jueves, 11 de febrero de 2010

“La Carretera” de John Hillcoat.

El lunes tras salir de ver esta película se me ocurrió plantear el juego del chiste. Sí, ya saben, ese de las nacionalidades…Así, si la obra de Comarc McCarthy la hubiera adaptado un ruso hace treinta años –Tarkovski, por ejemplo-, seguro que estaríamos ante una desasosegante y fatalista obra maestra para minorías y pases de cine-club; si la hubiera rodado un francés, hace cincuenta –Truffaut, por ejemplo- tendríamos una romántica y sensible obra maestra conocida por todos, referencia obligada en casi todas las tertulias de café sobre cine (como “Fahrenheit 451”, vamos). Sin embargo, rodada por un australiano afincado en Canadá el año pasado de nombre John Hillcoat nos encontramos ante una adaptación impersonal y edulcorada demasiado predispuesta a salvar la obra de McCarthy y gustar al público masivo a la que va dirigido, objetivo que logra por los pelos, y a ser olvidada en menos de un año.

No sé si a estas alturas es necesario, pero les cuento por si hay algún despistado, que tanto en la novela como en la película se nos narra la historia de un padre e hijo anónimos que viajan hacia el mar atravesando unas tierras yermas y agonizante tras un cataclismo cuyo origen se desconoce. El mundo es un erial y los pocos supervivientes compiten entre sí por los alimentos disponibles convirtiéndose los escasos viajeros que transitan las antiguas carreteras en presas fáciles de bandas que se han dado al canibalismo. ¿Llegarán los protagonistas al mar? ¿Hay esperanza para un mundo agonizante?¿Se comerá el hijo a su padre? Tendrán que ver la película para enterarse.

Hillcoat contaba con todos los elementos para haber hecho una película grandiosa, sin embargo, temeroso ante la responsabilidad de adaptar a McCarthy, no ha sido capaz de insuflar personalidad propia a una cinta que seguramente a los que somos padres nos conmoverá y sobrecogerá igualmente pero que no se puede comparar al vigor desesperado de la novela original quedando meramente como una obra digna que no desmerece pero tampoco entusiasma. Las pocas matizaciones que el guión se permite están llamadas a suavizar el original para convertir la película en un producto más agradable al gran público, matizando buena parte del pesimismo y desesperación original para traicionarlo, y rozando, en ocasiones, la vulgaridad propia de cualquier superproducción de terror. Si el mensaje original y la desesperanza de la obra de McCarthy calan en el espectador, será debido al gran trabajo de un reparto excelente, en el que destacan por encima de todos un Viggo Mortensen, acostumbrado a encarnar todo tipo de antihéroes desesperanzados, y un joven Kodi Smit-McPhee que borda un papel enormemente complejo para alguien de su edad. Hillcoat no es capaz de sacar mayor partido a una fotografía excelente de Javier Aguirresarobe (si no está nominado debería estarlo), que mantiene una luminosidad crepuscular y agonizante en un mundo completamente gris, ni a la recreación acertadísima de una tierra agonizante en la que es fácil reconocer los vestigios de nuestro mundo.

En definitiva, “La Carretera” es una adaptación fiel y una película correcta en su pusilanimería que ni busca ni quiere escapar de la sombra de la novela y que debe servir a los que no la hayan leído como acercamiento a la misma si se atreven. A propósito, no me pregunten que habría hecho un director español si hubiera tenido que adaptar esta novela, mi imaginación no da para tanto.

La Carretera” de Cormac McCarthy en El lector impaciente, aquí.

7 comentarios:

Etrigan dijo...

No he leído aún la novela, pero la película me parece interesante con buenos momentos, pero con un final que destroza todo el sentido (o sin sentido) de la historia. Me parece que edulcora un pastel que es demasiado amargo. El contraste de sabores no está conseguido.

PAblo dijo...

Etrigan,

Cuando leas la novela, abominarás del final de la película. Tu intuición es más que correcta.

Impacientes Saludos.

Cinemagnificus dijo...

No estoy nada de acuerdo: a mi la película, que comenté en mi blog el lunes, me parece genial, como la novela, y no creo que Hillcoat esté "temeroso" de adaptar a McCarthy.

Respecto a lo que comentan del final, es puro McCarthy, que casi nunca ha dejado en sus obras de ser un humanista empedernido: en la Trilogía de la Frontera, en Sutree... El desenlace es apropiado desde mi punto de vista: hay muchas personas que, si algo no es negro negrísimo, ya reniegan de ello. No lo entiendo.

Un saludo :D

PAblo dijo...

Cinemagnificus,

Respeto tu opinión. A mí el final no me gustó nada. Se decanta por una opción y no mantiene la estructura de final abierto que McCarthy ideó.

Y es cierto que McCarthy es un humanista pero eso no quita que también sea un enorme pesimista.
;-D

Impacientes Saludos.

JA dijo...

La película me gustó mucho y me alegro de haber ido a verla pero la verdad es que pasé un mal rato de cojones. Estuve a punto de salirme de la sala en un par de ocasiones, lloré como un niño pequeño y acabé la peli hecho unos zorros. ¿Y decis que está suavizada? No me pienso leer la novela ni de coña. Dios, que mundo sin esperanza, que dureza...

Jolan dijo...

Hoy fui a verla y la verdad que salí del cine con una sensación de angustia y desesperanza que no veas. Si la novela es aún más cruda, igual no estoy muy preparado para leerla.

Yo creo que tiene momentos francamente buenos. Y lo mejor es que te hace pensar; que es más de lo que puede decirse de Soy Leyenda, 2012 y la clase de producciones con las que, erróneamente, se la podría comparar antes de llegar a verla.

PAblo dijo...

JA,

Yo salí con unas ganas locas de darle un beso a mi hija. Cuando tienes hijos hay determinadas situaciones que sientes mucho más (y te lo digo yo que mi hija nació en el intervalo entre la lectura del libro y el estreno de la película).

Jolan,

Esta película es mejor que las que señalas. "Soy Leyenda" y "2012" son dos truños de mucho cuidado.

Impacientes Saludos.