Panini Cómics y Carlos
Giménez se han dado relativa prisa en publicar la segunda entrega de la
biografía que Giménez viene realizando sobre su compañero y amigo José “Pepe”
González, exquisito dibujante fallecido en penosas circunstancias y que
desgraciadamente no gozó, en opinión de Carlos Giménez, del homenaje y reconomiento en los medios
que su trayectoria merecía.
En esta segunda entrega,
asistimos a nuevos y divertidos episodios de la azarosa vida de Pepe, un
dibujante superlativo pero perezoso y poco centrado en su trabajo y su vida lo
que le llevaba a vivir únicamente el día sin hacer previsión de futuro. En esta
entrega, Giménez nos cuenta las peripecias de su amigo durante la mili, sus
primeros viajes al Reino Unido dado que fue la gran estrella internacional de
Toutain – perdón, Producciones Ilustradas, en este tebeo- y sus enamoramientos.
Poco puedo añadir en
principio a este cómic de lo que ya escribí sobre la primera entrega más
allá de resaltar la extraordinaria labor de un Carlos Giménez para lograr
ofrecer un retrato entrañable y honrado del que fuera su amigo. Giménez esquiva exquisitamente
las trampas del género biográfico, especialmente cuando se trata de glosar la
vida de un ser querido, para no caer ni en la hagiografía ni tampoco en el esperpento
amarillista que seguramente algunos agradecerían, encontrando el punto de equilibrio entre el retrato objetivo que la narración precisa y el tratamiento cariñoso de la figura del amigo.
Giménez elegantemente cuenta
lo que quiere y esquiva los elementos más escabrosos de la vida (“el Pepe
oscuro”, al que se refiere en más de una ocasión en esta segunda entrega) de su amigo insinuando sin concretar los misterios que hasta al omnipresente narrador que es se le escapan, sabiendo asi guardar los secretos que el respeto,
la amistad y la intimidad hacia el amigo precisan, pero sin que le obstaculice para
reflejar en su equilibrada narración las luces y sombras de un(a) persona(je) que se
torna entrañable incluso a aquellos que solo le conocimos a partir de sus
maravillosos trabajos.
Seguramente a Giménez le
lloverán las críticas y se insinuará la reiteración de algunas de sus viñetas
en este álbum o cierto acomodamiento en la elaboración de este cómic para
enterrarle por enésima vez, sin caer en el
estupendo pulso narrativo que mantiene la obra ni en que su importancia radica
más en su equilibrado contenido que en un continente que no deja de ser lucido
y correcto.
No importa, esta segunda
entrega de “Pepe” es un estupendo ejemplo de cómic biográfico y un acercamiento
valido, hermoso y entrañable a una de esas figuras geniales que tanto abundan en España, que
acaban siendo más valoradas en el extranjero que en nuestro país donde acaban relegadas a la marginalidad y el olvido hasta que se mueren. Abstenerse
los amigos del amarillismo y la carnaza. Carlos Giménez no se la va a
proporcionar en este tebeo.
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