetado en su imagen de eterno perdedor atormentado. En ese sentido, Milligan ha introducido un tono irónico que casi roza con la parodia pero que es respetuoso con la esencia del personaje y convierte la serie tomo a tomo en una lectura fresca y entretenida tanto para los seguidores de siempre de “Hellblazer” como para nuevos lectores, dejando constancia que antes de embarcarse en la serie Milligan se ha documentado concienzudamente sobre el personaje.

En el aspecto gráfico, sigue la alternancia de autores y de estilos. Por un lado, con el sobrio y detallista Simon Bisley encargado de los episodios autoconclusivos y los italianos Landini y Camuncoli que se encargan de los arcos principales cumpliendo sobradamente a pesar de las dudas iniciales.


miércoles, 9 de mayo de 2012

“Mis Rincones Oscuros”, de James Ellroy.

No creo que descubra nada a los seguidores de este blog a estas alturas si declaro como uno de mis escritores favoritos dentro del género negro a James Ellroy. Las novelas de Ellroy destilan tal negrura y amargura que quizás por eso se inventó un término, hard-boiled, para definirlas que, a raíz de la aparición de multitud de imitadores y seguidores, ha acabado elevado a la categoría de subgénero, sea lo que sea eso. Sin embargo, ninguno ha sido capaz de llegar a las alturas del maestro, porque muy pocos han podido vivir la biografía de Ellroy  que él mismo explica en “Mis Rincones Oscuros”, una olvidada novela que está a la altura de lo más granado de la alta –coff, coff- literatura norteamericana contemporánea y se me antoja una auténtica obra maestra más allá de etiquetajes.

En “Mis Rincones Oscuros”, Ellroy se desnuda ante el lector y explica cómo ha llegado a ser quién es a partir del asesinato no resuelto de su madre a finales de los cincuenta cuando él tenía diez años. La muerte de su madre vertebró toda su vida y le llevó a tocar fondo como indigente drogadicto con más de un paso por prisión durante su juventud y  a acabar convertido en escritor de éxito ya adulto. Tras muchos años, Ellroy,  junto a un policía retirado, retomó la investigación del asesinato de la madre en un intento del autor no solo de encontrar al asesino sino también de ajustar cuentas con su fantasma.

Mis Rincones Oscuros” es una novela sobrecogedora a la altura de “A sangre fría” por la precisión y laconismo con el que el autor acomete la explicación de la muerte de su madre, explicando detalladamente tanto la investigación policial inicial como la posterior que él mismo realizó tras varias décadas alternado con la disección despiadada de su propio transcurrir vital entre ambas investigaciones en una biografía con tintes beats que ya le hubiera gustado vivir a un Burroughs o un Kerouac. Ellroy ajusta cuenta con sus madre a la que no enjuicia edulcoradamente ante el lector, aunque en los momentos más líricos e intimistas –sí, Ellroy también puede ser lírico e intimista- denuncie su perdida en un monólogo introspectivo que va construyendo a lo largo de las distintas partes que componen el libro.

Mis Rincones Oscuros” es la mejor obra de la ya de por sí excelente obra de un maestro del género negro como es Ellroy , una obra maestra que  trasciende el género y lo justifica con una autenticidad que solo unos pocos son capaces de lograr. Ya os digo, una auténtica obra maestra altamente recomendable. Y yo soy de los que no recomiendo libros.


martes, 8 de mayo de 2012

“Flashpoint: Siete Secretos”, de Peter Milligan, George Perez y Fernando Blanco.


Atraído por la presencia de Peter Milligan y el personaje que le catapultó a la fama, Shade El Hombre Cambiante, junto a un nombre siempre ten interesante como George Perez, me he leído esta miniserie de tres números que acaba de publicar ECC Ediciones conectada con la miniserie  “Flashpoint”, una miniserie anunciada como prólogo de otro invento llamado “Liga de la Justicia Oscura”, que al parecer es un supergrupo formado por los principales personajes sobrenaturales de la editorial englobado en ese polémico megaevento llamado “The New 52”.


