(Buff…Lo que son los despistes. Ayer preparando la entrada de “Joker” me di cuenta que no había subido el mes pasado la entrada dedicada a la última entrega de Planeta de “Cien Balas”. Como ya la tengo escrita y todavía resulta vigente aquí se las dejo con mis disculpas).
¡Qué poquitas balas le quedan ya a esta colección! Y como se le nota, amigos, que el señor Brian Azzarello ya no sabe que hacer para estira la trama y llegar a la mágica meta que él solo se marcó de los cien números.
En “Sucio”, el último recopilatorio que nos ofrece Planeta y que engloba los números 84 a 88 de la edición americana en una deficiente edición, resulta bastante patente que estamos ante un arco de transición hacia la traca final que nos tenga preparado el guionista como estruendoso fin de fiesta. “Sucio” está formado por cinco episodios truculentos que no guardan ninguna continuidad entre sí más allá en ellos se describe con más o menos gracia –es una forma de hablar- la eliminación de algunos de los personajes secundarios que aparecieron en distintos arcos de la serie o personajes que simplemente aparecen como elementos ambientales, que caracterizan la brutalidad de la cruenta guerra silenciosa entre las distintas casas del Trust y sus antiguos agentes, que se convierten en víctimas colaterales de su conflicto.
Queda poco de la atmósfera densa y oscura que respiraba esta serie en sus primeros arcos en los que Azzarello demostraba una enorme imaginación para crear situaciones en las que poner en entredicho la fragilidad de la moralidad humana, tentando a sus personajes con los maletines llenos de balas indetectables. Sólo queda realmente la carcasa en forma de los ambientes patibularios en los que se ha desarrollado la serie – los hoteles de carretera, los bares de alterne, los casinos…- pero es evidente que la serie ha perdido fuerza y sólo continua por la inercia de unos personajes ambiguos, muy bien caracterizados. Esto se hace bastante patente en este irregular arco en el que, de una manera precipitada en la mayoría de los episodios si exceptuamos el primero, Azzarello simplemente se dedica a mostrar la crudeza y determinación de los antiguos asesinos del Trust, por si no nos habíamos dado cuenta en los ochenta episodios diferentes, y aprovecha para soltar lastre en forma de secundarios para lo que se avecine. Espero que el guionista nos tenga preparado un final acorde con lo que fue la primera mitad de la serie y abandone el camino que parece tomar en “Sucio” por la violencia gratuita y fácil.
Si en este álbum da la impresión que Azzarello acusa más el desgaste conforme la serie avanza, el que mantiene el nivel como el primer día es un estupendo Eduardo Risso que con su labor hace de cada número una lectura que merezca la pena. Risso, un dibujante muy influido por su compatriota José Múñoz del que escribía el otro día, es capaz de recrear perfectamente los ambientes ideados por Azzarello y potenciar la carga dramática de las historias gracias a su habilidad para la composición y el encuadre, un narrador en imágenes superlativo capaz de hacer interesantes e inquietantes situaciones tan habituales como el que un tipo se tome una cerveza sentado en un banco un simple afeitado, logrando dotar al tiempo de mayor significado a los siempre ajustados diálogos de Azzarello. Si a la excelente labor de Risso añadimos el buen trabajo de la colorista Patricia Mulvihill que dota de mayor fuerza y crueldad a las brutalidades pergeñadas por Azzarello con viñetas con un enérgico contraste en rojo y negro estamos probablemente ante algunos de los episodios mejor dibujados de toda la serie que salvan la faena de aliño de Azzarello. En fin, un dibujante que su labor por sí sola justifica el seguir esta serie.
No quería terminar sin mencionar la cutre edición de Planeta que anuncia en la contraportada una introducción de Risso que no figura en el tomo, sustituida por un artículo de José Torralba, y una página remontada en la que han prescindido de los cuadros de texto de la edición original, sustituyéndolos por espacios en blanco. Una torpeza mayúscula que estropea la composición de página ideada por Risso y que esperemos no se vuelva a repetir en el último volumen de la serie.
En definitiva, “Sucio” me ha parecido un arco irregular, salvado por un magnífico Risso, que debe servir de prólogo al último volumen que ha de poner el broche final a la serie. Esperemos que Planeta no se demore demasiado en su publicación y nos encontremos a un Azzarello a la altura y sus últimas doce balas sean las mejores.
Más “Cien Balas” en El lector impaciente:
“Erase una vez un crimen”
“Corrupto”
¡Qué poquitas balas le quedan ya a esta colección! Y como se le nota, amigos, que el señor Brian Azzarello ya no sabe que hacer para estira la trama y llegar a la mágica meta que él solo se marcó de los cien números.
