Voto a bríos que Arturo Pérez-Reverte parece haber encontrado su El Dorado particular en las aventuras de su capitán Alatriste y su ahijado Iñigo Balboa y no parece dispuesto a bajarse de la burra, narrando en cada entrega nuevos episodios de sus correrías por los territorios del glorioso Imperio Español del siglo XVII aun cuando a su merced podríamos pedirle algo más de celo en tal menester al menos más del demostrado en esta última novela que hace la séptima de la serie y transcurre en la Serenísima República de Venecia.
Como en anteriores ocasiones, Alatriste, Iñigo y demás carne de cañón de su camarilla de esforzados soldados se ven envueltos en un plan ideado por fuerzas superiores, de esos de los que siempre les toca la peor parte. De este modo, en esta novela, el Capitán y sus amigos se trasladan a Venecia para participar en un audaz intento de terminar con un Dogo poco partidario a los intereses españoles para colocar en su lugar a otro más receptivo. Parece un plan bien tramado aunque el desencantado Alatriste desconfia desde el principio, en parte por estar envuelto en el mismo su nemesis particular, el espadachín italiano Gualterio Malatesta. Como era de prever, las cosas se tuercen desde el inicio, y Alatriste y compañía se las verán canutas para escapar de las tierras venecianas.
Perez-Reverte al crear la serie del Capitán Alatriste tuvo el acierto de ser de los primeros en reivindicar (para mí Vázquez-Figueroa y su "Cienfuegos" le tomó la delantera) la historia propia a través de un tipo de novelas históricas que triunfan en los países anglosajones y que por desgana o falta de oportunidades pasaban desapercibidas en nuestras fronteras teniendo sucesos históricos, batallas y anécdotas en nuestro acervo tan ricas y variadas como las de los ingleses y adyacentes. En ese sentido, a Pérez-Reverte siempre habrá que reconocerle tal mérito aparte del de haber sabido construir en las primeras novelas de la serie un personaje carismático y atractivo que pronto logró un nutrido grupo de seguidores entre los que me alisto. Sin embargo, me parece una pena que Alatriste en las últimas entregas no deje de transitar por lugares comunes y redundantes que en nada amplían ni mejoran lo ya narrado más allá, imagino, de engordar la bolsa del ilustre académico. En “El puente de los asesinos”, Pérez-Reverte se limita a perfilar una aventurilla de capa y espada más, con su florida jerga cuartelaria y reiteración de tópicos comunes en una trama aligerada que, creo, podría haber dado bastante más de sí, si el de Cartagena le hubiera puesto algo más de ganas -que eso sí le suelen poner los hijos de Albion que hacen cosas parecidas y por eso llegan a la veintena o treintena de novelas con los mismos protagonistas y excelente salud- en su elaboración.
“El puente de los asesinos” se limita a cumplir sin más merced a su sencillez y esquematismo, pero no deja de ser la más floja de las novelas de una serie que espero que si Pérez-Reverte tiene intención de continuar ampliando se tome algo más de interés que en esta apresurada entrega, al menos el mínimo que sus personajes y los seguidores de la serie se/nos merecen/mos.
Como en anteriores ocasiones, Alatriste, Iñigo y demás carne de cañón de su camarilla de esforzados soldados se ven envueltos en un plan ideado por fuerzas superiores, de esos de los que siempre les toca la peor parte. De este modo, en esta novela, el Capitán y sus amigos se trasladan a Venecia para participar en un audaz intento de terminar con un Dogo poco partidario a los intereses españoles para colocar en su lugar a otro más receptivo. Parece un plan bien tramado aunque el desencantado Alatriste desconfia desde el principio, en parte por estar envuelto en el mismo su nemesis particular, el espadachín italiano Gualterio Malatesta. Como era de prever, las cosas se tuercen desde el inicio, y Alatriste y compañía se las verán canutas para escapar de las tierras venecianas.
Perez-Reverte al crear la serie del Capitán Alatriste tuvo el acierto de ser de los primeros en reivindicar (para mí Vázquez-Figueroa y su "Cienfuegos" le tomó la delantera) la historia propia a través de un tipo de novelas históricas que triunfan en los países anglosajones y que por desgana o falta de oportunidades pasaban desapercibidas en nuestras fronteras teniendo sucesos históricos, batallas y anécdotas en nuestro acervo tan ricas y variadas como las de los ingleses y adyacentes. En ese sentido, a Pérez-Reverte siempre habrá que reconocerle tal mérito aparte del de haber sabido construir en las primeras novelas de la serie un personaje carismático y atractivo que pronto logró un nutrido grupo de seguidores entre los que me alisto. Sin embargo, me parece una pena que Alatriste en las últimas entregas no deje de transitar por lugares comunes y redundantes que en nada amplían ni mejoran lo ya narrado más allá, imagino, de engordar la bolsa del ilustre académico. En “El puente de los asesinos”, Pérez-Reverte se limita a perfilar una aventurilla de capa y espada más, con su florida jerga cuartelaria y reiteración de tópicos comunes en una trama aligerada que, creo, podría haber dado bastante más de sí, si el de Cartagena le hubiera puesto algo más de ganas -que eso sí le suelen poner los hijos de Albion que hacen cosas parecidas y por eso llegan a la veintena o treintena de novelas con los mismos protagonistas y excelente salud- en su elaboración.
“El puente de los asesinos” se limita a cumplir sin más merced a su sencillez y esquematismo, pero no deja de ser la más floja de las novelas de una serie que espero que si Pérez-Reverte tiene intención de continuar ampliando se tome algo más de interés que en esta apresurada entrega, al menos el mínimo que sus personajes y los seguidores de la serie se/nos merecen/mos.
