lunes, 22 de julio de 2013

“Antes de Watchmen: Ozymandias”, de Len Wein y Jae Lee.




Continuo el análisis de las diversas miniseries englobadas en la línea “Antes de Watchmen”, publicada en España por ECC Ediciones, por la protagonizada por uno de los personajes más importantes y complejos de “Watchmen”,  Ozymandias, a cargo del que fuera el editor de la obra de Moore y Gibbons el incombustible guionista Len Wein junto a un dibujante de esos que no deja a nadie indiferente como Jae Lee.
A lo largo de los seis números que conforman la miniserie, Wein nos descubre, en un relato en primera persona, la biografía de Adrian Veidt/Ozymandias desde su oscura infancia como hijo de  unos emigrantes alemanes relegado por su oscura inteligencia hasta enlazar con los acontecimientos narrados en “Watchmen” con lo que Wein hace especial hincapié en su carrera como superhéroe y la planificación de su plan maestro para salvar a la Tierra de la autodestrucción.
“Antes de Watchmen: Ozymandias” es seguramente de todas las miniseries que forman parte de esta línea la más profundamente interrelacionada con la obra original, pues Wein realiza a partir de los datos aportados por Moore y Gibbons un soberbio retrato y estudio del personaje  principal en una historia enfocada a la medida del estilo eminentemente narrativo de Wein, que va ganando en interés conforme lse va acercando a los hechos narrados por Moore y Gibbons en “Watchmen”. En ese sentido, Wein aporta muy pocas novedades dignas de mención y se ciñe en desarrollar  lo que ya conocíamos del personaje acentuando los rasgos que le llevarían a convertirse de un genio idealista en un  mesias paranóico.

En el aspecto gráfico, se puede decir que Wein ha encontrado en Jae Lee el dibujante ideal para su estilo. Un dibujante fotorrealista y perfeccionista, de enervante lentitud y gusto por las figuras hieráticas y los escorzos imposibles, al que un estilo tan literario como el de Wein le viene como anillo al dedo.
 De este modo, un equipo tan conjuntado, logra como resultado una obra solvente que cumple su objetivo de aclarar las posibles sombras en torno a la personalidad del protagonista y las motivaciones que le llevan a actuar como lo hace sin caer en el error de intentar enmendar la plana a Gibbons y Moore introduciendo nuevos elementos contradictorios pero sin deja tampoco ningún cabo suelto en torno a la figura de Adrian Veidt.  

Lee, que para mí gusto en viñetas puntuales fuerza en exceso la anatomía de algunos de los personajes, ofrece una elegante y sobria composición de página centrada en los detalles complementaria al estilo literario de Wein al tiempo que ocasionalmente nos sorprende con páginas más elaboradas en las que experimenta con la figura y el color. En muchas de sus composiciones, Lee referencia directamente el trabajo de Gibbons y al mismo tiempo lo reinterpreta para caracterizar perfectamente los diversos aspectos del personaje, especialmente su aura mesiánica, con algunas viñetas que parecen emparentadas con las estampillas de santos.

En fin, Antes de Watchmen: Ozymandias” es un tebeo entretenido y correcto que mejor que ninguno otro dentro de la línea casa con el concepto de precuela sirviendo de estupendo prólogo a la obra maestra de Moore y Gibbons.

domingo, 21 de julio de 2013

Cartel de Viñetas Desde O Atlántico 2013.



Del 6 al 12 de Agosto se celebrará una nueva edición del veterano Salón de Cómic de La Coruña, del que ya se ha difundido el cartel realizado por Bartolomé Seguí.

Un cartel realmente bonito, poético y metahistorietístico con icónicos personajes dirigiéndose de espaldas al espectador hacia la Torre de Hércules sobre las páginas de sus cómics o pilotando onomatopeyas,  aunque el motivo todo hay que decirlo sea algo tópico.

Todo lo relacionado con el Salón, aquí.

sábado, 20 de julio de 2013

Ganadores de Premio Eisner 2012.


