martes, 12 de julio de 2011

“Mattéo. Segunda época: 1917-1918”, de Jean-Pierre Gibrat.

Si ya cuando se publicó la primera parte de “Mattéo” me gustó especialmente no solo por la calidad gráfica de su autor, Jean-Pierre Gibrat, sino sobre todo por su voluntad de evolucionar –entendiendo como tal el ahondamiento en su oficio en la doble faceta de guionista y dibujante, sin necesidad de perder por ello su personalidad en pos a tratamientos más comerciales- respecto a anteriores obras, esa sensación ha aumentado con esta segunda entrega que recientemente ha publicado Norma Editorial en la que se percibe a un autor más entregado y ambicioso si cabe.

Mattéo, un anarquista francés que tras desertar del ejército en plena I GM, regresa al pueblo de su infancia a pesar del riesgo de ser detenido. Tras un breve e intenso encuentro con su amada Juliette, el idealista Mattéo parte junto a su amigo Gervasio hacia Rusia para formar de la Revolución que acaba de estallar. En la convulsa Petrogrado, donde las intrigas y luchas por el poder entre las distintas facciones son continuas, Mattèo vivirá nuevas aventuras que le harán madurar, aun cuando el recuerdo de Juliette se mantendrá constante y ni siquiera su relación con una bella bolchevique, Léa, logrará mitigarlo.

En esta segunda entrega, Gibrat da lo mejor de sí en la doble faceta de guionista y dibujante dotando de mayor profundidad a la obra y ampliando la acción del ámbito localista en el que se desarrollaba la primera entrega hasta el convulso Petrogrado de 1917 para reflejar las primeras etapas de la Revolución Rusa a través de los ojos de su protagonista. Gibrat va ganando confianza como guionista tanto en la caracterización como en la plasmación de la evolución psicológica de los personajes – especialmente un Mattéo cada vez más desengañado en todos los aspectos- así como en la exposición de unas tramas en las que aprovecha el atractivo del contexto histórico elegido para situar a sus personajes imaginados interactuando con los reales.

A pesar de ese buen hacer de Gibrat en el desarrollo de la historia ganando en claridad expositiva y variedad de recursos narrativos respecto a otros trabajos, no se puede decir que este álbum al igual que resulta con la primera entrega destaque por la originalidad de su propuesta. Gibrat vuelve a ampararse en tópicos y situaciones comunes descritas hasta la extenuación en libros y películas que se han acercado a la época descrita y hacen del álbum en ese aspecto resulte en exceso previsible para el lector. Sin embargo, lo que salva y hace que la obra destaque es el talento gráfico del autor que en esta ocasión da lo mejor de sí en cada una de las viñetas insistiendo con la técnica de acuarela que ya utilizase en el primer álbum con espectaculares resultados.

Gibrat se muestra como un exquisito paisajista, que describe con minuciosidad y el encanto característico que hace tan identificable su estilo, los distintos ambientes urbanos y rurales en que se desarrolla la trama, convirtiendo cada una de sus viñetas en un pequeño cuadro en el que demorar la vista. Esa obsesión por el detalle es aplicable a su retrato de los personajes, especialmente los masculinos que aparecen perfectamente caracterizados con una amplia variedad de expresiones, mientras que respecto a los femeninos especialmente sus bellas jovencitas repite los mismos atributos físicos -y que parece que le obsesionan- que las hacen tan identificables.

En definitiva, este segundo álbum de “Mattéo” es una buena muestra de tebeo comercial bien entendido en el que autor se vale de una de esas tramas que siempre funcionan para sacar el máximo partido de su talento artístico con excelentes resultados y dejando con ganas de más. Veremos como resuelve la situación tras el giro que da a la historia a la conclusión de esta entrega.

7 comentarios:

Jolan dijo...

¿Esta es la continuación de La Prórroga, también de Gibrat, o me equivoco? Estoy pensando si hacerme con el integral que va a sacar Norma en breve.

Desde luego, por las planchas que pones, el dibujo es precioso y la historia tiene pinta de valer mucho la pena.

PAblo dijo...

Jolan,

Son dos obras independientes, sin relación entre sí.

Yo tengo los álbumes de "La Prórroga" así que no creo que me haga con el integral. A ver si lo releo en un rato y comento por aquí (de hecho pensaba que ya lo había hecho).

Impacientes Saludos.

dennel dijo...

