Los más viejos del lugar guardarán un buen recuerdo de esta veterana serie ambientada en La Guerra de Secesión Estadounidense de la que en España llegaron a aparecer once álbumes editados por Novaro y Grijalbo a lo largo de los setenta y muchos conocimos posteriormente por su fugaz aparición en la revista “Guai!” en la segunda mitad de los ochenta, para caer en el cajón sin fondo de los tebeos olvidados por los editores españoles. La cosa se quedaría así, si no fuese porque esta serie desconocida actualmente para los jóvenes aficionados en nuestro país, en Francia cumple este año su cuarenta aniversario con una excelente salud, habiendo alcanzado la impensable cifra por estos lares de 55 álbumes publicados.
Creada en 1972 por los belgas Raoul Cauvin, prolífico y popular guionista allende los Pirineos pero semidesconocido en España, que ha escrito y desarrollado todas las entregas publicadas de la serie desde sus inicios, y el dibujante Louis Salvérius, quién realizaría solo seis álbumes del total de la serie -los cuatro primeros más el nueve y el diez- para ser relevado por el también belga Willy Lambil, la serie narra las aventuras y desventuras durante la Guerra Civil Norteamericana de dos soldados de la Unión, el sargento Chesterfield, un soldado tan valiente como bobalicón apegado, y el pragmático y astuto cabo Blutch, dispuesto siempre a solucionar los berenjenales en los que se mete junto a su superior. Enrolados en un regimiento de caballería, Chesterfield y Blutch llevarán a cabo todo tipo de misiones durante la Guerra.
Nacida a la estela del western humorístico del que "Lucky Luke" de Morris es máximo exponente, “Los Casacas Azules” es una más que correcta serie de entretenimiento en la que los guiones van evolucionando de un tratamiento más simple y lineal a tramas más complejas en las que la aventura y la acción se convierten en el motor principal de la serie relegando el gag humorístico a un segundo plano. Cauvin es un guionista que sin grandes innovaciones desarrolla tramas correctas en las que cuida especialmente la documentación histórica y el mantener entretenido el lector dejando el lucimiento para sus dibujantes. En este sentido, la serie salió beneficiada con el cambio de Salvérius por Lambil. Perteneciendo ambos a la escuela belga y fuertemente influidos por Franquin, Salvérius es un dibujante mucho más esquemático frente al más detallista y cuidadoso Lambil que es capaz de dotar de mayor dinamismo y expresividad a los personajes.
“Los Casacas Azules” es una excelente serie de género, ideal para iniciar en el cómic europeo a un lector juvenil pero ameno para aficionados de cualquier edad, a la que en su cuarenta aniversario podría resultar interesante recuperar del ostracismo a alguna editorial española, siendo quizás la opción más interesante editarla en álbumes individuales a un precio ajustado –como hiciera hace años Planeta con otros clásicos francobelgas como “Iznogud” o “Lucky Luke”- o directamente en integrales que recopilasen tres o cuatro álbumes, opción está más complicada al no existir en Francia ninguna reedición todavía de estas características.
Esperemos que alguna editorial patria se anime en esta época tan deprimente y podamos volver, tras casi treinta años, a Chesterfield y Blutch de nuevo cabalgando por nuestras librerías.
Creada en 1972 por los belgas Raoul Cauvin, prolífico y popular guionista allende los Pirineos pero semidesconocido en España, que ha escrito y desarrollado todas las entregas publicadas de la serie desde sus inicios, y el dibujante Louis Salvérius, quién realizaría solo seis álbumes del total de la serie -los cuatro primeros más el nueve y el diez- para ser relevado por el también belga Willy Lambil, la serie narra las aventuras y desventuras durante la Guerra Civil Norteamericana de dos soldados de la Unión, el sargento Chesterfield, un soldado tan valiente como bobalicón apegado, y el pragmático y astuto cabo Blutch, dispuesto siempre a solucionar los berenjenales en los que se mete junto a su superior. Enrolados en un regimiento de caballería, Chesterfield y Blutch llevarán a cabo todo tipo de misiones durante la Guerra.
