martes, 24 de julio de 2012

“Usagi Yojimbo: El regreso del alma negra”, de Stan Sakai.




Vaya por delante que disfruto como pocos tebeos actuales cada tomo de Usagi publicado por Planeta. Y es que cada nueva entrega no hace más que refrendar la calidad de una de las mejores series regulares que se está publicando en el mainstream y que por su carácter minoritario – el hecho que lo edita Dark Horse y no ninguna de las grandes- y los prejuicios que muchos todavía sienten hacia los funny animals no tiene ni el respaldo ni la repercusión que merece.
Esta nueva entrega, tras una elipsis en la que Sakai nos descubre los orígenes del vengativo demonio Jei, el autor retoma la narración de los hechos donde quedaron en el tomo anterior con distintos grupos de cazarecompensas a la búsqueda de la poseída Inazuma. Esta, gravemente herida, se esconde en un viejo templo mientras Usagi se une a viejos camaradas como Gen, Perro Callejero o el sacerdote Sanshobo y un misterioso y despiadado samurai para encontrarla antes que el resto. Cada miembro de la partida tiene sus propios intereses en encontrar a la mortífera espadachina.


Sakai ha llegado a una madurez creativa en la serie del conejo samurai en la que no necesita mantener a su protagonista en primer plano para mantener el interés por la historia. De este modo, a lo largo de las aventuras recogidas en este volumen la presencia de Usagi es en buena medida testimonial, centrándose en el desarrollo de la adictiva trama en la que los encuentros y desencuentros – en la mejor tradición de Kurosawa cuya influencia es bien patente en toda la obra- entre los distintos personajes es constante. Sakai asimismo es capaz de adaptar a la corriente de la novela río que es la historia reencuentros con personajes aparecidos en anteriores y lejanas entregas ajenos a la historia que está contando pero que en un parpadeo vuelven a aparecer para hacer participe al lector de su evolución y dar solidez a la estructura de la obra.

En el apartado gráfico, nada nuevo. Sakai vuelve a mostrar su maestría con un estilo sobrio pero efectivo en el que cuida al máximo la ambientación del período histórico en que se engloba la obra y un magnífico sentido de la narración que permite que la trama vaya desplegándose con exquisita fluidez, escondiendo para el lector atento distintas referencias. Especial mención merece el tratamiento de las onomatopeyas y la rotulación en las que Sakai es un maestro y refuerzan la historia como en pocos cómics actuales podemos apreciar.
En fin, “Usagi Yojimbo”, discretamente, es una de las mejores series regulares que se vienen publicando actualmente y reivindica la validez del siempre acosado cómics de género de calidad frente a las modas y tendencias.


lunes, 23 de julio de 2012

“Fabulas: Heredar el viento”, de Bill Willingham, Mark Buckingham, Adam Hughes, Paul Craig Russell y otros.

ECC Ediciones toma el relevo de Planeta y publica este mes una nueva entrega de la errática “Fábulas”  que que engloba los números 108 a 113 norteamericanos y en la que los autores devuelven al primer plano a la familia Lobo.




Tras la muerte del Viento del Norte en el enfrentamiento final con el Señor Oscuro, uno de sus nietos –los hijos de Lobo Feroz y Blancanieves- está llamado a sucederle, iniciándose las pruebas que determinarán quién es el elegido mientras los otros  Vientos Cardinales se encuentran a la expectativa para intentar situar a un candidato que les sea afín. Mientras tanto, Bufkin continua con su revolución en el mundo de Oz y Rosa Roja inicia la exploración de la Granja para preparar el regreso de las Fabulas exiliadas. Sin embargo, en el Castillo del Señor Oscuro en Manhattan, su antigua concubina Leigh Douglas, se prepara para cuando las Fabulas regresen.

En este continuo reinventarse que es la serie principal de “Fábulas” se está notando para bien que Willingham anda algo más centrado – el cierre de “Jack of Fables” parece que le ha sentado bien- y está ofreciendo tramas más originales e ingeniosas, desarrollando un conjunto de tramas en paralelo que ahonda en el carácter coral de una obra en la que cualquier personaje puede erigirse en protagonista. En ese sentido, todo el tema en torno a la herencia del Viento del Norte y la profecía a la que se hace referencia en el arco titulado "Heredar el viento"   resulta interesante y deja con ganas de saber cómo Willingham va a resolver el arco.