En esta historia que nos ocupa de los “Siete Secretos”, nos encontramos con que Shade es el único miembro que permanecen vivos de la secreta formación original de miembros quiénes al parecer han muerto no sé sabe muy bien si en un suicidio colectivo o asesinados por el propio Shade. Mientras el siempre confuso Hombre Cambiante intenta averiguarlo con la “ayuda” de la Encantadora se irá tropezando con distintos personajes místicos olvidados (y alguno que otro olvidable) del rico fondo de armario de la compañía que nos descubrirán quiénes fueron los Siete Secretos originales y quiénes son los nuevos y qué les pasa a unos y a otros.
En fin, poco tiene que ver este Shade con el que Milligan desarrolló a principios de los ochenta en el sello Vertigo teniendo quizás como únicos puntos en común su locura y confusión. Milligan se limita a cumplir en esta surrealista historia partiendo de una buena idea que, con una mayor extensión, para desarrollarla y una mínima caracterización de la mayoría de los planos personajes que aparecen por la misma  podría haber quedado algo más clara quedándose en un batiburrillo difícil de seguir hasta para el lector conocedor del Universo DC e imposible de leer  para el que por casualidad se lea el tebeo, que no se enterará absolutamente de nada y seguramente no vuelva a acercarse a un tebeo DC en la vida.  Al final queda la sensación que la historia solo  sirve de excusa necesaria para cumplir con los objetivos marcados de mostrar lo mala y astuta que es la Encantadora –los que hayáis leído Flashpoint ya sabéis a qué me refiero- y reintroducir a Shade en el género superheroico tras su larga estancia en Vertigo.
En el aspecto gráfico, más allá del tirón que tiene siempre el nombre de George Perez lo cierto es que este tampoco realiza uno de sus mejores trabajos en las apenas veinte páginas que dibuja antes de cederle los lápices el resto de la miniserie al zaragozano Fernando Blanco quién se limita a cumplir a pesar que su estilo limpio y detallista no va demasiado bien con la estética de la miniserie y –supongo que por imposiciones editoriales- ofrezca un retrato excesivamente adolescente y uniforme de  todos los personajes.
En fin, que con lo bien que lo estaba haciendo Milligan a su aire en “Hellblazer”, no sé porqué le han tenido que meter en estos fregados. Esperemos que “La Liga de la Justicia Oscura” nos deje una mayor muestra de su talento aunque por lo que cuentan por ahí da un poco de miedito.


lunes, 7 de mayo de 2012

La Caja de Pandora 4 ya está disponible.

Me avisa Crowley que ya hay un nuevo número de “La Caja de Pandora”, la revista online que desde hace un año ya se encarga de editar con exquisito gusto. Se trata de el cuarto número dedicado esta vez al producto “Made in Spain”. En esta ocasión, colaboro con un articulillo sobre Santiago Valenzuela y su obra.

Hala, a bajársela todo el mundo desde aquí.


viernes, 4 de mayo de 2012

“Flashpoint Batman: El Caballero de la Venganza”, de Brian Azzarello y Eduardo Risso.


Algunas de las posibilidades más atractivas propiciadas por “Flashpoint”, el evento DC del que escribía hace unas semanas, eran aquellas relacionadas con el nuevo –viejo- Hombre Murciélago y que en esta miniserie de tres números que acaba de publicar ECC un equipo tan consolidado como Azzarello y Risso se han encargado de desarrollar en una historia bastante entretenida.


En el universo paralelo de Flashpoint, Bruce Wayne murió en el Callejón del Crimen y su padre Thomas se acabó convirtiendo en el atormentado Hombre Murciélago de Gotham. El Batman de Flashpoint es casi más expeditivo que el habitual pero el secuestro de unos niños le obligará a enfrentarse a su pasado y a un sui generis Joker.

Los más antiguos del lugar se acordarán de la línea DC Elseworlds en la que distintos autores reformulaban los elementos característicos de los principales iconos de la compañía en historias fuera de continuidad. Esta historia de “El Caballero de la Venganza” retoma esa idea dando como resultado un tebeo curioso y entretenido gracias a la buena mano de sus autores, Brian Azzarello y Eduardo Risso, en su reencuentro con el personaje tras el arco “Ciudad Rota”.

Es de agradecer que la historia no se alargue en exceso y en apenas en tres números Azzarello muestre las variaciones que el universo de Batman sufre en esta realidad alternativa resultando especialmente ingenioso todo lo referido al Joker.

Un comedido Azzarello por una vez se pone al servicio de la historia sin caer en la autoparodia  y Risso realiza un estupendo trabajo en su línea habitual complementando perfectamente la labor del guionista y potenciando con la calidad de su conciso pero efectivo trabajo el universo parco, oscuro y opresivo en el que se desarrolla la obra.


