No suelo ser yo amigo de las recomendaciones aunque alguno pueda pensar lo contrario pero si quieren hacerse con un tebeo bueno, bonito y barato háganse con la última grapa publicada por Panini en la serie del “Capitán América” este mes, el número 55 que coincide con el 601 de la edición norteamericana, ya que aparte de contar con el buen hacer del guionista habitual de la serie, Ed Brubaker (pronto escribiré algo más sobre el gran trabajo de Bru con el CA), cuenta a los lápices con el mítico Gene Colan en el que es, si no me equivoco, su último trabajo publicado hasta la fecha.
La historia de este tebeo se remonta a dos años atrás cuando a Colan le propusieron, a instancias de Brubaker, colaborar en un annual del capi que, debido a la delicada salud de Colan y su avanzada edad, fue retrasándose hasta ver definitivamente la luz dentro de la serie regular.
Brubaker escribe una historia autoconclusiva fuera de la línea argumental de la colección en la que el Soldado de Invierno evoca con Nick Furia uno de los episodios que vivió junto al capi durante la II Guerra Mundial. Acantonados durante el duro invierno en un pueblecito belga junto a una unidad del ejército yanqui y unos artistas encargados de distraeros, el Capi y Bucky deben enfrentarse a un grupo de vampiros dedicados a chupar la sangre a los soldados y los lugareños.
Una vez más me quito el sombrero ante el gran Gene Colan quién a sus casi ochenta y cinco primaveras demuestra un talento y una habilidad que para sí la quisieran muchos de los dibujantes más hot del panorama actual. Es cierto que quizás algunos cuerpos y caras estén desproporcionados pero el dinamismo de sus figuras y su habilidad narrativa se mantienen intactas a lo largo de este tebeo en el que Bru cede todo el protagonismo a The Dean. Colan se muestra cómodo en una trama ideada para su lucimiento, con personajes, ambientaciones y perspectivas características que domina de memoria, dando siempre el toque perfecto a una historia de terror y nazis con hechuras clásicas al que el estilo atemporal de Colan da un ribete de modernidad.
De verdad, he disfrutado como un niño de este tebeo y por el bien del cómic espero que no sea el último proyecto de esa leyenda viviente que es Gene Colan. Gene, no te mueras nunca.
La historia de este tebeo se remonta a dos años atrás cuando a Colan le propusieron, a instancias de Brubaker, colaborar en un annual del capi que, debido a la delicada salud de Colan y su avanzada edad, fue retrasándose hasta ver definitivamente la luz dentro de la serie regular.
Brubaker escribe una historia autoconclusiva fuera de la línea argumental de la colección en la que el Soldado de Invierno evoca con Nick Furia uno de los episodios que vivió junto al capi durante la II Guerra Mundial. Acantonados durante el duro invierno en un pueblecito belga junto a una unidad del ejército yanqui y unos artistas encargados de distraeros, el Capi y Bucky deben enfrentarse a un grupo de vampiros dedicados a chupar la sangre a los soldados y los lugareños.
Una vez más me quito el sombrero ante el gran Gene Colan quién a sus casi ochenta y cinco primaveras demuestra un talento y una habilidad que para sí la quisieran muchos de los dibujantes más hot del panorama actual. Es cierto que quizás algunos cuerpos y caras estén desproporcionados pero el dinamismo de sus figuras y su habilidad narrativa se mantienen intactas a lo largo de este tebeo en el que Bru cede todo el protagonismo a The Dean. Colan se muestra cómodo en una trama ideada para su lucimiento, con personajes, ambientaciones y perspectivas características que domina de memoria, dando siempre el toque perfecto a una historia de terror y nazis con hechuras clásicas al que el estilo atemporal de Colan da un ribete de modernidad.
De verdad, he disfrutado como un niño de este tebeo y por el bien del cómic espero que no sea el último proyecto de esa leyenda viviente que es Gene Colan. Gene, no te mueras nunca.
