Antes que nada, una petición. Señores (y señoras) de Planeta si alguno de ustedes lee este humilde blog puede explicarme la causa del transformación del título original de la serie, “Jack of Fables”, por otro tan feo como “Fábulas presenta: Jack”. Supongo que obedecerá a una astuta y estudiada estrategia de marketing que les asegurará pingües beneficios pero ya puestos a inventar podrían haber buscado algo más bonito.
Tras el pataleo, vamos con el tercer tomo de “Jack de las Fábulas” –lo siento, señores de Planeta, paso de su “Fábulas presenta: Jack”- que recopila los números 12 a 16 de la colección original. Jack y Gary continúan su lamentable huida de los secuaces de Mr Revise cuando son apresados cerca del cañón del Colorado junto a otras Fábulas como John Malvado, con el que Jack no hace precisamente buenas migas. Prisioneros y captores sufren un accidente de tráfico y acaban en el fondo del cañón con pocas opciones de ser rescatados cuando, de repente, de la nada, aparece un mensajero que hace peculiar entrega a Jack de la mítica espada Excalibur y los acontecimientos y las revelaciones se desencadenan tan alocadamente como sólo es posible cuando se encuentra Jack en el ajo.
Este tomo ha hecho renovar mi interés por la serie que con la anterior entrega, había decaído bastante al introducir Bill Willingham y Matthew Sturges nuevos misterios sobre el origen de Jack y sus efectos en el futuro que despiertan la curiosidad. En apenas cuatro episodios, Willingham incorpora nuevos personajes y abre nuevas tramas y situaciones que afectan a lo que ya conocíamos por esta serie y la serie madre, “Fábulas”, sobre Jack y sus nuevos amigos (la Falacia Patética) y enemigos (Mr. Revise) que pueden dar mucho juego en el futuro. Willingham y Sturges han dotado a esta serie de un tono más desenfadado que “Fábulas” pero manteniendo la coherencia respecto a los hechos y situaciones que se desarrollan en la serie principal. La serie tiene como único punto negativo el dibujo de Tony Akins, un dibujante que se limita a cumplir pero con un estilo completamente impersonal y repetitivo, que, además debe retratarse con las entregas, contando en estos casos con la colaboración de Russ Braun para terminar los episodios, que tampoco realiza un trabajo especialmente destacable. Quizás en el aspecto gráfico sea lo más destacable las portadas de Brian Bolland, aunque tampoco es que realice el británico uno de sus mejores trabajos, conformándose con cumplir.
Este mes por esos misterios editoriales hemos tenido doble sesión de "Fábulas" -¿no iban a alternar, señores y señoras de Planeta, las dos colecciones?-, saliendo al mismo tiempo los arcos “El Príncipe Malo” y “El buen príncipe” de la colección principal. A lo largo de la semana les comentaré algo de este último.
Más sobre "Jack de las Fábulas" en El lector impaciente aquí y aquí.
Tras el pataleo, vamos con el tercer tomo de “Jack de las Fábulas” –lo siento, señores de Planeta, paso de su “Fábulas presenta: Jack”- que recopila los números 12 a 16 de la colección original. Jack y Gary continúan su lamentable huida de los secuaces de Mr Revise cuando son apresados cerca del cañón del Colorado junto a otras Fábulas como John Malvado, con el que Jack no hace precisamente buenas migas. Prisioneros y captores sufren un accidente de tráfico y acaban en el fondo del cañón con pocas opciones de ser rescatados cuando, de repente, de la nada, aparece un mensajero que hace peculiar entrega a Jack de la mítica espada Excalibur y los acontecimientos y las revelaciones se desencadenan tan alocadamente como sólo es posible cuando se encuentra Jack en el ajo.
Este tomo ha hecho renovar mi interés por la serie que con la anterior entrega, había decaído bastante al introducir Bill Willingham y Matthew Sturges nuevos misterios sobre el origen de Jack y sus efectos en el futuro que despiertan la curiosidad. En apenas cuatro episodios, Willingham incorpora nuevos personajes y abre nuevas tramas y situaciones que afectan a lo que ya conocíamos por esta serie y la serie madre, “Fábulas”, sobre Jack y sus nuevos amigos (la Falacia Patética) y enemigos (Mr. Revise) que pueden dar mucho juego en el futuro. Willingham y Sturges han dotado a esta serie de un tono más desenfadado que “Fábulas” pero manteniendo la coherencia respecto a los hechos y situaciones que se desarrollan en la serie principal. La serie tiene como único punto negativo el dibujo de Tony Akins, un dibujante que se limita a cumplir pero con un estilo completamente impersonal y repetitivo, que, además debe retratarse con las entregas, contando en estos casos con la colaboración de Russ Braun para terminar los episodios, que tampoco realiza un trabajo especialmente destacable. Quizás en el aspecto gráfico sea lo más destacable las portadas de Brian Bolland, aunque tampoco es que realice el británico uno de sus mejores trabajos, conformándose con cumplir.
Este mes por esos misterios editoriales hemos tenido doble sesión de "Fábulas" -¿no iban a alternar, señores y señoras de Planeta, las dos colecciones?-, saliendo al mismo tiempo los arcos “El Príncipe Malo” y “El buen príncipe” de la colección principal. A lo largo de la semana les comentaré algo de este último.
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1 comentario:
También tiene coña la coincidencia de los títulos: "El príncipe malo", "El buen príncipe".
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