Ya se conocen los ganadores de los Eisner, los premios más importantes de la industria del cómic norteamericano,  de este año marcados por la presencia de tres estupendos artistas nacionales – David Aja,  Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales- que han de triunfar fuera antes de convertirse en profetas en su tierra con obras que han sabido aglutinar la impronta personal del artista (calidad, estilo, como se quiera llamar…) con la comercialidad del género reinterpretado sin perder su esencia.

Felicidades a los tres…Y una última reflexión ¿En cuántos medios de comunicación masivos se ha hecho gala de este éxito sin parangón de los artistas españoles en la industria del Cómic norteamericano, donde cada vez están más valorados y reconocidos?¿Han sido noticia en algún Telediario en un caluroso día de Agosto de esos en los que no suele haber noticias? Que nadie se llame a engaño, los dibujantes españoles están cada vez más reconocidos fuera de España, tanto en Estados Unidos como en Europa y precisamente donde menos se les reconoce es en su propio país....Mientras eso no cambie el Cómic, NG o TBO no saldrá de la mera anécdota friqui. Y ni se hace la marca España ni se premia a los emprendedores.

El palmarés completo, en el que además destacan como grandes vencedores Brian K. Vaughan con su excelente "Saga" y Chris Ware con su no menos excelente “Bulding Stories”, a continuación:

Mejor historia corta: “Moon 1969: The True Story of the 1969 Moon Launch,” por Michael Kupperman, publicada en Tales Designed to Thrizzle #8 (Fantagraphics)

Mejor número o especial: The Mire, por Becky Cloonan (autopublicado)

Mejor serie regular: Saga, por Brian K. Vaughan y Fiona Staples (Image, en España Planeta)

Mejor serie nueva: Saga, por Brian K. Vaughan y Fiona Staples (Image, en España Planeta)

Mejor publicación para lectores principiantes (hasta 7 años): Babymouse for President, por Jennifer L. Holm y Matthew Holm (Random House)

Mejor publicación para niños (de 8 a 12 años): Hora de aventuras, por Ryan North, Shelli Paroline, y Braden Lamb (Kaboom!, en España Norma Editorial)

Mejor publicación para jóvenes (de 13 a 17 años): A Wrinkle in Time, por Madeleine L’Engle, adaptada por Hope Larson (FSG)

Mejor publicación de humor: Darth Vader e Hijo, por Jeffrey Brown (Chronicle, en España Planeta)

Mejor cómic digital: Bandette, por Paul Tobin y Colleen Coover (Monkeybrain)

Mejor antología: Dark Horse Presents, editada por Mike Richardson (Dark Horse)

Mejor obra basada en hechos reales: Annie Sullivan and the Trials of Helen Keller, por Joseph Lambert (Center for Cartoon Studies/Disney Hyperion); The Carter Family: Don’t Forget This Song, por Frank M. Young and David Lasky (Abrams ComicArts)

Mejor álbum gráfico (nuevo): Building Stories, por Chris Ware (Pantheon, en España Reservoir Books en 2014)

Mejor adaptación de otro medio: Parker: El Golpe de Richard Stark, adaptado por Darwyn Cooke (IDW, en España Astiberri)

Mejor álbum gráfico (reedición): King City, de Brandon Graham (TokyoPop/Image, en España DeBolsillo)

Mejor colección de archivo (tiras): Pogo, vol. 2: Bona Fide Balderdash, por Walt Kelly, editado por Carolyn Kelly y Kim Thompson (Fantagraphics)

Mejor colección de archivo (cómics): David Mazzucchelli’s Daredevil Born Again: Artist’s Edition, editado por Scott Dunbier (IDW)

Mejor edición estadounidense de material internacional: Blacksad: El infierno, el silencio, por Juan Diaz Canales y Juanjo Guarnido (Dark Horse, en España norma Editorial)

 Mejor edición estadounidense de material internacional (asiático): 20th Century Boys, por Naoki Urasawa (VIZ Media, en España Planeta)

Mejor guionista: Brian K. Vaughan, Saga (Image, en España Planeta)

Mejor autor completo: Chris Ware, Building Stories (Pantheon, en España Reservoir Books en 2014)

