Cuando David Lapham se dio a conocer con “Balas Perdidas”, su renovadora revisión del género negro, parecía que iba a comerse la industria del cómic a dentelladas desde una pequeña editorial independiente. Sin embargo, poco a poco su figura se fue difuminando y su carrera ha ido dando bandanzos bajo la creciente sospecha tras la desilusión de cada nuevo trabajo alimenticio para las grandes editoriales que estábamos ante un autor de una sola obra incapaz de superarse a sí mismo. “Young Liars”, la serie del sello Vertigo cuyos dieciocho números acaba de publicar recientemente Planeta en un único tomo, no nos va a resolver esa persistente duda tras su precipitada conclusión (es lo que tiene trabajar para las grandes editoriales como DC que por mucho sello Vertigo que quieran vendernos si la serie no vende no hay segundas oportunidades…) al menos sí nos ofrece a un Lapham motivado y ambicioso capaz de realizar todavía propuestas sorprendentes y diferentes que, en otros tiempos, habrían servido como mínimo para que la serie hubiera continuado en función a su calidad y no primando exclusivamente criterios comerciales.
“Young Liars” gira en torno al entramado de mentiras montado por Danny, un chaval que sueña en convertirse en estrella del punk, y Sadie, la desequilibrada y desinhibida hija de un pervertido millonario dueño de la principal cadena de supermercados de Estados Unidos, de la que está perdidamente pillado y la panda de freaks e inadaptados a la que llaman amigos. Danny y Sadie han huido a Nueva York sin saber que son perseguidos por los Pinkerton, los letales secuaces del padre de la chica que harán lo necesario para devolvérsela intacta a su papaíto.
“Young Liars” es un tebeo excesivo, loco y difícil en el que Lapham no realiza ninguna concesión al lector incapaz de discernir la verdad de la mentira, lo real de lo imaginado, en la esquizofrénica narración planteada en torno a la red de mentiras creada por los extraños personajes ideados por el autor. Ese planteamiento incómodo es quizás el que llevó a la cancelación de la serie, sin embargo, una vez que se asume el control de Lapham sobre su creación y los sorprendentes giros de la historia podemos disfrutar del sarcástico y alucinado recorrido que realiza el autor por buena parte de la cultura popular de finales los noventa que presenta a través de abundantes referencias que enriquecen la obra y que van desde la música punk hasta el cine freaks de David Lynch, David Cronemberg o incluso Todd Browning hasta los maestros del propio Lapham en la escena del cómic independiente como Charles Burns, Jaime Hernández y en otro orden un vitriólico Garth Ennis. Sin embargo, el principal eco que planea sobre “Young Liars” es el de propio Lapham encontrándose en esta obra presentadas de un modo diferente constantes características de su obra (personajes femeninos de fuerte personalidad frente a la inseguridad de los masculinos, el uso y abuso de la elipsis y el flashbacks y la mezcla constantes entre el plano onírico y el real para mantener en vilo al lector) que si en otras obras aparecen contenidas como meros recursos para el desarrollo de la historia en “Young Liars” se presentan retorcidas hasta el extremo, convertidas en la verdadera razón de ser del cómic frente una trama que nunca acaba de estar del todo clara y solo se sostienen en base al talento de prestidigistador de un narrador sobresaliente.
No sé si un tebeo tan inclasificable como “Young Liars” está llamada a convertirse en un nuevo cómic “de culto” para minorías. Quizás llegue un poco tarde y el tiempo y el gusto por este tipo de historias haya pasado no ajustándose al gusto del público actual como demuestra la cancelación de la serie en Estados Unidos pero sin duda estamos ante la obra de un autor notable del que todavía podemos esperar grandes cosas dentro del amplio abanico de posibilidades que se abre entre la concisión de “Balas Perdidas” y el frenesí de “Young Liars”. Quizás en ese punto medio se encuentre la definitiva obra de madurez de un autor diferente. Yo estaré pendiente mientras releo y redescubro obras como "Balas Perdidas" y "Young Liars".
“Young Liars” gira en torno al entramado de mentiras montado por Danny, un chaval que sueña en convertirse en estrella del punk, y Sadie, la desequilibrada y desinhibida hija de un pervertido millonario dueño de la principal cadena de supermercados de Estados Unidos, de la que está perdidamente pillado y la panda de freaks e inadaptados a la que llaman amigos. Danny y Sadie han huido a Nueva York sin saber que son perseguidos por los Pinkerton, los letales secuaces del padre de la chica que harán lo necesario para devolvérsela intacta a su papaíto.
“Young Liars” es un tebeo excesivo, loco y difícil en el que Lapham no realiza ninguna concesión al lector incapaz de discernir la verdad de la mentira, lo real de lo imaginado, en la esquizofrénica narración planteada en torno a la red de mentiras creada por los extraños personajes ideados por el autor. Ese planteamiento incómodo es quizás el que llevó a la cancelación de la serie, sin embargo, una vez que se asume el control de Lapham sobre su creación y los sorprendentes giros de la historia podemos disfrutar del sarcástico y alucinado recorrido que realiza el autor por buena parte de la cultura popular de finales los noventa que presenta a través de abundantes referencias que enriquecen la obra y que van desde la música punk hasta el cine freaks de David Lynch, David Cronemberg o incluso Todd Browning hasta los maestros del propio Lapham en la escena del cómic independiente como Charles Burns, Jaime Hernández y en otro orden un vitriólico Garth Ennis. Sin embargo, el principal eco que planea sobre “Young Liars” es el de propio Lapham encontrándose en esta obra presentadas de un modo diferente constantes características de su obra (personajes femeninos de fuerte personalidad frente a la inseguridad de los masculinos, el uso y abuso de la elipsis y el flashbacks y la mezcla constantes entre el plano onírico y el real para mantener en vilo al lector) que si en otras obras aparecen contenidas como meros recursos para el desarrollo de la historia en “Young Liars” se presentan retorcidas hasta el extremo, convertidas en la verdadera razón de ser del cómic frente una trama que nunca acaba de estar del todo clara y solo se sostienen en base al talento de prestidigistador de un narrador sobresaliente.