 La serie se desdibuja, como viene siendo habitual, una vez más con los episodios autoconclusivos dibujados por distintos artistas que permiten a Buckingham ponerse al día con el dibujo de la trama principal y a Willingham ir introduciendo nuevos elementos y personajes. En este caso, hay una de cal y otro de arena. Mientras que el episodio navideño protagonizado por Rosa Roja –dibujado por Buckingham, todo sea dicho- resulta atractivo y adictivo con su homenaje a clásicos como Andersen o Dickens, la historia de relleno dibujada por distintos autores con guiño incluido al Mundodisco de Terry Prattchett resulta deslavazada e incoherente.

En el aspecto gráfico, Buckingham se muestra tan solvente como acostumbra en una serie ideada a su medida mientras que en el episodio de relleno siempre resulta agradable reencontrarse con el talento de los autores que colaboran, desde el sorprendentemente esquemático Paul Craig Russell hasta un Adam Hughes que deja buena muestra de su talento secundados por el relevista habitual de la serie Zander Cannon y el interesante Ramon Bachs. Mención aparte merece la labor aparte del portadista, el brasileño Joao Ruas que logra la difícil tarea de hacernos olvidar a James Jean.

Parece que de nuevo se avecinan buenos tiempos para “Fábulas” y eso en una serie que –parece mentira como pasa el tiempo- ya ha sobrepasado la centena de episodios tiene su mérito. Seguiremos informando.

viernes, 20 de julio de 2012

“Dexter, el oscuro pasajero”, de Jeff Lindsay.

Creo que no lo he dicho nunca por aquí pero soy fan de la serie “Dexter”. Me divierten mucho las peripecias de este asesino en serie, sociópata justiciero, metido a padre de familia agobiado y creo que todas las temporadas – a falta de ver la última- han estado realmente bien. Por ese motivo, en cuanto he tenido un ratillo me he leído la primera novela original en que se inspiró la serie “Dexter, el oscuro pasajero”, de Jeff Lindsay.

El argumento de esta primera novela se ajusta básicamente a la primera temporada de la serie, aunque contenga algunos cambios significativos que no voy a contar para no chafarle a nadie el placer de descubrirlos por sí mismo.

Decir, sin embargo, que la novela de Lindsay ha sido una pequeña decepción ya que el original me parece bastante peor que la adaptación televisiva, mucho más profunda y consistente esta en la descripción y tratamiento de los personajes. Es cierto que ha de servir de atenuante que la mayor parte de las sorpresas que con un estilo ágil y directo en permanente diálogo con el lector desarrolla Lindsay a través de la narración en primera persona de Dexter son ya conocidas de antemano para el que siga la serie pero, a pesar de ello, la novela es demasiada abrupta y precipitada, especialmente en su embarullado tramo final que estropea buena parte de lo bueno realizado por Lindsay en las doscientas páginas previas.

Como curiosidad está bien, pero las soluciones del conjunto de guionistas de la serie dan una mayor solidez y profundidad al personaje y su historia, en mi opinión. Que cada cuál saque sus propias conclusiones.

jueves, 19 de julio de 2012

“La Cosa del Pantano 1”, de Scott Snyder, Yanick Paquette, Victor Ibáñez y Marco Rudy.

 
En los cómics, como en la vida, se premia el talento, entendiendo en este caso por tal el de ver más allá de lo que la mayoría no somos capaces. Y mucho más talento del que le presumía en sus prometedoras obras anteriores ha confirmado el guionista Scott Snyder en el relanzamiento de “La Cosa del Pantano” en el NUDC, del que ha publicado ECC Ediciones las cuatro primeras grapas en un nuevo tomito. Y es que tras su “Génesis Oscura” obra y gracia de Len Wein y Bernie Wrightson  y catapultada a la categoría de obra de culto merced a la genialidad del barbas de Northampton, muchos han sido los llamados a rememorarr las viejas glorias del querido Swampy –Morrison, Millar y Vaughan, como nombres más destacados- sin ser ninguno capaz de volver a sacarle del lodazal en que parecía instaurado tras el paso de Moore. Mérito enorme por tanto  de Snyder que con dos detallitos el de volver a hacer de nuevo atrayente al lector –y sin necesidad de conoce toooda la larga trayectoria anterior de los autores mencionados- el uniervo de “La Cosa del Pantano”.