4 comentarios:
Muy buena la reseña!. Tengo todas las aventuras de Alatriste en la estanteria esperando tiempos más relajados para empezar con ellas en serio. Ésta que comentas aún no la compraré, esperaré más adelante.
Me gustaría que te mojaras y me dijeras, para ti, cual es la mejor aventura de las que ha escrito Reverte.
Me imagino que ya lo habrás hecho, pero por si acaso: Has leído la de La Sombra del Águila?. Me parece una historia divertidísima y muy socarrona.
Un abrazo PAblo!.
PD:Tomo mota del manga sobre El Príncipe de Maquiavelo. Me parece tan interesante que la voy a agregar a mi unidad didáctica sobre el Renacimiento.
Acabo de leerla y pese a que si es verdad que podría haber estirado un poco más la trama y quitar esa sensación de querer liquidarla en un pis pas, estoy tan hecho al Capitán y su personalidad que le perdono la brevedad por saber algo más de sus andanzas.
De acuerdo, Pablo, con lo de que es la más floja de la serie. Sin embargo a tu aguda reseña añadiré algo más. Es la más floja de una serie floja, y penosa, desde su comienzo.
Hablas en tu reseña de que Pérez-Reverte ha creado un modelo de novela que sólo tenían los anglosajones y que así nos ha devuelto una Historia propia que desconociamos...
Bien, vale, bueno, Stendhal tiene un pequeño relato con un título que viene muy a mano para definir esto: "Favores que matan"...
Las novelas de Pérez-Reverte son uno de esos favores que matan. Ojalá no se lo hubiera hecho a este país.
Para conocer la Historia del Siglo de Oro español así sería mejor seguir desconociéndola
En Inglaterra, en Francia, en países con una correcta digestión, y promoción, de su Historia, hay series de este tipo, es cierto. Por ejemplo las de Nicolás Le Floch, o las de Sharpe. Lo que las diferencia de Alatriste es que sus autores conocen perfectamente su propia Historia y saben interpretarla en su justa medida. Pérez-Reverte carece de tales cualidades. Nos vende mercancia averiada, una interpretación absolutamente enfermiza -y falsa- de la Historia de España.
Por ejemplo siempre está hablando de "decadencia", de que después del reinado de Felipe IV España se hunde... Es evidente que no tiene ni idea de la verdadera situación y la importancia de España durante la última mitad del siglo XVII y todo el siglo XVIII.
Gran Bretaña, a finales del XVII, es prácticamente una colonia española que tiene que bajar la cabeza ante Madrid para poder contar con la plata española, su única posiblidad de supervivencia económica y militar ante Luis XIV... El caso de la colonia de Darien, el modo en el que Guillermo de Orange, el rey británico, la entrega a disceción de las autoridades españolas en cuanto éstas le levantan un dedo de advertencia, es un buen ejemplo pero no el único.
Así podría seguir lineas y líneas, pero prefiero remitir varios enlaces donde se explica con más detalle todo.
Para saber más sobre los fallos concretos de "El puente de los asesinos" http://lanovelaantihistorica.wordpress.com de 20-12-2011.
Para saber cuál es la tuerta genealogía de las ideas históricas del padre de la criatura http://elespigadordigital.wordpress.com de 28-10-2011.
Finalmente, para leer capa y espada española bien documentada nada mejor que "La sombra roja" en http://lacoleccionreding.wordpress.com de 18-10-2011.
Más allá del marketing de las grandes editoriales hay todo un mundo de cosas por descubrir que jamás se encontrarían en los libros de Arturo Pérez-Reverte. Palabrita que no. A las pruebas me remito.
Un saludo.
Osukaru,
Gracias. Si no andas mal de tiempo, puedes ponerte con las novelas de Alatriste cuando quieras porque son una lectura bastante ligerita.
A mí de Pérez-Reverte me gustan más las primeras novelas que las útlimas y sobre todo destacaría "La Tabla de Flandes" y "El Maestro de Esgrima". "La sombra del águila" también me gustó y creo que es bastante importante en su bibliografía a pesar de ser una novela corta ya que establece una pauta -la de los forzados soldados españoles que luchan contra todos incluidos sus superiores- que luego ha repetido con menos gracia hasta la saciedad en muchas de sus novelas.
Mr. Gibson,
Bienvenido. Sí, Pérez-Reverte es consciente que más allá de la endeblez de la novela le va a faltar el nutrido grupo de aficionados que sigue con fidelidad los devenires de un personaje tan sólido como es Alatriste.
El administrador de la novela antihistorica,
(¡Menudo nombre!)Bienvenido. Sí, puede que tengas algo de razón. De todos modos, creo que el que introdujo ese modelo de novela histórica fue más Vázquez-Figueroa y Pérez-Reverte tuvo el ojo pasado el tiempo de acertar con el personaje y además contar con la cobertura mediática como para rellenar un hueco que en el mercado literario español existía.
Luego, el tema de la interpretación histórica pues siempre es discutible. Está claro que él da la pincelada de unos cuantos datos históricos y el resto lo rellena con su fatalismo tremendista en torno a lo hispano, la trama de capa y espada y poco más. De todos modos, a mí me parece positivo porque seguramente su éxito comercial ha abierto la puerta para que los chavales descubran algo la historia y, que el que quiera, profundice. Además, ha abierto la puerta a la publicación de otros autores y novelas excelentes ambientadas en el mismo periodo histórico como las de Alfonso Mateo-Sagasta.
Impacientes Saludos.
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