La continuación a la prórrogaes el vuelo del cuervo. Que no es continuación realmente, sino que la protagonista de una obra es hermana de la de la otra y en un momento se hace mención, pero en realidad cada una a su bola dentro de un esqueleto narrativo similar pero independiente. Si hay que elegir, La prórroga.

Yo esta de Matteo en integral la hubiera pillado fijo, pero en este plan paso. ultimamente norma se ha tirado a los integrales, que siga así, tenía ganas a el grito del pueblo y a la guerra interminable y bien que he disfrutado. Yo de eso de gastar pastaza por fascículos tapaduristas y rezar por que no chapen la serie sin ni siquiera comunicarlo no quiero saber más, si me quedo sin leer algo, mala suerte. Sólo pasaré por el aro en las 4 cosas que ya tengo empezadas

PAblo dijo...

Dennel,

Eso es. Bueno, ya sabes finalmente se trata de una elección personal de cada uno lo de comprar o esperar.

¿Habrá integral de Mattéo en el futuro? De momento lo veo difícil ya que es una serie abierta.

La edición de Norma es bastante buena pero, eso sí, cara. ;-(

Impacientes Saludos.

Toni dijo...

HOla Pablo.

Estoy de acuerdo en toda tu entrada sobre este Matteo de Gibrat. Todo un festin para los sentidos, pero disiento de una cosa. Comentas:

"Gibrat vuelve a ampararse en tópicos y situaciones comunes descritas hasta la extenuación en libros y películas que se han acercado a la época descrita y hacen del álbum en ese aspecto resulte en exceso previsible para el lector."

¿Cual crees tú que es la manera de acercarse al comic histórico, a unos hechos historicos constatados y consabidos?
Ya se que en ningún momento pretendes denostar el comic con ese argumento, pero de la lectura de ese párrafo se desprende algo parecido (por lo menos para mí).
Pienso yo que al analizar un comic histórico, no hay que enfrentarlo con la originalidad de la propuesta. Sabemos que va a pasar, por lo menos en los resultados finales. Para mí, un tebeo sobre esa parte de la Historia en el Petrogrado de preRevolución Rusa, ya me parece bastante original. Que casi todos los pasajes de la Historia han sido revisitados por el cine o la Novela pero eso no debe, a mí entender, quitarle frescura y originalidad, ya que aparte de un medio nuevo, distinto a los dos primeros, el género histórico en el tebeo debemos verlo como algo nuevo, separado de lo que nos han contado en otros libros o películas.(Si no cualquier tebeo histórico adolecerá de falta de originalidad).

No se si me he hecho entender, Pablo. Por lo demás, ya lo digo al principio, coincido contigo que es un gran tebeo y Gibrat un pedazo de artista.
Saludos.
Toni.

Anónimo dijo...

A mi me está gustando mucho esta serie.

Me está pareciendo de lo mejor de Gibrat.

Su dibujo es impecable, y la historia muy entretenida.

Más que la "historia" en sí, lo original en Gibrat es el humor cínico e irónico que emplea en sus personajes.

Y, a pesar de repetirme, su dibujo, en especial sus mujeres.....

Yo lo recomiendo.

Un saludo
Jorge

PAblo dijo...

Toni,

Por supuesto que en el cómic o la novela histórica es necesario que la localización ha de ser lo mas fiel posible -o por lo menos parecerlo- a los hechos históricos contrastados. De otro modo entraríamos ya en en el terreno de las ucronias y mi crítica a Gibrat no va en ese sentido. Lo impostado y ficticio ha de ser -aunque no necesariamente- la trama y los personajes.

En ese párrafo me refiero a que Gibrat, más dibujante que guionista aunque en esta obra mejore mucho en ese aspecto, se ampara en tramas tópicas que acaban resultando un tanto previsibles. No critico el tratamiento de la localización -que me parece atractivo y documentado, como debe ser tratándose del género que nos ocupa- sino la originalidad de la trama que me parece bastante previsible aunque muy correctamente desarrollada.

Jorge,

A mí también me está pareciendo lo mejor de Gibrat y la serie me está gustando. El guión es más que correcto y el dibujo impecable.

Gibrat es un autor muy francés en ese estilo irónico que comentas que introduce en el texto. Lo que me da la sensación (de la que no tengo certeza) es que muchas veces esa ironía distante se pierde con la traducción y queda un poco rara.

Pronto un Mujeres de Papel dedicado a las mujeres de Gibrat.

Impacientes Saludos.