La premisa de la que parte la nueva serie es que Alec Holland, el botánico que acabó transformado en La Cosa del Pantano, ha resucitado y recuperado su humanidad aun cuando mantenga intactos los recuerdos de su alter ego. Holland intenta llevar una vida normal mientras el Verde y el Consejo de Árboles formado por las antiguas encarnaciones de la Cosa del Pantano intentan convencerlo para que vuelva a convertirse en la Cosa del Pantano, el adalid del Verde predestinado para enfrentarse a su némesis, la Podredumbre, que ha resurgido y se fortalece en las zonas desérticas de Estados Unidos alistando para su causa un ejército de zombis y a su propio adalid, el pequeño William Arcane.

Para empezar, desde hace décadas no recuerdo tal proliferación de cartelas y texto escrito en un tebeo de superhéroes. Y no lo digo como un desmérito. Con el tema de la adaptación de la narrativa gráfica a la cinematográfica, dar más importancia al impacto visual de las grandes viñetas y la absurdez de que los jóvenes y nuevos lectores repelen el texto escrito, el género ha sufrido un empobrecimiento del texto que ha mermado la calidad y profundidad de las historias. Sin embargo, ni todos los textos son reiterativos ni prescindibles y en muchas ocasiones son necesarios para contar correctamente una historia porque, pese a quien pese, el mejor cómic nace de la reunión complementaria de texto e imagen. Es una suerte que Snyder vaya a la contra de esa tendencia tan generalizada y haya sabido encontrar el modo de incorporar los textos  que ha considerado necesarios sin mermar por ello el impacto visual del buen trabajo de Paquette, Ibañez y Rudy.

Entrando ya en la historia, por otro lado, se nota el buen trabajo de documentación realizado por el guionista para aprovechar la herencia recibida y a partir de su interpretación y la introducción de unas sutiles modificaciones reinventarla de un modo entretenido y atractivo para un amplio abanico de lectores, sacando buen partido además para crear expectación del recurso del cliffhanger. Sin renunciar del todo a los guiños al terror clásico de Wein ni al lirismo de la sofisticada interpretación de Moore, Snyder hace suyo al personaje desde el principio con un tratamiento ecléctico del personaje y su universo y más deudor acaso al del temprano Cronenberg de “La Mosca” al  apostar por mantener la condición humana de Holland y abriendo así un interesante abanico de posibilidades a explorar.

Respecto a la elección de la némesis de “La Cosa del Pantano” parece que interrelaciona estrechamente la serie con otro personaje de los de culto de DC, “Animal Man” en la corta pero esplendida etapa de Jamie Delano, con lo que imagino que en algún momento habrá crossover a la vista. A pesar de esto, Snyder no renuncia a incorporar numerosos guiños de terror setentero que parece conoce bien  con la introducción de un macabro ejército zombie y ese Willam Arcane niño a medio camino del Damien de “La Profecía” y los niños de la genial película española ¿Quién puede matar a un niño?" ”.

Si hasta ahora hemos hablado de las excelencias del guionista, también hay que destacar la labor del trío de dibujantes que dan  un tono sombrío a la historia sin llegar al agobio claustrofóbico y manteniendo la claridad expositiva. Paquette, el dibujante principal, introduce con buen criterio espectaculares páginas dobles en las que la separación entre viñetas viene dada por motivos que ayudan a la caracterización de la acción o incluso por bocadillos y cuadros de textos hábilmente distribuidos para reforzar el conjunto de la composición y guiar la narración. Y por otro lado muchas de sus viñetas evocarán en el seguidor veterano del personaje el trabajo de grandes dibujantes que han pasado por sus páginas como el mencionado Wrigthson, Bisette o Veitch. También merece destacarse por adaptarse miméticamente tan bien al tono de la serie y el trabajo de Paquette el trabajo del español Víctor Ibáñez y el brasileño Marco Rudy.

En definitiva, la nueva “La Cosa del Pantano” de Snyder y Paquette es una excelente proposición para adentrarse en los terrores protagonizados por Swampy desde una nueva perspectiva deudora pero no acomplejada respecto al excelente trabajo de los autores anteriores. Sin duda, este es el camino.

miércoles, 18 de julio de 2012

“Evaristo”, de Carlos Sampayo y Francisco Solano López.

