Aprovechando que ya se anuncia por ahí el cuarto álbum de la serie, he empezado a releer despacito los tres publicados hasta el momento de esta serie de animales antropomorfos que empezara a publicarse hace ya casi diez años por Norma Editorial y que descubrió a los autores españoles que podía haber vida más allá de los Pirineos (y más allá de los Pirineos que en España precisamente lo que no faltaba eran autores con talento).
En “Un lugar entre las sombras”, asistimos a la primera aventura de John Blacsksad, un detective privado a la antigua usanza que se ve inmerso en la investigación del asesinato de una actriz de éxito que ha aparecido muerta en su domicilio y con la que en otros tiempos mantuvo una tempestuosa relación. Cuando la investigación policial se ve frenada por un misterioso e influyente personaje oculto en las sombras, Blacksad se convertirá en el único capaz de aclarar la muerte de su vieja amiga y hacerle justicia.
He disfrutado enormemente de la relectura de este cómic más si cabe que en el momento en que lo leí por primera vez y he vuelto a deleitarme con la habilidad de un equipo artístico que sabía muy bien lo que se hacía.
Si Díaz Canales firma una correcta historia de detectives que sirve de presentación de personajes y situaciones que se ciñen a una clásica estructura de género negro que no se aparta en exceso de los modelos clásicos y en la que su detective Blacksad más que a los más reconocibles Sam Spade o Phiillip Marlowe recuerda a otros posteriores, sobre todo el Lew Archer de Ross MacDonald (interpretado magistralmente por Newman en la genial “Harper, investigador privado”) con ligeros apuntes justicieros a lo Mike Hammer de Gillespie, el álbum adquiere una nueva dimensión gracias al trabajo sobresaliente de un Guarnido espectacular en el apartado gráfico que confirió al tebeo un interés singular.
Juanjo Guarnido se muestra incomensurable en el desarrollo descriptivo de cada uno de los personajes que van apareciendo a lo largo del álbum, apoyándose en las características asociadas a los distintos animales para reforzar la caracterización de cada uno de ellos de modo que los gorilas son brutos, vulgares y fieros, las ratas desagradables y traicioneras, las serpientes frías y escurridizas, los perros honorables y fieles o el mismo protagonista representado como un Gato directamente impredecible en su búsqueda de justicia, capaz de asumir un enorme registro de expresiones que reflejan su compleja personalidad y estado de ánimo. Pero, si en la presentación y desarrollo de los personajes Guarnido demuestra su nivel excepcional en el dominio del dibujo de los animales o la anatomía, no se queda atrás en la cuidada caracterización realista de cada uno de los fondos en los que se va desarrollando la historia, reflejando con gran verosimilitud los ambientes y atmosfera de un Nueva York de los años cincuenta, desde los antros de los bajos fondos a los glamourosos despachos de los potentados por no hablar de los cementerios o las casas y exteriores cuya representación está cuidada hasta límites obsesivos para convertir a la urbe en un personaje más en la que incorpora pequeñas intrahistorias en la principal que cohesionan la representación.
De todos modos, todo este trabajo no destacaría tanto si además el dibujante no contase con un extraordinario sentido del ritmo narrativo, que permite que la historia fluya a través de sus viñetas midiendo los concisos diálogos e insertando ligeras cartelas de apoyo que elegantemente quedan disimuladas en las viñetas adquiriendo los mismos colores de los fondos y que Díaz Canales redacta con el acertado tono seco y conciso de un narrador alejado de la acción evocador de los grandes del género (y volvemos al recuerdo de Mike Hammer, esta vez en la clásica serie protagonizada por Stacy Keach).
Guarnido hace olvidar la sencillez de la trama o su previsible y un tanto brusco desenlace merced a su habilidad narrativa llena de eficientes e inteligentes recursos que le permiten solucionar la presentación del protagonista y el caso para pasar con una elegante transición a conocer su particular motivación en su resolución entroncada en su pasado a través de un elegante flashback y el desarrollo de la historia concatenando las distintas situaciones y ambientaciones con mucho mimo para tomar siempre la mejor -y más elegante- decisión en la elección del plano o la perspectiva.
En definitiva, el multipremiado “Un lugar entre las sombras” no sólo resiste perfectamente la relectura pasado diez años de su primera edición sino que además mantiene intacta su vigencia con el poderío que sólo guardan los clásicos en una historia que ya anunciaba la labor de un dibujante que por méritos propios ocupa un puesto muy alto dentro del panorama tebeístico europeo y un guionista que en todo momento sabe que terreno pisa para ofrecer una magnífica obra de género en la que la comercialidad y la calidad demuestran que no están necesariamente reñidas. Altamente recomendable.
