Vaya
por delante, me lo paso pipa con esta serie Jason Aaron tras los obligados
cruces con el megaevento de “Los Vengadores VS La Patrulla X” coge carrerilla en los números 11 a 13 de la numeración española de Panini (19 a 24 de la serie norteamericana) y se suelta la melena
para continuar ofreciendo un entretenidísimo cómic de superhéroes cuyo
principal aliciente es no tomarse para nada en serio los tópicos del género
superheroico y las fórmulas de las cabeceras mutantes para satirizar con
ingenio, cariño y conocimiento unos y otros.
En
estos números, el bondadoso Nydo yace en coma tras ser atacado por los chavales
del Club Fuego Infernal y la Bestia intenta por todos los medios salvarle de una muerte
segura mientras Kitty Pryde, la directora de la Escuela Jean Grey, entrevista a diversos candidatos para elegir al nuevo miembro del
claustro que sustituirá a Vaina. A todo esto, el Circo Asesino del monstruo de
Frankenstein llega al tranquilo condado de Westchester para vengarse del linaje del creador del monstruo y de paso esclavizar
las almas de todos los habitantes del condado obligando mágicamente a los
profesores mutantes a actuar como atracciones del circo. Serán los alumnos liderados por
el inefable Quentin Quire quienes se opondrán a los planes del trágico monstruo
de Frankenstein.
Creo
que no voy muy descaminado si afirmo que Jason Aaron es uno de los guionistas más versátiles que hay actualmente
trabajando en el mainstream sorprendiendo hasta al lector más exigente con
cada nueva entrega de su “Lobezno y la Patrulla X”, una serie completamente alejada del registro dramático y realista de
sus anteriores obras. Y es que en esta nueva historia, Aaron demuestra su
conocimiento de los personajes y las series inspirándose en un concepto como el
Circo de Arcade al que se enfrentara la Patrulla X hace décadas asociándolo sin complejos con el terror clásico y ortodoxo
del monstruo de Frankenstein en una formula que hace de la sátira y la mofa de
los tópicos del género su punto fuerte (¿Los alumnos rescatando a los profes?). Es precisamente esa combinación de
ausencia de complejos a la hora de incorporar alusiones a elementos clásicos de
la historia mutante tamizados por un tratamiento alejado del recargado malditismo tan propio de las series de mutantes es el que hace de esta
serie una lectura tan recomendable.
Aaron
introduce tramas frescas, imaginativas y sorprendentes en las que casi todo vale y en las que
el variado reparto coral de personajes va alternando su protagonismo para tener cada
uno de ellos su momento de gloria en un batiburrillo aparentemente caótico que
el guionista, sin embargo, maneja a la perfección.
En
el aspecto gráfico, Nick Bradshaw sigue mostrando sus buenas maneras siendo
capaz de hacer frente a todas las exigencias que los ambiciosos guiones de
Aaron exigen, dibujante multitud de personajes en cada viñeta sin perder la
claridad narrativa y cuidando cada detalle de la historia. Steven Sanders y
David López cumplen con eficacia en sus respectivas entregas y dando oxígeno
con los plazos al dibujante titular.
En
fin, Aaron sigue deleitándonos con una serie que pone en evidencia a todos
aquellos que consideran el género superheroico en crisis e incapaz de
reinventarse con una serie divertida en la que siempre va un par de pasos por
delante de sus lectores.
2 comentarios:
Para mi es, en cierto modo, la nueva 'Excalibur' de Claremont y Davis (especialmente memorable la etapa de este último en solitario), tan divertida y original como esa serie e incluso más alocada. De mis primeras lecturas cada mes ;)
YOGUR,
Aaron es más referencial que Claremont y Davis aunque tiene el mismo espíritu de hacer algo distinto y salirse de las formas establecidas. En cuanto a locura, yo la equipararía más a la LJA de Giffen y DeMatteis. Es la única serie que sigo actualmente de las grapas de Panini.
Impacientes Saludos.
Publicar un comentario