Es una idea arraigada que el género negro está de moda en el cómic actual y, aunque puede que sea cierto según la procedencia de los cómics en cuestión, yo soy más bien de la opinión que realmente nunca ha dejado de estarlo, apareciendo cada cierto tiempo nuevas obras que por su calidad refuerzan mi idea. Sin embargo, también es cierto que, por lo menos en nuestro país, hay autenticas joyas dentro del cómic negro que permanecen olvidadas y son prácticamente desconocidas por los aficionados actuales, salvo honrosas excepciones. Probablemente uno de los cómics de género negro de mayor calidad que permanecen inéditos en España a pesar del tiempo transcurrido desde su publicación inicial en la década de los ochenta sea el argentino “Evaristo”, guionizado por Carlos Sampayo y dibujado por el gran Francisco Solano López.


Originalmente publicada en las revistas “Superhumor” y “Fierro”, “el conjunto de 16 historias en blanco y negro que la componen narran los diversos casos en que se ve envuelto el comisario de la Policía Federal, Evaristo Meneses en el Buenos Aires de los años cincuenta y sesenta, donde lidiaba desde con bandas de pistoleros, asesinos en serie y hasta con leones escapados del zoo.

El guionista Carlos Sampayo quién ya venía demostrando su talento y conocimiento del género en la revolucionaria “Alack Sinner” junto a José Muñoz, en “Evaristo” adopta un tratamiento más convencional para adaptar al cómic las historias inspiradas en los casos del auténtico Evaristo Meneses, un policía real al parecer bastante popular en la Argentina de la época convertido en héroe de historieta, adelantándose en varias décadas por tanto en la idea al "RG" de Peeters y Dragon, aunque parece ser que el auténtico Meneses como estos no quedó muy contento con el resultado final.  Sampayo, en algunas de las historias, se incorporaba a la historia como un personaje más al que el propio comisario Evaristo contaba sus casos y  de un modo similar al que venía haciendo Montalbán en su serie “Carvalho” o Ed McBain en las novelas sobre el “Distrito trece”  identifica fuertemente las historias con el lugar donde acontecen, el Buenos Aires de los años cincuenta y sesenta dándole un tono autóctono característico y renunciando a seguir los modelos impuestos por los populares cartoons norteamericanos de detectives e incorporando a algunas de las historias los componentes de crítica social y política tan característicos de su obra.

Si excelente es el trabajo del guionista, magnífico es el del dibujante, un Solano López probablemente en su mejor momento que da a la historia un empaque realista único dejando en evidencia a aquellos que le criticaban por ser un dibujante de “cabezas parlantes”.

 
Solano López se muestra como un perfecto dominador del claoroscuro, referenciando con todo detalle las localizaciones urbanas en las que se desarrollan la mayoría de las historias y un narrador sobrio que no renuncia a jugar con las perspectivas para dotar de mayor presencia visual a los personajes e incorporar a algunas de las historias un tono poético e imaginativo que raya con el surrealismo y que involucra de un modo original al lector.

“Evaristo” probablemente es uno de los mejores cómics negros de la historia del cómic y seguramente el mejor trabajo de ese monstruo del cómic argentino que fue Francisco Solano López. No estaría de más que alguna editorial española -001 Ediciones en su paralizada Biblioteca Solano López, por ejemplo – se animase a presentarla a los lectores españoles. Merece la pena reivindicarlo.

martes, 17 de julio de 2012

“Juez Dredd: Mega-City Masters”, de John Wagner, Alan Grant, Carlos Ezquerra, Steve Dillon, Brian Bolland, Kevin O’Neill, Alan Davis, David Gibbons, John Byrne, Simon Bisley y otros.




