¡Todo se acaba! Y este mes llegamos al final de “100 Balas”, la serie en la que Azzarello y Risso nos han ofrecido algunas de las mejores historias “hard boiled” de la década. A los que hemos seguido la serie desde el principio seguramente nos habrá parecido que este momento no iba a llegar nunca pero, ya ven, todo llega y este último volumen ofrecido por Planeta se reúnen por fin los últimos once números de la serie ganadora de seis premios Eisner.
En esta última entrega, las distintas confabulaciones orquestadas entre los milicanos, el Trust y el Agente Graves y sus secuaces se ponen por fin al descubierto y todas las tramas quedan, de un modo u otro, cerradas de la única manera posible viendo el derrotero de las últimas entregas de la serie, a balazos, en una traca final a la que muy pocos sobrevivirán. Si quieren saber más, tendrán que leer el cómic.
Reservándome un análisis más reposado del conjunto de la serie a una futura relectura continuada, creo que este último recopilatorio es una buena muestra de lo que ha sido la serie. Desde un planteamiento de partida sugerente la historia va ganando en confusión en la medida en que Azzarello se va dispersando y ni siquiera el buen hacer de Eduardo Risso a los lápices -que por sí solo justifica la compra- logra salvar un conjunto final que, sin dejar de ser correcto, queda lejos de las expectativas de aquellos prometedores comienzos. Azzarello va cerrando tramas y finiquitando personajes sin piedad, preparándolo todo para el clímax en el que el agente Graves y las Casas del Trust supervivientes se reúnen para intentar solucionar la guerra en la que están inmersos, pero todo se complicará definitivamente cuando acudan sin invitación los milicianos opuestos a Graves. Como es habitual en la serie, funcionan mejor y resultan más interesantes las subtramas que el argumento principal, aunque Azzarello se muestra muy hábil camuflando su endeblez y excesivo alargamiento, destacando entre aquellas la crudísima historia de Pip o la negrísima de Rémy, en las que Azzarello vuelve a darnos lo mejor de sí mismo con unos crueles, lacónicos y concisos diálogos que complementan perfectamente la narración de Risso. Sin embargo, la enrevesada trama de engaños y engaños dentro de engaños resulta por momentos confusa y difícil de seguir, solucionándola el guionista con una planificación un tanto apresurada.
En el aspecto gráfico, nos reencontramos de nuevo con un Risso en forma que da lo mejor de sí en estas últimas entregas y que sostiene el peso de la narración, bien secundado por Patricia Mulvihill, una colorista que sabe adaptarse al estilo de Risso con excelentes resultados y un Dave Johnson que dibuja para estos últimos números algunas de las mejores portadas de toda la colección y que Planeta ha tenido el detalle de mantener en su edición en castellano.
En definitiva, “El declive” deja constancia que aunque las últimas balas disparadas por Azzarello y Risso habían sido de fogueo la última era mortal de necesidad. No se lo pierdan.
Más “100 Balas” en El lector impaciente:
“Érase una vez un crimen”.
“Corrupto”
“Sucio”
Otras obras de Azarello en El lector impaciente:
“Joker”.
En esta última entrega, las distintas confabulaciones orquestadas entre los milicanos, el Trust y el Agente Graves y sus secuaces se ponen por fin al descubierto y todas las tramas quedan, de un modo u otro, cerradas de la única manera posible viendo el derrotero de las últimas entregas de la serie, a balazos, en una traca final a la que muy pocos sobrevivirán. Si quieren saber más, tendrán que leer el cómic.
Reservándome un análisis más reposado del conjunto de la serie a una futura relectura continuada, creo que este último recopilatorio es una buena muestra de lo que ha sido la serie. Desde un planteamiento de partida sugerente la historia va ganando en confusión en la medida en que Azzarello se va dispersando y ni siquiera el buen hacer de Eduardo Risso a los lápices -que por sí solo justifica la compra- logra salvar un conjunto final que, sin dejar de ser correcto, queda lejos de las expectativas de aquellos prometedores comienzos. Azzarello va cerrando tramas y finiquitando personajes sin piedad, preparándolo todo para el clímax en el que el agente Graves y las Casas del Trust supervivientes se reúnen para intentar solucionar la guerra en la que están inmersos, pero todo se complicará definitivamente cuando acudan sin invitación los milicianos opuestos a Graves. Como es habitual en la serie, funcionan mejor y resultan más interesantes las subtramas que el argumento principal, aunque Azzarello se muestra muy hábil camuflando su endeblez y excesivo alargamiento, destacando entre aquellas la crudísima historia de Pip o la negrísima de Rémy, en las que Azzarello vuelve a darnos lo mejor de sí mismo con unos crueles, lacónicos y concisos diálogos que complementan perfectamente la narración de Risso. Sin embargo, la enrevesada trama de engaños y engaños dentro de engaños resulta por momentos confusa y difícil de seguir, solucionándola el guionista con una planificación un tanto apresurada.
En el aspecto gráfico, nos reencontramos de nuevo con un Risso en forma que da lo mejor de sí en estas últimas entregas y que sostiene el peso de la narración, bien secundado por Patricia Mulvihill, una colorista que sabe adaptarse al estilo de Risso con excelentes resultados y un Dave Johnson que dibuja para estos últimos números algunas de las mejores portadas de toda la colección y que Planeta ha tenido el detalle de mantener en su edición en castellano.
En definitiva, “El declive” deja constancia que aunque las últimas balas disparadas por Azzarello y Risso habían sido de fogueo la última era mortal de necesidad. No se lo pierdan.
Más “100 Balas” en El lector impaciente:
“Érase una vez un crimen”.
“Corrupto”
“Sucio”
Otras obras de Azarello en El lector impaciente:
“Joker”.
2 comentarios:
Pues sí, yo soy de los que lo dicen: "Por fin se acaba!!!". La verdad es que esa manía que tienen a veces los guionistas de decir "esta colección va a durar N números" es bastante absurda y lleva a estas cosas.
Yo también tengo ganas de una relectura completa, porque hace tanto que me perdí que no sé si me voy a enterar algo del final (aunque el último tomo me gustó). Y tienes razón, ¡¡¡tremendas las portadas!!! (ya podrían aprender el resto de dibujantes, en lugar de hacer siempre la misma).
Akbarr,
¡Qué jovencitos eramos cuando empezamos esta serie y miranos ahora! ;-D
En serio, a mí este último tomo me parece mejor que algunos de los precedentes que daban la sensación que eran meros estiramientos para llegar al dichoso número 100.
El problema de decir por adelantado cuántos números va a durar la serie es doble. Por un lado, cuando no lo tienes todo muy planificado desde el principio o por otro si te la cancelan y te dejan con el culete al aire. Por suerte, Azzarello y Risso han aguantado hasta el final aunque a mí me da que en ocasiones Azzarello no tenía muy claro como seguir la serie. La valoración final la dejamos pendiente de esa lectura continuada de los cien números.
Impacientes Saludos.
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