ECC Ediciones ha finalizado
con este tercer volumen que incorpora los números 12 a 16 la
reedición de “Flinch”, intento de DC de resucitar a inicios del siglo XXI
dentro del Sello Vertigo la fórmula que triunfara cincuenta años antes en series de culto como “The vault of horror”
o “Tales from the Crypt” de la Editorial EC con nuevas historias de terror contemporáneo
realizadas por guionistas y dibujantes de la talla de Brian Azzarello, Bruce
Jones, Joe R. Lansdale, John Arcudi, Mat Johnson, Mike Carey, Paul Jenkins, .Berni Wrightson, Craig Hamilton, David Lapham, Esad Ribic, Frank
Quitely, Javier Pulido y Tim Truman.
Transmitir miedo es probablemente
uno de los mayores desafíos que puede tener cualquier autor, especialmente en
el ámbito de los cómics y la sociedad contemporánea donde el que más y el que
menos ya está curado de espantos y al paso de unas pocas páginas uno puede
asistir al desenlace de la historia ahorrándose el susto o la sorpresa. Quizás
por esa dificultad añadida la fórmula que triunfó en los años cincuenta en los
noventa a lo largo de este volumen va desinflándose hasta que, en las historias
finales de este volumen, toca fondo con un conjunto de historias irregulares e
insatisfactorias a pesar del talento contrastado de sus autores. A pesar de la
sensación agridulce que deja ese desenlace final (básicamente con las historias
de la secuela "The Unexpected", también incluida en este volumen) no por ello hay
que dejar de destacar la primera mitad del TPB con historias bastante
conseguidas.
En ese sentido, creo que las
mejores historias de terror son aquellas guionizadas por todo un maestro del
género como Bruce Jones quién no solo da con un acertado tratamiento en las dos
historias incluidas en este tomo sino que aprovecha de las calidades dispares
de los dos estupendos dibujantes con los que colabora – Bernie Wrightson y Frank
Quitely- para adaptarse a las características de los dibujantes y potenciar sus
cualidades gráficas. También es de destacar por su atrevimiento el “terrorífico”
funny animals con el que se atreve Tim Truman (dibujo) y Joe Landsdale
(guión) dando su animalesca versión de
la ya famosa leyenda del cantante de blues que ofreció su arma al diablo a
cambio de talento. Es precisamente hasta la historia de Wrightson y Jones que
el tomo se lee con agrado e interés antes de caer en picado con historias poco
logradas merced a equipos poco compenetrados, confusos desarrollos o pobres
planteamientos que llegan a tocar fondo en el caso de la sencilla historia de terror gótico ideada por Mike Carey
y Craig Hamilton como consecuencia de la pobre reproducción de esa historia.
En resumen, “Flinch” fue
una serie con más luces que sombras que quedan perfectamente reflejadas en esta última entrega, una serie que probablemente chocó con la
incomprensión de unos lectores potenciales demasiado resabiados a estas alturas de la fiesta como para dejarse asustar fácilmente. Y es que eso de dar miedo cada vez está más
complicado.
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