En definitiva, “El Caballero de la Venganza” es una llamativa curiosidad dentro del universo de Batman en una historia que no debe dejar de llamar la atención de sus seguidores tanto por la calidad de sus autores como por lo acertado de su inteligente propuesta. Uno de los tebeos de superhéroes que más he disfrutado en los últimos meses.

jueves, 3 de mayo de 2012

Del Lector Impaciente, las nuevas editoriales y el Salón del Cómic.


 

Me reincorporo a mis labores blogueras tras unos días de asueto playero que me han venido muy bien para recargar la pila ya que en los últimos días venía arrastrando una fatiga más mental que física que producía que las pocas ideas se me atropellasen más de lo habitual y me costase un mundo el ponerme a actualizar el blog.


De vuelta a las rutinas, buenas y malas, lo primero es felicitar a los compañeros y compañera de Entrecomics que se les han subido los cómics a la cabeza y no contentos con ser una de las páginas de referencia en lo que a información y divulgación tebeística se refiere en el ámbito hispano se han constituido en editorial de nuevo cuño. Mucha suerte.

 
Siempre me resulta admirable y más con los tiempos que corren comprobar que hay gente entusiasta dispuesta a invertir y arriesgar su talento y su dinero al servicio de una afición que deja de ser tal para convertirse en, como mínimo, una responsabilidad. Me parece por parte de los entrecomiqueros un acto valiente y consecuente apostar por el tipo de cómics que les gustan y los autores patrios en un proyecto empresarial seguramente bien pensado y que permitirá a algunos de estos publicar en estos tiempos. Sin embargo, a mí no deja de provocarme sentimientos encontrados que este modelo editorial por el que apuestan las nuevas editoriales independientes– el único viable probablemente dado lo limitado de la industria comiqueril en España – en el que los costes se ajustan a tope gracias a la petición bajo pedido omitiendo la distribución por librería y máximo aprovechamiento de la publicidad viral por Internet no deja de ser un paso más en la transformación del tebeo popular de calidad accesible para todos - si ya no en kioscos al menos sí en librerías - en una delicatessen reservada para unos pocos aficionados y autores que se retroalimentarán en un circuito cerrado. Da la sensación que el tebeo va a hibernar y salvo que se cuente con una licencia superheroica cada vez va a resultar más complicado acceder a tebeos buenos, bonitos y baratos.


Por otro lado, repasando el correo acumulado, me doy de sopetón con que está a puntito de empezar el Salón de Barcelona que es el baremo de esa industria editorial que comento y en el que las editoriales (teniendo en cuenta todas las que hay podría pensarse que sí hay negocio que repartir, ¿verdad?).se presentarán y mostrarán sus catálogos. Cuando veo tanto entusiasmo desbordado me da la sensación que soy el único aficionado que nunca ha asistido a ese gran encuentro pero la verdad es que yo salvo el de Madrid y algún otro, más por accidente que por verdadero interés, suelo pasar bastante de estos certámenes cuyo modelo suele estar bastante alejado de lo que en mi opinión debería ser sobre todo una manifestación cultural más allá de los dibujos dedicados y los karaokes de chavales disfrazados. Quizás sea por eso que no entiendo la callada por respuesta que desde la organización del certamen se ha dado a la propuesta de algunos blogueros –que conozco pero en la que no participo activamente- que se ofrecieron para montar un debate sobre el panorama actual del cómic y la blogosfera o la poca trascendencia que va a tener la muerte de un editor histórico como Berenguer que bien se merecía un mayor homenaje. Una lástima.

En fin, y es que yo soy de la opinión que más allá de las guerras de industrias, salones, blogueros, divulgadores, editores, autores y demás fauna lo que más hay que cuidar para que el tebeo perdure es la cantera de los lectores. Y entre tanta batalla de unos y otros la verdadera guerra se está perdiendo. Aunque, claro, quizás me equivoque.

jueves, 26 de abril de 2012

“Los Vengadores: Año Uno”, de Joe Casey y Scott Kolins.

Cuando yo era crío y me merendaba las galletas con Nocilla, el bocado que prefería era ese que lograba untar  tras rebañar con dedicación el fondo del tarro. A los editores de cómic de superhéroes mainstream les debe pasar un poco lo mismo y en lugar apostar por nuevos personajes o enfoques prefieren dar una vuelta de tuerca más a los que han mostrado su valía en décadas anteriores remozándolos en agradecidas historias en que nos vuelven a contar sus orígenes y así captar nuevos lectores o hacer guiños de complicidad a los más veteranos. Esta miniserie de ocho números conocida como “Los Vengadores: Año Uno” (“Earth Mightiest Heroes” en el original) reeditada con buen ojo comercial por los de Panini a poco del estreno de la adaptación cinematográfica del supergrupo en su apenas cancelado y ya añorado coleccionable “Marvel Héroes” en una edición mejor y más barata que la primera no es de las peores y supone un nostálgico rencuentro con los más grandes héroes de siempre a pesar de los aires de modernidad que Casey y Kolins insuflan.