Mejor dibujante/entintador (empate): David Aja, Ojo de Halcón (Marvel, en España Panini), Chris Samnee, Daredevil (Marvel, en España Panini); Rocketeer: Cargo of Doom (IDW)

Mejor pintor o artista multimedia (interior): Juanjo Guarnido, Blacksad (Dark Horse, en España Norma Editorial)

Mejor artista de portada: David Aja, Ojo de Halcón (Marvel, en España Panini)

Mejor colorista: Dave Stewart, Batwoman (DC, en España ECC); Fatale (Image, en España Panini); BPRD (Dark Horse, en España Norma), Conan el Bárbaro (Dark Horse, en España Planeta), Hellboy in Hell, Lobster Johnson, The Massive (Dark Horse)

Mejor rotulista: Chris Ware, Building Stories (Pantheon, en España Reservoir Books en 2014)

Mejor medio periodístico relacionado con los cómics: The Comics Reporter, editado por Tom Spurgeon, www.comicsreporter.com

Mejor libro relacionado con los cómics: Marvel Comics: La historia no contada, por Sean Howe (HarperCollins, en España Panini)

Mejor trabajo educativo o académico: Lynda Barry: Girlhood Through the Looking Glass, por Susan E. Kirtley (University Press of Mississippi)

Mejor diseño de publicación: Building Stories, designed by Chris Ware (Pantheon, en España Reservoir Books en 2014)

Salón de la fama: Lee Falk, Al Jaffee, Mort Meskin, Trina Robbins, Spain Rodriguez, Joe Sinnott

Premio Russ Manning al debutante más prometedor: Russel Roehling

Premio humanitario Bob Clampett: Chris Sparks y Team Cul deSac

Premio Bill Finger a la excelencia en la escritura de cómics: Steve Gerber, Don Rosa

Premio Will Eisner Spirit al mejor librero: Challengers Comics + Conversation, Chicago, IL

viernes, 19 de julio de 2013

“Antes de Watchmen: Espectro de Seda”, de Darwyn Cooke y Amanda Conner.



Siguiendo con el análisis de las distintas obras que ha dejado la línea “Antes de Watchmen”, editada en España por ECC, le toca el turno a la miniserie de cuatro números protagonizada por Espectro de Seda, guionizada por el canadiense Darwyn Cooke y dibujada por Amanda Conner quienes logran la obra más fresca y original de toda la línea sin necesidad de subvertir las premisas ni las ideas sobre el personaje ideadas por Moore y Gibbons en la obra original.

Estamos en la década de los sesenta y la joven Laurie Júpiter vive aislada bajo la férrea vigilancia de su madre, la Espectro de Seda original que la prepara para tomar su relevo superheroico. Cuando la ingenua conoce al joven Greg surge el amor y juntos escaparán a la efervescente San Francisco que el movimiento Hippy ha convertido en su capital.  En Frisco, Sally conocerá el amor libre, la psicodelia y las drogas al tiempo que madurará como persona e iniciará su carrera como superheroina enfrentada con los poderes fácticos que pretenden subvertir y aprovecharse de la Revolución Contracultural.

Muchas veces se ha puesto en duda la habilidad como guionista de Cooke destacando su brillantez gráfica de su obra y lmitándolo como escritor a considerarlo un excelente revisionista aunque escaso de originalidad. Sin embargo, en esta miniserie Cooke opta por el riesgo de alejarse del guión prestablecido y los canones fijados por Moore  para rellenar al origen de Espectro de Seda y construir una historia muy diferente en tono y estilo a "Watchmen" centrada en los inicios de la carrera superheroica de la protagonista que acaba convirtiéndose en un homenaje a la revolucionaria década de los sesenta.

 Alejándose del tono sombrío, pesimista  y crepuscular de “Watchmen”, Cooke ofrece una obra optimista en la que el power pop, la luz y el optimismo se muestran usando como vehículo a una Espectro de Seda encantadoramente joven y  rebelde alejada del personaje secundario, amargado y marginal expuesto por Moore y Gibbons

A pesar de ello, Cooke se cuida muy mucho de contradecir en su descripción de los personajes a las ideas plasmadas en “Watchmen” al tiempo que construye una entretenida y delirante trama pop plagada de homenajes y referencias a la década que van desde los Beatles, Sinatra o Jim Morrison a la generación Beat.

