martes, 15 de junio de 2010

“Weimar: Dos investigaciones clásicas de Jan Karta (1925-1933)”, de Roberto dal Prá y Rodolfo Torti.



Primero de los tres volúmenes en los que la editorial 001 Ediciones recupera todo un clásico del cómic italiano de los ochenta inédito en España a pesar de su calidad hasta ahora por esos caprichos editoriales, “Las investigaciones de Jan Karta”, una serie de intriga que nos acerca al siempre atractivo Berlín de Entreguerras de la República de Weimar, uno de los momentos más apasionantes de la historia y que más recientemente está siendo objeto de revisión por un autor aparentemente tan alejado de los italianos dal Prá y Torti como es Jason Lutes.

En las dos historias dal Prá establece las características de la serie, convencional con las reglas del género negro en su desarrollo, pero original tanto por la ubicación y contexto de las historias como por el protagonista sobre el que orbitan las historias, Jan Karta, un peculiar detective culto y sensible que mantiene una actitud distante y escéptica sobre los acontecimientos históricos que le han tocado vivir y de los que en el transcurso de sus investigaciones se convierte en testigo privilegiado.
Si en la primera historia, “Weimar (1925)”, Karta se convierte en pieza involuntaria de una conspiración para acabar con la vida de un poderoso industrial con oscuros secretos en los inicios de la República de Weimar, en la segunda, “Der Sturm (1933)” se ve envuelto en los tejemanejes del boyante partido nazi para alzarse con el gobierno alemán cuando un antiguo amigo va a morir a su puerta. Si queréis leer más, ya sabéis.

Roberto dal Prá se muestra como un solvente guionista capaz de hilvanar sus convencionales tramas detectivescas con los hechos históricos de un modo solvente y entretenido al tiempo que va construyendo poco a poco la personalidad de un detective sui generis que nada tiene que envidiar a los grandes clásicos del género en los que se basa (para describirlo en pocas palabras, Jan Karta es una mezcla entre Sherlock Holmes y Philllip Marllowe), un detective desencantado que, a pesar de su talento deductivo que le permite resolver complejos casos, es incapaz de lograr frenar el avance del Partido Nacional Socialista.

En el aspecto gráfico, Rodolfo Torti en la estela de grandes como Milton Caniff en la cuidada caracterización de los personajes y el detalle en que retrata vehículos y edificios, mostrándose como un magnífico dibujante que en ocasiones me recuerda a dibujantes españoles como Jordi Bérnet o el, por desgracia, semiolvidado Leopoldo Sánchez (¿Para cuándo una reedición en condiciones de “Bogey”?). Torti narra con maestría al tiempo que es capaz de captar la ambientación de la época a través de una estudiada composición de página que le permite dosificar la tensión de la historia, describiendo con acierto distintos ambientes y situaciones propias del libertino, bullicioso y convulso Berlín de la época en que transcurren las investigaciones del detective alemán.

Finalmente, no se puede obviar la influencia –recíproca, por otro lado- entre esta serie y la obra de otro grande del cómic italiano como es Vittorio Giardino y “Las aventuras de Max Fridman” (no en vano ambas series, como señala Pepé Gálvez, en la introducción se iniciaron en la misma época en la misma revista, “Orient Express”, pero si bien la serie de Giardino se ha publicado y reeditado en condiciones en nuestro país por parte de NormaLas investigaciones de Jan Karta” fueron ignoradas y permanecían inéditas. Hay que felicitar a 001 Ediciones, por tanto, por recuperar esta interesante serie, que ha resistido como sólo pueden los clásicos, el paso del tiempo aun cuando el formato económico elegido no haya respetado el color de los álbumes franceses. Esperemos que no se demoren demasiado con las próximas entregas.

8 comentarios:

Invierno dijo...

Me gustó, la verdad es que me gustó, cosa que no había ocurrido con ninguno de los otros títulos (Luxley, Holmes) de 001.Como dices hay mucho de Giardino por ahí.
Me recuerda también -no sé si habrá influencia o no, yo creo que no, que es mera coincidencia por tratar el mismo género y la misma época a la trilogía noir de Philip Kerr (bastante flojita personalmente, aunque sólo leí el primero y ahí me quedo)

PAblo dijo...

Invierno,

Las novelas de Kerr son posteriores a los cómics de Jan Karta.

LA influencia de Giardino es notoria pero habría que investigar quién influye a quién.

Impacientes Saludos.

tristan dijo...

Seguid leyendo a Kerr no os arrepentiréis.
Este album me ha gustado muchísimo también. Yo veo, también, influencias de Rotundo y Carlos Giménez. Es una obra muy interesante.

Invierno dijo...

Sí, sí, claro, yo me refería a si Kerr tendría referencias sobre Jan Karta.

Tristán, ¿de verdad vale la pena seguir leyendo a Kerr? Entre las farragosas descripciones de las calles berlinesas que no vienen a cuento (y eso que muchas las he pisado, pero no aportan nada más que saber que el autor sabe de lo que habla y se ha documentado muy bien) y ciertas escenas y diálogos más propios de una parodia de novela negra clásica americana que otra cosa, no me han quedado muchas ganas de repetir.
Pero yo soy un tío abierto a todo, y llega el verano...

PAblo dijo...

Tristán,

Es curioso lo de las influencias entre los autores italianos y españoles de finales de los setenta y los ochenta. Hábría mucho que investigar ahí.

Me apunto lo de Kerr pero tengo tantas lecturas pendientes....

Invierno,

No sé si Kerr ha leído "Las investigaciones de Jan Karta" pero el que no me extrañaría nada que sí lo hubiera hecho es Lutes, un autor norteamericano pero que tienen una fuerte formación del cómic europeo.

Impacientes Saludos.

tristan dijo...

Sobre Kerr: yo me he leido todo (la serie llamada Berlin Noir) y a partir del tercero es de traca. Y no soy el único que lo piensa a quien se lo he recomendado me lo ha agradecido. Por ahora lleva 6 libros.

PAblo es indudable que con revistas como Linus, Orient Express, Frigidaire, Corto Maltese y otras en Italia y Cimoc, 1984, Comix, Totem, Cairo etc. aquí los autores se conocían y aprendían los unos de los otros. Además todos tenían maestros comunes como Caniff, Raymond o Robbins y admiraban a Pratt y Jean Giraud/Moebius.
Fue una época espléndida.

Yo creo que Lutes sólo tiene ojos para Hergé.

PAblo dijo...

Tristán,

Es cierto que los referentes de esa generación de autores italianos y españoles que se forjó en las revistas beben de unos maestros comunes los grandes maestros norteamericanos que mencionas y los franceses, pero sería interesante profundizar en el intercambio entre España e Italia directamente. Autores como Font se han hecho un nombre casi por desgracia más reconocido en la bota que aquí y no es el único... Está claro que el boom de las revistas permitió la formación y consolidación de un montón de autores en España pero en Italia se estaba viviendo algo parecido y seguramente había canales abiertos de comunicación entre unos y otros.

Es un tema apasionante.

Sobre Kerr, confio en tu criterio. Una cosa, ¿es imprescindible cierta continuidad en la serie o puedo ir directamente a lo bueno para recuperar alguno de los que me falten por leer después?

En Lutes la influencia más notoria es de Hergé pero no hay que obviar otras.

Impacientes Saludos.

tristan dijo...

Kerr: yo inicié la serie por el cuarto libro "Unos y otros" una novela espectacular y luego ya recuperé el orden cronológico. Todo depende del grado de completismo de cada uno. Yo creo que el cuarto , el quinto y el sexto libro son magníficos; los tres primeros buenos.