2012 puede ser el año del “Juez Dredd”, sin duda. Y no lo digo solo por la nueva adaptación cinematográfica – a mí la de Stallone en su momento ya me gustó, que conste- sino también porque basta ver cualquier telediario o conectarse a Internet para comprobar la pujanza y clarividencia del dibujante Carlos Ezquerra y el guionista John Wagner al crear hace más de treinta años para la referencial revista británica “2000 AD” a este policía fascista que aglutina las funciones de juez , jurado y verdugo de un futuro distópico en que la Humanidad se hacina en inmensas ciudades masificadas  tras una serie de guerras nucleares. Parece que los métodos de Joe Dredd están de moda y lo que nació como una sátira gamberra al autoritarismo y ha coqueteado en sus páginas con el Terror, la Ciencia Ficción y la crítica social algunos parecen tomárselo demasiado en serio. Kraken Ediciones, la editorial que en España ostenta los derechos de la serie y viene publicando la edición cronológica del personaje en “Juez Dredd: Archivos Completos” se sube al carro de la celebración editando en España el primer volumen de una nueva recopilación “Juez Dredd Mega-City Masters” que reúne una historias clásicas del personaje usando como excusa la hiperbólica y masificada ciudad de Megacity Uno en la que transcurren la mayor parte de las aventuras de Dredd.

Tengo que reconocer que las violentas barrabasadas de Dredd cargadas de humor negro y bizarro ideadas por Wagner (y otros autores) a mí siempre me han hecho bastante gracia y me han resultado una lectura la mar de entretenida. Historias que en cierto modo y salvando las distancias en sus orígenes tomaban como referencia los modelos de la  E.C sin las restricciones a las que estuvieron sometidos los geniales autores de esa compañía para luego ir elaborando y coqueteando con otros géneros sin perder nunca su base en la genuina Ciencia Ficción más fantasiosa y bizarra con el referente exclusivo en el estrellato del carismático protagonista. Sin embargo, el principal aliciente que tienen antologías como esta es poder disfrutar del trabajo gráfico de los magníficos dibujantes que han pasado por sus páginas, muchos de los cuales las usaron como trampolín para triunfar al otro lado del Atlántico.
De este modo, en estas páginas podemos disfrutar de trabajos del creador gráfico del personaje, el gran Carlos Ezquerra como de pesos pesados británicos de la altura de Steve Dillon –cuando se molestaba en dibujar sin simplificar tanto su estilo-, Brian Bolland, Kevin O’Neill o David Gibbons o Simon Bisley a los que se unen otros que homenajean al personaje como el mismísimo John Byrne. De todos modos, y a modo de curiosidad yo destacaría la inclusión de ese curioso experimento que son las dos historias dibujadas por Bisley y John Higgins quiénes cada uno interpretan gráficamente el mismo guión de Wagner y Grant manteniendo el mismo téxto en  las  cartelas y los diálogos. Que cada uno se quede con la que más le guste.
 
Quizás el único pero que se le pueda poner al excelente material recopilado tanto en color como en blanco y negro es el bajo nivel de reproducción de algunas de sus historias (¿No habrán podido disponer de mejor material?) que desluce el trabajo de artistas fantásticos como Bolland.
Con todo, y dada la publicación errática y dispersa a lo largo de los años de Dredd en España, este conjunto de hsitorias no deja  de ser una buena oportunidad para conocer e iniciarse en el universo de uno de los personajes más carismáticos y geniales que ha dado el mundo del cómic. Le pese a quién le pese, cucarachas.

lunes, 16 de julio de 2012

“Halcyon”, de Marc Guggenheim, Tara Butters, Ryan Bodenheim y Mark Englert.


 
De la madurez –aunque a veces nos cueste creerlo- del género de superhéroes da buena cuenta la proliferación de obras que, con mayor o menor fortuna, van más allá de las propuestas más convencionales para intentar indagar en torno al concepto de superhéroe y sus consecuencias desde distintas perspectivas.

Toda una generación de autores diversos que incluye nombres tan diversos como Morrison, Ellis, Miller, Milligan, Millar, Kirkman o Busiek por nombrar unos cuantos de los guionistas más destacados de los que me vienen ahora mismo a la cabeza han contribuido a ello con más o menos fortuna consiguiendo el respaldo habitualmente de los aficionados. Sin embargo, en pocas ocasiones han sido capaces en sus creaciones de escapar de  la alargada sombra de la obra cumbre del género crisol de ideas que con mayor o menor fortuna han pretendido explorar y de la que todavía actualmente se nutre el género en lo que es la demostración más palpable de su maestría y en parte fracaso de los autores posteriores. Me estoy refiriendo, claro,  al  “Watchmen”, de Moore y Gibbons. El penúltimo en intentar unirse a ese selecto club de autores ha sido Marc Guggenheim con lsu  miniserie de cinco números “Halcyon”, editada por Image y que acaba de publicar en España en un tomo unitario Planeta.
La premisa de Halcyon es bastante sencilla. Cuando en el mundo empiezan a desaparecer paulatinamente los instintos violentos en la especie humana se alcanza una utópica paz universal que provoca que repentinamente los superhéroes carezcan de sentido y dejen de ser necesarios. Los distintos miembros del supergrupo Halcyon intentan adaptarse a la nueva situación de la mejor manera posible. Sin embargo, hay un héroe – Sabre, un justiciero urbano, rebelde y solitario- que no acepta la nueva Edad Dorada a la que se dirige la Humanidad y empieza a investigar. El resultado de la investigación colocará a los superhéroes ante un dilema crucial.