En “Un lugar entre las sombras”, asistimos a la primera aventura de John Blacsksad, un detective privado a la antigua usanza que se ve inmerso en la investigación del asesinato de una actriz de éxito que ha aparecido muerta en su domicilio y con la que en otros tiempos mantuvo una tempestuosa relación. Cuando la investigación policial se ve frenada por un misterioso e influyente personaje oculto en las sombras, Blacksad se convertirá en el único capaz de aclarar la muerte de su vieja amiga y hacerle justicia.
He disfrutado enormemente de la relectura de este cómic más si cabe que en el momento en que lo leí por primera vez y he vuelto a deleitarme con la habilidad de un equipo artístico que sabía muy bien lo que se hacía.
Si Díaz Canales firma una correcta historia de detectives que sirve de presentación de personajes y situaciones que se ciñen a una clásica estructura de género negro que no se aparta en exceso de los modelos clásicos y en la que su detective Blacksad más que a los más reconocibles Sam Spade o Phiillip Marlowe recuerda a otros posteriores, sobre todo el Lew Archer de Ross MacDonald (interpretado magistralmente por Newman en la genial “Harper, investigador privado”) con ligeros apuntes justicieros a lo Mike Hammer de Gillespie, el álbum adquiere una nueva dimensión gracias al trabajo sobresaliente de un Guarnido espectacular en el apartado gráfico que confirió al tebeo un interés singular.
Juanjo Guarnido se muestra incomensurable en el desarrollo descriptivo de cada uno de los personajes que van apareciendo a lo largo del álbum, apoyándose en las características asociadas a los distintos animales para reforzar la caracterización de cada uno de ellos de modo que los gorilas son brutos, vulgares y fieros, las ratas desagradables y traicioneras, las serpientes frías y escurridizas, los perros honorables y fieles o el mismo protagonista representado como un Gato directamente impredecible en su búsqueda de justicia, capaz de asumir un enorme registro de expresiones que reflejan su compleja personalidad y estado de ánimo. Pero, si en la presentación y desarrollo de los personajes Guarnido demuestra su nivel excepcional en el dominio del dibujo de los animales o la anatomía, no se queda atrás en la cuidada caracterización realista de cada uno de los fondos en los que se va desarrollando la historia, reflejando con gran verosimilitud los ambientes y atmosfera de un Nueva York de los años cincuenta, desde los antros de los bajos fondos a los glamourosos despachos de los potentados por no hablar de los cementerios o las casas y exteriores cuya representación está cuidada hasta límites obsesivos para convertir a la urbe en un personaje más en la que incorpora pequeñas intrahistorias en la principal que cohesionan la representación.
De todos modos, todo este trabajo no destacaría tanto si además el dibujante no contase con un extraordinario sentido del ritmo narrativo, que permite que la historia fluya a través de sus viñetas midiendo los concisos diálogos e insertando ligeras cartelas de apoyo que elegantemente quedan disimuladas en las viñetas adquiriendo los mismos colores de los fondos y que Díaz Canales redacta con el acertado tono seco y conciso de un narrador alejado de la acción evocador de los grandes del género (y volvemos al recuerdo de Mike Hammer, esta vez en la clásica serie protagonizada por Stacy Keach).
Guarnido hace olvidar la sencillez de la trama o su previsible y un tanto brusco desenlace merced a su habilidad narrativa llena de eficientes e inteligentes recursos que le permiten solucionar la presentación del protagonista y el caso para pasar con una elegante transición a conocer su particular motivación en su resolución entroncada en su pasado a través de un elegante flashback y el desarrollo de la historia concatenando las distintas situaciones y ambientaciones con mucho mimo para tomar siempre la mejor -y más elegante- decisión en la elección del plano o la perspectiva.
En definitiva, el multipremiado “Un lugar entre las sombras” no sólo resiste perfectamente la relectura pasado diez años de su primera edición sino que además mantiene intacta su vigencia con el poderío que sólo guardan los clásicos en una historia que ya anunciaba la labor de un dibujante que por méritos propios ocupa un puesto muy alto dentro del panorama tebeístico europeo y un guionista que en todo momento sabe que terreno pisa para ofrecer una magnífica obra de género en la que la comercialidad y la calidad demuestran que no están necesariamente reñidas. Altamente recomendable.
