Hace nada comentábamos la finalización de la última serie del chileno, psicomago por vocación y guionista de cómics por profesión (es un decir que sus quehaceres son variados), Alejadro Jodorowsky, y ya tenemos la primera entrega de una nueva serie, “Sangre Real” editada por Glénat en la que, podemos disfrutar de un Jodo en plena forma junto a Dongzi Liu, un dibujante chino que dará mucho que hablar.
“Sangre Real” es una serie de ambientación medieval en la que Jodo aborda sus temas recurrentes a través de las peripecias del Rey Alvar, un fiero guerrero que es gravemente herido en combate singular. Para evitar que el desánimo cunda entre sus huestes ante la ausencia del rey de la batalla, Alvar le pide a su primo Alfred que ocupe su puesto aprovechando el parecido entre ambos. Sin embargo, Alfred decide suplantar permanentemente a Alvar y derrocarle, abandonándole moribundo y agonizante. Sin embargo, Alvar es encontrado y curado por una pastora deforme quién aprovechará su amnesia para seducirle. Cuando, tras diez años, Alvar recupera la memoria se lanza a su cruzada personal para recuperar su trono y su reina y acabar con el usurpador.
Incestos, venganzas, intrigas, batallas y sexo, son los elementos que Jodorowsky maneja en esta historia ambientada en una Edad Media sangrienta, salvaje e imaginada en la que retuerce realidad, mitos y leyendas para ofrecer una historia trágica, adictiva y un punto cafre que no decepcionará a sus seguidores –entre los que me incluyo- pero irritará a los que no pueden con el chileno cuando dispara en andanada todas las obsesiones que bullen en su dispersa cabeza.
El álbum es entretenido y estoy seguro que a Shakespeare le hubiera encantado, aun cuando el formato de 56 páginas vuelve a mostrar sus limitaciones a la hora de permitir un mejor desarrollo de situaciones que Jodorowsky resuelve recurriendo inevitables deus ex machina que el lector debe asumir para disfrutar del cómic. Jodo derrocha generosamente en este álbum tantas ideas que dosificadas a otro le permitirían montar toda una serie. Siendo de agradecer este afán por mantener atrapado al lector a través de un ritmo narrativo trepidante, el seguidor habitual de la obra de Jodo notará cierta falta de originalidad en el planteamiento de las mismas ideas recurrentes en un álbum que si le cambiamos el nombre y cuatro cosas podría haberse titulado “Alvar, el metabarón”.
En el apartado gráfico, Jodo vuelve a mostrar su buen ojo y cuenta con el chino Dongzi Liu un dibujante dotado de un estilo pictórico que le entronca directamente con Luis Royo y Vicente Segrelles, aun cuando Dongzi muestre un más que correcto sentido narrativo, un mejor manejo de las perspectivas y cierta influencia del manga en el tratamiento de las expresiones faciales de algunos personajes. Con todo, el dibujante realiza un trabajo espectacular y se convierte en un nombre que hay que seguir muy de cerca.
En definitiva, “Sangre Real” es un álbum muy entretenido que nos reencuentra con un Jodorowsky en plena forma del que no hay que esperar demasiada evolución porque él se encanta así. Yo me lo he pasado bomba leyéndolo, pero que cada uno decida por sí mismo. La edición de Glénat, en coedición con la matriz francesa con la que ha coordinado la publicación, es bastante correcta con el único borrón de una traducción en la que se escapan algunos giros suramericanos que quedan bastante raros en una obra de estética medieval.
Veremos que nuevas desventuras se inventa Jodo para el Rey Alvar en la próxima entrega…
“Sangre Real” es una serie de ambientación medieval en la que Jodo aborda sus temas recurrentes a través de las peripecias del Rey Alvar, un fiero guerrero que es gravemente herido en combate singular. Para evitar que el desánimo cunda entre sus huestes ante la ausencia del rey de la batalla, Alvar le pide a su primo Alfred que ocupe su puesto aprovechando el parecido entre ambos. Sin embargo, Alfred decide suplantar permanentemente a Alvar y derrocarle, abandonándole moribundo y agonizante. Sin embargo, Alvar es encontrado y curado por una pastora deforme quién aprovechará su amnesia para seducirle. Cuando, tras diez años, Alvar recupera la memoria se lanza a su cruzada personal para recuperar su trono y su reina y acabar con el usurpador.
