domingo, 20 de junio de 2010

“El manuscrito de San Florián”, de Jorge Díaz-Leza y María Jesús Leza.

El querer dedicarse hoy en día a eso de escribir historias tal y como están las cosas tiene un punto de locura pero, más allá de la pose de muchos que se dicen escritores sin haber publicado una triste línea, hay que tener la perseverancia –o la cabezonería, más bien- de perseguir los sueños hasta lograr ver editado una primera obra para que, finalmente, sean los lectores quienes decidan. Locura, cabezonería y fe en sí mismo precisamente no es lo que le ha faltado a Jorge Díaz -Leza para ver por fin publicada su primera novela, “El Manuscrito de San Florián”, escrita a cuatro manos junto a su madre, María Jesús Leza (curiosa combinación esta de madre e hijo que supongo ayudará a suavizar las tensiones y los egos que la colaboración en la redacción de una novela conlleva).


En “El manuscrito de San Florián” la joven Silvia se ve inmersa a su regreso a su tranquilo pueblo burgalés tras unos años en el extranjero en una misteriosa conspiración para evitar que la traducción del manuscrito de la crónica de la princesa Astrid llegué a publicarse. En medio de romerías, amores juveniles, hallazgos arqueológicos y manifestaciones ecologistas, Silvia , ayudada por sus amigos, hará frente a las oscuras fuerzas que atentaron contra la vida de su tío, Don Pío, y que están dispuestos a acabar con la suya si no anda espabilada.


Más allá de la amistad que me une a uno de los autores de esta novela de intriga –no me pidáis objetividad porque si suelo carecer de ella en este caso ando más falto todavía- he de decir que he disfrutado enormemente de “El manuscrito de San Florián”, una novela ágil, de estructura sencilla y sin más pretensión que asegurar el entretenimiento del lector sin caer en los trucos típicos del oficio del novelista resabiado, siendo una obra especialmente dirigida a un público juvenil de 12 a 99 años ya que es disfrutable por cualquiera capaz de acercarse a una obra sin prejuicios. Jorge y Maria Jesús navegan a contracorriente y en lugar de buscar exóticas localizaciones para situar a los personajes de su historia aceptan el reto de ubicar la trama en un lugar tan aparentemente anodino y cercano como un imaginado pueblecito de Burgos que fácilmente podría identificarse con cualquier villorrio castellano. Huyendo de complicaciones accesorias en la creación de los personajes, estos resultan creíbles por su cercanía al lector que siente como piensan, discurren y sienten como podrían hacerlo ellos mismos (y esto sin duda es un enorme mérito para unos autores primerizos que ya quisieran poder decir otros muchos escritores con más carrera y bagaje). Sin duda, podríamos rastrear algunas influencias en la obra desde “El nombre de la rosa” hasta las novelas policíacas de Agatha Christie o incluso en la desnudez estilística que antepone el qué estoy contando al cómo lo cuento que entronca directamente con clásicos nacionales como Baroja o Clarín que, sospecho, han de ser del agrado de los autores, pero todo ello está mezclado con el suficiente encanto como para despreocuparse y centrarnos en la lectura de las amenas aventuras de la protagonista y sus amigos.


En definitiva, las doscientas páginas de “El manuscrito de San Florián” son una lectura ideal para entretenerse y disfrutar con una intriga de misterio histórico con protagonistas juveniles exenta de las trampas y gazmoñería de títulos tan reconocidos como las novelas de Dan Brown o los harripotteres de la Rowling. Si le dais una oportunidad, creo que no os defraudará.


Para leer algunos extractos de la novela y sobre sus autores podéis pinchar aquí.

15 comentarios:

Al dijo...

