Sirva esta entrada, además que para homenajear a Bettie Page, como meditación sobre la fugacidad de la vida y la belleza. De símbolo sexual de más de una generación por la que se peleaban las más prestigiosas revistas a anónima devota cristiana. Tempus fugit, pero ella siempre permanecerá joven en las fotos y el recuerdo de sus admiradores.
D.E.P.
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