lunes, 15 de abril de 2013

“El inmortal puño de hierro”, de Matt Fraction, Ed Brubaker y David Aja.



Para matar el gusanillo a la inminente publicación de “Ojo de Halcón” de David Aja y Matt Fraction, he estado releyendo estos días los tres primeros tomos de la edición española de Panini de “El Inmortal Puño de Hierro”, la colección que convirtió a David Aja en un dibujante hot al que tener muy en cuenta dentro de la Marvel actual.

En esta colección, y en concreto, en las aventuras recogidas en estos tres primeros tomos Ed Brubaker, junto a Fraction, redefinió al personaje clásico de los años setenta poniéndolo al día, al igual que hiciera anteriormente con éxito con “Daredevil” y “Capitán América”, a lo largo de una serie de entretenidas tramas en las que respetando la esencia e historia del personaje introducía nuevos elementos que lo hacían más complejo e interesante.

 Brubaker una vez más supo jugar sus bazas y convirtió a Danny Rand, un multimillonario campeón místico de Kung Fú de una mística ciudad perdida tibetana, en la última encarnación de una larga tradición de campeones previos, contextualizándolo en una trama de acción, que incorporaba al personaje a un campeonato entre ciudades celestiales que referenciados a mitos de los adolescentes de los noventa como la serie “Dragon Ball” o el videjojuego de lucha “Tekken”, e intriga, en torno al anterior Puño de Hierro y el padre del actual que emparentaba directamente con los clásicos pulp con lo que haría la la delicia de los autores más veteranos. En fin, "El inmortal puño de hierro" tenía todos los elementos para ser un bombazo y lo fue.

Y es que si la labor de los guionistas es encomiable –no sé hasta qué punto cuáles eran las ideas de Brubaker y cuáles las de Fraction y quizás sea mejor que no se llegue a saber- donde la serie realmente destaca es en el apartado gráfico con el magnífico trabajo del español David Aja, dibujante que le dotó a la serie de una impronta característica merced a su cuidado trabajo gráfico, muy superior a lo que se llevaba en la época en el mainstream e incluso algo contracorriente, ya que si la apuesta predominante es por cómics espectaculares pero más sencillos de leer, la narrativa de Aja es compleja y estudiada pero sin perder por ello ni un ápice de la espectacularidad demandada.

En estos números, Aja deja huella palpable de su calidad con un dibujo de trazo fino, figuras angulosas y cuidadas composiciones en las que muestra cómo ha sabido entender e incorporar a su estilo el trabajo de grandes autores como Howard Chaykin, Paul Gulacy, David Mazzuchelli y, sobre todo, Jim Steranko a la hora de desarrollar un estilo propio logrando un trabajo evocador de los clásicos mencinados pero al mismo tiempo moderno y  fácilmente identificable. Por otro lado, también es de agradecer que lejos de acudir a modelos y recursos de dibujante familiares para el lector conocedor del género, Aja busca dotar a sus páginas y dibujos de soluciones sorprendentes, buscando composiciones dinámicas y perspectivas atrevidas, jugando continuamente con el ritmo de la secuenciación de las viñetas a la hora de reflejar las escenas de acción para desarrollar trucos cercanos al lenguaje cinematográfico pero eminentemente propios del Cómic.

Además, Aja juega espectacularmente con el color del tebeo para buscar los fuertes contrastes para dotar a su estilo de una profundidad y resaltar la atención del lector sobre determinados elementos importantes en la trama, logrando además un detalle hiperrealista acabadísimo sin que sus personajes pierdan por ello expresividad ni armonía. En su expresivo y cuidado uso del color recuerda al trabajo de otros dibujantes afines a Brubaker como los Michael Lark o Sean Phillips. Además, desde los tiempos del legendario Gene Colan no he visto un dibujante que incorporase tan bien los elementos climáticos y atmosféricos a la ambientación de sus historias.

La impronta de Aja en la serie sobresale incluso por encima de todos los demás dibujantes que colaboran a lo largo de estos números en distintas funciones no logrando ninguno la atmósfera intensa y personalidad que Aja logra convirtiéndose su labor en meros complementos más o menos mejor acabados aun cuando entre estos colaboradores se incluyan nombres de la categoría de Howard Chaykin o John Severin y dibujantes modernos tan interesantes como Kano o Travel Foreman.

