martes, 14 de enero de 2014

“Batman: Nueve Vidas”, de Michael Lark y Dean Motter.





ECC Ediciones sigue recuperando a buen ritmo los títulos de la línea Elseworlds  y apuesta con acierto por uno de los menos conocidos pero que más calidad atesora en sus páginas,  “Batman: Nueve Vidas” (2002) en el que el equipo creativo formado por el guionista Dean Motter y el dibujante Michael Lark, que habían recogido buenas crítias con su “Terminal City”, construyeron un exquisito homenaje al thriller clásicoapuntando una tendencia retro y noir, en el género superheroico en particular y el mainstream norteamericano en general, que se consolidaría en los años posteriores  hasta nuestros días.

En las poco recomendables alcantarillas de Gotham, que se dicen habitadas por grandes cocodrilos, aparece el cadáver de Selina Kyle, una atractiva femme fatale que guardaba los secretos de los hombres más poderosos y siniestros de la Ciudad. La muerte de Selina afectará a los nueve hombres que se cruzaron en su vida, cada uno con motivos y  oportunidades para acabar con la chica pero serán Batman y Dick Grayson, que también son sospechosos, los que tendrán que descubrir la identidad del asesino.

Dean Motter no es un guionista que se haya prodigado mucho – su creación más destacada “Míster X” es un cómic independiente publicado en España hace años por Norma Editoria que pese a su calidad no ha despertado demasiada curiosidad- pero sus escasas aportaciones  en “Grendel”, “Terminal City”  o este “Batman: Nueve Vidas destacan por su buen gusto e inteligencia dando lugar a obras muy por encima de la media del mainstream. “Batman: “Nueve Vidas” estira al máximo las premisas de la línea Elseworlds para otorgar un rol diverso al habitual a algunos de los más reconocibles personajes del universo batmaniaco y componer un intenso thriller más cercano a las novelas de Dashiell Hammett o las pelis de Howard Hawks que a los cómics de Bob Kane y Bill Finger.

Motter sabe dotar de un componente realista y cínico  a los principales personajes que, exceptuando al mismo Batman o a Croc se encuentran en algunos casos bastante alejados de sus identidades habituales aunque resulten fácilmente identificables en el juego planteado por el guionista. Bajo esta premisas,  entreteje una efectiva trama noir que se lee con agrado aunque en algunos momentos resulte un tanto artificiosa como, por otro lado, suele suceder en las novelas de Hammett o Chandler.

Resulta especialmente interesante en el planteamiento de esta historia que el protagonismo no orbita sobre Bruce Wayne o Batman sino que el motor de la historia es Dick Grayson transformado en un detective de la talla de Sam Spade o Phillip Marllowe dispuesto a resolver el caso por sus propios motivos personales. Motter referencia perfectamente las diversas situaciones típicas del noir con los personajes que maneja mostrando su dominio de los resortes del género y dejando patente una vez más la capacidad de la mayor parte de estos personajes de ficción para adaptarse a distintos tratamientos y roles a lo largo de los años.

La historia está llena de inteligentes guiños intertextuales que enriquecen la lectura y el guión bien resuelto pero donde da el salto de calidad es en el aspecto gráfico en el que un Michael Lark sobresaliente empezó a sentar cátedra sobre sus capacidades en la recreación de los ambientes retro y noir con un dibujo conciso y de fuertes contrastes que imita el laconismo expresionista de los grandes clásicos del thriller cinematográfico, efecto reforzado con acierto con  la elección del formato apaisado para potenciar en el lector la sensación, mientras lee el tebeo, que está visionando una de aquellas maravillosas producciones de la RKO o la Waner.Pero no solo de cine se nutren las referencias de Lark y Motter sino que también se rinde tributo a grandes títulos del cómic negro como el "Rip Kirby" de Alex Raymond, especialmente en los flirteos entre Dick Grayson y su secretaria, Barbara Gordon.

“Batman: Nueve Vidas” es un estupendo punto y aparte en el Universo Batmaníaco, pero visto como las convenciones del thriller se han ido incorporando abiertamente al universo del Hombre Murciélago en series como “Gotham Central” o “Detective Comic” en su momento supuso un imprescindible aperitivo a todo lo bueno que estaba por venir y la convierte hoy por hoy en una obra referencial para entender ese proceso.

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