Esta miniserie se centra en el primer año de existencia de “Los Vengadores” desde su fundación tras el enfrentamiento inicial con Loki hasta el primer cambio de alineación que coincidiría con el abandono de Kirby de la serie aproximadamente y su relevo por Don Heck. Tomando como referencia las aventuras originales de Lee y Kirby para fijar la cronología, el equipo creativo profundiza en los entresijos administrativos que llevaron a la creación del grupo y la aceptación de los nuevos miembros. Esto que en principio podría considerarse un rollo se deja leer con agrado gracias al buen tino de Casey para moverse por los puntos no aclarados por Lee y Kirby rebañando de aquí y allá datos hasta construir una historia fluida y coherente, remozando a los personajes y profundizando en aspectos de su personalidad sin traicionar la esencia ni la continuidad que todo buen lector veterano exige y sí pasaba en esa otra revisión que es “The Ultimates” de Millar y Hitch, siendo quizás el único error que puede ponérsele a Casey es la perorata médica que suelta Thor en el hospital.

En el aspecto gráfico, he de reconocer que Scott Kolins, cuyo trabajo en “La Búsqueda de Hulka” no me gustó, en esta historia me ha gustado más. A pesar que su estilo cartoon no casa demasiado bien ni con el género superheroico en general ni con “Los Vengadores” en particular en esta historia se muestra más comedido que en aquella dando a su dibujo un tono más realista que el exagerado de aquella sin abandonar por ello necesariamente su estilo.

Los Vengadores: Año Uno” es un buen tebeo para iniciarse en la historia de un grupo con más medio siglo a sus espaldas para todos aquellos que quieran profundizar tras ver la peli y su lectura no molestará aquellos que llevamos más de media vida disfrutando de sus andanzas. Como se suele cerrar en estos casos… Nuff Said!

miércoles, 25 de abril de 2012

Cartel para las I Jornadas de Cómic de Valencia

Bonito cartel centrado en la infancia y en el cómic valenciano realizado por Sergio Bleda para las I Jornadas de Cómic de Valencia.

martes, 24 de abril de 2012

Josep Maria Berenguer.

Reconozco que nunca he sido muy de revista pero no deja de ser una triste noticia la de la desaparición de Josep Maria Berenguer una de las figuras clave del cómic patrio. Editor en cuerpo y alma de La Cúpula y de la histórica revista “El Víbora” a través de la cuál difundió multitud de autores y títulos indispensables. Sin duda, el mundillo del cómic le echará de menos.
No, su nombre siempre quedará asociado a las obras que editó.

D.E.P.

lunes, 23 de abril de 2012

“Vuelo de Ángeles”, de Rebecca Guay, Holly Black, Bill Wilingham, Alisa Kwitney, Louise Hawes y Todd Mitchell.

De vez en cuando aparece todavía dentro del sello Vertigo -ya sabéis ese sello para lectores “adultos” y dar cabida a propuestas menos comerciales que crearon en DC hace unas cuantas décadas- un cómic que todavía justifica su existencia, si no ya tanto por el tema de la edad de los lectores (cosa que nunca entenderé demasiado) sí por su carácter de obra de calidad dirigida, en principio, a un público minoritario. Cómics como este “Vuelo de Ángeles” que ha publicado este mes ECC Ediciones en una cuidada edición y que tiene como tema central a esos seres alados presentes en todas las mitologías y que tanto fascinan a Lucia Bosé y, al parecer, la dibujante de este cómic, la ilustradora Rebecca Guay.
 
Vuelo de Ángeles” nos cuenta como un ángel herido cae en un bosque nevado donde es encontrado por un grupo de seres fantásticos pertenecientes al folklore popular (brujas, faunas, hadas, etc.). Mientras el ángel duerme, los seres para decidir si lo salvan o lo dejan morir deciden juzgarlo contando cada uno una historia protagonizada por un ángel para justificar su postura.
 