En fin, a pesar de los años transcurridos (tampoco tantos), “El inmortal puño de hierro” de Aja, Brubaker y Fraction es un ejemplo inequívoco de una fórmula para hacer cómics de superhéroes perdurables y de calidad que, haciendo honor en este caso a su título, acaben convertidos en inmortales. Y si no, al tiempo. 

domingo, 14 de abril de 2013

Los Premiados del Salón de Barcelona 2013



And the winners are:

 Gran Premio Salón: Purita Campos
Mejor Obra de Autor Español publicada en España en 2012: Ardalén de Miguelanxo Prado
 Mejor Obra de Autor Extranjero publicada en España en 2012: Portugal de Cyril Pedrosa
 Autor Revelación en 2012: Oriol Hernández
 Mejor Fanzine publicado en 2012: Adobo
  Premio Votación Popular 2012: Sleepers de Luis NTC.

Pues  están todos los que son y son todos los que están, como se suele decir.

Poco discutible los premiados con una Mejor Obra, "Ardalén", a la que no escatimé los elogios por aquí.

Como gran triunfadora entre las editoriales destaca Norma cuyas obras acaparan prácticamente el palmarés y sobre todo sobresale el que por fin se ha hecho justicia a una gran veterana de las viñetas como es Purita Campos.

FELICIDADES A TODOS LOS PREMIADOS Y A TODOS LOS NOMINADOS.

viernes, 12 de abril de 2013

“WW 2.2 La otra Guerra Mundial 1: La Batalla de París”, de Chauvel, Boivin y Henninot.




Inicia Diábolo Ediciones la publicación de una nueva serie ambientada en la II Guerra Mundial en la que un equipo creativo distinto en cada uno de los siete álbumes en que está prevista la serie se dedica a intentar responder si en momentos claves del conflicto los hechos históricos hubieran sido distintos. Una ucronía histórica en toda regla que se ajusta a la fórmula clásica de los “What if…?” superheroicos que pusiera de moda la Marvel en los ochenta. De este modo, en este primer tomo el equipo formado por el guionista David Chauvel y los dibujantes Eric Henninot y  Hervé Boivin  nos dan su respuesta a lo que hubiera pasado si Hitler hubiera muerto en 1939 si el fallido atentado de Johann Georg Elser hubiera tenido éxito.
En este primer álbum, el equipo creativo plantea que la guerra habría estallado igualmente aunque se hubiera desarrollado de manera muy distinta siendo uno de los momentos claves de esta guerra paralela la batalla de París que se habría desarrollado en una capital de Francia evacuada de población civil y tomada por el ejército francés a la espera del asedio de los alemanes. En este álbum, Chauvel, Boivin y Henninot se centran en mostrar la tensa espera de el día a día en la ciudad desierta de una de las patrullas francesas antes de la gran batalla contra los alemanes.
Me ha decepcionado esta primera entrega de la serie pues lo que en principio se vende cómo el elemento central de la historia – la muerte de Hitler en 1939-  ocupa solo el prólogo de la misma siendo el desencandenante de los hechos narrados en el grueso del álbum, un episodio bélico imaginado en el que Chauvel cae en todos los tópicos de las historias bélicas protagonizadas por grupos reducidos y explotadas hasta la saciedad en el cine desde “La Patrulla Perdida” hasta “Salvar el soldado Ryan” (por no hablar de la magistral serie televisiva “Band of Brothers”). La diferencia más llamativa es que la nacionalidad de los soldados protagonistas del álbum es francesa pero, más allá del detalle, Chauvel cae en todos los arquetipos una y mil veces vistos en diversas historias para caracterizar a sus soldados (el misterioso veterano de oscuro pasado, el jefe inseguro, el poeta, el líder en la sombra, etc…), siendo quizás el único guiño más o menos original la presencia en el reparto de unos gemelos bigotudos que parecen referenciarse tanto en los clásicos Hernández y Fernández de Hergé como en los inefables Mario Bros. de Sony.
A partir de estos datos y cierto conocimiento documental de la historia, Chauvel monta una trama convencional  usando como narrador interpuesto la relación epistolar del jefe de la unidad con su esposa. El principal problema de la historia, en mi opinión, es que Chauvel intenta dar una excesiva verosimilitud a la historia partiendo de su premisa falsa ciñéndose a un falso realismo que acaba volviendo la trama previsible y manida cuando la gracia del asunto estaría en hacer algo original y diverso aprovechando la ucronía y su carácter de ficción.
En el aspecto gráfico, volvemos a las mismas. El arranque es espléndido con el desarrollo en primera persona en el prólogo del atentado contra Hitler por el mismísimo Elser al que adivinamos entre sombras, dibujado con brillantez por Henninot (al que ya conocimos en España gracias a “XIII Mystery”). Sin embargo, una vez logrado el efecto de epatarnos con la espectacular capilla ardiente de Hitler, toma las riendas de la historia Hervé Boivin, un dibujante que asume un rol mucho más convencional. De este modo, Boivin es un dibujante muy correcto, que se ciñe con mimo a las instrucciones del guionista dibujando con precisión tanto las calles desiertas de París donde se desarrolla la acción como los diversos personajes pero su narración es lenta y premiosa lastrada por lo convencional de la historia y a mí me ha dejado bastante frío.

