Un buen guionista de superhéroes tiene que tener bien abiertos los ojos sobre lo que ocurre a su alrededor al tiempo que humaniza al superhéroe para hacerle alguién cercano al lector con quién pueda identificarse. Esto, que en principio, parece una verdad de perogrullo fue una de las claves del éxito del resurgir del género superheroico de la mano de Stan Lee en los años sesenta y durante los noventa fue olvidado por buena parte de los guionistas, más preocupados en repetir una y otra vez los mismos clichés que en buscar soluciones a la enésima crisis del género. Sin embargo, si hay un autor que ha asumido esas enseñanzas al pie de la letra y las ha llevado a su máxima expresión en los últimos años ese no es otro que Brian K. Vaughan (“Runaways”, “Y, el último hombre”) en su mejor serie hasta el momento, “Ex Machina”.
Vaughan sin renunciar al componente de fantasía que debe tener todo cómic de superhéroes sabe incorporar en “Ex Machina” un realismo único en la actualidad, que no se veía en los cómics “superheroicos” desde los setenta, centrado en las problemáticas contemporáneas que todos leemos o escuchamos habitualmente en las noticias y apoyado en un cuidadoso estudio de documentación. Sus personajes lejos de comportarse como meros arquetipos asumen comportamientos y reacciones creíbles, con un tratamiento mucho más maduro de lo que estamos acostumbrados a ver dentro del género superheroico.
En este nuevo volumen, que según comenta Tony Harris ("Starman"), el dibujante de la serie, viene a marcar el meridiano de la misma y engloba los números 26 a 29 de la edición norteamericana, aparecen reflejadas todas las características apuntadas, pero Vaughan aporta una novedad que probablemente marque el futuro del protagonista, introduciendo un nuevo personaje aparentemente destinado a desvelar el origen de los misteriosos poderes del alcalde Mitchell al tiempo que provoca un apagón en todo Nueva York que no sólo afecta a sus habitantes sino también a los poderes del alcalde.
Nos encontramos ante uno de los mejores arcos argumentales de lo que llevamos de serie. Vaughan y Harris desarrollan la historia como si de una serie de televisión se tratara y abren, sin abandonar las pautas seguidas hasta ahora, nuevas tramas manteniendo al lector enganchado con la zanahoria del oscuro origen de los poderes de Mitchell Hundred al tiempo que le castigan con las problemáticas que como alcalde de la Gran Manzana tiene que enfrentar en una situación de emergencia como es un apagón.
Los diálogos de Vaughan son espléndidos. Llenos de credibilidad, intensidad e ingenio, expresándose cada uno de los personajes secundarios como se supone que debe hacerlo y robándole en muchas ocasiones protagonismo al personaje principal al tiempo que incorporan elementos de fino humor en inteligentes guiños dirigidos al lector. La aparición del misterioso viajero interdimensional – y a mí que me recuerda a Juan Salvo …. ¿Habrá leído Vaughan a Oesterheld? No sé, no sé…- está tratada con habilidad para que no desentone y, tanto Vaughan como Harris, pasan con nota uno de los momentos llamados a ser claves dentro de la colección. En el aspecto gráfico, Harris ofrece su mejor cara y aunque sus composiciones todavía me parecen excesivamente rígidas y académicas, su estilo pulcro y detallista dentro del tratamiento cinematográfico de la serie casa bien, complementando la labor de Vaughan a la hora de dotar de credibilidad los elementos más fantásticos.
En definitiva, “Ex Machina” se confirma para mí como la serie a seguir dentro del panorama superheroico actual y la apuesta más segura por la renovación del género desde planteamientos inteligentes y alejados de clichés apolillados. La edición de Norma Editorial es correcta y en este tomo incluye un par de artículos de los autores así como un sketchbook.
Para leer más de “Ex Machina” en El lector impaciente aquí, aquí y aquí.
Vaughan sin renunciar al componente de fantasía que debe tener todo cómic de superhéroes sabe incorporar en “Ex Machina” un realismo único en la actualidad, que no se veía en los cómics “superheroicos” desde los setenta, centrado en las problemáticas contemporáneas que todos leemos o escuchamos habitualmente en las noticias y apoyado en un cuidadoso estudio de documentación. Sus personajes lejos de comportarse como meros arquetipos asumen comportamientos y reacciones creíbles, con un tratamiento mucho más maduro de lo que estamos acostumbrados a ver dentro del género superheroico.
En este nuevo volumen, que según comenta Tony Harris ("Starman"), el dibujante de la serie, viene a marcar el meridiano de la misma y engloba los números 26 a 29 de la edición norteamericana, aparecen reflejadas todas las características apuntadas, pero Vaughan aporta una novedad que probablemente marque el futuro del protagonista, introduciendo un nuevo personaje aparentemente destinado a desvelar el origen de los misteriosos poderes del alcalde Mitchell al tiempo que provoca un apagón en todo Nueva York que no sólo afecta a sus habitantes sino también a los poderes del alcalde.
Nos encontramos ante uno de los mejores arcos argumentales de lo que llevamos de serie. Vaughan y Harris desarrollan la historia como si de una serie de televisión se tratara y abren, sin abandonar las pautas seguidas hasta ahora, nuevas tramas manteniendo al lector enganchado con la zanahoria del oscuro origen de los poderes de Mitchell Hundred al tiempo que le castigan con las problemáticas que como alcalde de la Gran Manzana tiene que enfrentar en una situación de emergencia como es un apagón.
Los diálogos de Vaughan son espléndidos. Llenos de credibilidad, intensidad e ingenio, expresándose cada uno de los personajes secundarios como se supone que debe hacerlo y robándole en muchas ocasiones protagonismo al personaje principal al tiempo que incorporan elementos de fino humor en inteligentes guiños dirigidos al lector. La aparición del misterioso viajero interdimensional – y a mí que me recuerda a Juan Salvo …. ¿Habrá leído Vaughan a Oesterheld? No sé, no sé…- está tratada con habilidad para que no desentone y, tanto Vaughan como Harris, pasan con nota uno de los momentos llamados a ser claves dentro de la colección. En el aspecto gráfico, Harris ofrece su mejor cara y aunque sus composiciones todavía me parecen excesivamente rígidas y académicas, su estilo pulcro y detallista dentro del tratamiento cinematográfico de la serie casa bien, complementando la labor de Vaughan a la hora de dotar de credibilidad los elementos más fantásticos.
En definitiva, “Ex Machina” se confirma para mí como la serie a seguir dentro del panorama superheroico actual y la apuesta más segura por la renovación del género desde planteamientos inteligentes y alejados de clichés apolillados. La edición de Norma Editorial es correcta y en este tomo incluye un par de artículos de los autores así como un sketchbook.
Para leer más de “Ex Machina” en El lector impaciente aquí, aquí y aquí.
1 comentario:
Sí que tiene buena pinta, pero aún no lo he leído.. tengo overcomicbooking :) ahora mismo..
Lo pillaré en préstamo de la biblio
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