Si la trama ideada por Cooke resulta fresca e inteligente, su efectividad se multiplica gracias al magnífico trabajo gráfico realizado por una Amanda Conner con la que logra una magnífica compenetración. Conner, con un estilo gráfico alegre, colorido y ecléctico  que se referencia en autores tan variados que van de Bob Montana hasta Joe Kubert, ha consolidado un estilo propio al que además incorpora en esta obra detalles de otros dibujantes que han tratado el tema de psicodelia y la cultura pop en su obra como Michael Allred en su rompedor “Red Rocket 7 o el mismo Kevin O’Neill quién ya se acercó a este período en “La Liga de los Caballeros Extraordinarios 1969” (con lo que la referencia a la obra de Moore sería por partida doble).
 Conner incorpora con bastante arte toda esta imaginería a la exigente composición de nueve viñetas de páginas que es uno de los santos y seña de la serie original al tiempo que da una vuelta de tuerca a la obra plagándola de referencias culturales – de la Furgoneta Misteriosa de Scooby Doo al "Grito" de Munch- más o menos evidentes y usando de la versatilidad y plasticidad de su estilo y la variedad de sus recursos gráficos para reflejar con habilidad los cambios de ánimo y sentimientos de su protagonista localizada en una alocada e ingenua pero fascinante interpretación de la efervescencia cultural de la San Francisco de los sesenta junto a  las pelís clásicas de 007, la Blaxploitation y la serie telefvisiva de Batman de Adam West .
En fin, “Antes de Watchmen: Espectro de Seda” seguramente ha sido la gran tapada de la línea. La obra qué mejor ha sabido interpretar la originalidad y el riesgo intrínseco a  “Watchmen”en los ochenta  para a partir de su materia prima ofrecer una obra ambiciosa, inteligente y deliciosamente entretenida gracias a una sencilla pero eficaz trama ideada por Cooke y el desparpajo y virtuosismo gráfico demostrado por Conner. Si tuviese que destacar una obra sobre el resto de todas las que conforman la línea elegiría esta.

jueves, 18 de julio de 2013

“Ladrón de ladrones”, de Robert Kirkman, James Asmas, Shawn Martinbrough y Felix Serrano.




Planeta nos ofrece el segundo recopilatorio, que recoge los números 8 a 13 de la serie regular, de “Ladrón de ladrones”, el buque insignia del afamado guionista Robert Kirkman desarrolla paraSkybound, su sello propio dentro de  Image. Un sello en el que un Kirkman que tras el éxito de la serie televisiva sobre sus “Muertos Vivientes” le ha cogido gusto a  la pasta que mueven las series de televisión en estos momentos y pretende desarrollar historias con el objetivo de vendérselos a alguna productora repitiendo la jugada de su serie más popular.

Retomando el hilo de la historia de la anterior entrega de la que ya escribí algo por aquí, el sanguinario Cartel de Lola ha secuestrado a Emma, la novia de Augustus - el conflictivo hijo del legendario ladrón de ladrones conocido como Redmond-  para conseguir que este convenza a su padre para que retome su carrera delictiva y trabaje para el Cartel a cambio de la vida de la chica. El genial Redmond, que intenta recuperar a su mujer y reconducir su vida, ideará un arriesgado plan para robasrle la chica a los malos a pesar que los policías y los mafiosos intentarán no ponérselo fácil.

Partiendo del argumento ideado por Robert Kirkman, el guionista James Asmus construye un entretenido thriller de acción en el que los giros del guión y los personajes arquetípicos están ideados para lustrar una historia tan convencional como efectiva. Tanto Kirkman como Asmus conocen su oficio y las reglas del género para construir una trama inteligente y divertida que intenta mantenerse siempre un paso por delante del lector manejando con astucia recursos como la retrocontinuidad, los flashbacks y las elipsis para ir desarrollando en paralelo la evolución de los diversos personajes.