Incestos, venganzas, intrigas, batallas y sexo, son los elementos que Jodorowsky maneja en esta historia ambientada en una Edad Media sangrienta, salvaje e imaginada en la que retuerce realidad, mitos y leyendas para ofrecer una historia trágica, adictiva y un punto cafre que no decepcionará a sus seguidores –entre los que me incluyo- pero irritará a los que no pueden con el chileno cuando dispara en andanada todas las obsesiones que bullen en su dispersa cabeza.
El álbum es entretenido y estoy seguro que a Shakespeare le hubiera encantado, aun cuando el formato de 56 páginas vuelve a mostrar sus limitaciones a la hora de permitir un mejor desarrollo de situaciones que Jodorowsky resuelve recurriendo inevitables deus ex machina que el lector debe asumir para disfrutar del cómic. Jodo derrocha generosamente en este álbum tantas ideas que dosificadas a otro le permitirían montar toda una serie. Siendo de agradecer este afán por mantener atrapado al lector a través de un ritmo narrativo trepidante, el seguidor habitual de la obra de Jodo notará cierta falta de originalidad en el planteamiento de las mismas ideas recurrentes en un álbum que si le cambiamos el nombre y cuatro cosas podría haberse titulado “Alvar, el metabarón”.
En el apartado gráfico, Jodo vuelve a mostrar su buen ojo y cuenta con el chino Dongzi Liu un dibujante dotado de un estilo pictórico que le entronca directamente con Luis Royo y Vicente Segrelles, aun cuando Dongzi muestre un más que correcto sentido narrativo, un mejor manejo de las perspectivas y cierta influencia del manga en el tratamiento de las expresiones faciales de algunos personajes. Con todo, el dibujante realiza un trabajo espectacular y se convierte en un nombre que hay que seguir muy de cerca.
En definitiva, “Sangre Real” es un álbum muy entretenido que nos reencuentra con un Jodorowsky en plena forma del que no hay que esperar demasiada evolución porque él se encanta así. Yo me lo he pasado bomba leyéndolo, pero que cada uno decida por sí mismo. La edición de Glénat, en coedición con la matriz francesa con la que ha coordinado la publicación, es bastante correcta con el único borrón de una traducción en la que se escapan algunos giros suramericanos que quedan bastante raros en una obra de estética medieval.
Veremos que nuevas desventuras se inventa Jodo para el Rey Alvar en la próxima entrega…
4 comentarios:
Pues sí, el dibujante parece espectacular. Eso sí, habrá que esperar a ver qué tal está Jodorowsky, lo que dices de que se pueda titular también "Alvar, el metabarón", me tira un poco para atrás porque me da la sensación de que la originalidad puede ser la gran ausente. En fin, ya decidiremos si cae o no.
Saludos.
Permíteme una pregunta de ignorante -y por tanto discúlpame si te parece una chorrada-. Lo que conozco de Jodorowsky proviene del grupo literario que tenía con Arrabal, el llamado "Teatro Pánico" y de sus historias de la psicomagia, y lo primero me interesa más por Arrabal y de lo segundo paso literalmente, ¿merece la pena leerlo en cómic? Porque, esta historia, al menos parece entretenida, y desconectar y evadirse es algo impagable en esta época
David,
Dicho de otro modo. Es un tebeo de género medieval con la impronta de Jodorowsky. Yo me lo he pasado bien leyéndolo.
Invierno,
En cómic, Jodorowsky ha hecho tebeos buenos, malos y excelentes. Generalmente, sus obras se caracterizan por contar con dibujantes excelentes, y retorcer las reglas de los géneros para incorporar sus particulares obsesiones y permitiéndose todo tipo de licencias.
Si no has leído ningún cómic suyo este te puede dar una idea de cuáles son muchos de los elementos característicos de sus cómics sin necesidad de continuar la serie y además en este álbum los entremezcla en una historia con bastante influencia shakespeariana que quizás te atraiga.
Impacientes Saludos.
Gracias, le echaremos un vistazo y ya te contaré
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