La reciente publicación en España de “Wimbledon Green” hace que esta pregunta vuelva a estar de nuevo en la palestra. Y es que no deja de resultarme curiosa la tendencia endogámica y revisionista que existe en el mundo del Cómic por escribir obras que reflexionen una y otra vez sobre los procesos creativos de los autores, la industria y sus alrededores existiendo tantas amplitud de temáticas que tratar en la actualidad.
A bote pronto se me ocurren un buen puñado de títulos que se pueden encontrar fácilmente en las librerías realizados por autores con distintos gustos e inquietudes que responden a estas características. Obras que van del ”¡Pussey!” de Clowes al “Hicksville” de Horrocks o“Malas Ventas” de Robinson en el mercado estadounidense a “Los Profesionales”, de Carlos Giménez, o “El invierno del dibujante”, de Paco Roca en España, e incluso “Bakuman”, de Ohba y Obata, y “Un zoo en invierno” de Jiro Taniguchi en Japón.
Por lo general, se trata siempre de obras que consiguen el aplauso de los aficionados y la crítica especializada pero que me da la sensación no logran saltar el abismo que las puede hacer atractivas al gran público formado por lectores esporádicos que se encogen de hombros ante los bloqueos mentales de un autor de tebeos, les preocupan otras cosas más allá de lo injusto que a otro autor le robaran los originales hace cuarenta años o miran hacia otro lado frente a lo freakies que son/somos los aficionados que acudimos a las convenciones, sino que buscan otras temáticas que les resulten interesantes, cercanas y accesibles.
Seguramente esa dificultad para contactar con un público generalista explique que cinco o seis años después de su publicación se siga hablando del éxito de obras como “Arrugas” y se considere algo casi sobrenatural sin que haya habido un relevo real de obras y autores capaces de mantener el interés de esos nuevos públicos que están ahí esperando historias que les interesen más allá de los géneros, la biografía o las dificultades de ser autor de cómics. Y es que tras “Arrugas”, parece que la burbuja de ambición, de dinamismo y bullicio que se percibía en el ambiente se ha ido difuminando y poco o nada queda de toda esa energía creativa que se adivinaba.
Por supuesto, los autores son muy libres de seguir haciendo las obras que les dé la gana y sobre los que les dé la gana y encontrarán seguramente el aplauso de los pocos que continuamos realmente interesados por este pequeño mundillo pero si realmente el Cómic quiere asomar la cabeza más allá de sus autoimpuestos límites ha de buscar temáticas más ricas y ambiciosas que enganchen a la gente. En la actualidad, basta con abrir cualquier periódico para encontrar esos temas, me pregunto por qué pocos se animan. Y es que quizás precisan de más Saccos y menos Wares. No sé, ¿vosotros qué pensáis?.
A bote pronto se me ocurren un buen puñado de títulos que se pueden encontrar fácilmente en las librerías realizados por autores con distintos gustos e inquietudes que responden a estas características. Obras que van del ”¡Pussey!” de Clowes al “Hicksville” de Horrocks o“Malas Ventas” de Robinson en el mercado estadounidense a “Los Profesionales”, de Carlos Giménez, o “El invierno del dibujante”, de Paco Roca en España, e incluso “Bakuman”, de Ohba y Obata, y “Un zoo en invierno” de Jiro Taniguchi en Japón.
Por lo general, se trata siempre de obras que consiguen el aplauso de los aficionados y la crítica especializada pero que me da la sensación no logran saltar el abismo que las puede hacer atractivas al gran público formado por lectores esporádicos que se encogen de hombros ante los bloqueos mentales de un autor de tebeos, les preocupan otras cosas más allá de lo injusto que a otro autor le robaran los originales hace cuarenta años o miran hacia otro lado frente a lo freakies que son/somos los aficionados que acudimos a las convenciones, sino que buscan otras temáticas que les resulten interesantes, cercanas y accesibles.