En el aspecto gráfico quizás es donde “Ladrón de ladrones” se resienta más pues el dibujante Shawn Martinbrough no cuenta con un estilo demasiado sútil teniendo su dibujo grueso y poco definido excesivas reminiscencias de otros maestros actuales del género negro como Eduardo Risso. Sin embargo, Martinbrough sin ser un refinado estilista sí que se muestra como un efectivo narrador que se adapta perfectamente a la esquemática composición cinematográfica de tres o cuatro viñetas panorámicas por página para mantener el ritmo rápido, intenso y nervioso que los guionistas quieren imprimir a la historia.

Lo mejor que se puede decir de esta segunda entrega de “Ladrón de ladrones” es que mantiene el nivel de la primera moviéndose con naturalidad aunque con escasa originalidad dentro de las convenciones y tópicos del  agradecido subgénero negro en el que se engloba. O mucho me equivoco o dentro de poquito tendremos la anhelada serie televisiva que espera lograr  Kirkman porque materia prima hay para conseguirlo.

miércoles, 17 de julio de 2013

“El vano ayer”, de Isaac Rosa.


Isaac Rosa es uno de los columnistas de opinión que sigo con regularidad desde que lo descubriera en “Público” y, actualmente, en “El Diario” y “El Jueves”. No solo porque ideológicamente comulgue con sus planteamientos sino porque además su estilo conciso, directo y llano aunque no exento de ironía y mordacidad me gusta frente al empacho de otras firmas con más nombre y barroquismos en los que camuflar quizás deudas vergonzosas. Por ese motivo tenía ganas de leer algo de su todavía escasa producción literaria entre la que destaca este “El vano ayer”, con la que ganó varios premios literarios en su momento.

La novela gira en torno a la reconstrucción del paradero de un viejo profesor universitario y un joven alumno desaparecidos en la represión a los movimientos estudiantiles universitarios en los últimos años de la Dictadura franquista. Dos personalidades contrapuestas pues Julio Denis, el profesor, era un tipo apocado y sin compromiso político mientras el estudiante Andrés era un activo miembro del partido comunista, André Sánchez.

A partir de esa premisa argumental, Rosa construye una novela que se aleja de una estructura clásica para convertirse en una digresión en torno a ese subgénero de la literatura española que ha tratado la posguerra española. Rosa, con inteligencia y conocimiento del medio hace gala de ese estilo periodístico, claro y llano tan característico  a medio camino en lo literario de Umbral y Saramago, para entablar un diálogo abierto con el lector no solo sobre ese oscuro periodo de la historia española sino de la realidad imaginada literariamente que en cierta medida lo ha ido magreando y maleando y las opciones que ha manejado a la hora de construir los diversos vericuetos por los que transitan lso personajes, aun cuando en ciertos momentos se guste en exceso para mi gusto y se permita alguna frivolidad -genial, eso sí- como explicar la posguerra cuan si un romance en castellano antiguo se tratase y Franco un émulo del Cid Campeador. Precisamente, por ese carácter experimental y abierto de la obra finalmente lo que acaba convirtiéndose en una mera excusa sin demasiado interés, es la trama inicial y el destino de los personajes lo que puede llevar a algunos lectores más convencionales a sentirse decepcionados ante el camino tomado por Rosa.

El vano ayer” no deja de ser una novela interesante que deja con ganas de conocer algo más de la producción literaria del autor que en esta novela crea un uróboros que engloba en sus pocas más de doscientas páginas toda la grandeza y miseria literaria que ha generado la posguerra y dictadura franquista.

martes, 16 de julio de 2013

“Érase una vez en Francia: Volumen 2:“ de Sylvain Valleé y Fabien Nury.



Parece que a Norma Editorial le han debido cuadrar sus cálculos y no ha tardado mucho en publicar el segundo integral de esta estupenda serie de cuyo primer volumen ya escribí por aquí. Partiendo de personajes reales, en “Érase una vez en Francia”,  Sylvain Valleé y Fabien Nury reconstruyen la biografía de Josef Joanovici, un emigrante rumano que a pesar de ser analfabeto fue capaz de construir un imperio criminal en el París ocupado durante  la II Guerra Mundial.
En este segundo tomo se recogen los álbumes tres y cuatro de la serie –“Honor y Policía” y “¡ A las armas, ciudadanos!” - y descubriremos a un Joanovici inmerso en un complejo doble juego apoyando abiertamente a los nazis que ocupaban Francia y haciéndose con una fortuna en el mercado negro mientras, secretamente, aprovechaba sus contactos para liberar a numerosos agentes detenidos del grupo de la resistencia Honor y Policia. En medio de ese precario equilibrio de poderes cualquier error puede ser fatal pero a un buscavidas como Joanovici no le faltan recursos ni soluciones inesperadas para sobrevivir.

