Hace un par de semanas, cuando fui al teatro Maravillas a ver la nueva adaptación de “39 escalones” iba preparado para lo peor. Ver un clásico de mi adorado Hitchcok adaptado al teatro por cuatro actores encargados de interpretar a los más de 139 que salen en la película del gran Alfred me producía un poquito de dentera pero cuando además alguno de los miembros del reparto como la guapa Patricia Conde, la conozco más por interpretar siempre el papel de rubia tonta en distintos programas televisivos ya me provocaba un poquito de urticaria y picor. Pero, bueno, una obra de teatro es una obra de teatro y a mi querida mujercita ahora no se la puede negar nada.
Llegamos el teatro y la primera en la frente, nos advierten que hay un problema con el aire acondicionado y se ofrecen a devolvernos el dinero de la reserva. ¿Qué hacemos?¿Entramos, no entramos?¿Es una advertencia divina? Madre mía, que picor…
Al final entramos, y por suerte, la ventilación funcionaba. Un buen augurio que se vio reforzado con la excelente interpretación de cuatro actores que brillan a gran altura y son capaces de sacar adelante apoyándose en su enorme vis comica una adaptación en la que el homenaje al mago de suspense es constante, manteniendo entretenido al espectador durante la hora y media de representación. En un escenario escasamente amueblado, los cuatro actores mantienen la atención del espectador activa en todo momento, cambiando sobre la marcha de personaje en un tour de force desenfrenado y resuelto con aparente facilidad aunque de fácil no debe tener nada. Sorprendente para mí, ha sido descubrir el talento interpretativo de Patricia Conde que no esperaba y que me ha parecido superior al de su compañero televisivo, del que ya les escribí por aquí. Pero, sin duda, los que se llevan la palma son unos excelentes Gabino Diego y Diego Molero, capaces de interpretar a la mayor parte de personajes secundarios de una manera muy divertida y fresca.
Eduardo Bazo realiza una gran adaptación al español de la versión teatral que Patrick Barlow realizase para el público anglosajón y que cuenta con varios premios. Aun sin conocer, la película de Hitchcock o la novela original de John Buchan se puede disfrutar plenamente del montaje, no basado tanto en la fuerza de la historia de falsos culpables, mujeres fatales y espías, ideada por Buchan y perfeccionada por Hitchcock, como en la comicidad de los estupendos actores que conforman el reparto y garantizan un buen rato de risas que hoy por hoy no es poco. Si les apetece, hasta enero están a tiempo.
Ah, al final, ni picores ni nada, oigan…
Llegamos el teatro y la primera en la frente, nos advierten que hay un problema con el aire acondicionado y se ofrecen a devolvernos el dinero de la reserva. ¿Qué hacemos?¿Entramos, no entramos?¿Es una advertencia divina? Madre mía, que picor…
Al final entramos, y por suerte, la ventilación funcionaba. Un buen augurio que se vio reforzado con la excelente interpretación de cuatro actores que brillan a gran altura y son capaces de sacar adelante apoyándose en su enorme vis comica una adaptación en la que el homenaje al mago de suspense es constante, manteniendo entretenido al espectador durante la hora y media de representación. En un escenario escasamente amueblado, los cuatro actores mantienen la atención del espectador activa en todo momento, cambiando sobre la marcha de personaje en un tour de force desenfrenado y resuelto con aparente facilidad aunque de fácil no debe tener nada. Sorprendente para mí, ha sido descubrir el talento interpretativo de Patricia Conde que no esperaba y que me ha parecido superior al de su compañero televisivo, del que ya les escribí por aquí. Pero, sin duda, los que se llevan la palma son unos excelentes Gabino Diego y Diego Molero, capaces de interpretar a la mayor parte de personajes secundarios de una manera muy divertida y fresca.
Eduardo Bazo realiza una gran adaptación al español de la versión teatral que Patrick Barlow realizase para el público anglosajón y que cuenta con varios premios. Aun sin conocer, la película de Hitchcock o la novela original de John Buchan se puede disfrutar plenamente del montaje, no basado tanto en la fuerza de la historia de falsos culpables, mujeres fatales y espías, ideada por Buchan y perfeccionada por Hitchcock, como en la comicidad de los estupendos actores que conforman el reparto y garantizan un buen rato de risas que hoy por hoy no es poco. Si les apetece, hasta enero están a tiempo.
Ah, al final, ni picores ni nada, oigan…
2 comentarios:
Oído cocina. Representación para tener en cuenta.
O sea que la guapa de Patricia tiene futuro en esto de la interpretación teatral, ¿no?
Yo creo que sí. A mí desde luego me ha sorprendido, encasillada como la tenía por sus papeles televisivos.
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