Pablo Ríos –alías
internetero, Tebeobien- debuta como autor de cómic por la puerta grande con la
publicación de “Azul y Pálido” en una cuidada edición de Entrecomics Cómics.
Ríos nos sorprende con un cómic que no es una historia de ficción en sí sino un
acercamiento respetuoso al mundo de la Ufología y, más concretamente, al de los
avistamientos y las abducciones, presentando como si de un documental se
tratase los testimonios de los protagonistas.
De este modo, “Azul y Pálido”
recoge el testimonio en primera persona de algunos de los más famosos casos de
abducidos de la historia de la Ufología, casos como los de UMMO, Schneider,
Sixto Paz, Billy Meier, los Hill o Giorgio DonGiovanni sobre los que han
corrido y corren ríos de tinta en las revistas del ramo y han monopolizado programas
y más programas televisivos desde los del respetado Fernando Jiménez del Oso
hasta los del efectista Iker Jiménez.
Parece ser que Pablo Ríos ha
sentido –y, en su caso, continua sintiendo- como todos los que fuimos chavales en los
ochenta ese gusanillo por saber qué se esconde en esos mundos ignotos del
espacio exterior que Carl Sagan sembrara en nuestras influenciables mentes al
presentarnos con su apocalíptica voz -bueno,
la voz del excelente doblador José María del Río- sus documentales sobre el
cosmos y ha querido acercarse al tema en
su primera obra si no desde la premisa
científica de los documentales de Sagan desde lo aprensible y concreto del
periodismo documental reconstruyendo el testimonio de aquellos que dicen que
han contactado con extraterrestres para acabar planteando sutilmente las mismas
cuestiones filosóficas que su admirado Sagan. Para que su falso documental
tenga visos de credibilidad Ríos se ha documentado profusamente para presentar
los casos y las entrevistas por boca de sus protagonistas en lo que no deja de
ser un original esfuerzo para ampliar las fronteras del cómic hacia un género
poco explorado como es el del reportaje en profundidad en la estela –salvando
las distancias al no tratarse (creo) de testimonios de primera mano- de un Joe
Sacco.
A pesar de ello, destaca en la seriedad con la
que el autor se ha tomado su obra y el respeto con que presenta los diversos
testimonios, manteniendo la asepsia en la presentación de las experiencias relatadas
más allá de lo sobrecogedoras o disparatadas que estas sean dejando que cada
lector saque sus propias conclusiones en función de los datos explicados. Lo
que sí es cierto que más allá de la credibilidad que se quiera otorgar a los
testimonios las historias seleccionadas por Ríos para su cómic acaban
ofreciendo un interesante fresco de la riqueza de la personalidad humana, mostrando
la variedad de reacciones de los abducidos tras su experiencia, un conjunto
plural y variopinto que acaba reflejando a los visionarios, locos, elegidos,
listos, bienintencionados y hasta enamorados que, en conclusión, más allá de
otorgar respuestas a alguna incógnita de las muchas singularidades y aristas del
tema que trata no deja de plantear, como hacía Sagan en sus documentales,
nuevas preguntas sobre la condición humana.
En su primer cómic, Pablo
Ríos se muestra como un autor solvente y a la última en cuanto a las
corrientes y modas del cómic
norteamericano y patrio mimetizando recursos gráficos que se pueden rastrear en
las obras de los Clowes, Seth, Ware, etc, para sacar el máximo partido a la sobria composición de página de
nueve viñetas en la que está elaborado la mayor parte del cómic haciendo que el
texto escrito a veces complemente y a veces se contraponga con las imágenes
para ampliar la información otorgada al lector y apostar toda la sutileza de la obra a la variedad y riqueza de sus muchas metáforas. Su estilo feista y minimalista
es adecuado para mantener el distanciamiento en la presentación de la historia pero,
sin embargo, en ocasiones ese distanciamiento resulta exagerado y evita que el
lector poco interesado por el tema tratado se enganche a la historia.
Quizás el excesivo
comedimiento y neutralidad que pretende Ríos acaba derivando en rigidez
formal necesaria quizás para mantener la
ilusión de distanciamiento respecto a los temas tratados o se deba más bien a
la rigidez propia del neófito pero el cómic gana en aquellos capítulos en los
que Ríos se suelta el pelo y otorga un mayor dinamismo a la narración ampliando
el abanico de las soluciones formales y de sus referentes gráficos a tipos tan
cósmicos como Jack Kirby.
“Azul y Pálido” es una obra
interesante, especialmente para todos aquellos interesados por el tema de la
ufología o simplemente por la diversidad de los humanos y sus reacciones, y la
carta de presentación de un autor con cosas interesantes que contar del que
espero lo mejor esté por llegar. Habrá que estar atentos.
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