La fórmula ideada por Vallée y Nury es infalible ya que adapta con oficio y gusto una característica trama negra a una localización tan atractiva como la Francia ocupada durante la II Guerra Mundial para alimentar la complejidad de su protagonista, un inteligente y ambiguo personaje capaz de salir delante de las más peliagudas circunstancia, aunque ello le suponga traicionar y eliminar a sus aliados y sacrificar su vida familiar. Más de presentar a Joanovici como un personaje acartonado y estereotipado resulta especialmente atractivo ver cómo se traslada a la historia su compleja personalidad y sus remordimientos siguiendo el modelo del los padrinos de Puzo y Coppola  creciendo a lo largo de estos dos álbumes la historia en la medida en que el protagonista va sorteando pruebas cada vez más complejas.

En fin, “Érase una vez en Francia” sigue en estos álbumes intermedios manteniendo el nivel a pesar de haberse difuminado el factor sorpresa de la primera entrega gracias  al buen hacer de sus autores y queda todo pendiente de un último volumen que promete ser todavía mejor. Esperemos que la conclusión de la serie no decepcione ni se demore demasiado.

lunes, 15 de julio de 2013

“Antes de Watchmen: Dollar Bill”, de Len Wein y Steve Rude.




Inmediatamente después de la lectura de  “Antes de Watchmen: Minutemen”, de la que ya hablé por aquí, resulta adecuado situar  este número autoconclusivo en el que un equipo tan dispar como el formado por el dibujante Steve Rude y el guionista Len Wein construyen la biografía de Dollar Bill, uno de los Minutemen originales que ni en “Watchmen” ni en la miniserie de Cooke ha contado con demasiada relevancia más allá de su papel como elemento coral.
En los años treinta, Bill Brady es una estrella del deporte universitario que ve truncado su espléndido futuro cuando sufre una lesión de rodilla. Tras intentar ganarse la vida en el vodevil y como actor, Brady solo encontrará un modo de sobrevivir, encarnando a Dollar Bill un superhéroe publicitario esponsorizado por el National Bank. A partir de ese momento, Bill dedicará su vida a enfrentarse al crimen como miembro de los Minutemen y, sobre todo, a participar en las campañas publicitarias del banco al que sirve. 
Lo cierto es que el concepto de Dollar Bill es una de esas genialidades ideadas por Moore y Gibbons que no encontró espacio para desarrollarse más allá que como esbozo al pie de página dentro de esa obra maestra que es “Watchmen”. Y es que aunque la idea de un superhéroe egoísta que se mueve principalmente por dinero no era nueva  - ya la habíamos visto de un modo u otro presentada anteriormente en el “Spiderman” de Ditko y Lee o en los “Héroes de Alquiler”- sin embargo, nadie hasta entonces la había convertido en vehículo satírico para poner en evidencia los elementos más ridículos de la fantasía superheroica enfrentados con una historia con un enfoque realista como lo hicieron Moore y Gibbons.
Todas esas enormes posibilidades por tanto se mantenían intactas para que un equipo creativo ambicioso pudiera sacarle el jugo, sin embargo, este no ha sido el caso. Len Wein, un veterano guionista de vuelta  de todo, evita cualquier tipo de complicación en su concepción de la historia renunciando a profundizar demasiado en el desarrollo del concepto o la personalidad del protagonista limitándose a a presentar de un modo bastante predecible, y sin margen para la sorpresa una vez más, los datos de la biografía del personaje que ya conocíamos de mano de Moore y Gibbons junto a algunos de los aportes por Cooke en “Minutemen”, acentuando si cabe sus elementos paródicos pero sin llegar a explotar realmente la vis comica de la historia y careciendo del menor atisbo de originalidad  con lo que “Dollar Bill” acaba zozobrando hasta convertirse en mi opinión en la historia más floja de todas las que conforman la línea “Antes de Watchmen”.
Si acaso un cómic tan soso tiene cierto interés es por la presencia en el apartado gráfico de Steve Rude quién realiza una labor apañada pero sin complicarse excesivamente la vida en un trabajo eminentemente alimenticio. 
The Dude haciendo gala de su elegante trazo clásico ofrece un tratamiento visualmente adecuado de un personaje entroncado en la Edad de Oro de los cómics de superhéroes y mostrando influencias tan dispares como Jack Kirby o Russ Manning en sus aspectos más naturalistas o Will Eisner en los elementos caricaturescos o la composición de página para presentar la tragicómica vida de Dollar Bill.