Seguramente esa dificultad para contactar con un público generalista explique que cinco o seis años después de su publicación se siga hablando del éxito de obras como “Arrugas” y se considere algo casi sobrenatural sin que haya habido un relevo real de obras y autores capaces de mantener el interés de esos nuevos públicos que están ahí esperando historias que les interesen más allá de los géneros, la biografía o las dificultades de ser autor de cómics. Y es que tras “Arrugas”, parece que la burbuja de ambición, de dinamismo y bullicio que se percibía en el ambiente se ha ido difuminando y poco o nada queda de toda esa energía creativa que se adivinaba.
Por supuesto, los autores son muy libres de seguir haciendo las obras que les dé la gana y sobre los que les dé la gana y encontrarán seguramente el aplauso de los pocos que continuamos realmente interesados por este pequeño mundillo pero si realmente el Cómic quiere asomar la cabeza más allá de sus autoimpuestos límites ha de buscar temáticas más ricas y ambiciosas que enganchen a la gente. En la actualidad, basta con abrir cualquier periódico para encontrar esos temas, me pregunto por qué pocos se animan. Y es que quizás precisan de más Saccos y menos Wares. No sé, ¿vosotros qué pensáis?.
13 comentarios:
Resulta curioso que plantees esta cuestión justo en el momento en que dos películas tan endogámicas y revisionistas como "The Artist" y "La invención de Hugo" acaban de triunfar en la reciente ceremonia de los Oscar. Supongo que esto nos da la medida de lo asentado que están el cine y su intrahistoria en nuestra cultura (hasta el punto que las meta-películas son muy bien recibidas por el gran público) y cómo el mismo tipo de reflexiones puede espantar en el tebeo al lector ocasional.
Con todo, estoy bastante de acuerdo en que esta oleada de trabajos ombliguistas (en lo que se refiere al propio medio) puede acabar saturando mientras existen todavía miles de temas que el comic no ha tratado con la misma ambición y seriedad.
No estoy tan de acuerdo (ni contigo, ni con Jero).
"The artist" (la de Hugo no la he visto), no habla sólo de cine. Es una historia de amor, de amistad, de fidelidad, etc...
De la misma manera que Cautivos del mal o El crepúsculo de los dioses tampoco hablaban sobre el cine, sino que usaban este de excusa.
De "Un zoo en invierno" recuerdo más que nada una bonita historia de amor entre un chaval que iba a ser dibujante de tebeos y una chica enferma.
"Los profesionales" es un tebeo que en su día recuerdo que leyó un montón de gente de mi clase en el insti, que no era aficionada a los tebeos... No porque tratara de tebeos, obviamente, sino porque se partían de risa con las historias ( más allá de que algunas tuvieran algo más además del humor).
Si los tebeos de tipos en pijama pueden estar mirando hacia atrás continuamente y dar vueltas sobre lo mismo una y otra vez, no veo por qué los autores de tebeos no van a poder "ambientar" sus historias dentro del medio.
El tebeo no va a ser mejor o peor porque tenga una temática así o asá o coja un tema "importante".
Los límites los impone el lector si piensa que una historia como "El invierno del dibujante" no le va a interesar porque sólo habla de tebeos. No. Habla de personas, de una época pasada, de situaciones y comportamientos...
Lo admito con Pussey, que igual es demasiado cerrada y hace mucha referencia al mundillo y a lo mejor la gente no va a pillar las referencias a Groth, Spiegelman o qué sé yo...
Pero vamos...
Mejores tebeos, da igual sobre qué.
Un saludo.
tierra 616 dijo...
