Planeta acaba de publicar este mes “El
silencio de nuestros amigos”, un interesante cómic en torno a la segregación en
Texas a finales de los años sesenta a través de los recuerdos infantiles de uno de los guionistas de la obra, Mark Long.
En 1968, en el racista
estado de Texas, los blancos y los negros viven completamente separados en un
ambiente de tensión explosiva mientras los niños se dedican a jugar. El padre
de Mark, Jack es un periodista de un canal de televisión local que cubre las
manifestaciones en torno a la Avenida Wheeler y la Universidad donde conocerá a
Larry Thomas, uno de los principales activistas por los derechos civiles de la
ciudad. Luchando contra las desconfianzas y prejuicios, Jack y Larry iniciarán
una amistad en la que involucrarán a sus respectivas familias.
Mark Long, Jim Demonakos y Nate Powell
proponen un voluntarioso cómic en el que ,
abordan el siempre interesante tema de la segregación racial en los Estados
Unidos a través de la propia experiencia familiar del guionista, con lo que el
cómic incorpora la crónica social e histórica y el género autobiográfico sin llegar a
decantarse abiertamente por ninguno.
Es la trama autobiográfica, la intrahistoria del pequeño Mark Long con sus
padres y hermanos y su percepción infantil de la tensión larvada lo que me parece mejor se
ha plasmado en este correcto cómic que, sin embargo, no logra despertar demasiado entusiasmo, quizás porque Long no consigue decantarse en dar primacía a una trama
sobre la otra y opta por una narración muy lineal y un final abierto y abrupto en función al conocimiento
implícito del lector de cómo se desarrollaron
a grandes rasgos los hechos históricos y olvidándose de cerrar la trama familiar.
Gráficamente, Nate Powell
realiza un trabajo sobrio y ajustado de
la historia planteada por Long y Demonakos, reflejando con verismo el contexto de la historia y no exento de algunas soluciones
gráficas interesantes a la hora de incorporar la banda sonora de la época,
jugar con el diseño de página y las transiciones o la implementación de las imágenes televisivas.
En fin, “El silencio de
nuestros amigos” es un cómic correcto y voluntarioso aunque no acabe de plasmar
adecuadamente todo el potencial que el interesante arranque de la historia apunta. Una
lástima porque creo que podía haber dado más de sí.
2 comentarios:
Yo también pensé que podía dar más de sí, porque el tema engancha por sí solo, pero acabé contento, porque me gusta mucho cómo usa la música y los silencios en la narración. Y supongo que también por el entusiasmo que me provoca el dibujo de Nate Powell. No le conocía y ya está apuntado su nombre para seguirle...
Juan,
Sí, el tebeo está bien, la temática también pero el conjunto del tebeo me dejó bastante frío. Creo que el problema es que es un poco anticlimático y demasiado lineal. No sé...Tengo que releerlo.
Impacientes Saludos.
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