


Ed Brubaker y Sean Phillips no se apartan de la fórmula que han pergeñado para la serie con una fidelidad en su tratamiento que acaba convirtiendo sus tramas para los que la siguen desde hace tiempo en una lectura tópica y previsible. No digo que el lector ocasional de “Criminal” no disfrute de esta aventura que se ajusta perfectamente a los cánones del género pero a estas alturas yo esperaba una propuesta algo más original e imaginativa. Sin embargo, la crisis de ideas que sufre Brubaker – no es de esta serie que le está pasando en todas- le está empezando a pasar factura y despacha las tramas últimamente sin preocuparse demasiado en disimular que repite situaciones que ya ha desarrollado en historias previas. Y es que, en concreto, a mí el Lawless de esta aventura me recuerda demasiado al Holden Carver de “Sleeper” e incluso al protagonista de “Incógnito” (por no irnos hasta el Marv del “Sin City” de Miller), personajes fatalistas de doble moral presos de su circunstancia con los que Brubaker vuelve a contar la misma historia una y otra vez cambiando un detalle de aquí o de allá. Ni siquiera la posible sorpresa de la identidad del ejecutor ni las relaciones de Lawless están bien resueltas ya que el autoimpuesto formato de miniserie de seis números conlleva que la relación entre los personajes muchas veces resulte esbozada meramente cuando no forzada y algo confusa. Por otro lado, Phillips vuelve a mostrar su dibujo expresionista, eficaz y sombrío tan adecuado para un cómic noir pero, tal y como ocurre con su cómplice habitual, Brubaker, uno tiene la sensación de “ya visto” respecto a otras obras que amarga la lectura.

En definitiva, no hay peor pecador en el mundo del cómic que el autor que no evoluciona y se limita a repetir una y otra vez las mismas convenciones sin aportar frescura ni originalidad a las tramas para decepción de los aficionados. Que Bru y Phillips recen tres padrenuestros y un avemaría por este borrón antes de embarcarse en una nueva historia que esta vez sí –esperemos- sea más original.

Completa el volumen un interesante artículo sobre los orígenes del noir y las revistas pulp que resulta casi más interesante que la historia principal.
Todo "Criminal" en El lector impaciente:
"Cobarde"
"Lawless"
2 comentarios:
Este todavía no lo he leído, pero después de leer los anteriores me pasa lo mismo que a ti con éste. Dices "bueno, vale, hay cosas peores..." Pero no aporta nada. Da la impresión de que ambos tienen puesto el piloto automático y que se limitan a repetir ingredientes para hacer la misma tarta de siempre, que corre el peligro de transformarse en bollería industrial como no medie algún cambio.
Justo donde series como Scalped tienen su gran virtud, innovar a partir de elementos comunes, y hasta tópicos, Brubaker se está empeñando en abusar de los mismos. El problema es que puede acabar en una autoparrodia de sí mismo.
De momento, y por lo que cuentas, voy a pasar de seguirle el juego y, haciendo caso de tu recomendación, optar por "los desesperados".
Anónimo,
Bienvenido. Has resumido perfectamente la encrucijada en que se encuentra actualmente Brubaker, en general, y "Criminal", en particular. Completamente de acuerdo contigo.
Impacientes Saludos.
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