Es que el mundo de los tebeos, aquí al menos en España y desde mi p.d.v. de lector, es ombligista, o endógamo, o excluyente del público general en la mayoría de los casos: incorporarse a las grapas de superhéroes requiere un importante conocimiento del bagaje de esos universos de ficción que supongo echa para atrás a muchos nuevos/posibles lectores; a menudo se recopilan en tochales que además de conocimiento exige una cartera despreocupada y unos biceps potentes. Luego, muchas de las autoproclamadas "novelas gráficas" ofrecen a menudo mucho arte, mucho cartón y poca chicha de entretenimiento (hay excepciones) por los dieci- y veintipico euros que cuestan, y el lector pica una y no más veces. Y luego está el factor generacional y educativo, ya sabeis: "¿todavía leyendo tebeos a tu edad?" que hace que muchos adolescentes talluditos o adultos no quieran engancharse o reengancharse al medio. Ahora dicen que nuestras amadas tiendas especializadas son guettos (perdón por trivializar una palabra tan triste) en los que el medio está arrinconándose, cuando en los 80 eran paraisos en comparación con los quioscos de barrio. En la actualidad se edita el repertorio más amplio y mejor editado que nunca ha habido, pero, aunque veo mucha gente en la sección de tebeos, perdón, Novelas Gráficas, en el FNAC, pero luego, en el camino a la caja y la caja sólo me veo a mí con un tebeo en la mano. Y lo de Arrugas y su exito "generalista", que no digo que no lo merezca porque es una obra estupenda, así como "El invierno del dibujante", ha venido un poco aupado por ese comentario que ya he oído en varias radios por gente que no es del medio, eso de "este no es un tebeo como los que conoceis, esto no es mortadelo o espiderman, esto es muy adulto, etc..." y tal, es decir, la típica gente que le daría vergüenza que le vieran en la caja del FNAC con "un mortadelo o un espiderman, y a su edad". La gente decente, cuando llega el momento deja de leer tebeos, pero no hace falta que deje de ver películas, por eso The artist, La invención de Hugo, Cinema Paraiso, La niña de tus ojos, Ed Wood, Cazador blanco/corazón negro, RKO 281, etc pueden reflejar el mundo del cine sin que a nadie les parezca ombliguistas y ni le parezca que van a ahuyentar a los espectadores, pues hay público para casi todos los géneros, incluido el de los connoisseurs de la historia del cine. Este tipo de obra ciertamente no atrae a los que habitualmente no leen tebeos pero ¿cuál podría atraerlos realmente? (la respuesta la querrían saber los editores). El problema no es de los tebeos en particular, sino de la lectura en general, pero agravada por los prejuicios hacia los tebeos.
Todo vale, si está bien hecho.
Es mucho más importante la calidad, efectividad y funcionalidad de una obra que su temática.
Lo demás es pura divagación.
Ahora publica Netcom2 la primera aventura de Simon Nian, de Yves Rodier y Corteggiani, que es una intriga con el mundo del comic como telón de fondo. A mi en sí me atraen poco los comics sobre comics (a pesar de que soy dibujante, o quizá precisamente por ello), si no van acompañados de algún elemento que me enganche por otro lado. Sí me gustó en su día el ya clásico "La red Madú" (Riviere-Goffin), donde un espía que a la vez es dibujante de comics utiliza sus tiras para transmitir mensajes cifrados. Saludos!
tierra 616 dijo...
Perdón si me he enrrollado en lo de antes. En resumen: esas obras metarefenciales que mencionas, Pablo, no creo que sean ombliguistas sino en la medida en que se publiquen en un ambiente (España, es lo que conozco) que ya de por sí conserva un núcleo de lectores seguros y habituales del medio, con apenas incorporación de nuevas generaciones o de publico "generalista".
Hoy dia creo que la gente ya no opta tanto por leer comics mas bien quieren tener acceso a multimedia seria bueno que los comics se digitalizen vi una web que convierte tus datos en pdf multimedia con sonido y flash muy innovador
Bueno, ese es un fenómeno que se están dando mucho también en la literatura latinoamericana de los últimos años, le denominan ''metaliteratura'', y hay cientos de novelas de autores -sobre todo menores de 40 años- latinoamericanos, en los que el personaje principal ¡es un escritor! y claro los principales dilemas: los bloqueos mentales, las problemas con las editoriales, la envidia entre colegas, etc. Y efectivamente, en el cómic esta tendencia -¿le llamamos ''metahistorieta'' para términos prácticos?- también se ha vuelto bastante común. Casi todo el cómic autobiográfico o vivencial ha ido derivando hacia la ''metahistorieta''.
