En una apuesta decidida por la calidad y la búsqueda de nuevos públicos más allá de los adolescentes ávidos de blockbusters palomiteros y los aficionados a los cómics de superhéroes, desde Marvel Studios han ido puliendo película a película una fórmula que sin descuidar a esos sectores busca atraer a otros públicos que, en principio, no estarían interesados por estas temáticas haciendo hincapié en el prestigio de sus directores. Ya hubo un primer y fallido intento en ese sentido con la incorporación de Ang Lee a la primera película de “Hulk”, que falló básicamente por la incapacidad del director chino para entender el material con el que trabajaba y que fue rápidamente corregido en la segunda película protagonizada por ese personaje con la elección de un Louis Leterrier, que a todos los niveles se encuentra en las antípodas del chino (para bien y, generalmente, para mal). La cosa se encauzó con la elección para las dos películas de “Iron Man” de un Jon Favreau que ha sabido entender como pocos que las películas de superhéroes ante todo han de entretener y respetar la idiosincrasia propia de cada personaje. Demostrando haber aprendido de los aciertos y errores anteriores, le ha llegado el turno en la planificación de los estudios al tercer gran vengador, Thor, un personaje complejo que por sus peculiaridades requería situar al frente del proyecto un director que reuniera todas esas características. El elegido ha sido un Kenneth Branagh que, vista la película, ha resultado ser el director ideal.
Supongo que el argumento ya lo conoceréis pero por si acaso hay algún despistado…Odín y sus muchachos viven retirados en Asgard tras milenios de lucha contra los gigantes de hielo con los que mantienen una inestable tregua. Cuando el orgulloso heredero al trono de Odin, su vástago Thor, desobedece a su señor padre este le manda a aprender humildad, despojado de poderes, a la Tierra, donde entablará contacto, por un lado, con un grupo de científicos que estudian los fenómenos atmosféricos y, por otro, con los agentes de Shield interesados en desentrañar los misterios de su martillo. Mientras Thor se adapta a la vida en la Tierra e intenta recuperar a Mjolnir, en Asgard, Odín ha caído en uno de sus períodos de sueño y Loki, el hermanastro de Thor, actúa de regente e intenta por todos los medios que Thor se quede para siempre entre los mortales.
Branagh, actor y director de prestigio alcanzado principalmente por sus muy recomendables adaptaciones de la obra de Shakespeare a la gran pantalla, ha sabido llevarse la película a su terreno – en unas declaraciones le leí que el teatro de Shakespeare y los personajes Marvel tenían mucho en común, y creo que no le falta razón, especialmente en el caso de Thor- captando toda la grandiosidad excesiva de Kirby y Lee en la recreación de Asgard y los aspectos mitológicos del personaje y autoconteniéndose lo suficiente como para no caer en el ridículo en su traslación a la pantalla. En la parte terrenal de la historia desarrollada en un pueblecito de Nuevo México, Branagh ha sabido ir la mano de J. M. Straczinsky que recicla en el argumento de la historia algunos aspectos interesantes de su etapa como guionista de la serie regular para buscar el contrapunto cómico explotando el choque cultural entre el divino Thor y los simples mortales. Branagh muestra solvencia y comedimiento en el complejo terreno de los efectos especiales y maneja hábilmente otros recursos clásicos que nunca deberían desaparecer, como la banda sonora, para reforzar el clímax de algunos de los momentos más logrados de la película al tiempo que sabe guiar y aprovechar el trabajo de un grupo muy solvente de actores encabezado por un Chris Hemsworth, que parece nacido para interpretar a Thor (versión ultimate), y un Anthony Hopkins que realiza un más que notable Odín, sin olvidar a un sibilino Tom Hiddleston en su correcto Loki, y una solvente Natalie Portman a la que se la queda pequeño el papel de “novia del héroe”.