A pesar de su potencial, Dollar Bill es uno de esos personajes que nadie parece querer tomarse en serio. Y es una pena porque Wein y Rude han perdido la oportunidad de hacer algo realmente interesante con este personaje en lugar de un cómic tan irrelevante, únicamente destacable para los más acérrimos seguidores de The Dude.

viernes, 12 de julio de 2013

“Antes de Watchmen: Minutemen”, de Darwyn Cooke.




Una de las miniseries que más curiosidad me generaba de las anunciadas en la línea “Antes de Watchmen” publicada en España por ECC Ediciones era esta “Minutemen” en la que el estupendo artista canadiense Darwyn Cooke  se iba a encargar en solitario de mostrar los orígenes de los “Minutemen”, el grupo de superhéroes de la “Golden Age” de la obra ideada por Moore y Gibbons, a lo largo de seis números.

Hollis Mason, el Búho Nocturno original, prepara tras abandonar su carrera superheroica la publicación de “Bajo la Máscara”, el libro en el que va a desvelar ante la opinión pública los oscuros secretos de los Minutemen originales, lo que provocará diversas reacciones entre el resto de los miembros  supervivientes al tiempo que será el punto de arranque para que el propio Hollis rememore desde la perspectiva del tiempo la azarosa historia del grupo desde su creación hasta su desaparición.
A partir del material ideado por Moore y Gibbons en “Watchmen”, Cooke construye un cómic ágil y solvente en el que no se corta en interpretar algunos de  los puntos oscuros de la historia de los Minutemen a partir de las referencias veladas de Moore. Cooke mediante una impostada trama en la que usa a Buho Nocturno como narrador interpuesto profundiza en  personajes marginales como Silueta o Mothman y resuelve la misteriosa desaparición de Justicia Encapuchada al tiempo que referencia con precisión algunos de los momentos más brillantes ideados por Moore en la obra original desarrollando una trama efectiva y entretenida sin contradecir la obra en la que se inspira aun cuando sí dé pie al debate.
No deja de ser meritorio en un autor que es más dibujante que guionista haya sido capaz de desarrollar un guión que supone una obra de ingeniería para que encaje en los intersticios y ambigüedades planteados por Moore en torno a estos personajes secundarios en una necesaria reinterpretación tan valida como polémica. Cooke no se limita a seguir exclusivamente la guía dejada por Moore e introduce en la trama elementos propios que la vuelven menos previsible para el conocedor de la obra original y dan como resultado una trama algo artificiosa aunque esté resuelta con brillantez al tiempo que añade aun más madera a la polémica para los detractores, con la introducción, por ejemplo,  de  personajes propios como Oficial y Explorador para incorporar un curioso juego metaliterario tan fascinante como a mí juicio innecesario. Y es que Cooke no se ha limitado en hacer un tebeo en el que los recursos gráficos estén al servicio de la historia sino que  más bien ha antepuesto la brillantez de estos a la misma historia para dejar claras, si era necesario, sus capacidades.