Hasta donde yo sé, eraseunavez.org, Entrelíneas editorial, es de autoedición:

http://www.lahuelladigital.com/?p=737

Es muy lícito pagar por ver tu obra publicada, pero me sorprende el ataque de tu frase "más allá de la pose de muchos que se dicen escritores sin haber publicado una triste línea" cuando estás alabando las bondades de una obra de autoedición. Así que llegamos a la conclusión de que, para "decirte" escritor, basta con que tengas dinero y te lo costees, ¿no? Si la obra está en la librería eres escritor. Si está en tu casa, no.
Con todos mis respetos, no estoy de acuerdo. El mundo editorial es muy sucio, y hay que trabajar en él para ver lo sucio que es, la cantidad de dinero que mueve y los intereses creados que tiene por debajo. Parece una obviedad para clase de parvulitos, pero no todo lo que se publica es bueno y no todo lo que no se publica es malo.
En muchos casos es al contrario. Y te lo digo como persona que ha trabajado de lector de originales y que se conoce el percal.

Respeto que alguien se autoedite pagando. Respeto aún más que alguien se autoedite sin pagar, que también hay empresas que lo permiten. No considero que por ese motivo la obra haya de ser rematadamente mala; a veces puede ser buenísima. Pero prefiero que se me indique ese dato: no es algo vergonzoso. No hay que ocultarlo.

PAblo dijo...

Hola Al,

Yo no indico datos sobre edición simplemente porque los desconozco. No tengo ni idea de las características de la editorial porque en las charlas que he tenido con su autor no me ha comentado nada al respecto, más allá de las dificultades que está encontrando para promocionar su novela. Lo que si sé que al menos a través de La Casa del Libro y en algunas librerias se puede adquirir y los autores querían hacer una reimpresión.

No te tomes mi frase como un ataque personal porque no me refiero a nadie en concreto sino más bien es una reflexión respecto a una pose de determinadas personas que he ido conociendo a lo largo de mi vida que se consideraban escritores simplemente porque en sus ratos libres escribían.

Ser escritor -publique o no- me parece una vocación y un oficio bastante complicado y serio como para que haya gente que lo banalice definiéndose como tales sin haber escrito (ya no te digo publicado) cuatro líneas. Me parece una frivolidad y me da cierta vergüenza ajena escuchar a personas que se definen como tales quejarse de lo mal que está el mundo editorial y lo incomprendidos que son ellos, su obra y su talento cuando no mueven un dedo no ya para lograr publicar sino simplemente para escribir regularmente y mejorar en el oficio que supuestamente han elegido (porque escribir aparte de una vocación es un oficio que requiere dedicación).

Como en medio de tanta confusión tengo que establecer un criterio para discernir entre los que realmente son escritores y los que como tales se consideran (ya no hablo de talento de unos u otros) prefiero que el criterio sea estricto, objetivo e injusto como es el de la publicación antes que mostrarme benevolente y paternalista frente a los egos ajenos.

A partir de la publicación -y mira que ahora mismo con Internet o la autoedición hay infinidad de canales- ya podremos analizar la obra y decidir si el escritor es bueno o malo según el gusto de cada uno pero mientras no publique para mí cualquiera es tan escritor como yo fontanero que no he arreglado en mi vida un grifo.

Y estoy de acuerdo contigo. El mundo de la edición es una jungla y un negocio como lo ha sido siempre y lo es casi cualquier negocio en el que la gente se juega las habichuelas y las de su familia.

Por otro lado, a mí tampoco me parece vergonzoso el tema de la autoedición. Más bien al contrario me parece digno de respeto la gente que confia en su obra hasta el punto de arriesgar su propio dinero por probar fortuna en la jungla editorial. Esos, sean buenos o malos, tengan éxito o fracasen, para mí sí que son escritores antes que otros que quizás con más talento se muestran desconfiados y dejan que se apolillen sus trabajos en un cajón y les resulta más cómodo quejarse de lo malo que es todo el mundo.

Perdón por el rollo pero espero que te quede clara mi postura al respecto.

Impacientes Saludos.

Al dijo...

