Acaba de publicar Planeta la cuarta entrega de la serie de vikingos que para el sello Vertigo está desarrollando Brian Wood. Una nueva entrega esta de “La novia de la plaga” que es el arco argumental más largo de la serie hasta el momento –números 21 a 28 de la numeración norteamericana- y quizás por ello sea uno de los más ambiciosos y logrados.
Corre el año 1020 y en un asentamiento vikingo a orillas del río Volga se desata una plaga mortal. Cuando al inicio del crudo invierno, el anciano líder decide aislar a la comunidad expulsando a los enfermos se iniciará una claustrofóbica lucha por la supervivencia y el poder en la que se desatarán los peores instintos de sus habitantes. Y si la vida de por sí es dura para todos, para una viuda que tiene que sacar adelante a una niña la situación se torna dramática cuando se coloca en el punto de mira de un brutal y ambicioso jefe guerrero .
Es una suerte que en su revisión de las historias de vikingos, Brian Wood no se haya limitado a reducir el potencial de los hombres del norte a los tópicos habituales y ofrezca planteamientos centrados en el desarrollo de los personajes y enfoques alejados de arquetipos más convencionales. De este modo, partiendo de una trillada trama de aislamiento cuyo desarrollo quizás sea la parte menos original de la historia se centra en la exploración del rol secundario de la mujer en esa sociedad sin la protección y el amparo de un hombre al tiempo que se muestra bastante hábil en la dosificación de los ritmos de la trama para que esta vaya ganando en intensidad. La historia de la comunidad y la de la viuda protagonista que se convierte en la víctima de las iras del jefe guerrero de turno corren paralelas en una historia que guarda algunas parábolas sobre problemáticas contemporáneas no superadas como el acoso a la mujer. Anteriormente en “Mujeres con Escudos”, Wood ya había abordado el papel de la mujer en las culturas vikingas dentro de la serie pero en “La viuda de la plaga” le da un enfoque quizás más realista y atractivo para abordar no solo el rol alienado de la mujer sino también el tema de la relación materno-filial de modo que en el último capítulo de la historia recuerda planteamientos cercanos al Cormarc McCarthy de “La Carretera”, novela que parece revolotear todo la trama. Quizás el único pero que se le pueda poner a Wood sean pequeños descuidos (que los vikingos del siglo XI hablen de la riqueza de las proteínas como que queda un poco raro, ¿no?) que no empañan el resultado final.
En el aspecto gráfico, Wood cuenta con Leandro Fernández, popular por su trabajo en “The Punisher” de Ennis, cuyo estilo encaja perfectamente con la narrativa de Wood que busca una mayor complicidad con el lector mediante una estudiada ambigüedad. Fernández es un dibujante intenso, sucio y detallista, de trazos duros y angulosos que capta perfectamente la atmósfera de tensión latente que la historia pergeñada por Wood requiere al tiempo que caracteriza perfectamente las peculiaridades de los vikingos del Volga, realizando un excelente trabajotanto en la caracterización psicológica de los personajes como reflejando las crudas y violentas situaciones de acción que abundan en el tebeo.
En definitiva, tras algún resbalón inicial “Northlanders” poquito a poco va consolidándose como una propuesta a tener en cuenta dentro del sello Vertigo que confirma a Brian Wood como uno de los guionistas más interesantes y arriesgados del mainstream norteamericano con historias que difícilmente dejarán a nadie indiferente.
Más “Northlanders” en El Lector Impaciente:
Corre el año 1020 y en un asentamiento vikingo a orillas del río Volga se desata una plaga mortal. Cuando al inicio del crudo invierno, el anciano líder decide aislar a la comunidad expulsando a los enfermos se iniciará una claustrofóbica lucha por la supervivencia y el poder en la que se desatarán los peores instintos de sus habitantes. Y si la vida de por sí es dura para todos, para una viuda que tiene que sacar adelante a una niña la situación se torna dramática cuando se coloca en el punto de mira de un brutal y ambicioso jefe guerrero .
