P: Tus personajes son deliciosos freaks en estado puro, ¿por qué ese gusto por lo raro, por lo que se sale de la norma?.
D.A.: Supongo que algo así no se elije, es como que te guste más la empanada de carne que la de atún. De todos modos, puedo intelectualizarlo y creo que, por un lado, es algo propio de ese espíritu infantil que no deberíamos perder (el año pasado hice un evento en una tienda para chicos muy especial, que se llama Glück, que consistía en dibujar Monstruos junto con los niños: ¡a todos los niños le gustan los montruos!), y, por otro lado, dentro de mi decepción por el comportamiento del ser humano y su manejo del “poder” como eje central de su evolución, aquellos que han nacido con algún tipo de deficiencia o diferencia, no dejan de generarme una gran empatía porque tienen que, constantemente, derribar ese muro que tenemos todos grabado a fuego como parte fundamental de esta cultura de “los ganadores”, lo que me parecen mucho más interesantes que los que triunfan, a priori, sin esfuerzo, solamente por la convención de la simetría y la supuesta “harmonía” de sus cuerpos o sus mentes. No puedo eviarlo, me gusta más la empanada de carne.
(El ubicuo Crowley ha realizado una extensa entrevista al radioactivo Dario Adanti de gran interés cultural para todos los interesados en la obra de este talentoso argentino. Podéis leerla completa, aquí).
D.A.: Supongo que algo así no se elije, es como que te guste más la empanada de carne que la de atún. De todos modos, puedo intelectualizarlo y creo que, por un lado, es algo propio de ese espíritu infantil que no deberíamos perder (el año pasado hice un evento en una tienda para chicos muy especial, que se llama Glück, que consistía en dibujar Monstruos junto con los niños: ¡a todos los niños le gustan los montruos!), y, por otro lado, dentro de mi decepción por el comportamiento del ser humano y su manejo del “poder” como eje central de su evolución, aquellos que han nacido con algún tipo de deficiencia o diferencia, no dejan de generarme una gran empatía porque tienen que, constantemente, derribar ese muro que tenemos todos grabado a fuego como parte fundamental de esta cultura de “los ganadores”, lo que me parecen mucho más interesantes que los que triunfan, a priori, sin esfuerzo, solamente por la convención de la simetría y la supuesta “harmonía” de sus cuerpos o sus mentes. No puedo eviarlo, me gusta más la empanada de carne.
(El ubicuo Crowley ha realizado una extensa entrevista al radioactivo Dario Adanti de gran interés cultural para todos los interesados en la obra de este talentoso argentino. Podéis leerla completa, aquí).
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