viernes, 3 de diciembre de 2010

“El invierno del dibujante”, de Paco Roca.


Esta semana he tenido que hacer más regates que Messi y Cristiano juntos para llegar “virgen” a “El invierno del dibujante”, la última obra del aclamado Paco Roca. Y es que parece que la última obra del autor de “Arrugas” ha despertado un entusiasmo en la blogosfera pocas veces vistos. ¿Con motivos? Pues sí, porque “El invierno del dibujante” es el mejor tebeo de Paco Roca hasta la fecha.

Localizada en Barcelona entre el invierno de 1957 y el verano de 1959, Roca vertebra toda una radiografía histórica y sentimental de la Historieta española de finales de los cincuenta alrededor del intento frustrado de cinco de sus más reputados dibujantes (Giner, Escobar, Peñarroya, Conti y Ciffré) de independizarse de la todopoderosa y leonina Bruguera montando su propia editorial DER (Dibujantes y Editores Reunidos) que les permitiera controlar su trabajo y poseer los originales de su obra cristalizado enla revista “Tío Vivo”. Un recorrido de la esperanza a la desilusión que Roca muestra con mano maestra.

No es de extrañar todo el revuelo blogósferico alrededor de esta obra ya que los cómics sobre la historia del cómic y sus autores no son habituales y, generalmente, cuentan con un atractivo especial tanto para los aficionados como para el resto de los profesionales que ven de un modo u otro reflejada la propia tradición histórica con la que se sienten identificados. Raros pero generalmente excelentes como “Malas Ventas” de Alex Robinson o “Hicksvillede Dylan Horrows en el extranjero y la fantástica serie “Los Profesionales” del gran Carlos Giménez en España, con la que inevitablemente guarda más puntos de conexión. Obras meritorias entre las que “El invierno del dibujante” está llamado a ocupar un lugar de honor por la sensibilidad y sabiduría con la que Paco Roca ha sabido no solo mostrar un momento clave en la historia del cómic en España a partir del cuál describir lo que era la vida del dibujante de la época a través del microverso que era la editorial de referencia, Bruguera, con un acercamiento detallado a la mayoría de las principales figuras de la época desde Vázquez o Ibáñez a Victor Mora mostrando sus pequeñas intrahistorias cotidianas con lo que la obra adquiere una riqueza inusual y la hace accesible a partir de esa nota costumbrista al lector que no esté especialmente interesado (¿habrá alguno?) en la historia del medio.

Pero es que, además el autor se muestra como un observador minucioso capaz de reflejar y captar el contexto de una España que intentaba levantar la cabeza tras la dura posguerra a. partir de unas viñetas que llena de pequeñas historias cotidianas que sirven de acompañamiento al pequeño gran drama objeto principal de la obra y crónica costumbrista de un estilo de vida que por suerte, o por desgracia, se ha perdido. Roca muestra la vida cotidiana en la urbana Barcelona popular de las Ramblas a los barrios adinerados en los que viven los Bruguera donde transcurre un fantástico episodio tragicomico a medio camino entre el cine de Coppola o las mejores películas de Berlanga, Fernando Palacios o José Maria Forqué, y guía la mirada del lector con un punto de nostalgia en la línea de autores como Seth y Chris Ware de cuyas obras Roca ha sabido adaptar y potenciar recursos formales.

Roca describe con mimo a sus personajes caracterizándolos psicológicamente para huir del maniqueísmo que pudiera acabar identifcandoles como buenos y malos para acabar mostrando con sensibilidad su perfil más humanos para reforzar una historia que por injusta que pueda parecernos a nuestros ojos actuales era solo una más de las injustas historias que conformaron un tiempo y lugar del que todos somos de un modo herederos.