En el prólogo de la obra Guggenheim señala su admiración por “Watchmen” y como tras ver la adaptación cinematográfica de la serie se le ocurrió la idea sobre la que orbita “Halcyon”, explorar como reaccionarían los superhéroes en un mundo donde ya no tuvieran razón de ser. Resulta honrado por parte de Guggenheim reconocer esa influencia -aunque interponga por medio la más discutible película- pues a lo largo de la lectura de “Halcyon” cualquier que haya leído "Watchmen" no podrá sustraerse a su sombra, pero un poco más tranposillo es que no reconozca los guiños evidentes a la obra de  algunos de los autores mencionados más arriba de los que toma prestados conceptos, situaciones e ideas.

Desmontada por tanto la originalidad de la premisa inicial, “Alcyon” no deja de ser  un tebeo correcto y entretenido pero que conforme va avanzando va perdiendo fuelle y hubiera precisado de algo más de extensión para desarrollar plenamente su potencial inicial, explicando situaciones apenas referenciadas y  dotando  de  máyor  profundidad y compejidad a unos personajes principales excesivamente esquemáticos y con los que resulta difícil empatizar al lector. Guggenheim –que curiosamente forma equipo creativo con su mujer, Tara Butters, guionista de televisión- establece un elenco de personajes protagonistas demasiado plano y tributario a los principales perfiles de los superhéroes icónicos con lo que se ahorra la caracterización al tiempo que abusa de la referencia siendo excesivamente sencillo para cualquiera mínimamente familiarizado con el género reconocer en ellos a otros personajes más famosos buscando centrarse exclusivamente en el desarrollo de la trama  principal. Sin embargo, resulta lastimoso comprobar como a pesar de ello  finalmente la conclusión resulta tan pobre,  anticlimática y confusa, resolviéndose precipitadamente una idea que podría haber dado mucho más de sí.

Poco ayuda de todos modos a Guggenheim el grafismo de Ryan Bodenheim, un dibujante bastante impersonal y plano en la estela del peor Steve Dillon. Bodenheim es un correcto narrador pero su trabajo es frío y da la sensación que no se acaba de creerse la historia ni los personajes que maneja que en definitiva no dejan de ser ecos y homenajes de creaciones de otros que carecen de toda originalidad aun cuando en el material complementario del tomo los autores expliquen el origen de sus diseños.

En "Halcyon", Guggenheim tuvo una  idea  inspirada pero le faltó talento, tiempo o ganas para desarrollarla correctamente, ajustándose finalmente a modelos y convenciones típicas del género que lastran en exceso la historia y esbozando pobremente una historia que podría haber dado algo más de sí con un mejor desarrollo. Un tebeo que gustará más cuanto menos se sepa del género superheroico, sus posibilidades y sus limitaciones.

viernes, 13 de julio de 2012

“1Q84: Libro 3”, de Haruki Murakami.

Tenía muchas ganas, tras haber leído las dos anteriores partes de la trilogía “1Q84” recopiladas por Tusquets en un único volumen, de comprobar como Murakami concluía las peripecias de Aomame y Tengo en el extraño mundo de 1Q84 y aunque el final pueda resultar lógico he de decir que en conjunto me ha parecido la peor de las tres partes con diferencia.

En esta nueva entrega, Murakami continúa alternando las peripecias de los dos protagonistas donde se quedaron. Aomame confinada en un piso refugio tras haber acabado con el jefe de la secta Vanguardia y espera volver a reencontrarse con Tengo mientras este se encuentra en el extraño Pueblo de los Gatos asistiendo a su padre moribundo. A las aventuras de estos dos personajes Murakami une las de un personaje al que otorga una mayor importancia el detective Ushikawa al que Vanguardia ha encargado la búsqueda de Aomame.