Creo que es un tema válido, y que en manos de un buen autor puede ser explotado magníficamente. Pondría dos ejemplos: en literatura, LOS DETECTIVES SALVAJES de Roberto Bolaño o MEMORIAS DE UNA DAMA de Santiago Roncagliolo. Y en cómic, pues el genial LOS PROFESIONALES de Carlos Giménez.
Lo malo es cuando estas tendencias o temas se convierten en MODAS y se comienza a saturar el mercado -en este caso el mercado del ''comic de autor''- con decenas de títulos parecidos. Y ciertamente creo que esta temática puede ser interesante para lectores habituales o aspirantes a historietistas/escritores, pero supongo que carecerán por completo de interés para el público masivo, que quiere aventura, acción, emoción, ese tipo de cosas, y no ''aburrirse'' con los dilemas del escritor frente a su página en blanco.
Jero,
La verdad es que no he visto ninguna de las dos así que no puedo opinar sobre su calidad. Aunque evidentemente el impacto que cualquier película con todo el gran o pequeño aparato promocional que conlleva es difícilmente alcanzable por cualquier cómic como para hacer picar a un grupo de lectores sustanciosos ajenos al medio...
Ojo, que yo no utilizo el calificativo ombliguista. Me parece un calificativo muy de moda pero excesivamente peyorativo, aunque sí creo que existe una inquietud autoral reivindicativa del propio medio que está llevando a cierto tipo de peligrosa endogamía cuando existen muchas temáticas que pueden resultar más accesibles -e interesantes- al público general.
David,
No, si yo lo que planteo no es la calidad de este tipo de cómics que casi siempre me parecen por encima de la media sino que este tipo de temática tan focalizada en torno al mundillo del cómic más allá que toque otros elementos puede no resultar interesante más allá de los cuatro gatos a los que nos interesa a priori. No es solo que como tú explicas el lector se limite con sus prejuicios sino que los autores con esa postura a la larga están evitando que se atreva a traspasar su umbral enconados en sus posiciones. Si ninguno de los dos lados da el primer paso a la larga el que va a perder es el medio, en mi opinión...
Tierra 616,
En el fondo todos tus razonamientos que en buena parte comparto creo que son aplicables a cualquier época anterior y no solo a esta que, por otro lado, cuenta como señalas con la ventaja de una mayor accesibilidad a cómics variopintos aunque con serias desventajas como son la crisis económica, la perdida de popularidad del cómic frente a otros entretenimientos y la falta de canales de divulgación de este tipo de obras en medios generalistas. En el fondo, creo que la única posibilidad para intentar salir adelante es publicando obras que interesen a lectores que no acostumbren a leer habiutalmente tebeos y eso es solo posible con una mayor variedad de temáticas a tratar por parte de los autores y una mayor difusión de esas obras. Vamos, asumiendo riesgos...
Por otro lado, esto que comento no es para nada nuevo aunque yo lo haya notado últimamente con este tipo de obras. Por ejemplo, respecto al cómic de superhéroes Gil Kane ya se quejaba en una entrevista traducida por Frog2000 en los setenta de la endogamía de la nueva generación de autores marvelitas que pretendía repetir los esquemas de los Lee y Kirby porque se habían criado leyendo esos tebeos. Todos sabemos como ha acabado afectando negativamente en buena medida al género superheroico y en parte creo que ahora puede pasar lo mismo.
Respecto a tu sengudo comentario Tierra 616 creo que esa es la clave. Muchos autores actuales saben que con ese tipo de temáticas sobre cómics cuentan con un colchón de lectores y potenciales consumidores asegurados y por tanto pasan de intentar atraer a otros lectores.
