Toca concluir el conjunto de
entradas que he venido publicando para analizar la línea de miniseries “Antes de Watchmen”,
que en España ha venido publicado ECC Ediciones, con la dedicada a El Comediante,
uno de los personajes claves creados por Moore y Gibbons y cuya muerte supone
el punto de partida de “Watchmen”, siendo los encargados de construir esta
precuela el dúo formado por Brian Azzarello y
J.G. Jones.
A lo largo de los seis
números que conforman la obra, Azzarello profundiza en algunos de los elementos de la
biografía de El Comediante que Moore ya insinuase en “Watchmen”, situándolo de
una manera u otro en los puntos calientes de la historia norteamericana durante
la década de los sesenta y los setenta. De este modo, presenta a un Eddy Blake que mantiene una
especial afinidad con el clan Kennedy al tiempo que actúa como agente
encubierto en Vietnam y desactivando los diversos disturbios sociales y raciales que
surgieronn en Estados Unidos a lo largo de estos años que acabarían por forjar su personalidad.
“Antes de Watchmen: El
Comediante” es una historia que va de menos a más, ganando en interés conforme
Azzarello va desarrollando la historia y el lector puede comprobar que más allá
de quedarse en la superficie y limitarse a situar al personaje en diversos
escenarios para dar rienda suelta a su sociopatia y los rasgos más acentuados
de su personalidad en un espectáculo de violencia gratuita, Azzarello va construyendo con mimo un sutil y contenido estudio del
personaje, humanizándolo en parte a los ojos del lector más allá de los datos aportados por Moore sin caer en contradicción y enfrentando al personaje a
situaciones y conflictos límites que van forjando su carácte. Y es que si uno
de los múltiples aciertos de Moore en “Watchmen” era la inteligencia con la que
presentaba al personaje para sugerir al lector avezado más allá de sus
horrorosos actos la existencia de una motivación, Azzarello en
esta miniserie ha sabido reproducirlo para que cada lector sea el que desgrane
más allá de los hechos narrados el posible sentido trágico oculto
tras su histrionismo.
Por otro lado, Azzarello
demuestra su brío en el desarrollo de la intriga política que artícula parte de la historia y en reconstruir el contexto histórico sobre el que se mueve el personaje como una
sombra omnipresente, manteniendo la ilusión de realismo sin traicionar la coherencia del
universo paralelo en el que se desarrolla “Watchmen”. Azzarello como suele ser
habitual busca referentes cinematográfcos diversos desde “Forrest Gump”, en el cada vez más socorrido recurso de introducir personajes reales junto a otros de ficción, a otros
como “Apocalypse Now” o “JFK” a los que hace constantes guiños.
En el aspecto gráfico, J.G.
Jones realiza un trabajo más que correcto, desarrollando una historia en la que
ha de esforzarse por retratar a bien conocidos personajes históricos del no tan
lejano siglo XX logrando un buen acercamiento de los mismos al tiempo que
mantiene el pulso de la narración sin demasiadas dificultades. Jones, como ya
demostrara en “Wanted”, no es un dibujante excesivamente espectacular pero
desde su sobriedad y su especial atención por la composición y los
detalles va progresivamente imponiendo su estilo convenciendo finalmente con el
tratamiento que propone, a pesar del hieratismo de sus figuras, un mal común a
casi todos los dibujantes hiperrealistas.
En fin, “Antes de Watchmen:
El Comediante” es una miniserie interesante en la que un buen Azzarello aprueba con nota en su interpretación de uno de los personajes más
equívocos, ambiguos y geniales creados por Moore en “Watchmen”. A mí me ha gustado.
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