Decepcionante y fallida la conclusión de “1Q84” en la que Murakami deja sin resolver todos los misterios planteados en torno a las peculiaridades de este mundo deforme para centrarse exclusivamente en la reunión de los dos protagonistas eternamente aplazada. Quizás como metáfora del amor imposible pueda tener un pase pero lo dudo pero no deja de resultar decepcionante que el autor haya mantenido una trama de suspense y misterio rayana en el terror psicológico durante tantas páginas para plantar de ese modo a sus lectores con una conclusión tan pobre en la que deja sin explicación ni desarrollo a todo el elenco de personajes secundarios que han ido apareciendo a lo largo de la trilogía.

Quizás es que ha tenido que preparar un maratón o tuvo un bloqueo y no supo llevar más allá los enigmas planteados pero aviso que en este maratón de trilogía es más divertida la carrera que el último tramo que el lector acaba acalambrado. Si lo sé no corro.

jueves, 12 de julio de 2012

“Liga de la Justicia Oscura 1”, de Mikel Janin y Peter Milligan.

Una de las propuestas más desconcertantes y discutibles que nos está dejando el NUDC tras “Flashpoint” es la serie de la “Liga de la Justicia Oscura” de la que ECC acaba de publicar los primeros cuatro números. Discutible porque para la conformación de este supergrupo de seres místicos se han reintegrado en el universo superheroico tradicional por arte de “Flashpoint” y la floja “Flashpoint: Siete Secretos” a personajes como Constantine o Shade que llevaban décadas en el sello Vertigo y desconcertante porque aparte de estos dos que no son precisamente normalitos el resto del grupo lo conforman algunos de los superhéroes místicos más grillados, extraños e inestables del extenso panteón místico de DC, personajes como Madame Xanadú, Paloma, Deadman, Zatanna o Mindwarp a los que hay que unir los dos angelitos anteriormente mencionados… Telita para cualquier guionista, salvo que se sea alguien tan rarito como los personajes como Peter Milligan.

En estos primeros cuatro números –discutible la edición por parte de ECC de no haber esperado a publicar el arco argumental completo o al menos hasta el momento en que Milligan le ha cedido los trastos a Lemire- asistimos a la aparición de una amenaza mística de consecuencias imprevisibles consecuencia de la esquizofrenia de La Encantadora. Cuando los héroes tradicionales fallan, los héroes místicos se van uniendo (o algo así) para hacer frente a la amenaza.
Vaya contraste de leer la “Batgirl que comentábamos ayer en la que Simone es tan convencional y tan clarita frente a esta “Liga de la Justicia Oscura” que avisa desde el título ante todo es un galimatías oscuro y confuso que a estas alturas de la fiesta no se sabe si se va a convertir en la “Doom Patrol” del siglo XXI o la van a cancelar a las primeras de cambio (cancelar no la han cancelado pero en EEUU por lo que se ve ya han sustituido a Milligan por Jeff Lemire). Estos cuatro números en los que Milligan presenta a los personajes y describe el potencial de la amenaza de la Encantadora no dejan de ser epatantes aunque plantea más dudas sobre las posibilidades de la serie que garantías ofrece Milligan. Quizás en la próxima entrega, todo se aclare y deba aplaudir la maestría de Milligan una vez más pero de momento no pasa de ser todo raro, raro, raro.
En cambio, en el aspecto gráfico, la serie sí me está gustando bastante con el español Mikel Janin brillando a gran nivel y dando a la serie una atmósfera (sí, otra vez) oscura y opresiva que le va bastante bien inspirada en cierta medida en el   Chris Bachalo de la clásica “Shade, El Hombre Cambiante” pero adaptado a las modas superheroicas actuales.

En fin, veremos si este extraño experimento entre las convenciones superheroicas y el terror psicodélico y lovecraftiano que Milligan tan bien desarrolló en la Vertigo ochentera se consolida. De momento, tengo mis dudas pero a Milligan siempre le doy el beneficio de la duda y Janin es un dibujante a seguir.

miércoles, 11 de julio de 2012

“Batgirl 1”, de Gail Simone y Ardian Syaf.


