viernes, 24 de febrero de 2012

Encuesta impaciente: ¿De quién son los personajes de cómics? ¿De sus autores, de las editoriales o de los aficionados? Opinad.



Una de los grandes temas de debate que aparece cíclicamente en el mundillo del cómic y resulta un filón inagotable de noticias que despiertan todo tipo de posiciones encontradas entre los aficionados es el tema de a quién pertenecen los personajes. ¿A los autores que los crearon?¿A las editoriales que los han explotado durante décadas cediéndoselos a diversos autores distintos de sus creadores que los han adaptado y hecho evolucionar respecto a los conceptos originales y los han trasladado a otros medios?¿O de los aficionados que con su fidelidad y su constante seguimiento y consumo durante años y décadas han posibilitado su supervivencia? El tema de fondo es ¿a quién pertenecen las ideas?.

La respuesta de perogrullo es que los personajes pertenecen –o deberían- pertenecer a los autores que los crearon, pero como, históricamente, en muchas ocasiones esos autores (mal)vendieron los derechos de sus creaciones a las editoriales para que estas pudieran cedérselos a otros artistas y seguir explotándolos en otros medios, sin sospechar su éxito posterior lo que ha provocado –y provoca aún hoy- situaciones moralmente injustas. Aun cuando es un tema casi tan viejo como el cómic moderno –uno de los primeros casos sería el de Siegel y Shuster con “Superman”- estas historias como estas surgen periódicamente teniendo los últimos ejemplos con la causa entre Gary Friedrich y Marvel por la autoría de “Ghost Rider” o el mosqueo de Moore con DC por la nueva línea de cómics inspirados en “Watchmen”.

Habría que analizar caso por caso, claro, pero la mayoría son tan pantanosos y complejos que resulta difícil arrojar luz en torno a ellos. Ingenuamente, el ideal sería encontrar algún tipo de solución intermedia que satisfaciera a las distintas partes antes de acudir a los juzgados. Quizás mediante procesos arbitrales o, en el caso de la industria norteamericana, algún tipo de órgano mediador aceptado por las editoriales y los autores al que se pudiera recurrir en estos casos y asegurara una compensación económica ponderada para los autores que hace décadas renunciaron a sus creaciones.


He abierto una pequeña encuesta en la que se pueden seleccionar varias repuestas y se podrá votar hasta el 4 de Marzo para que opinéis. Y, por supuesto, el que quiera puede reflexionar en torno al tema más extensamente en los comentarios para ver, si entre todos, arreglamos el mundillo. ¿A quién “pertenecen” los iconos? ¿A los que los crean?¿A los que los desarrollan y explotan?¿A los que los quieren más?¿A todos?¿A nadie?...

13 comentarios:

guevillos dijo...

a quien diga el juez, c´est fini

Anónimo dijo...

Según los casos... o a unos o a otros, pero si queremos vivir en un sistema mínimamente legal, habrá que atenerse a lo que digan los papeles (contratos), y si estos plantean alguna duda o confusión, son los jueces los que deciden, que para eso es su trabajo; no tiene más vuelta de hoja. Lo moral, lo ético, lo guay... bueno eso queda dentro de las opiniones, de las malas opiniones que queramos tener, por ejemplo, de tal o cual editorial y de las actuaciones coherentes que querramos mantener con (contra) ellas. Si según tu opinión Cap*llo Comics tiene un historial de no haber tratado éticamente a sus empleados, en respuesta tú puedes boicotearla personalmente no comprando su producto, incluso puedes intentar hacer proselitismo en el boicot, no hay nada en contra de ello, que al final parece que el bolsillo es el órgano más delicado.

Una pregunta: supongamos que un autor (guión y/o dibujo) trabaja en Cap*llo Comics y crea un (para él) gran personaje: el Mulero Espectral, y la editorial lo publica, con una tirada de 200.000 ejemplares a color, y lo distribuye en EEUU de costa a costa, en miles de puntos de venta. El Mulero Espectral no vende y no pasa del tercer número, la editorial pierde un pastón y cierra la colección. ¿A quien pertenecen las pérdidas?

Anónimo dijo...

perdón, se me olvidó firmar como "tierra 616", eso de anónimo queda feo.

Mo Sweat dijo...

En el momento en que hay una firma, un contrato o unas leyes que lo dictan, está claro que los personajes pertenecen a las editoriales que poseen sus derechos, al fin y al cabo así fue concebido, al menos en la mayoría de los casos, desde el principio...

Otra cosa es que sea justo, que no lo es, pero la mayoría de autores sabían en que se metían cuando trabajaron para Marvel o DC.