Es cierto que hay personajes que se echan de menos y la caracterización de otros es discutible pero, al final, son detalles que solo sirven para que los aficionados podamos pasar el rato discutiendo y, en líneas generales, el “Thor” de Branagh cumple con las expectativas generadas, ajustándose al previsible guión durante sus dos horas de duración y garantizando entretenimiento sin apartarse de una formula que ha demostrado que funciona. Veremos si la cosa cambia más allá de la película de “Los Vengadores”, preparada con mimo y que promete ser la guinda de un pastel cuidadosamente cocinado.
Supongo que el argumento ya lo conoceréis pero por si acaso hay algún despistado…Odín y sus muchachos viven retirados en Asgard tras milenios de lucha contra los gigantes de hielo con los que mantienen una inestable tregua. Cuando el orgulloso heredero al trono de Odin, su vástago Thor, desobedece a su señor padre este le manda a aprender humildad, despojado de poderes, a la Tierra, donde entablará contacto, por un lado, con un grupo de científicos que estudian los fenómenos atmosféricos y, por otro, con los agentes de Shield interesados en desentrañar los misterios de su martillo. Mientras Thor se adapta a la vida en la Tierra e intenta recuperar a Mjolnir, en Asgard, Odín ha caído en uno de sus períodos de sueño y Loki, el hermanastro de Thor, actúa de regente e intenta por todos los medios que Thor se quede para siempre entre los mortales.
Branagh, actor y director de prestigio alcanzado principalmente por sus muy recomendables adaptaciones de la obra de Shakespeare a la gran pantalla, ha sabido llevarse la película a su terreno – en unas declaraciones le leí que el teatro de Shakespeare y los personajes Marvel tenían mucho en común, y creo que no le falta razón, especialmente en el caso de Thor- captando toda la grandiosidad excesiva de Kirby y Lee en la recreación de Asgard y los aspectos mitológicos del personaje y autoconteniéndose lo suficiente como para no caer en el ridículo en su traslación a la pantalla. En la parte terrenal de la historia desarrollada en un pueblecito de Nuevo México, Branagh ha sabido ir la mano de J. M. Straczinsky que recicla en el argumento de la historia algunos aspectos interesantes de su etapa como guionista de la serie regular para buscar el contrapunto cómico explotando el choque cultural entre el divino Thor y los simples mortales. Branagh muestra solvencia y comedimiento en el complejo terreno de los efectos especiales y maneja hábilmente otros recursos clásicos que nunca deberían desaparecer, como la banda sonora, para reforzar el clímax de algunos de los momentos más logrados de la película al tiempo que sabe guiar y aprovechar el trabajo de un grupo muy solvente de actores encabezado por un Chris Hemsworth, que parece nacido para interpretar a Thor (versión ultimate), y un Anthony Hopkins que realiza un más que notable Odín, sin olvidar a un sibilino Tom Hiddleston en su correcto Loki, y una solvente Natalie Portman a la que se la queda pequeño el papel de “novia del héroe”.
Es cierto que hay personajes que se echan de menos y la caracterización de otros es discutible pero, al final, son detalles que solo sirven para que los aficionados podamos pasar el rato discutiendo y, en líneas generales, el “Thor” de Branagh cumple con las expectativas generadas, ajustándose al previsible guión durante sus dos horas de duración y garantizando entretenimiento sin apartarse de una formula que ha demostrado que funciona. Veremos si la cosa cambia más allá de la película de “Los Vengadores”, preparada con mimo y que promete ser la guinda de un pastel cuidadosamente cocinado.
2 comentarios:
Estoy de acuerdo en que los peros que tiene esta película sólo sirven para divertidas disertaciones frikis.
¿Has pillado los cameos?
Ju,
Unos cuantos. Confirmados: Stan Lee (furgo)y JMS (pueblerino que encuentra el martillo).
Luego creo que Walt Simonson es uno de los pueblerinos que se encuentran en el bar (el delgado) y el otro - el gordo- lo tengo en la punta de la lengua pero no caígo ;-D.
El de la tienda de animales creo que es Matt Fraction.
Seguro que hay más. Luego hay guiños a pelis pasadas y futuras, claro.
Impacientes Saludos.
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