Barbara Gordon  es uno de esos personajes secundarios que sirven para dar coherencia a un Universo. Ya sabéis uno de esos que  tan bien han sabido trabajar en Marvel durante décadas y tradicionalmente tan mal  en DC salvo contadas excepciones como la que nos ocupa. Barbara Gordon, hija del Comisario Gordon a tiempo completo y superheroina a tiempo parcial como Batgirl y como Oráculo desde que quedó confinada en una silla de ruedas por obra y gracia del señor Moore en “La Broma Asesina”. A pesar de ello, Barbara Gordon ha sido siempre un personaje con cierto peso en el Universo DC al que no se le ha sabido salvo contadas excepciones desarrollar todo su potencial. Ahora resulta que tras los hechos de “Flashpoint”, Barbara ha recuperado misteriosamente la movilidad de las piernas –cosa tampoco tan extraordinaria como puede parecer si tenemos en cuenta que en DC las resurrecciones milagrosas y las destrucciones y nacimientos de multiversos son cosas de todos los días- y en la nueva colección de “Batgirl”, de la que ECC Ediciones acaba de publicar un recopilatorio con los cuatro primeros números USA, la experimentada guionista Gail Simone y el dibujante indonesio Ardian Syaf serán los encargados de resolver todas las incógnitas tanto pasadas como futuras en torno a Barbara Gordon.

En estos cuatro números y tras recuperar su rol superheroico de Batgirl, Barbara Gordon se enfrentará con un misterioso supervillano pirado llamado Espejo que se dedica a matar a gente que se ha salvado milagrosamente de morir. Mientras la anquilosada Batgirl se pone en forma para parar al villano deberá despejar la preocupación que su vuelta ha suscitado en Nightwing y la comunidad superheroica de Gotham al tiempo que se adapta a vivir fuera de la casa familiar con su nueva compañera de piso.

 
Como decía, Barbara Gordon siempre ha sido un personaje con mucho potencial por desarrollar y este NUDC puede ser el momento idóneo para ponerse a ello. Una garantía es que al frente de la serie esté precisamente una Gail Simone que conoce a la perfección al personaje tras su larga etapa en “Aves de Presa”, con experiencia en sacar partido a personajes de perfil bajo como demostró en “Los Seis Secretos” y que al parecer cuenta con bastante margen de maniobra por parte de la Editorial para explicar su recuperación. Por lo que se lee en estos primeros cuatro números antes de intentar justificar la recuperación de Batgirl precipitadamente Simone prefiere centrarse en los conflictos que provoca en el personaje la vuelta a la “normalidad” y abrir nuevas vías con el prometedor cliffhanger final.

En cambio, la trama con Espejo el nuevo villano que se desarrolla en estos números resulta bastante tópica y precipitada siendo una simple excusa argumental frente a lo que realmente interesa a la Simone y a los aficionados, ver como se adapta la nueva Barbara y los múltiples personajes con los que interactúa a su nuevo rol. Y es una pena porque Espejo podría dar bastante más de sí.

En el aspecto gráfico, conrtar con Ardian Syaf es un gran acierto ya que Syaf va camino de ser lo que podría haber sido Jim Lee si no se le hubieran subido los humos a la cabeza. Excelente narrador de secuencias de acción y con un correcto dominio de la anatomía, Syaf no tiene dificultades para desarrollar los distintos registros del personaje, el civil y el superheroico, aunando elegancia y fluidez narrativa.
En fin, una serie  entretenida e interesante y  que seguramente será del gusto de todos los que ya venían siguiendo el personaje, desarrollada por un equipo creativo de garantías que si desde la editorial les dejan el suficiente margen de libertad para desarrollar el personaje sin agobiarse por las ventas puede dar bastante de sí. El principal elemento negativo es la elección para las minúsculas cartelas en que Simone desarrolla los pensamientos de Barbara de unas fuentes doradas sobre fondo negro que solo tipos como Flecha Verde y Ojo de Halcón deben ser capaces de leer sin dejarse las pestañas. A ver si Syaf o Simone lo solucionan en próximos números.

Solidaridad

No me gusta traer estos temas al blog que prefiero mantener como un pequeño refugio de evasión y encuentro más allá de ideologías y las miserías de la vida  pero hoy por hoy y ahora mismo es lo que me pide el cuerpo.