Sin duda es un tema eternamente polémico... Y es que no es para menos, pero de difícil solución.

Saludos.

David dijo...

A quién no debe pertenecer:
-A los creadores no... que luego llega alguien como Hergé, decide que no salen más historias del personaje y luego los "herederos" boicotean todo tipo de temas con el personaje.
- A las editoriales no... que luego los creadores acaban estafados, otros autores manchan (o enriquecen; pero estamos en plan coña, así que mejor esto último) su legado..
- ¿A los que los desarrollan y explotan? No...que aunque modifiquen al personaje y realmente lo recreen, alguien les abrió el camino. Lo de ellos es el trabajo "fácil".
- ¿A los aficionados? No, porque así Tarzán acaba casándose con Jane (que a mí me parece bien, pero a ver al pobre ERB), Sherlock acaba resucitando y por unas pocas llamadas de teléfono matan al niño que acompaña a Batman.
Solución: Yo he votado a ninguno de los anteriores.
La respuesta seria... Deberían pertenecer a sus creadores... y si ellos dejaban de ocuparse de ellos (caso Bob Kane), pues de alguna manera que siguieran cobrando royalties. Lo que no es de rigor es que las editoriales se hicieran muchimillonarias y los autores malvivieran... Si los autores malvendieron o cedieron en esos contratos los personajes a la editorial, es de justicia que si se hace una película se dé un buen pellizco a los creadores originales por lo menos, y tal vez también a los que desarrollaron esas ideas o conceptos que se usan en la peli (Daredevil (que no he visto) no se hubiera hecho de no ser por Miller).
Pero es un tema complicado y no tengo ni idea.

David. dijo...

Hombre, yo creo que sin duda a los creadores les pertenecen, pero tambiéna a las editoriales, sería injusto dejarlas fuera; no formarán parte del proceso creativo, pero lo difunden, lo apoyan, arriesgan su dinero para promocionar algo que puede ser un chasco luego. Eso sí, como en casi todo, tampoco debieran tener un excesivo poder. Así que he votado por las dos partes.

Saludos.

Alberich el Negro dijo...

Pues según lo que diga el contrato, ¿no?

PAblo dijo...

Guevillos,

Hombre, pues sí...Pero así es muy aburrido. Y, además, los jueces pueden incluso equivocarse... ;-D

Tierra 616,

Tienes mucha razón en lo que comentas a nivel general. Lo malo es que cuando esa generalización se lleva a la practica de los casos particulares hay ocasiones en que provoca situaciones que se intuyen injustas aunque se atengan a la legalidad.

Mo,

Sí, está claro. Esto no le importaría a nadie si no hubiese continuado la explotación de los personajes produciendo beneficios económicos. Es un problema que ha vuelto a surgir con las pelis y como dices seguirá coleando durante algunos años.

David,

Hummm...Sí, tú también parece que tienes razón y tus argumentos son interesantes. Yo tampoco tengo ni idea, no te creas.

David,

Sí, tú también tienes razón. Sin la infraestructura de las editoriales ninguna de las creaciones de los artistas habría acabado desarrollándose y a estas alturas no tendríamos ni Superman, ni Batman, ni Mortadelo....

Alberich,

Humm...Bueno, sí. Pero los contratos son interpretables. De otro modo, no habría pleitos...

Impacientes Saludos.

Anónimo dijo...

tierra 616 dijo...
Hola de nuevo, Pablo. Sobre el tema de los contratos, a menudo el problema no está tanto en los contratos o en la época en que se firman, el problema surge cuando el tiempo avanza y la situación cambia. Por ejemplo, el caso Siegel/Schuster vs. DC: los de Chicago llevaban años intentando vender su material de Superman como comics de prensa, y no se lo compraba ni dios y cuando por fin se lo compraron Donenfeld y Liebowicz por 130 pavos las diez páginas (remontadas las tiras de prensa) casi estoy seguro de que ellos creyeron que por fín habían hecho un buen trato vendiendo ese material y esos derechos. El problema vino cuando el tiempo demostró que habían vendido baratísima una mina de oro que nadie (ni ellos) imaginaban poseer. Pero ya estaba firmado.