En fin, esperaba algo distinto de este primer álbum de “WW 2.2”, que el álbum se hubiera centrado en mostrarnos efectivamente el atentado contra Hitler y no sus consecuencias, quizas. Y es que estoy seguro que  "WW 2.2"  es una serie que parte de unas ideas que pueden dar mucho más de sí  de lo que lo que han planteado Chauvel y Boivin en este primer álbum. Ojalá que en el segundo a cargo de Robledo y Toledano (sí, los de "Ken Games") estos acierten y sean capaces de sacarle todo el jugo al concepto. Ya os contaré.    

jueves, 11 de abril de 2013

“Ab Irato: La naturaleza de la bestia”, de Bernet y E.S. Abulí.



No deja de ser una buena noticia que con la que está cayendo desde EDT sigan apostando por recuperar clásicos del cómic patrio. De este modo, poco a poco, han ido reeditando en excelentes ediciones la mayor parte de la obra del tándem formado por el dibujante  Jordi Bernet y el guionista Enrique Sánchez Abulí quedando únicamente pendiente, de su producción común, la obra que hoy nos ocupa titulada originalmente únicamente como “La naturaleza de la bestia” para su primera edición seriada en la revista “Tótem” a mediados de los ochenta y posteriormente editada en álbum por Glénat en los noventa, rebautizada para esta nueva edición en blanco y negro como “Ab Irato: La naturaleza de la bestia”.

Abby es una espectacular mujer casada con un rico depravado mucho mayor que ella que la hace participe de sus fantasías sexuales. Cuando conoce a Tom, un antiguo boxeador que se gana la vida como leñador junto a un chico algo retrasado que procura imitarle en todo, surge la pasión. Abby  convencerá a  Tom para planear la muerte de su marido,  pero es entonces cuando las cosas empiezan a complicarse.

Ab Irato” es una entretenida lectura de género negro en la que la influencia de “El cartero siempre llama dos veces” de  James M. Cain es más que notoria. Sin embargo, más allá de esa referencia evidente, Sánchez Abulí no se limita a la mera reproducción de las fórmulas de la obra que le sirve de inspiración sino que va más allá para construir una acida metáfora en torno a la naturaleza perversa del ser humano mediante unos personajes llenos de flaquezas y crueldades. De este modo, Sánchez Abulí incorpora su particular y enriquecedora visión del Hard Boiled introduciendo constantemente elementos cómicos que atemperan el trasfondo pesimista de su obra y lejos de dotar a la obra de esa atmósfera reconcentrada y violenta típica de Cain la otorga un tono ligero y socarrón que atempera la violencia latente de la historia, reproduciendo de nuevo una fórmula que el equipo creativo venía desarrollando con éxito en la inigualable “Torpedo 1936”, obra con la que guarda muchas notas en común. En esa capacidad para incorporar el guiño socarrón a tramas dramáticas, Sánchez Abuli me recuerda al mejor Caniff, aunque el humor de aquél sea más negro y sucio y, por lo tanto, más cercano a nosotros que los guiños del artista norteamericano.