Clara queda.
Sólo comenté porque me gusta aportar granitos a que cambie la forma de ver la autoedición. Quiero decir, que en el mundo de la música y del tebeo la autoedición está bien vista: es gafapasta, rompedora, valiente, arriesgada, anticomercial. En el mundo del libro no se ve así. Se supone que es garantía de faltas de ortografía, de personajes pueriles y de plagios descarados. No entiendo esa visión. Mucho de eso hay, pero como en todas partes. Si los autores noveles supieran de verdad lo que se cuece y lo que supone publicar una obra con una editorial convencional que no sea una Vaca Sagrada se lo pensarían dos veces. Porque publicar supone dejar de guardar tu libro en un cajón y guardarlo en un almacén: stock que te comes, distribución durante tres semanas dando gracias y en un rinconcito invisible de las librerías, desaparición de la obra en canales de venta e imposibilidad de que alguien la compre después de las fatídicas tres semanas, renuncia de derechos durante un determinado número de años que suelen ser diez, prohibición de utilizar tu propia obra (concursos, difusión internetera) aunque no esté en tiendas y no la pueda comprar nadie PORQUE HAS CEDIDO LOS DERECHOS DE EXPLOTACIÓN.
Ya cambiará el mercado. Le están viendo las orejas al lobo con el ebook; y es sólo el comienzo. Es absurdísimo que se saturen las librerías con mil títulos distintos y que de ellos se vendan dos, mil veces, y que el resto vayan a la incineradora o a saldos en el mejor de los casos.
Salud.

Jorge Díaz-Leza / María Jesús Leza dijo...

Hola a tod@s,
Primero dar las gracias al señor lector impaciente por su comentario, ya que, independientemente de la amistad que nos une, está claro que la novela te ha gustado realmente. Te agradezco pues que la hayas leído con interés y que hayas publicado el comentario.

Respecto a la polémica suscitada por el tema de la autoedición, no tengo ningún problema en aclararlo:
Entrelíneas no te pide que en principio que pongas dinero encima de la mesa. Tras leer tu manuscrito y decidir si es o no publicable, te exige la venta de un número determinado de ejemplares para cubrir los costes de la publicación del libro. Si esto se le quiere llamar autoedición, pues que se llame así, por mí no hay problema. Creo que no es nada deshonroso en absoluto.
Por nuestra parte, no hemos tenido que poner un euro ya que vendimos la cantidad requerida mediante la organización de presentaciones.
Por otro lado hasta creo que es bueno, pues supone un estímulo para ingeniártelas y promover tu libro. De este modo, es más difícil que se quede en el almacén de una librería para ser destruido más tarde en una incineradora.
Simplemente, como bien dice nuestro impaciente lector, independientemente de que se trate o no de autoedición, pido una oportunidad para “El Manuscrito de San Florián”, pues creo (al igual que él) que no os decepcionará.

http://elmanuscritodesanflorian.blogspot.com/
Un saludo,

Jorge Díaz-Leza (coautor del libro)

PAblo dijo...

Al,

Aclarado queda. Independientemente de como esté editada lo que al final cuenta es que la obra se difunda y llegue al máximo de lectores posibles para que puedan juzgar.

Está claro que hay multitud de intereses y muchas injusticias y miserias pero... más allá de ello no queda más que creer en uno mismo y buscar un hueco para la obra de los jóvenes escritores.

Y seguro que hay muchos libros autoeditados que no tienen nada que envidiarle a los que gozan de una mayor difusión en grandes editoriales escritos por grandes firmas. La lástima es que por falta de promoción no lleguen a conocimiento del público.

Jorge,

Aclarado queda, monstruo.
¡Mucha suerte!

Impacientes Saludos.

Jorge Díaz-Leza / María Jesús Leza dijo...

Hola otra vez.

Quisiara aclarar una cosilla que no tiene que ver con nuestra novela.

Al ha puesto en su comentario la referencia a una dirección web para informar sobre Entrelíneas, la editorial que ha publicado nuestro libro.


Decir que lo que se dice en en esa página es una sarta de calumnias y mentiras sobre la editorial.