Otro ejemplo: en una entrevista que leí taducida en 999, Romita Sr. comentaba que un día, a mediados de los 70, llamó a John Buscema para decirle "oye, en una de mis estanterías he encontrado un montón de páginas originales tuyas ¿quieres que te las envíe?", No, qué va, dejalo, quedátelas o tiralas, a mi no me queda más espacio, etc... contestó más o menos Buscema. Buscema era un máquina dibujando, un verdadero trabajador a destajo, dibujar-cobrar, dibujar-cobrar, dibujar-cobrar...; los originales, una vez cobrados, no eran ya asunto suyo. Eso fue antes de que naciera el mercado de originales. Ahora Big John seguro que pondría pleitos para recuperarlas si no hubiera muerto (a lo mejor lo hizo y yo no me he enterado).
El asunto está en apreciar lo que haces en la forma adecuada y en el momento adecuado. Will Eisner lo hizo, creía que lo que él y otros hacían era arte y eso merecía ser respetado y protegido, y guardaba todo o casi todo su material original, el que años después Cat Yronwoode le ayudaría a catalogar.
Los contratos se quedan anclados con tinta y firma en un momento del tiempo, el tiempo avanza, las condiciones cambian, y donde dije digo ojalá hubiera dicho Diego, mecachis ¿cómo es que no lo ví venir? lo tenía justo en la palma de la mano y lo deje escapar, etc... Y es muy comprensible pensar que "NO ES JUSTO", porque es verdad, no es justo, pero ya no se puede dar marcha atrás. Ojalá existiera en la vida real, en los negocios, en las relaciones personales esa herramienta de los programas de computadora: "deshacer", "volver a la página anterior", "Ctrl+Z"... pero aún no la han inventado.

PAblo dijo...

Tierra 616,

Sí, es cierto los "contratos están para cumplirlos" pero también cuando interesa se revisan, cambían y reinterpretan sobre todo cuando las circunstancias cambían de una manera notable.

Estoy de acuerdo que Eisner tuvo mucho olfato para los negocios aparte de su talento para los cómics pero no se puede tomarle como modelo porque probablemente en aquellas circunstancias no todo el mundo podía ser un Eisner y montarse un estudio si tienes que ir sobreviviendo día a día.

No sé, creo que en algún momento todo este tema se podría haber reconducido -de hecho, en buena medida a partir de los setenta y hasta los noventa se recondujo conforme a los autores fueron tomando conciencia del potencial que encerraba su trabajo- pero reducirlo todo a una cuestión de "cumplir contratos" y encongerse de hombros porque si lo firmaste apechuga no deja de ser una injusticia y cerrazón por ambas partes.

Impacientes Saludos.

Anónimo dijo...

tierra 616 dijo...

Exacto: los "contratos están para cumplirlos" pero también cuando interesa se revisan, cambían y...
cuando interesa a las dos partes, cuando interesa solo a una y supone menoscabo para la otra, ésta dice tararí que te ví... Que se lo digan a los inquilinos de renta antigua.

Muriel dijo...

Soy un acérrimo defensor del concepto de propiedad privada. Los personajes son inicialmente propiedad de los autores, pero estos pueden ceder su control libremente, en las condiciones que ellos quieran.
En los casos en los que lo han hecho así, no pueden quejarse luego (ni ellos ni sus descendientes) de que luego esos personajes resulten ser mucho más valiosos de lo que se pensaba en un principio, o de que la empresa encargue a otro dibujante hacer historias con esos personajes.
Como trabajo en la cosa del software, se me ocurre algo bastante parecido en lo que nadie tiene ninguna duda: El software que hace un programador que trabaja en una empresa, ¿es suyo o de su empresa? ¿Puede irse de su empresa y venderle su código a otra empresa?
Dicho esto, mi respuesta sería: inicialmente del autor, y después de quienquiera a quien el autor le haya vendido la propiedad.

PAblo dijo...

Tierra 616,

Pues sí, tienes razón. Y si todo falla al final solo queda la via judicial para dar y quitar razones aunque yo sea de los que piense y sobre todo en este caso pensando en los autores de cómics que más vale un mal acuerdo que un buen pleito (sobre todo teniendo en cuenta lo desproporcionado de los recursos de unos y otros).

Muriel,

Resumido de esa forma está claro y creo que en los tiempos actuales el tema está mucho más claro tanto contractualmente como noramtivamente (aunque todavía surjan de vez en cuando nuevos pleitos como el que enfrenta ahora a Kirkman con Tony Moore por "The Walking Dead"). Estas situaciones se remontan en su mayoría a casos de hace cuarenta, cincuenta años átrás cuando la posición del autor del cómic era mucho más débil que en la actualidad.

Imagino que en el sector informático estos temas deben estar mejor regulados legalmente al ser más modernos, aunque los problemas de copia de patentes entre empresas y tal creo que están también al orden del día... De todos modos, en Informática esto se solucionaria si todo funcionara mediante código abierto, ¿no? Abrazos. ;-D

Impacientes Saludos.