Como digo, “Vuelo de Ángeles” es un proyecto personal de la reputada ilustradora Rebecca Guay quién al parecer lleva toda su vida fascinada por los angelotes. Para su realización, ha contado con la contribución de una serie de guionistas que la han ayudado a pergeñar una historia cuya estructura, como dice Fran San Rafael en el epílogo, bebe directamente de “Los cuentos de Canterbury” o “El Decameron” pero que yo veo más inspirada en el “The Sandman” de Neil Gaiman de “El Fin de los Mundos”. Las historias están bien enlazadas unas con otras dentro del romanticismo general de la historia, siendo quizás la que más se aparte de ese tono pastelero la guionizada por Willingham, quien firma una historia que perfectamente podría haberse localizado dentro de sus “Fábulas”.

 
Si uno no es aficionado al género fantástico en sus manifestaciones más edulcoradas, el principal aliciente de la historia es disfrutar del gran trabajo de Rebecca Guay que en una obra pensada para su lucimiento no defrauda dando cumplida muestra de su talento, adaptándose a las características de cada una de las historias. Guay deja constancia de su conocimiento de las distintas corrientes del siglo XIX y principios del XX mostrando sus influencias románticas y simbolistas.

Vuelo de lÁngeles” es una propuesta diferente, cuidada e interesante, que muestra el gusto y sensibilidad de sus autores más allá del interés inicial que pueda despertar la propuesta. Yo le daría una oportunidad.

viernes, 20 de abril de 2012

“Flashpoint”, de Geoff Johns y Andy Kubert.



Oye, pues yo no sé como será lo de “The New 52” que ya parece haberse leído todo el mundo pero a mí este “Flashpoint” que acaba de publicar ECC en cuatro grapas mensuales y supone su prólogo me ha gustado. No es el acabose evidentemente, pero en comparación con los  megaeventos con que DC nos ha deleitado en los últimos años y quizás porque mis expectativas no eran nada elevadas me parece que cumple su objetivo de entretener a partir de una historia sencilla, que no abusa de la grandilocuencia hueca y la escritura y dibujo a pachas como en otras ocasiones.
Barry Allen, el segundo Flash se despierta sin poderes en una realidad en la que su madre no ha muerto y en la que los superhéroes son bastante diferentes a los que él conoce. En esta realidad, Atlantis (Aquaman) y Termyscira (Diana) están enfrascados en una guerra que ha acabado con Europa continental por una historia de esas que ya le hubieran gustado inventarse a los Homero y Shakespeare esos, Inglaterra está ocupada por las amazonas y Cyborg anda intentando alistar a los supertipos y supertipas disponibles para meterles en vereda antes que acaben con el mundo aunque como es Cyborg y no anda muy allá de carisma estos pasan. Allen que se huele que como no podía ser de otra manera todo es consecuencia de un malvado plan de su archienemigo Zoom contacta con Batman para intentar solucionar tantas crisis.

Lo cierto es que este “Flashpoint” podría perfectamente haberse publicado como un arco argumental más en la serie regular de “Flash” porque Johns nos ofrece una historia de universos alternativos de esas que siempre han marcado al velocista escarlata desde los setenta y que a Johns pirraron de chiquitito y ha perseguido emular desde que se hizo cargo de la serie y editores y ejecutivos le convirtieron en el Bendis de la compañía.

La historia es una distopia con aromas ochenteros inspirada en esa maravillosa y aún vigente historia de hace tres décadas que fue “Días del futuro pasado” de los Claremont, Byrne y Austin. Johns se aprovecha de lo agradecidas que son estas tramas y entremezcla con solturas conceptos trillados entresacados de aquí y allá para escribir una historia que hubiera necesitado algo más de extensión para explicar algunas hiladas secundarias que quedan descosidas y que imagino habrán quedado aclaradas en algún crossover que no he leído.


Lo que más he disfrutado, más allá de la correcta historia, es el espectacular dibujo de Andy Kubert, quién se nota ha puesto bastante empeño en el desarrollo y ha contado con más tiempo del habitual para el acabado. El hijo pequeño de Joe le da sentido a todos esos rayitos que salen de cualquier lado en los enfrentamientos Flash/Zoom y que tanto suelen irritarme dibujados por otros  e ilustra algunas splash que quitan el hipo como la de esa Torre Eiffel semisumergida.

En fin, “Flashpoint” como megaevento se queda pequeño aunque se deje leer y seguramente podría haber dado más de sí si no hubiera existido tanto interés en sincronizar todo el lío de “The New 52” y tal. Al menos será un poco más para que Johns haya cumplido su sueño de sentirse un poco más como el nuevo Julius Schwartz. Ánimo Geoff, ya queda menos.