Nuestra experiencia (ya llevamos un año trabajando con ellos)ha sido totalmente contraria a lo que se dice en esa web. Los editores han actuado con nosotros con total transparencia y honradez. Han promocionado en libro en la medida de sus posibilidades (entrevistas en televisiones locales, feria del libro etc.) y han trabajado muy bien el tema de la edición ya que el libro ha quedado muy bien editado y estamos muy contentos.
Y no sólo nosotros, casi todos los autores que han trabajado con ellos lo están. Curiosamente las infamias por internet proceden de los que no lo han hecho.

Nada simplemente hago este comentario porque me fastidia que se difame a los que trabajan bien y se esfuerzan por sacar a la luz nuevas voces literarias.

Saludos.

BUENDIA dijo...

Muy buenas!!!

Quiero participar en esta charla porque creo que mi visión es la "otra".

Intuyo que Al por su conocimiento del mundo editorial tiene o ha tenido relación con el mismo. Jorge es escritor, bueno o no (no he leído su obra, aunque estoy en ello) y el Sr. Impaciente con su blog hace sus pinitos y alivia su vena escritora. Pero yo no, yo soy de "los otros" de los carentes de talento literario y sobre todo de los carentes de la disciplina y perseverancia necesarias, sin duda, para escribir algo más allá de dos frases inconexas. Y sin embargo, admiradora de aquellos que poseen estas cualidades, soy y he sido, a pesar de las trabas cotidianas, lectora impaciente y voraz incluso de las páginas amarillas.

Estoy convencida, aún sin conocerlo, de la suciedad del mundo editorial. Los suburbios de cualquier cosa que implique negocio son así, independientemente de cual sea la industria. Pero tambien pienso que la autoedición no puede estar mal vista ni en el mundo del comic ni en la industria discográfica ni tampoco en el libro. La visión que Al describe de la auoedición solo puede ser la difundida por las propias editoriales convencionales con intereses clarísimos en contra y quizás la de lectores ocasionales de bestsellers (con todos los respetos que cualquier lector me merece), nunca la de los lectores habituales.

Para una habitual lectora como yo la autoedición es valentía, creer en lo que uno hace y en cómo lo hace y deseo de someterse al examen que supone darlo a conocer. Me importa poco si esa autoedición se financia con dinero o con el esfuerzo de ingeniarselas para promover la obra. Lo que realmente me interesa es que afloren los escritores noveles, cuantos más mejor, estoy hábida de leer nuevas propuestas, primeras novelas... y agradezco a las editoriales que apuestan por la autoedición y por supuesto a los escritores que se autoeditan y promocionan (muchísimas gracias Jorge) que pongan a mi disposición dichas novelas, ya decidiré yo si me parecen buenas o no.

En cuanto a los escritores primero autoeditarán captando a lectores habituales y después quizá los lobos del mundo editorial los persigan para que publiquen con ellos llegando así a los lectores ocasionales o no.

Nadie dijo que el oficio fuese fácil. Por ello y para ellos MI ADMIRACIÓN.

Saludos a todos.

Noelia.

Por cierto, en cuanto termine la novela os diré que me ha parecido.

BUENDIA dijo...

Uys ahora releyendo creo que el comentario anterior resultó excesivamente largo. Mis disculpas.

Y por cierto estoy ávida, no "hábida" que no sé ni lo que es. ¿Veis por qué no puedo ser escritora? Je je...

Saludos.

PAblo dijo...

Buendía,

Sin que sirva de precedente, completamente de acuerdo con tu comentario menos con el habida que ha hecho daño en mi vista (menos mal que has rectificado a tiempo).

Impacientes Saludos.

Akbarr dijo...

Buendia, cómo se nota que has autoeditado tu comentario... B-)

Yo creo que los que piensan que la autoedición es algo "malo" o "menor" simplemente es que no viven en la actualidad. La autoedición está ya aquí, Internet nos permite fácilmente publicar libros, música, comics... lo que sea, y que, con el tiempo y si la obra es buena, le llegue a mucha gente. No es que sea el futuro, es que ya prácticamente está aquí. Si no se ha generalizado más aún, es sencillamente porque en esa visión del mercado los que sobran son los intermediarios (editoriales, distribuidoras...), es decir, los que hasta ahora tenían la sartén por el mango. Y, como los dinosaurios, se resisten a desaparecer.