Lo que no admite discusión y salva lo artificioso de la trama en ocasiones es la deslumbrante labor gráfica de Cooke en la que plasma su extraordinario talento para desarrollar un cómic visual y narrativamente brillante en la que no solo evoca los recursos gráficos ideados por Moore y Gibbons desdel el preciosismo de su estilo cartoon sino que los potencia con sorprendentes soluciones gráficas con las que salva una historia que en manos de cualquier otro menos dotado seguramente naufragaría.

En fin, “Minutemen” es una dignísima miniserie en la que Cooke ha asumido el reto de no limitarse a seguir los patrones trazados para una obra menor y realiza un dignísimo trabajo con la suficiente entidad propia para que a la larga sirva aun más para ensalzar el “Watchmen” original, interpretado y estudiado por un autor poseedor de talento, personalidad y estilo, en una historia que más allá de su carácter tributario cuenta con la suficiente enjundia como para brillar por derecho propio.

jueves, 11 de julio de 2013

“El Día D 2: ¡ Los rusos llegan a la Luna!”, de Fred Duval, Jean Pécau y Phillipe Buchet.


 


Planeta retoma la publicación de la serie francesa ía serie "El Día D"que tan buenas impresiones me causó con su anterior entrega, con un segundo album que en realidad es el  primero de la colección en el que el equipo creativo formado por Fred Duval y Jean Pécau en el que resuelven una interesante ucronía,: cómo se hubieran desarrollado la Carrera Espacial si los soviéticos hubiesen sido los primeros en llegar a la Luna en 1969.

En Julio de 1969, debido a la fatalidad el “Apolo XI” no logra alcanzar la Luna y son los cosmonautas soviéticos los primeros en poner la bandera en el satélite en Septiembre de ese año., lo que supondrá que Nixon potencie la carrera espacial. Años más tarde, ambos países mantienen la beligerancia y han logrado instalar bases permanentes en la Luna y aunque la tensión crece entre las superpotencias los astronautas y cosmonautas han estrechado lazos en la Luna y van a difundir una noticia que puede cambiar el enrocamiento de sus dirigentes y cuando logren esquivar a los cerriles comisarios políticos y los agentes de la CIA enviados para poner orden en la Luna.
Fred Duval y Pécau, asesorados por Fred Branchard, vuelven a hacer gala de sus conocimientos históricos para elaborar una agradable y documentada ucronía autoconclusiva a la que incorpora diversos elementos de intriga y acción para ofrecer una Carrera Espacial paralela entroncada necesariamente con la Guerra Fría en la que los pioneros del espacio van, como no podía ser de otra forma, por delante de los políticos y militares. Duval y Pécau introducen muchísimas referencias que permitirán al lector acercarse a la historia real e introduce numerosos personajes históricos – Armstrong, Aldridge, , Andrópov, Nixon, Carter, Breznev, Yeltsin…- junto a otros imaginados que permiten que la trama avance y ofrece una simulación optimista de lo que podría haber pasado si no se hubieran desarrollado los acontecimientos como lo hicieron el crítico Día D seleccionado..
En el aspecto gráfico, Phillipe Buchet cumple sobradamente realizando un trabajo efectivo y  realista cuidando el detalle en la reproducción de la tecnología y realizando una adecuada reproducción de los personajes históricos, demostrando la versatilidad de su estilo que le permite acometer con garantías géneros diversos. 
En fin, lo mejor que se puede decir deeste álbum es quemantiene el nivel de la primera, deparando un rato de lectura agradable y deja con ganas de indagar en profundidad sobre los hechos reales tratados y saber con qué nuevas reinterpretaciones de la Historia nos sorprenderán los autores en las próximas entregas de la serie.

martes, 9 de julio de 2013

Cartel del XIX Salón del Manga de Barcelona.



Hace unos días desde Ficomic presentaron una nueva Edición del Salón del Manga de Barcelona,, que se celebrará del jueves 31 de octubre al domingo 3 de noviembre en los palacios 1 y 2 de Fira de Barcelona en Montjuïc.

Y hay que reconocer que para esta nueva edición se han esmerado y elegido un señor cartel, obra de Antonio Vizcaino, quién conjuga en su ilustración el homenaje a diversos mangas y animes junto un estilo en mosaico asociado históricamente al Modernismo catalán.

Más información sobre el Salón del Manga, aquí.