No sé si un tebeo tan inclasificable como “Young Liars” está llamada a convertirse en un nuevo cómic “de culto” para minorías. Quizás llegue un poco tarde y el tiempo y el gusto por este tipo de historias haya pasado no ajustándose al gusto del público actual como demuestra la cancelación de la serie en Estados Unidos pero sin duda estamos ante la obra de un autor notable del que todavía podemos esperar grandes cosas dentro del amplio abanico de posibilidades que se abre entre la concisión de “Balas Perdidas” y el frenesí de “Young Liars”. Quizás en ese punto medio se encuentre la definitiva obra de madurez de un autor diferente. Yo estaré pendiente mientras releo y redescubro obras como "Balas Perdidas" y "Young Liars".
9 comentarios:
¿conclusión de Balas Perdidas? lo tenía por perdido en el limbo... el último recopilaorio de la Cúpula ya casi ni lo recuerdo (sólo que me había gustado mucho), ¿era el cierre de la serie? efectivamente, Lapham, o el interés por su obra, ha ido perdiendo gas en servidor, hasta el punto que esta novedad ni la retuve, ni me enteré de que Planeta sacó esto, vamos...
A mí, la verdad, cuando leí el planteamiento sobre el que se montaba este Young Liars no me atrajo lo más mínimo. Y menos en vista de lo que Lapham acaba de hacer en Dark Horse con la nueva miniserie de Kull. Mañana, desde mi anónimo rincón, le arreo un palito.
Yo fui de esos que Balas perdidas le noqueo. Me dejo maravillado (Matame tambien) luego le perdí la pista con los trabajos alimenticios que hizo, por lo que esta nueva noticia de él, avalado por tí, Pablo, me llama mucho la atención.
Alegra leer tu crítica, ya que en su momento me llovieron los palos por defender a Young Liars. Para mí sigue siendo una de... ¡que demonios, la propuesta más arriesga que ha presentado Vertigo desde hace tiempo! También la considero una obra mucho más inteligente de lo que parece a primera vistas Y sobretodo, un intento de redención de Lapham.
Por cierto, para los que lo preguntaban, Balas Perdidas (Stray Bullets) está inconclusa tanto aquí como en USA. Pero la Cúpula paró 15 números antes o así.
sí, sí, era bastante retórica, mi pregunta... aunqeu con todo, hace tanto tanto tiempo del "Balas" que todo podría ser...
Para mí "Young Liars" es una maravilla. Una obra que empieza simplemente bien, con un planteamiento más o menos normalito, pero que va creciendo y creciendo a medida que avanzan los números. Una pena que la cancelaran justamente cuando estaba en su mejor momento, podría haber seguido dando muchísimo de sí.
Octavio,
La Cúpula dejó de publicar los últimos diez números, creo....¿Lo hará algún día? Vete a saber.
Fran,
A falta de uno, han sido dos ;-D Lapham en sus trabajos de encargo nunca ha estado a la altura de las expectativas generadas.
Toni,
"Mátame" está también muy bien. Luego en Silver Fish se limita a cumplir y lo que ha hecho por ejemplo para series como Fabulas o Batman pues no entusiasma demasiado. Fran en El pequeño misántropo ha reseñado hoy sus dos últimos trabajos aparecidos en EEUU.
Ojo, a pesar de los puntos en común que comento, "Young Liars" no tiene nada que ver con "Balas Perdidas". Esta es una obra de género negro ajustada a convenciones y bastante contenida respecto a "Young Liars" que es una obra anticonvencional construida por, para y sobre mentiras. No esperes para nada una segunda parte de "Balas PErdidas".
Raúl,
¿Palos? Se podrá estar más o menos de acuerdo pero tú siempre argumentas bien tus puntos de vista. Estoy de acuerdo es junto a "Greek Street" las dos propuestas más arriesgadas de Vertigo en años y resulta un poco descorazonador que ninguna haya cuajado en ventas. Y sí, "Young Liars" es un Lapham con ganas y eso es bastante. Yo estoy de acuerdo contigo.
Queco,
Bienvenido. Sí y esa evolución acaba quebrándose cuando Lapham acaba precipitando los acontecimientos imagino que presionado por la noticia de la cancelación. Se intuye que la trama estaba planificada para que durase más e incluso para acabar de otro modo.
Impacientes Saludos.
Leída tu reseña, ahora me apetece este "Young liars" un poquito más. Creo que Lapham es un autor muy capacitado al que hay que dejar a sus anchas, y parece que aquí tuvo, al menos por un tiempo, esa libertad creativa que no asomaba en sus (lamentables) trabajos alimenticios. De todos modos sigue siendo un tomo muy caro (también "Greek street", que me tienta porque Milligan es una debilidad) y en unos días sale lo nuevo de Dash Shaw, así que las prioridades mandan...
Jero,
Bienvenido. Sí, no creo que Lapham haya tenido cortapisas creativas en "Young Liars" más allá de las condicionadas por las bajas ventas.
Si te gusta Milligan (a mí también) se están publicando últimamente bastantes cosillas más accesibles en cuanto a precio que "Greek Street" (que también comente en su momento). Lo de "Bodyworld" pinta bien...
Impacientes Saludos.
Publicar un comentario