Y este blog es un ejemplo de ello. Hace no tantos años, para opinar de algo tenías que trabajar en una revista... eso ya ha cambiado, y es sólo el principio.

Akbarr dijo...

He intentado enrollarme tanto como Buendía, pero no lo he conseguido... el listón estaba muy alto ;-)

PAblo dijo...

Akbarr,

Cuando Buendía da su opinión suele ser mejor hacerse a un lado.

Creo en la coexistencia entre los nuevos medios que permiten acceder de un modo más fácil a la publicación de obra a nuevos autores y que estos se den a conocer y los medios tradicionales que de un modo u otro están llamados a evolucionar si no quieren verse sobrepasados por todos lados.

Impacientes Saludos.

Jorge Díaz-Leza / María Jesús Leza dijo...

Hola a tod@s, me alegro de que el comentario de nuestro lector impaciente esté generando tanto debate. Me gustaría contribuir pues con mi punto de vista.
Por mi pequeña experiencia en el mundo de la publicación, que una editorial publique una novela de un autor/a desconocido/a sin exigirle nada (ni dinero, ni compromiso de ventas, como ha sido nuestro caso, ni de promoción y marketing) es hoy en día muy difícil, por no decir imposible. Ya sabéis, el círculo vicioso: si no te conocen no vendes y si no vendes no te publican, porque la edición es un negocio como otro cualquiera y como tal hay que entenderlo. Lo otro es vivir en los mundos de Yupi.
Yo tomé la decisión de publicar con esta editorial, aunque me exigiera un compromiso de ventas, y creo que es de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, pues el libro ha sido leído y conocido y, además, lo que más me congratula: está gustando. Además estoy aprendiendo mogollón de cosas sobre cómo promocionar un libro y venderlo, ya que estoy convencido de que hoy en día, con la inconmensurable oferta y fuerte competitividad del mundo editorial, si un autor/a no se compromete con su libro a este nivel, no hay nada que hacer.
Si me hubiera dedicado a creerme Lord Byron y a esperar a firmar con una editorial que me lo diera todo hecho, “El Manuscrito de San Florián” seguiría durmiendo en un cajón.
Un saludo.

Daniel Albarracín dijo...

Pues estoy leyendo el libro y me está gustando. Coincido en la valoración de Pablo.
En cuanto a la polémica suscitada, en este país se edita un variedad de libros infinitamente menor a la realmente escrita. El baremo para su publicación tiene que ver con razones de marketing y marca. A una editorial, como el coste básico es el fotolito, lo que interesa es publicar pocos títulos pero muchos libros, y eso exige una marca previa.
Conozco al autor, y es amigo mío. Y en este caso, la promoción y la labor de difusión personal explica el tirón de la obra. Es una persona muy insertada en círculos literarios, participa activamente en movimientos sociales, y ha hecho un trabajo incansable de convocatoria para hacer conocer su trabajo. Además, sus invitaciones y presentaciones han sido auténticos espectáculos desde la sinceridad, la sensibilidad y el estímulo personal más creativo y honesto.
Chapeau por estas iniciativas. Jorge, has currado mucho y tienes esta oportunidad, y espero que muchas otras. Pero, en efecto, el mundo editorial y de la distribución está atravesado por la lógica de la mercancía, no lo olvidemos.
Abrazos,
Dani
www.daniloalba.blogspot.com

PAblo dijo...

Daniel,

El primer paso y el más importante yo creo que ya lo ha dado. Ahora son los lectores quienes tienen la palabra. Lo que está claro es que actualmente, como bien apunta Jorge, el autor tiene que hacer un seguimiento de la obra más allá de su redacción y tiene que preocuparse también de la promoción.

No son tiempos fáciles para publicar pero realmente pienso que nunca lo han sido.

Impacientes Saludos.