10 comentarios:
Yo no sigo la serie regular del Capi, pero esta grapa me la compré justamente por Colan. Y sí, no es un trabajo tan pulido como los de hace años, pero tiene, creo yo, un par de cosas a favor. La primera es que el color sea directo sobre los lápices: no es la primera vez que veo sus lápices reproducidos directamente en un cómic (en la mini de Drácula que salió como último tomo de su BGC de Planeta o en el tomito de The Spider también salía su lápiz directo, en el primero con color añadido y en el segundo en B/N), pero siempre es un gustazo admirar esas texturas que Colan consigue con los lápices. Y segundo, aunque sí haya algunos "errores" en cuanto a proporciones y demás, el efecto de, no sé, "distorsión de la realidad" que consigue queda muy expresivo, como muy adecuado para el tipo de historia. Eso es hacer de la necesidad virtud, o virtud de los "defectos"... Qué grande, Colan. Y me uno a tu recomendación, PAblo: un tebeo más que "bueno, bonito y barato" que incluso quienes no seguimos la serie del Capi podemos disfrutar. ¡Larga vida a Gene Colan! :)
Habrá que catarlo pues.
Hum, de todos modos el color se carga un poco los lápices, si no véase la portada que sale a lápiz en el interior. Y coincido, Colan aquí no es capaz de dibujar bien el escudo dos veces seguidas lo que me tiró un poco para atrás en el primer vistazo, pero una vez terminado de leer me quedé embobado mirando una y otra vez las páginas, qué fuerza tiene el tío.
Werewolfie,
De acuerdo en todo lo que planteas. Donde yo le veo más deterioro es en los rostros porque en las perspectivas no tengo claro hasta que punto la desproporsión es buscada por el propio autor (seguramente en la mayoría).
Cuando los defectos se convierten en virtudes, son doblemente valiosos.
Cinemagnificus,
Tómate tu tiempo y disfruta.
Mariano, bienvenido,
Volvemos a lo mismo respecto a Colan. Es cierto que en blanco y negro se aprecía mucho mejor ya que es un maestro de las sombras pero en los trabajos que menciona wolfie a color consigue unos efectos muy peculiares y que casan perfectamente con las historias. Y eso mismo ocurre en este tebeo en el que la densidad ambiental que le da a la historia es fantástica.
Impacientes Saludos.
Coincidimos en la opinión de que Colan hace un buen trabajo, alejado de sus mejores años pero la edad no perdona y se nota. Pero quien pudiera dibujar así a sus años, sin perder su toque particular.
Saludos.
Carlos,
Es que ese es el tema. Que el tío tiene casi ochenta y cinco años y mantiene un gran nivel que para sí quisieran muchos autores más jóvenes. Me parece que ejemplos como los de Colan o el de Joe Kubert hay que ensalzarlos siempre.
Impacientes Saludos.
Pues fíjate que pensaba que este número iba a ser malo. Las últimas cosas que había visto de Colan eran realmente malas, y esa desproporción que decís en sus dibujos se había acentuado a lo bruto. Creo que Brubaker ha sido muy listo al darle al maestro un caramelo, algo que le motive lo suficiente y en lo que poder resaltar todas sus virtudes. También es buena idea que no le entinte nadie, sobre todo porque creo que es un dibujante al que muchos entintadores han masacrado. Y a mi sí me gusta cómo queda el color, han dado en el clavo con el colorista. Vamos, que me ha gustao, ¡Colan forever! :-)
Akbarr,
Correcto. Muchos entintadores no han sabido entender demasiado bien la obra de Colan, no respetando sus texturas. No es por casualidad que su obra más reconocida sea "The tomb of Dracula".
Impacientes Saludos.
Me compré el comic, lo leí... y decepción.
El argumento me pareció muy flojo, pero el guión me pareció malo, sin ritmo. El dibujo no ayudaba nada a leer la historia, creando confusión (sobre todo es muy evidente en las escenas de acción, con los fusiles que apuntan no se sabe a dónde).
El hecho de que lo haya dibujado a los 83 años Gene Colan (un dibujante discreto, correcto), no me lo hace recomendable.
Adu, bienvenido,
Me temo que no coincidimos -es una grapa autoconlusiva correctísima- sobre todo en lo que comentas de Colan pero de todos modos gracias por expresar tu opinión.
Impacientes Saludos.
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