En “Sucio”, el último recopilatorio que nos ofrece Planeta y que engloba los números 84 a 88 de la edición americana en una deficiente edición, resulta bastante patente que estamos ante un arco de transición hacia la traca final que nos tenga preparado el guionista como estruendoso fin de fiesta. “Sucio” está formado por cinco episodios truculentos que no guardan ninguna continuidad entre sí más allá en ellos se describe con más o menos gracia –es una forma de hablar- la eliminación de algunos de los personajes secundarios que aparecieron en distintos arcos de la serie o personajes que simplemente aparecen como elementos ambientales, que caracterizan la brutalidad de la cruenta guerra silenciosa entre las distintas casas del Trust y sus antiguos agentes, que se convierten en víctimas colaterales de su conflicto.
Queda poco de la atmósfera densa y oscura que respiraba esta serie en sus primeros arcos en los que Azzarello demostraba una enorme imaginación para crear situaciones en las que poner en entredicho la fragilidad de la moralidad humana, tentando a sus personajes con los maletines llenos de balas indetectables. Sólo queda realmente la carcasa en forma de los ambientes patibularios en los que se ha desarrollado la serie – los hoteles de carretera, los bares de alterne, los casinos…- pero es evidente que la serie ha perdido fuerza y sólo continua por la inercia de unos personajes ambiguos, muy bien caracterizados. Esto se hace bastante patente en este irregular arco en el que, de una manera precipitada en la mayoría de los episodios si exceptuamos el primero, Azzarello simplemente se dedica a mostrar la crudeza y determinación de los antiguos asesinos del Trust, por si no nos habíamos dado cuenta en los ochenta episodios diferentes, y aprovecha para soltar lastre en forma de secundarios para lo que se avecine. Espero que el guionista nos tenga preparado un final acorde con lo que fue la primera mitad de la serie y abandone el camino que parece tomar en “Sucio” por la violencia gratuita y fácil.
Si en este álbum da la impresión que Azzarello acusa más el desgaste conforme la serie avanza, el que mantiene el nivel como el primer día es un estupendo Eduardo Risso que con su labor hace de cada número una lectura que merezca la pena. Risso, un dibujante muy influido por su compatriota José Múñoz del que escribía el otro día, es capaz de recrear perfectamente los ambientes ideados por Azzarello y potenciar la carga dramática de las historias gracias a su habilidad para la composición y el encuadre, un narrador en imágenes superlativo capaz de hacer interesantes e inquietantes situaciones tan habituales como el que un tipo se tome una cerveza sentado en un banco un simple afeitado, logrando dotar al tiempo de mayor significado a los siempre ajustados diálogos de Azzarello. Si a la excelente labor de Risso añadimos el buen trabajo de la colorista Patricia Mulvihill que dota de mayor fuerza y crueldad a las brutalidades pergeñadas por Azzarello con viñetas con un enérgico contraste en rojo y negro estamos probablemente ante algunos de los episodios mejor dibujados de toda la serie que salvan la faena de aliño de Azzarello. En fin, un dibujante que su labor por sí sola justifica el seguir esta serie.
No quería terminar sin mencionar la cutre edición de Planeta que anuncia en la contraportada una introducción de Risso que no figura en el tomo, sustituida por un artículo de José Torralba, y una página remontada en la que han prescindido de los cuadros de texto de la edición original, sustituyéndolos por espacios en blanco. Una torpeza mayúscula que estropea la composición de página ideada por Risso y que esperemos no se vuelva a repetir en el último volumen de la serie.
En definitiva, “Sucio” me ha parecido un arco irregular, salvado por un magnífico Risso, que debe servir de prólogo al último volumen que ha de poner el broche final a la serie. Esperemos que Planeta no se demore demasiado en su publicación y nos encontremos a un Azzarello a la altura y sus últimas doce balas sean las mejores.
Más “Cien Balas” en El lector impaciente:
“Erase una vez un crimen”
“Corrupto”
Más obras de Brian Azzarello en El lector impaciente:
"Joker", junto a Lee Bermejo.
3 comentarios:
Planeta va a repetir la tirada ya corregida con lo que comentas,o eso decían en su web hace ya 1 mes.
Se han dado cuenta que las prisas son malas consejeras.
Y lo de All Star Superman es de verguenza!
Ahora dicen que si se acaba la 1ª tirada,repetirán una nueva,con la portada que se han merendado ya incluida.
Y los que tengamos la otra,pues se nos quedará la cara de tontos.
Hay que ver....subry
Si es cierto lo que comentas me parece vergonzoso y una demostración más que las editoriales no cuidan para nada al aficionado, castigándolo a quedarse con los ejemplares fallidos. Deberían permitir el canje de los ejemplares defectuososo por los de la edición corregida.
Impacientes Saludos.
hasta donde se sabe la segunda edicion al menos de 100 balas es para reemplazar la primera, usease que a llevar a la tienda el tomo defectuoso, yo con ese tipo de cosas nunca he tenido problema, en este caso me afectó el asunto y aplaudo el cambio, a ver si siguen con este tipo de reediciones bien hechas, ahora queda saber si haran lo mismo con all star superman por poner un ejemplo...
Por cierto comentan que con la JLA de Morrison tb la han liado a base de bien en cuanto a la traduccion...
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