En el aspecto gráfico, Bernet vuelve a demostrar que es un maestro del claroscuro, aun cuando la obra orginalmente apareciese a color, siendo capaz de reflejar con maestría cualquier escena ideada por Sánchez Abulí para pasar sin dificultad del gag cómico, a la fantasía erótica o al dramatismo de un suicidio en un parpadeo y sin que la historia pierda claridad ni interés. Es cierto que en sus inicios Bernet acusaba una marcada influencia del gran Alex Toth pero en el momento de la publicación inicial de esta obra ya era un autor maduro que había desarrollado su personal e identificativo estilo basado en la expresividad de sus personajes, especialmente los femeninos.

Así, “Ab Irato” es una deliciosa obra menor en la producción de estos dos monstruos del tebeo patrio, ideal para que el lector que todavía no los conozca se haga una  idea de sus capacidades y el despliegue de talento que se está perdiendo, al tiempo que sus rendidos admiradores encontrarán a un equipo creativo especialmente inspirado con el que volver a disfrutar. Todo un acierto por parte de EDT su recuperación.

miércoles, 10 de abril de 2013

“Fábulas: Cachorros en la tierra de los juguetes”, de Bill Willingham, Mark Buckingham y Shawb McManus.




Llevaba  tiempo que leer cada nueva entrega de Fábulas” se había convertido en una tarea rutinaria que me proporcionaba menos satisfacciones que ilusiones y llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de dejar una serie que para mí vivía de las glorias pasadas sin mostrar signos de recuperación. Y, sin embargo, ha sido leer esta nueva entrega publicada por ECC Ediciones, que reúne los números 114 a 121 de la serie original, y por fin ver renovado mi entusiasmo pues, en mi opinión, nos encontramos con una historia magnífica que  Willingham y Buckingham llevaban años escamoteándonos.

Tras convertirse Invierno, una de los cachorros de Feroz y Blancanieves,  en la nueva Viento del Norte, sus hermanos y hermanas sienten que han quedado relegados a un segundo plano. Por eso cuando a Therese, la más caprichosa de las hermanas descubre que su barco de juguete es un barco mágico que la promete llevarla al país de los juguetes para convertirse en su reina la chica no se lo piensa dos veces. Sin embargo, Therese descubrirá que su reino mágico no es tan bonito como esperaba sino una tierra desolada y sus súbditos unos juguetes rotos que se hacen llamar los Descartados y tienen misteriosos planes para su nueva reina. Atrapada en su nuevo reino y sin posibilidad de abandonarlo ni que sus padres la encuentren,  su hermano Darien junto a unos curiosos aliados serán los únicos capaces de seguir su rastro aunque quizás no sean lo suficientemente fuertes cómo para poder rescatarla.

Willingham llevaba demasiado tiempo sumido en la autocomplacencia y lo peor es que nos había sumido a los lectores que dábamos por hecho que el concepto de “Fábulas” estaba artísticamente agotado y solo seguía adelante merced a sus buenos resultados comerciales. Craso error, en “Cachorros en la tierra de los juguetes”, Willingham desarrolla una de las mejores historias de toda la serie –por no decir que quizás sea la mejor- construyendo un cuento contemporáneo con todo el aroma de los clásicos y respetando ese componente adulto y terrorífico que tenían los cuentos infantiles en sus inicios y progresivamente fueron perdiendo conforme fueron infantilizándose.

 Willingham construye una historia tenebrosa, triste y oscura,  llena de hallazgos que atrapan al lector desde las primeras páginas hasta su conclusión, manteniendo el suspense en torno a su resolución hasta un final agridulce que dista mucho del comieron perdices y fueron felices al que estamos acostumbrados en los cuentos infantiles.

En el aspecto gráfico, Mark Buckingham realiza un trabajo tan sobrio como acostumbra. Buckingham ha hecho de la economía de trazos y su veneración de Kirby notas características y en esta nueva entrega deja constancia una vez más de ello. Buckingham es capaz de caracterizar con innegable habilidad la desolación fantasmal del País de los Juguetes al tiempo que refleja conforme  la trama avanza la degradación de unos protagonistas infantiles de la historia cada vez más inhumanos. Buckingham supera la prueba de ilustrar un nuevo mundo de cuento aun cuando en esta ocasión este no sea precisamente el más adecuado para su lucimiento y precisamente por eso resulte aun más meritoria la forma en que lo ha reflejado.