14 comentarios:
Estoy deseando que salga el nº4, ya hace demasiado tiempo desde la publicación del último. Pero antes de seguir tendré que hacer como tú...releerlos.... me gustaron pero no necesito recordarlos antes de pillar el nuevo. Salu2
Yo tambien tengo los tres anteriores
Es una lectura que nunca está de más repetir.
No sólo el dibujo es muy grande, es que el guión no le va a la zaga, y los autores han conseguido darle ese aire fílmico que te deja tan buen sabor de boca una vez te lo has leido.
Ya no puedo esperar para hacerme con el famoso 4º tomo... solo esperemos que con el bombo que le estamos dando no sea luego demasiado flojo.
Me los prestaron hace ya algunos años (no los diez desde que se publicó el primero, algo menos), pero en su momento ya me gustó bastante. Con el cuarto volumen en ciernes, me parece muy sensato releerlos, sí, seguiré tu consejo...
Pardi,
Ya nos contarás tus impresiones.
Adri, bienvenido. A por el cuarto cuando salga.
Bonecrusher,
Los guiones sin desmerecer están al servicio y lucimiento del dibujo de Guarnido que está soberbio.
A ver si el cuarto tomo, que tanto se ha retrasado, está a la altura de las expectativas.
Impacientes Saludos.
100% de acuerdo, a mi el guión también me parece sólo "correcto" y el dibujo espectacular en todos sus aspectos. La lástima es que se estén prodigando tan poco, que van a casi 3 años por album!
Akbarr,
¿100% de acuerdo? No me lo creo ;-D
Si el resultado está a la altura de la espera a mí no me importa esperar.
Impacientes Saludos.
Nah, he mentido, pongamos un pírrico 60%. Pero eso en mi ya es como un 100% en cualquier otro ;-)
Estoy de acuerdo, el guión está totalmente al servicio y a la sombra del dibujo.
Quizá no me expresé como queria... no es en sí el guión lo que destaca, es la forma en que se han compuesto las viñetas a la par que se va desarrollando la trama lo que otorga a este comic ese aire fílmico a lo película de Humphrey Bogart.
También yo estoy deseante del cuarto tomo, es más, me he enterado aquí de que ya está en camino.
Únicamente quería decir que el tercer tomo me pareció un poco inferior a los dos primeros...No sé si a alguien más le ha pasado... igual lo encontré menos intenso o algo así pero no me convenció del todo.
Saludos.
Akbarr,
Ese porcentaje ya me parece más adecuado. ;-D
Bonecrusher,
Está claro que es una historia entroncada con el género negro pero está muy bien cimentada en recursos propios del cómic y se nota que existe una gran compenetración entre el equipo creativo.
El_Calambre,
Ya iré comentando los otros álbumes y tendremos tiempo de dedicarle su propio análisis a cada uno. Permanece atento ;-D
Impacientes Saludos.
Yo es que ya no me acuerdo de nada de nada sobre cada número, sólo de la sensación general. De hecho lo primero que pensé es "¿tres?, ¡me falta uno!", y resulta que sí lo tenía :-P Pero sí me suena que el tercero era más flojo.
Está claro que hay que seguir el ejemplo de Pablo y releer los anteriores antes que ponerse con el nuevo, no sea que cojan el hilo de algo que ha pasado antes y no nos enteremos de nada :-P
Creo que, en cuanto pueda hacerme con el cuarto número, también me pondré con la relectura de la serie. Coincido contigo, casi punto por punto. Blacksad no es una historia demasiado compleja, pero sí tiene todos los ingredientes básicos de una buena historia negra de detectives. Y lo mejor sin duda es el dibujo, desde el increíble detallismo a la expresividad de los animales, un recurso brillante para definir a grandes rasgos a un montón de personajes sin que el lector sea consciente. Además, la composición de las viñetas es muy cinematográfica, de ahí esa sensación de fluidez en la narrativa.
Akbarr,
No creo que haya continuidad. Hasta ahora todas las historias han sido autoconclusivas aunque sí he leído alguna entrevista a Canales en la que comentaba que le gustaría escribir alguna más larga.
Padawan,
Estoy de acuerdo con tu análisis. Sólo que yo no voy a esperar al cuarto álbum (se supone que sale en Septiembre en Francia) y ya me he puesto con ello.
Impacientes Saludos.
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