ECC Ediciones ha publicado en los números ocho y
nueve de la serie regular de "Superman", dos nuevas entregas de la nueva versión de Superman que Grant Morrison está
desarrollando para el NUDC en “Action Comics” que se corresponden con los
números 9 a 12 de
la nueva numeración de la serie norteamericana.
En estas nuevas entregas,
Morrison vuelve a sorprendernos dejando inicialmente de lado la trama que veníadesarrollando hasta ahora para embarcarse en un número autoconclusivo e
independiente en el que nos presenta al Superman de Tierra 23, un Superman
negro que es al mismo tiempo el presidente de los Estados Unidos quién ha de
enfrentarse con el peor enemigo que el Hombre de Acero haya tenido jamás. Retomando
el argumento principal, el nuevo Superman tendrá que vérselas con Nimrod, un
hábil cazador que ha rastreado sus orígenes para averiguar su identidad
secreta, y un misterioso y poderoso neohumano del futuro el Capitán Cometa que pretende
raptar a la sobrina de Lois para que acepte su herencia genética, al tiempo que el mundo llora la supuesta muerte heroica de
Clark Kent y Superman construye entre dudas un nuevo y heroico alter ego.
Lo cierto es que Grant
Morrison vuelve a sorprendernos en estas entregas que no tienen desperdicio y en el que demuestra su
capacidad para redefinir aparentemente hasta el infinito la idiosincrasia del
Hombre de Acero para devolvernos una y otra vez de una manera nueva y original.
De este modo, lo que podría considerarse meramente una de sus características
idas de olla frívolas como es el capitulo sobre el Superman de la Tierra 23 se
convierte en una historia alegórica cargada de simbolismo que engarza la
realidad del primer presidente negro estadounidense con la tradición
superheroica de los cómics DC reflejada en historias como “Crisis en Tierras Infinitas” o “La Muerte de
Superman”. Y, sin dar tiempo a los
lectores a recuperarse, confirma su versatilidad retomando el hilo de la trama
que venía desarrollando concatenando con un ritmo frenético acontecimientos en
torno al Hombre de Acero que refinados podrían haber dado en otra época y con otros autores juego durante muchos más números.
En el aspecto gráfico, Rags
Morales realiza un trabajo aparente, dando frescura a la nueva versión juvenil
del Hombre de Acero pero el que realmente sorprende es de nuevo Gene Ha en la
mencionada historia autoconclusva con un tratamiento que aúna sobriedad con
espectacularidad.
El trabajo del equipo
titular se ve complementado por una serie de pequeñas historias de relleno inspiradas en el argumento principal, siguiendo la filosofía de las excelentes
historias cortas que se incluían en “Classic X-Men” realizadas por Claremont,
Nocenti y Bolton. Las recogidas en estos números, lejos de la excelencia, se
limitan a cubrir el expediente
desluciendo más que otra cosa la labor de los creativos habituales.
En fin, el “Action Comics” de
Morrison continua siendo una lectura interesante y entretenida no apta para
defensores de la ortodoxia en la que el guionista demuestra su habilidad para
reinventar una y otra vez un icono que tiene músculo para resistir todo lo que
le echen. Más madera.
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