Aparte de la estupenda historia principal, en estos números sigue desarrollándose la historia complementaria protagonizada por el mono Bufkin convertido en líder revolucionario en la Tierra de Oz. Lo cierto es que la historia hasta el momento no reviste especial interés y el principal aliciente estriba en disfrutar del trabajo de su dibujante un Shawn McManus que le da un acabado retro inspirado en las ilustraciones clásicas de la obra de Baum, “El Mago de Oz”. También merece la pena destacar el estupendo trabajo que el ilustrador Joao Ruas realiza en las portadas de la serie.

“Cachorros en la tierra de los juguetes” puede iniciar una nueva etapa de esplendor en la serie de “Fábulas” después de un largo período en el que la mediocridad y la escasez de ideas hicieron presa de la serie renovando las expectativas y la ilusión en torno a la misma. Si las próximas entregas siguen en esta línea, podemos ir frotándonos las manos porque quizás lo mejor todavía puede que esté por venir.

martes, 9 de abril de 2013

“Liga de la Justicia Oscura 3: La Sala Negra”, de Peter Milligan, Jeff Lemire, Joshua Hale Fialkov, Daniel Sempere, Mikel Janin y Andrea Sorrentino.




ECC Ediciones ha publicado la tercera entrega del recopilatorio de la “Liga de la Justicia Oscura”, una de las más curiosas y controvertidas propuestas de esto que se ha venido a llamar NUDC, con una serie de números realmente interesantes que marcan el relevo al guión en la serie de Peter Milligan por Jeff Lemire así como la conclusión del primer cruce con la serie “Yo, Vampiro”, guionizada –por entonces- por Joshua Hale Fialkov y dibujada por Andrea Sorrentino de la que ya comenté algo por aquí.

En estos números, mientras un grupo intenta resucitar a Andrew Bennett, el único que parece que puede parar a Caín, el vampiro primigenio, el resto de la LJO intenta resistir junto a Batman y sus ayudantes a la invasión de Gotham por las huestes vampiricas. Una vez superada esa crisis, Constantine ha de reunir una nueva formación de la LJO para encargarse de parar, a instancias de la organización gubernamental Argos que a cambio les permitirá el acceso a la legendaria Sala Negra,  al Doctor Faust, un nigromante dispuesto a hacerse con los legendarios y todopoderosos Libros de la Magia.

Tras la abrupta finalización de “El Alzamiento de los Vampiros”, una saga que prometía bastante más de lo quefinalmente ha sido y que se ha ido desarrollando entre esta cabecera y “Yo, Vampiro”, aunque en España se ha publicado íntegramente en los recopilatorios de la “LJO”, Milligan abandona la serie para dejar paso a un Jeff Lemire que se ha convertido poco a poco en el chico para todo del NUDC pudiendo pensarse que Lemire no iba a saber dar con la tecla de una serie tan particular como esta.

 Y, sin embargo, Lemire desde los primeros números del arco titulado “La Sala Negra” demuestra su capacidad poniendo algo de orden en el caótico batiburrillo ideado por Milligan reformulando en parte el concepto original hacia un grupo más al uso y cohesionado dentro del Universo DC  relacionando el grupo con Argos, incorporando nuevos miembros y dando la baja a otros, e incluso explicando el origen del nombre y otorgándoles una sede.

Tras esas premisas, Lemire monta una atractiva historia de marcado carácter superheroico en la que introduce elementos clásicos del repleto baúl de la magia de la editorial como la Casa del Misterio, los Libros de la Magia o reformulando un villano clásico como el Dr. Faust. Lemire lleva el pulso de la historia con rigor y el único pero que se le puede poner a la edición es que ECC no haya concluido el arco argumental dejándolo a medias.

