Si hay una serie realmente divertida
dentro del mainstream que no deja de sorprenderme entrega a entrega esa no es
otra que “Chew” de la que Planeta acaba de publicar el quinto arco argumental
que reúne los números 21 a 25 de serie regular norteamericana.
En esta nueva entrega, el
agente federal Tony Chu, el cibopata perfecto, y su compañero el cybog John
Colby son finalmente defenestrados de su puesto dentro de la FDA y degradados.
Chu es trasladado al Departamento de Tráfico para convertirse en un mero agente
de tráfico con faldita escocesa mientras Colby
pasa a fomar parte de la USDA. A pesar de ello, cuando parece que por fin Chu ha encontrado un
sitio en el que encaja es secuestrado por el exnovio de su chica para obligarle
a usar su cibopatía –Chu es capaz de recibir información de todo lo que come-
para descubrir los secretos sexuales de antiguas estrellas del baseball muertas
y escribir un best seller con el que forrarse. Mientras Chu se encuentra
secuestrado y es torturado, su hija Olive también es secuestrada por el
renegado de la FDA Mason Savoy quien quiere aprovechar sus habilidades en su
lucha paralela contra el crimen y hacer de ella su pupila.
Guillory y Layman me tienen
ganado con la habilidad con que desarrollan unas tramas repletas de
originalidad y mala baba, en la que renuevan los tópicos del thriller policial
en historias asquerosillas de metaficción alimentaria repletas de personajes
sorprendentes con los que construyen una distopía delirante en la que vuelcan
sus conocimientos de dos vidas dedicadas a satisfacer su insaciable hambre de cultura de
derribo.
Lo mejor de todo es que en lugar de ir improvisando los autores
parecen tener perfectamente definidio en todo momento hacia donde quiere ir la
serie y qué historia están contando dejando muy poco hueco a la improvisación.
De este modo, “Major League” es un arco lleno de ideas a desarrollar, vomitadas
en viñetas únicas, de las muchas de las que a sus autores parecen sobrarles que
en otros mundos y épocas habrían dado lugar a multitud de páginas de cómics
repetitivos y formulaicos.
Sin embargo, estos chicos
tienen un dominio absoluto de su medio y solo se repiten cuando ellos quieren
como, por ejemplo, a la hora de presentar las tramas en paralelo de los dos
secuestros desarrollados en este arco que conforme progresan van dando
resultados divergentes que seguramente darán mucho juego en el futuro de la
serie.
En fin, “Chew” es una
gozada, un cómic comercial lleno de talento y gracia. Algo que hoy por hoy no
resulta tan fácil de encontrar. Que os aproveche.
2 comentarios:
A mí también me tienen ganados los autores. En muchas ocasiones me descubro riendo a carcajadas. Esos continuos "antes" o "ahora", esas viñetas a toda página (fantástica esa viñeta de la cama con vista cenital en la que ya han aparecido diferentes parejas) y esas escenas "asquerosas" en las que el pobre Chu tiene que comer de todo...
Una serie fresca, dinámica y en la que hay que estar fijándose en todos los carteles, notas y notitas que aparezcan por detrás porque hay referencias, chistes, etc que no hay que dejar pasar.
Saludos.
nachof,
Exactamente. Y no te olvides del "luego". También hay apuntes sobre el futuro de los personajes con lo que dejan claro que tienen todo bastante planificado.
Impacientes Saludos.
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