Nacida a la estela del western humorístico del que "Lucky Luke" de Morris es máximo exponente, “Los Casacas Azules” es una más que correcta serie de entretenimiento en la que los guiones van evolucionando de un tratamiento más simple y lineal a tramas más complejas en las que la aventura y la acción se convierten en el motor principal de la serie relegando el gag humorístico a un segundo plano. Cauvin es un guionista que sin grandes innovaciones desarrolla tramas correctas en las que cuida especialmente la documentación histórica y el mantener entretenido el lector dejando el lucimiento para sus dibujantes. En este sentido, la serie salió beneficiada con el cambio de Salvérius por Lambil. Perteneciendo ambos a la escuela belga y fuertemente influidos por Franquin, Salvérius es un dibujante mucho más esquemático frente al más detallista y cuidadoso Lambil que es capaz de dotar de mayor dinamismo y expresividad a los personajes.
“Los Casacas Azules” es una excelente serie de género, ideal para iniciar en el cómic europeo a un lector juvenil pero ameno para aficionados de cualquier edad, a la que en su cuarenta aniversario podría resultar interesante recuperar del ostracismo a alguna editorial española, siendo quizás la opción más interesante editarla en álbumes individuales a un precio ajustado –como hiciera hace años Planeta con otros clásicos francobelgas como “Iznogud” o “Lucky Luke”- o directamente en integrales que recopilasen tres o cuatro álbumes, opción está más complicada al no existir en Francia ninguna reedición todavía de estas características.
Esperemos que alguna editorial patria se anime en esta época tan deprimente y podamos volver, tras casi treinta años, a Chesterfield y Blutch de nuevo cabalgando por nuestras librerías.
5 comentarios:
Ojala, Pablo, tu petición sea escuchada por alguna editorial y se animen a la edición de esta serie, que la verdad tiene buena pinta. Me sumo a tu petición.
Aún así está complicada la cosa y más con la crisis. A veces cuesta entender los planes, criterios, y vaivenes editoriales que hacen que series como "Johann y Pirluit", tan demandadas por el aficionado, sigan sin reeditarse por estos lares.
Pero bueno, esperemos que con el tiempo nos vayan llegando series de este tipo desde el país vecino, como ha sucedido, por ejemplo, con "Gil Pupila" y "Theodore Poussin", por las que he de felicitar (esta vez sí) a los chicos de Planeta.
Saludos desde dentro del laberinto.
Muy buen resumen, PAblo, y buena ocasión este aniversario para invitar a las editoriales a relanzar esta serie.A mi me trae buenos recuerdos, de cuando la vi aparecer por primera vez en Super Spirou ardilla. Y me hecho con unos cuantos álbumes en francés de la etapa de Lambil, que estoy leyendo poco a poco. Saludos.
Yo conocí a los Casacas Azules por la revista Guay! que serializó algunas entregas. Por desgracia, sólo tengo un álbum en rústica de esta colección, de los pocos que se publicaron aquí.
Visualmente me parece una serie espléndida, y los últimos números que han salido en Francia mantienen la tendencia, con un Cauvin que, como has dicho, no defrauda y entretiene siempre con corrección.
A ver si alguna editorial te oye y, como poco, nos traen algunos álbumes más en forma de integrales.
Saludos.
Jareth,
Pues sí. De todos modos, ellos más que nadie sabrán los motivos. Quizás sean muy caros los derechos o crean que no les van a resultar rentables...No sé, con la peli esa de "Los Pitufos" del año pasado hubiera sido un buen momento para recuperar "Johan y Pirluit".
Jose Luis Povo,
Bienvenido y felicidades por tu interesante blog. A ver si alguien se anima aunque lo veo complicado.
Jolan,
Sí, como a tantos otros personajes, también conocí "Los Casacas Azules" en esa estupenda revista. Cauvin no es un Goscinny pero tiene mucho oficio y cumple sobradamente.
Esperáremos noticias impacientes...
Impacientes Saludos.
El año pasado se lo solicité a Glenat
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