En el aspecto gráfico, tras la conclusión de “El alzamiento de los vampiros” dibujado en este tercer tomo por Andrea Sorrentino y el catalán Daniel Sampere quien realiza un estupendo trabajo de sustitución, el plato fuerte es el reencuentro con el dibujante titular de la colección, el navarro Mikel Janin, que si ya nos había dejado buenas muestras de su talento en las primerasentregas de la serie vuelve a deslumbrar en los números de “La Sala Negra” , una historia menos oscura y terrorífica pero con una gran variedad de localizaciones, personajes y situaciones. Janin demuestra, con un estilo detallista y elegante basado en personajes estilizados y hermosas heroínas que es un dibujante  lo suficientemente versátil y espectacular para acometer todo el potencial que un concepto como LJO permite y Lemire parece dispuesto a explotar.

Liga de la Justicia Oscura” es una serie compleja y ecléctica formulada a partir de la  unión forzada de diversos personajes con una fuerte personalidad y largo bagaje en DC a los que resulta bastante difícil por sus características intrínsecas dar una voz común y que funcionen a estas alturas como un supergrupo al uso. Curiosamente, parece que Lemire ha puesto las bases para conseguirlo y eso de por sí ya es un mérito. Ya iremos informando sobre cómo sigue desarrollándose la cosa.

lunes, 8 de abril de 2013

“Lobezno y la Patrulla X: VvsX”, de Jason Aaron, Chris Bachalo, Nick Bradshaw, Jorge Molina y Michael Allred.





Ya he comentado más de una vez qué poquito amigo soy de la política de megaeventos de las grandes compañías mainstream que implican durante buena parte del año a las principales cabeceras de cada editorial y sus “mejores” equipos creativos en una única historia que generalmente acaba suscitando más voces críticas que aplausos. Un cáncer que debe cuadrar las cuentas de resultados a la vista que año tras año se repite y debe salvar la cara de los editores pero que creativamente enquista un género que debería precisamente de hervir de ideas y explotar posibilidades.

Un último ejemplo de cómo un megaevento afecta una serie lo hemos tenido con la ilusionante “Lobezno y la Patrulla X” de Jason Aaron de la que ya comenté algo por aquí y cuyos cruces con “VvsX” ha publicado Panini en los números 7 a 10 de la edición en grapa española. Una serie fresca y divertida que curiosamente cierra un círculo de referencias interesante  ya que adapta a la franquicia mutante las formas de la original The Umbrella Academy” de Gerard Way, quién a su vez homenajea sin pudor a “La Patrulla X” clásica de los Claremont, Byrne y Cockrum.  Sin embargo, las buenas ideas y ganas que Aaron ha mostrado hasta el momento en la serie han quedado apartadas para hacer hueco a los cruces con el dichoso megaevento de “Los Vengadores VS La Patrulla-X” del que ya escribí por aquí.

Los chicos de la Academia de Lobezno han de tomar partido cuando ven que buena parte de su profesorado parte a pelear a favor o en contra de Cíclope y los suyos y contra los Vengadores. Mientras Lobezno anda apoyando a los Vengadores e intentando evitar que el Fénix posea a Hope, la mesias mutantes, Rachel Summers intenta rastrearla a instancias de Cíclope y los suyos para protegerla. Por otro lado, Guardián,  el emperador shi’ar, ha llegado a la Tierra para intentar salvar a su díscolo hijo  que se ha unido a la lucha. Mientras unos y otros andan a la gresca, Kitty Pryde que se ha encargado al frente de la Escuela intenta mantener la normalidad de las clases aunque esa quizás sea la tarea más compleja de todas.

Aparcados obligatoriamente sus planes para la serie para embarcarse como coautor en “Los Vengadores VS La Patrulla X”, Jason Aaron ha hecho de la necesidad virtud y ha aprovechado para profundizar en los orígenes y el tratamiento de buena parte de los personajes que aparecen en la serie, ya sea como héroes o villanos. De este modo, Aaron profundiza en el cambio de actitud de Kitty Pryde en lo que se refiere a su relación con Coloso, descubre cuál es la función de Doop en la Escuela  y perfila los orígenes de algunos de las nuevas creaciones llamadas a ir asumiendo progresivamente mayor protagonismo como son Ave de Guerra o los niños que conforman el nuevo Club Fuego Infernal sin olvidar incorporar la consabida y superficial dosis de tortas necesaria para conectar con el nivel superficial de los acontecimientos narrados en “VvsX” para acabar con un escalofriante cliffhanger con el que retoma sus ideas para la serie.