J.A. Rubio,
En eso estoy de acuerdo, pero si una obra excelente aparte de ser buena, bonita y barata no resulta atractiva y conecta con los lectores se queda convertida en un bonito fosil. Y creo que el cómic como medio minoritario no puede permitirse el ensimismamiento si quiere perpetuarse. En literatura hay unos cuantos ejemplos de esos fósiles que comento...
Jose Luis Povo,
No conozco esos tebeos. Estaré pendiente. Claro que los cómics sobre cómics han de ofrecer "algo más"...y, de hecho, casi todos los que enumero y otros lo ofrecen. El problema es que al final más allá de su calidad acaaban encasillados y no creo que resulten atractivos salvo para el que ya es aficionado.
Lorenz Poemas,
Bienvenido. Sin duda, el futuro e incluso el presente del cómic está en la coexistencia con los soporte multimedia.
Impacientes Saludos.
Estupendo blog. Yo opino que la temática es lo de menos; lo importante es la calidad del cómic.
Además no considero que haya una saturación de este tipo de cómics; creo que hay muchos más de superhéroes, terror, históricos, del oeste...
Y por último, tampoco creo que la misión de todo autor de cómics tenga que ser enfocar su producto pensando en el público generalista y cómo atraerlo; éste es un género como otro cualquiera, con obras buena y malas.
Salu2
Guido Cuadros,
Buen apunte. Es cierto que, como decía Jero sobre el cine, la metaliteratura se ha consolidado a lo largo de este siglo rápidamente y no solo en la literatura sino también en la norteamericana.
Y sí, creo que hay algo de mimetismo en esta tendencia por el cómic sobre cómic, especialmente en lo que se refiere al cómic norteamericano...Seguramente en ese sentido tenga algo de moda.
José,
Bienvenido, gracias. Pues, hombre, sí, en todo.
Pero quizás en el cómic de género tradicional sí existe cierta facilidad para identificar las temáticas y las convenciones por la intercomunicación con otros medios para el lector novato potencial que en los cómics que tratan temáticas vinculadas al cómic y que a alguien que no esté familiarizado con ellasc le puedan interesar a priori no tanto...Que si el tebeo es bueno, le enganchará, seguro pero a priori tienen que crearse unas condiciones para que resulte atractivo probar, ¿no?.
Impacientes Saludos.
Claro que sí, pero es que el lector generalista ya tiene multitud de cómics con los que probar. Que haya cómics sobre cómics no quita que haya muchos más sobre otras temáticas que sí resulten más atractivas para el lector no iniciado.
Es que si no te he entendido mal, tú postulas que por el simple hecho de no atraer a nuevos lectores debería haber menos tebeos de este tipo; y yo vuelvo a lo mismo: no todos los cómics tienen que atraer a nuevos lectores. Hay multitud de obras que ya lo hacen, y precisamente es bueno que haya tanta variedad...
Salu2
JOSË,
No, si a mí me parece bien que exitan tebeos de todo tipo que incidan sobre las más diversas temáticas y, por supuesto, que existan cómics sobre cómics más allá que crea que puede llegar a agotarse esta temática, siempre que aporten realmente algo relevante.
Lo que tengo claro es que evidentemente estos tebeos se orientan desde su origen a interesar únicamente a lectores familiarizados con el tema y sus referencias y por tanto sus posibilidades de atraer nuevos lectores que imagino siempre tenderán por temáticas que les resulten más accesibles son más escasas.
Algunos de ellos me parecen tebeos, por muy buenos que sean, dirigidos a no tener más relevancia que la del pequeño circulo cerrado de los muy aficionados al cómic, buscando más el reconocimiento de los convencidos que llamar la atención de nuevos lectores. Y a la larga eso me parece que no le hace un favor al medio.
Impacientes Saludos.
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