Mondadori parece apostar fuerte por el género negro en su nueva línea Roja yNegra con un primer título a destacar, “Delitos a largo plazo” de Jake Arnott, primera novela de una trilogía que tiene como nexo común la presencia de un mismo personaje Harry Starks por el que su autor es bastante reconocido dentro del mundo anglosajón. Starks es un gangster del Soho londinense que se ha convertido en el santo y seña de su creador Jake Arnott, al que sin pudor desde la editorial comparan con James Ellroy. Bien, no voy a ser yo quién desdiga a Rodrigo Fresán, el autor del documentado prólogo del libro, aunque en mi opinión nada del estilo denso, sucio y amargado de Ellroy se recoge en la ágil escritura de Arnott quien con esta novela se nos presenta como un autor a tener en cuenta a pesar de haber permanecido inédito hasta la fecha en España, y su influencia , una vez leída la novela, es patente en la filmografía de un director tan comentado en los últimos tiempos como Guy Ritchie, por ejemplo.
En “Delitos a largo plazo”, Arnott construye un magnífico fresco de los ambientes patibularios londinenses a través de la voz de cinco personajes cuyas vidas se cruzaron con Harry Starks. Starks es un careto londinense a la antigua, inteligente, duro y sin escrúpulos, que cuida sus negocios y busca el reconocimiento y una ilusión de legalidad a través de las obras sociales en las que conoce a los jovencitos con los que le gusta acostarse y montar orgías para lo más influyente de la sociedad británica y fotografiarse con estrellas del espectáculo venidas a menos que frecuentan el cabaret que regenta. Sentimental e implacable, entrar en tratos con Harry puede resultar muy peligroso como descubrirán los protagonistas de las cinco historias que componen la novela y a través de las cuáles asistimos al desarrollo de la carrera mafiosa de Starks.
Jake Arnott se muestra como un autor hábil y documentado que describe con verosimilitud los ambientes marginales londinenses de los años sesenta y setenta y las técnicas mafiosas utilizadas, ambientes variopintos en la que los gangsters de la vieja escuela como los reales hermanos Kray o el imaginado Harry Starks dominaban una ciudad en transformación en la que las viejas bandas de mods decaían frente a la fuerza y energía de los skins y punks bajo la protectora mirada de unos policías bien sobornados. Arnott acierta al presentar a una figura tan estereotipada como su antihéroe con el distanciamiento que permite interponer otros narradores, enriqueciendo la lectura y dando a los tópicos un nuevo cariz que le permite dar rienda suelta a una aguda ironía y toques de humor muy británicos. A través del novio repudiado, el aristócrata homosexual, el matón drogado, la actriz venida a menos o el criminólogo bienintencionado, Arnott ofrece una visión más compleja y rica de su protagonista.de la que solemos estar acostumbrados, Arnott sabe hilvanar las cinco tramas para que confluyan sin contradicciones en un todo unitario, cruzando personajes y lugares a lo largo de los años de esplendor y decadencia del gansterismo inglés, recreando ambientes y mezclando realidad y fantasía hasta tal punto que llega un momento que uno llega a dudar.
En fin, “Delitos a largo plazo” es una novela entretenida y autónoma, que se lee de un tirón y da a conocer en España a un escritor que sabe lo que se trae entre manos. Espero que las próximas entregas de la trilogía de Harry Starks sean tan agradables de leer como la primera. Pero, si acaso, ya se lo cuento cuando caigan.
En “Delitos a largo plazo”, Arnott construye un magnífico fresco de los ambientes patibularios londinenses a través de la voz de cinco personajes cuyas vidas se cruzaron con Harry Starks. Starks es un careto londinense a la antigua, inteligente, duro y sin escrúpulos, que cuida sus negocios y busca el reconocimiento y una ilusión de legalidad a través de las obras sociales en las que conoce a los jovencitos con los que le gusta acostarse y montar orgías para lo más influyente de la sociedad británica y fotografiarse con estrellas del espectáculo venidas a menos que frecuentan el cabaret que regenta. Sentimental e implacable, entrar en tratos con Harry puede resultar muy peligroso como descubrirán los protagonistas de las cinco historias que componen la novela y a través de las cuáles asistimos al desarrollo de la carrera mafiosa de Starks.
Jake Arnott se muestra como un autor hábil y documentado que describe con verosimilitud los ambientes marginales londinenses de los años sesenta y setenta y las técnicas mafiosas utilizadas, ambientes variopintos en la que los gangsters de la vieja escuela como los reales hermanos Kray o el imaginado Harry Starks dominaban una ciudad en transformación en la que las viejas bandas de mods decaían frente a la fuerza y energía de los skins y punks bajo la protectora mirada de unos policías bien sobornados. Arnott acierta al presentar a una figura tan estereotipada como su antihéroe con el distanciamiento que permite interponer otros narradores, enriqueciendo la lectura y dando a los tópicos un nuevo cariz que le permite dar rienda suelta a una aguda ironía y toques de humor muy británicos. A través del novio repudiado, el aristócrata homosexual, el matón drogado, la actriz venida a menos o el criminólogo bienintencionado, Arnott ofrece una visión más compleja y rica de su protagonista.de la que solemos estar acostumbrados, Arnott sabe hilvanar las cinco tramas para que confluyan sin contradicciones en un todo unitario, cruzando personajes y lugares a lo largo de los años de esplendor y decadencia del gansterismo inglés, recreando ambientes y mezclando realidad y fantasía hasta tal punto que llega un momento que uno llega a dudar.
En fin, “Delitos a largo plazo” es una novela entretenida y autónoma, que se lee de un tirón y da a conocer en España a un escritor que sabe lo que se trae entre manos. Espero que las próximas entregas de la trilogía de Harry Starks sean tan agradables de leer como la primera. Pero, si acaso, ya se lo cuento cuando caigan.
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