El invierno del dibujante” es la obra más compleja de Paco Roca y la que marca verdaderamente su madurez como autor desplegando una gran variedad de recursos estilísticos y narrativos soberbiamente manejados que hacen su lectura un verdadero libro de cabecera para cualquiera que quiera dedicarse a hacer cómics. Más allá de las elegantes elipsis y transiciones quizás los más destacables, aparte de los ya mencionados, sean el distinto color de las páginas entre los hechos que transcurren en verano o invierno para reforzar la metáfora inicial que ya desde el mismo título se intuye al tiempo que, de ese modo, establece una diferenciación formal entre los distintos lapsos temporales en que se desarrolla la historia o, por otro lado, la composición de página dividiendo en diferentes viñetas una misma acción como ya hiciera Pellejero en "En Carne Viva" con lo que refuerza los distintos detalles que el autor quiere resaltar (en este caso las correcciones que el editor de Bruguera realizaba sobre las páginas entregadas por los dibujantes).

En definitiva, “El invierno del dibujante” está llamado a ser aparte de uno de los tebeos del año una obra clave en la carrera de Paco Roca que tras el merecido e inesperado quizás éxito de “Arrugas” se confirma como un autor a tener muy en cuenta. La excelente edición de Astiberri se completa con un emotivo epílogo de Antoni Guiral, toda una autoridad en la materia y un glosario de los principales actores de la historia que ayudarán a situarse a los lectores menos familiarizados con ella. Un tebeo indispensable.

9 comentarios:

Julián Glez. Aréchaga dijo...

Sólo he leído el primer párrafo. También quiero leer el cómic "virgen". Te comento después del puente.

Saludos no tan impacientes.

DOKTOR FREAK dijo...

HOMENAJE A LA RECIENTEMETE DESAPARECIDA EDITORIAL BRUGUERA, SERA UN COMIC CON MOTIVOS PROFETICOS? TIRURIRURIRU

PAblo dijo...

Julián,

Te tomo la palabra. A ver si coincidimos.

Doktor Freak,

En realidad, tiene poco de homenaje a Bruguera. Si acaso, a sus autores.

Impacientes Saludos.

Anónimo dijo...

Ciertamente un tebeo cojonudo

Maese ABL dijo...

Qué buena pinta tiene este tebeo, parece un regalo de reyes, para regalar y con el que Roca nos regala.

Gracias por comentarlo tan rápido, PAblo, y vistas tus palabras, tomamos nota de su obligada compra!

Alberich el Negro dijo...

Excelente, excelente parece que es mucho decir, en este caso, de la edición de Astiberri.

O ésa es, al menos, la impresión que uno obtiene al visitar La Cárcel de Papel. Pásate por allí y lo verás.

Impacientes saludos también para ti, ¡oh, PAblo!

PAblo dijo...

Lokodatar,

Ciertamente.

Maese ABL,

Bienvenido. Pues sí lo han sacado con mucha vista para esas fechas. Un bonito regalo sin duda.

Alberich,

Pues no tenía ni idea. Parece que AP conocía el trabajo previo y tenía noticias de una edición diferente y se ha llevado un chasco con la final. Yo el dibujo de PR lo aprecio bastante bien (que quizás se podría apreciar mejor es cierto). Por otro lado, esta edición me ha parecido mejor que anteriores en parecido formatos que ha realizado Astiberri de la obra de Roca (lo que quizás no hable bien de ella en ese caso).

En fin, nueva polémica servida.

Impacientes Saludos.

DOKTOR FREAK dijo...

QUIZAS SOLO SEA COMO REFERENTE A SUS NOMBRES,PERO SIGUE SIENDO UN HOMENAJE,POR PEQUEÑO QUE SEA, ES COMO EN LA PELICULA LAS COSAS DEL QUERER,NO SE NOMBRA EL NOMBRE DEL POETA EN CUESTIÓN, PERO TODO EL MUNDO SABÍA SOBRE QUIEN TRATABA ENMASCARADAMENTE LA VIDA DEL PROTA. SON QUIZÁS PEQUEÑOS GUIÑOS, RENDIDOS A LOS INTERPRETES, AUN ASI ES UN GRAN COMIC

PAblo dijo...

Doktor Freak,

Hombre, toda la obra es una declaración de amor a los autores Bruguera. Especialmente a los de la primera época que protagonizaron el asunto del Tío Vivo.

Impacientes Saludos.