Si
un personaje ha impactado dentro del género de superhéroes y ha ilusionado a
los aficionados en los últimos tiempos ese ha sido El Soldado de Invierno,
creado por Ed Brubaker y Steve Epting en las páginas de “Capitán América”. Un
personaje que inteligentemente incorpora lo mejor que ha dado el
género superheroico en sus diferentes edades lo que le otorgaba un potencial enorme que
Brubaker ha mimado especialmente hasta el punto de robar el protagonismo al
mismísimo Steve Rogers durante buena parte de su larga etapa en la colección
del Capi.
“El Soldado de Invierno” llevaba años reclamando una cabecera propia
en la que se desarrollasen todas sus posibilidades y desgraciadamente esta ha
llegado poco antes de la marcha de Brubaker de Marvel. Panini acaba de publicar “El invierno más largo”, un apañado tomo, que reune los primeros nueve números de la
serie regular, en el que se desarrollan los dos primeros arcos de la nueva serie,
guionizados por Brubaker y dibujados por Butch Guice y Michael Lark
respectivamente.
Tras
haber sido dado por muerto por todos, Bucky Barnes, El Soldado de Invierno,
ayudado por su amante la Viuda Negra y las vastas capacidades de SHIELD cuenta con mano
libre para intentar acabar con las últimas rémoras de su pasado como agente
soviético durante la Guerra Fría. Investigando la llamada Operación Céfiro, Bucky
descubrirá que los tres letales asesinos durmientes que entrenó y quedaron en
animación suspendida en Estados Unidos han sido despertados y sus nuevos amos
tienen letales planes para ellos.
Está
claro que Ed Brubaker tenía muy claro lo que quería que fuese esta serie y como
punto de partida desarrolla una estupenda historia de intriga y espionaje autoreferenciada
a sus trabajos en series como “Sleeper” e “Incógnito” a los que añade supervillanos de tronio como el Dr. Muerte o el Fantasma Rojo de esos que siempre garantizan ventas. Una vez más, Brubaker demuestra
que cuando quiere - o le dejan -es todo un maestro en adaptar las convenciones
del género de intriga y espionaje a las fórmulas superheroicas y El Soldado de
Invierno es un personaje con el rodaje hecho así que la historia que desarrolla
funciona perfectamente manteniendo la atención del lector de principio a fin.
Es
en el apartado gráfico donde la serie se torna más irregular consecuencia del
abismo que existe entre la capacidad narrativa de Butch Guice, el dibujante
del primer arco de cinco números, y
Michael Lark, quién se encarga del segundo arco desarrollado en los cuatro
últimos. En mi opinión, Guice más allá de su espectacularidad hueca es un
dibujante narrativamente bastante limitado lo que redunda en que en algunos
momentos la historia ideada por Brubaker pueda tornarse algo confusa y si no
ocurre así es debido al cuidado puesto por Brubaker en el desarrollo de esta
historia. En cambio, todo lo que es oscurantismo y ambigüedad en el arco de
Guice se torna claridad expositiva y eficacia en el arco dibujado por un
Michael Lark que se compenetra como nadie con Brubaker realizando como es
habitual una magnífica labor.
En
definitiva, esta primera entrega de “El Soldado de Invierno” no decepcionará a
los que vinieran siguiendo las aventuras de estos personajes desde
“Capitán América” y la encontrarán a la altura de las expectativas generadas,
siendo, en mi opinión, de lo mejorcito que Brubaker ha realizado para Marvel en los últimos
años. Habrá que esperar a la próxima entrega de Panini para despedirle y
asistir a la conclusión de esta larga histora y descubrir lo que su relevo, el poco
conocido Jason Latour, puede dar de sí.
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