Como no hay dos sin tres, en el aspecto gráfico, al estupendo trabajo realizado por Chris Bachalo y Nick Bradshaw se une el mexicano Jorge Molina que es capaz de mantener el estilo cartoon y caricaturesco de la serie. Como curiosidad y delicatessen, el episodio protagonizado por Doop ha sido dibujado por el gran Michael Allred, el creador del personaje, quién reinterpreta con su particular estilo a la mayor parte de los personajes y da rienda suelta a toda su imaginería pop en una estupenda parodia.

En fin, lo de los crossoevers de los megaeventos es una faena, pero al menos Aaron ha sabido capearlos e incluso salir bien parado sacando provecho de la circunstancia para ofrecer un conjunto de historias que sin estar a la altura de los primeros arcos de la serie han servido para cimentar su proyecto. Esperemos que, tras este paréntesis, a partir de ahora venga lo realmente bueno.

domingo, 7 de abril de 2013

El lector impaciente en Paisajes Eléctricos.



En teoría, a partir de hoy, inicio una nueva colaboración más allá del blog con el magazine online cultura Paisajes Eléctricos, cuyos autores han tenido la amabilidad de contactar conmigo para ir reproduciendo algunas de las entradas que aparecieron anteriormente en El lector impaciente.

Me hace ilusión ya que creo que esta relación puede contribuir a dar a conocer los tebeos, cómics, álbumes, NGs y demás  a un público diferente y contribuir a hacer afición más allá de los círculos de aficionados amigos conocedores y convencidos que sois el núcleo duro de seguidores del blog y con el que yo me identifico.

A ver qué tal sale…La primera colaboración, aquí. 

sábado, 6 de abril de 2013

Fred (1931-2013)





Se ha muerto esta semana Frédéric Othon Théodore Arístides, conocido en el mundo del cómic simplemente como Fred, sin que ningún editor le haya justicia en España publicando completa esa obra maestra que es la serie “Philémon” que ya reivindicamos hace años por aquí.
Curiosamente Fred ha muerto poco después de la publicación –en Francia, claro- de la decimosexta entrega de la serie tras un silencio de décadas provocado por una larga enfermedad con lo que nos la prometíamos muy felices y lamentablemente se ha acabado convirtiendo en su testamento.

Y, sin embargo, Fred no es solamente un artista destacable por esta magnífica serie sino que además desarrolló una intensa carrera como humorista gráfico desde los años cincuenta, llegando a publicar en las principales revistas nacionales e internacionales.

En 1960, junto a Georges Bernier y François Cavanna cofundó la revista humorística “Hara-Kiri”, de la que sería editor durante muchos años.
Ojalá que ya que no ha podido ver su obra editada en España en vida, esta enorme laguna sea cubierta tras su muerte. Sería el mejor homenaje que el Cómic español podría realizarle.

D.E.P.

Carmine Infantino (1924-2013)


Esta semana ha muerto Carmine Infantino, que es lo mismo que decir que ha muerto uno de los mayores dinamizadores del género superheroico en ese período que se ha venido a llamar Silver Age.
Infantino fue un exquisito dibujante y un agudo editor, suyas fueron muchas de las decisiones más imaginativas y visionarias que ayudaron a dinamizar y modernizar ese gigante llamado DC y plantarle cara a la pujante Marvel, para la que también trabajó en distintos períodos, con conceptos que aun hoy en día forman el núcleo argumental de la Editorial.

Sin embargo, Infantino siempre será recordado por crear el Flash moderno y modernizó a Batman. pero también creó junto a otros autores a personajes como Animal Man, Deadman o Batgirl, y dotó visualmente desde su puesto de director artístico de un estilo propio e identificable a DC a través de las miles de portadas que realizó  y supervisó.

En fin, ha fallecido un grande del género superheroico y desde hace tres días Flash no corre tan rápido.
La mejor semblanza sobre Carmine Infantino (en español) la realizó hace años Pedro García en su  UTCON  y se puede leer aquí.

D.E.P.