Planeta sigue con su tarea de recuperar el material clásico de “Hellblazer” en una nueva edición uniforme y, tras publicar la etapa de Garth Ennis, ahora le ha tocado el turno a la de Jamie Delano en una decisión puramente comercial pues cronológicamente los tebeos de Delano son anteriores a los de Ennis. Este primer tomo de la etapa Delano reúne, por tanto los diez primeros números de la serie original norteamericana y, aparte de suponer un ejercicio de nostalgia para aquellos que los leyeran en su momento (lagrimilla por Ediciones Zinco y nuestra juventud perdida) es una buena muestra para los neófitos de lo maravillosos que eran los tebeos de los años ochenta.
Tras el éxito que tuvo el personaje de John Constantine creado por Alan Moore para la serie de “La Cosa del Pantano”, Moore recomendó –y Karen Berger aprobó- para la serie protagonizada por el mago de la gabardina a su por entonces semidesconocido amiguete Jamie Delano. Y lo cierto es que Jamie Delano, sorprendiendo a propios extraños y con bastante mano libre para hacer lo que quisiera, llevó a cabo a lo largo de los cuarenta episodios de su etapa el que quizás sea su trabajo más conseguido rellenando los huecos insinuados por Moore en su desarrollo del personaje al tiempo que profundizaba en su personalidad y la dotaba de un carisma que lo acabarían convirtiendo en uno de los personajes más atractivos de los años ochenta incorporando a las tramas sobrenaturales de corte barkeriano un contexto de crítica social al neoliberalismo thatcheriano imperante en el Reino Unido saludablemente transgresor y comprometido para un cómic DC de aquella época.
En estos primeros diez números, Delano adapta las estructuras clásicas de las series de novela negra para, sin prisas, ir desarrollando al personaje y desvelando poco a poco su pasado utilizando a los variopintos espantajos que se cruzan en su camino (Mnemoth, los demonios yuppies que comercian en el mercado de almas o las sectas de variopinto pelaje) en metáforas para terrores más cercanos y peligrosos. En estos primeros diez números, el peso de Constantine en la trama es secundario respecto a la ambientación desarrollada por Delano aprovechando el conocimiento que del personaje ya tenían los lectores y se centra sobre todo en las otras notas características de la obra quedando, curiosamente, el personaje protagonista como un elemento más de los muchos que enriquecen una obra en que se antoja casi más importante la opresiva atmósfera que logra transmitir. Jamie Delano se descubre como un guionista comprometido, competente y sutil que, a pesar de resultar en ocasiones farragosamente literario, tiene bastante claro lo que se trae entre manos con lo que, a pesar del tiempo transcurrido, la obra resiste bastante bien los años.
En el aspecto gráfico, aparte de las excelentes portadas de Dave McKean, destaca el trabajo de todo un veterano como John Ridgway durante los nueve primeros números. Un dibujante de amplia experiencia que le da a la serie el toque sucio que requiere –especialmente en los dos últimos, 8 y 9, entintados por Alfredo Alcalá - y se adapta progresivamente a las complejas composiciones de página requeridas por los guiones de Delano cumpliendo honradamente con su cometido. Como curiosidad, tras entre los créditos del décimo número figura un jovencito Mark Buckingham en uno de sus primeros trabajos para DC que junto a Richard Piers Rayner o con Alcalá se mantendrá en siguientes episodios de la serie.
En definitiva, este primer tomo de “Hellblazer” de Jamie Delano es un ingrediente indispensable sin el que habría sido posible cocinar unos añitos después el sello Vertigo y estos tebeos de Delano deben ser considerados todo un clásico del terror moderno. De un terror sofisticado, comprometido, inteligente y, por desgracia, minoritario. Dicho queda.
(La nueva edición solo recoge las cinco primeras portadas de la serie. Es de esperar que el resto aparezcan en posteriores volúmenes. Por si acaso, yo las he reproducido ilustrando la entrada).
5 comentarios:
¡ Por fin leo algo positivo de esta etapa !
La leí hace un par de años y me pareció soberbia. El desgrane de la personalidad del personaje, mostrándonos de una manera natural su personalidad, su psique, sus habilidades y los secundarios que le acompañan no choca con la reconstrucción de una Inglaterra en los años 80, donde el pánico hacia lo nuclear se mezcla con una sociedad hastiada por la política.
Convergen una gran cantidad de matices que nos puede dar una sensación de barroquismo pero el manejo del terror y las fobias de esta Inglaterra tal y cómo nos la muestra Delano transforman este comic en una obra tanto de terror como de crítica social y eso en el mainstream norteamericano es muy difícil de encontrar, sobretodo en el periodo en el que se realiza esta obra.
Esta cuestión es de otro post,pero lo pongo por aquí por si acaso no se lee más abajo...Se sabe cuándo va a salir en librerías la edición corregida de Onírica?
Lo digo por que yo NO compré la edición 'mutilada',pero me gustaría tener en casa la edición corregida.
Se agradecería respuesta.
Un saludo!
PaKo,
Bienvenido.
Has definido muy bien lo que es la etapa de Delano en Hellblazer. Y sí a mí también me parece una obra excepcional que suele pasar un tanto desapercibida, quizás no sea la más entretenida pero sí la más densa e interesante.
Donniedarko,
Si eres habitual del blog ya sabes que leo y respondo todos los comentarios así que por mantener el blog un poco ordenado mejor cíñete al contenido de la entrada la próxima vez. Lo último que sé de ese tema es lo que se comenta en la entrevista de la ZN a Beroy. Si compraste el ejemplar defectuoso hay que comentarlo en la librería para que te envíen uno nuevo y realizar el cambio. Imagino que si ya se pueden realizar los cambios (que no lo sé) también podrás encargarle un ejemplar en condiciones a tu librero. Eso sí, yo antes de llevármelo a casa me asguraría que no tuviese fallo, por si las moscas.
Impacientes Saludos.
Hummm, pues yo debo reconocer que tras las espectativas que me generaron los números publicados por Zinco en su momento, leída la etapa completa me dejó un sabor agridulce. Para mi es bastante irregular, con episodios geniales y otros a los que no les ha hecho nada de bien el paso del tiempo. Y el estilo verborreico no siempre le funciona. Aun así hay una docena de episodios que ya justifican la compra de la etapa.
Mariano,
El principal pero que yo le pongo a la etapa de Delano es el estilo farragoso del británico. A mí me resulta demasiado recargado y un poco cansino pero hay que reconocerle que sus argumentos y tramas están llenas de aciertos.
En mi opinión, es una lectura por encima de la media de lo que se publica actualmente y, en eso estoy de acuerdo, con algunos episodios excepcionales.
Impacientes Saludos.
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