Es una suerte que en su revisión de las historias de vikingos, Brian Wood no se haya limitado a reducir el potencial de los hombres del norte a los tópicos habituales y ofrezca planteamientos centrados en el desarrollo de los personajes y enfoques alejados de arquetipos más convencionales. De este modo, partiendo de una trillada trama de aislamiento cuyo desarrollo quizás sea la parte menos original de la historia se centra en la exploración del rol secundario de la mujer en esa sociedad sin la protección y el amparo de un hombre al tiempo que se muestra bastante hábil en la dosificación de los ritmos de la trama para que esta vaya ganando en intensidad. La historia de la comunidad y la de la viuda protagonista que se convierte en la víctima de las iras del jefe guerrero de turno corren paralelas en una historia que guarda algunas parábolas sobre problemáticas contemporáneas no superadas como el acoso a la mujer. Anteriormente en “Mujeres con Escudos”, Wood ya había abordado el papel de la mujer en las culturas vikingas dentro de la serie pero en “La viuda de la plaga” le da un enfoque quizás más realista y atractivo para abordar no solo el rol alienado de la mujer sino también el tema de la relación materno-filial de modo que en el último capítulo de la historia recuerda planteamientos cercanos al Cormarc McCarthy de “La Carretera”, novela que parece revolotear todo la trama. Quizás el único pero que se le pueda poner a Wood sean pequeños descuidos (que los vikingos del siglo XI hablen de la riqueza de las proteínas como que queda un poco raro, ¿no?) que no empañan el resultado final.
En el aspecto gráfico, Wood cuenta con Leandro Fernández, popular por su trabajo en “The Punisher” de Ennis, cuyo estilo encaja perfectamente con la narrativa de Wood que busca una mayor complicidad con el lector mediante una estudiada ambigüedad. Fernández es un dibujante intenso, sucio y detallista, de trazos duros y angulosos que capta perfectamente la atmósfera de tensión latente que la historia pergeñada por Wood requiere al tiempo que caracteriza perfectamente las peculiaridades de los vikingos del Volga, realizando un excelente trabajotanto en la caracterización psicológica de los personajes como reflejando las crudas y violentas situaciones de acción que abundan en el tebeo.
En definitiva, tras algún resbalón inicial “Northlanders” poquito a poco va consolidándose como una propuesta a tener en cuenta dentro del sello Vertigo que confirma a Brian Wood como uno de los guionistas más interesantes y arriesgados del mainstream norteamericano con historias que difícilmente dejarán a nadie indiferente.
Más “Northlanders” en El Lector Impaciente:
6 comentarios:
Nada, ya está decidido... Northlander tendrá que ser una nueva colección a seguir.
Transmetropolitan,
Espero que no te decepcione. Hay un arco un poco flojo pero el resto está bastante bien. Ya me contarás tus impresiones.
Impacientes Saludos.
Gracias por la reseña, no había oído hablar del cómic, pero tiene buena pinta. Le seguiré la pista...
Un saludo.
Sigo con atención tus reseñas de Northlanders y puedo afirmar que son uno de los motivos que me ha animado a hacerme con estos volúmenes (además de ser aficionado de por si a las historias de vikingos).
Saludos.
Pues a mí esas moderneces en el guión me hicieron salir por pies en el segundo tomo.
Sobrasada Cósmica,
Bienvenido. Gracias. Ya nos contarás que te parece.
Jolan,
Bueno. No dejan de ser simplemente mi opinión. Las reclamaciones a Robin Wood ;-D
Fran,
El segundo tomo es el más flojo con diferencia. Yo estuve a punto de hacer lo mismo y no descarto que a lo largo de la serie vaya a encontrarme con historias horribles.
Una de las cosas que más valoro de Wood frente a otros guionistas actuales es que asume riesgos tanto a nivel narrativo como en el enfoque de la historia que generalmente en cómics tan comerciales como estos no se suelen ver y en ocasiones dan resultados fallidos. Lo que también es verdad es que generalmente esas historias suelen ser las menos.
Impacientes Saludos.
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