Vaya por delante que hasta la semana pasada no tenía ni idea de la existencia de esta película. Pero, a raíz de un artículo en “Cine Rama”, descubrí una película con suficientes alicientes como para pagar una entrada por verla. Alicientes que, en otros tiempos no muy lejanos, podrían parecernos ciencia ficción (sí, ya sé que es una película de terror). Que José Luis Alemán haya logrado conseguido sacar adelante una película de terror de generoso presupuesto no subvencionada, dividida en dos partes y con un reparto que involucra a actores importantes dentro del panorama nacional merece mis simpatías y apoyo y espero sinceramente que, más allá de quedarse en la anécdota de un valiente francotirador cinematográfico encuentre el respaldo suficiente en taquilla para que sirva a otros, que tienden más al lloro por la falta de subvenciones -subvenciones que muchas veces dilapidan en bodrios infumables que luego pretenden hacernos pasar por sesudos ejercicios de intelectualidad- que al trabajo ingrato de buscar financiación privada, les sirva de estímulo. Dicho esto, les cuento sobre la película.
A un caserón abandonado en medio del campo, llega una joven y atractiva tasadora. Cuando la empresa para la que trabaja pierde el contacto con la chica, contratan a un detective para que se encargue de su búsqueda acompañado de una misteriosa vampiresa que preside la fundación Valdemar que se encarga de la casa. En el trayecto en tren hacia la casa, la vamp le relata al detective los macabros hechos ocurrido en la casa en el siglo XIX y que podrían explicar la desaparición. ¿Quieren saber más? Yo también pero habrá que esperar a la segunda parte.
Lo malo de las películas que se ruedan de un tirón y luego se estrenan por partes es que pueden generar una expectación que luego no satisfaga el resultado final. No sé si será el caso del ambicioso José Luis Alemán y “La herencia Valdemar” pero lo cierto es que la historia queda en suspenso en un punto en el que todo el artificio construido queda pendiente de una segunda parte que debería apuntillar lo ya visto.
De esta primera parte, destacaría la voluntad del director y guionista de contar una historia de género tal y como le ha dado la gana, más allá de las modas imperantes, haciendo una honrada apologia al cine de terror clásico. Así, Alemán apuesta todo el peso de la película en una historia de “casa encantada” con monstruo incluido (a medio camino el monstruo entre el "Nosferatu" de Murnau y el vampiro de "Salem's Lot") que recuerda y emula en su factura al cine de terror sesentero y setentero, Hammer mediante, un cine que encontraba más allá del efectismo facilón o la calidad de los efectos especiales, en el trabajo y carisma de los actores y la calidad de las historias de las que se partía, sus señas de identidad y han contribuido en convertirlo en objeto de culto. En el caso de la película de Alemán, lo fía todo a este último punto ya que los mejores actores con los que cuenta (Óscar Jaenada, Silvia Abascal, Eusebio Poncela) no tienen demasiado peso específico en esta primera parte centrada en un largo flashback en el que Alemán tira de imaginación para construir una atractiva historia gótica con aires lovecraftianos en la que no tiene prejuicios para mezclar a activistas sufragistas con espritistas, o a Alistair Crowley con Stoker o Lizzi Borden, en lo que es una demostración palpable de amor y conocimiento del género. Sin embargo, a diferencia de las películas de la Hammer y a falta de esa segunda parte en la que confío, la película falla en la labor interpretativa de la pareja protagonista que resultan poco creíbles a pesar de su buena voluntad (sobre todo el italiano Daniele Liotti que no supera su actuación de Felipe “El Hermoso” en la película de Vicente Aranda y tengan en cuenta que en aquella se pasa la mayor parte de la película muerto) aun cuando maravillosos secundarios como Francisco Maestre o el desaparecido Paul Naschy demuestren encontrarse a sus anchas y disfruten como enanos en sus personajes de Crowley y mayordomo.
Alemán tira de recursos desfasados en el actual cine de suspense con eficacia, como una cuidada banda sonora y voces en off para introducir y acompañar el relato de la acción que añadido a la soberbia ambientación y caracterización y unos efectos digitales justificados, hacen de la película un producto entretenido y sorprendente en el panorama cinematográfico español.
En definitiva, creo que “La Herencia Valdemar” es una película entretenida e interesante que encandilará a los aficionados al género fantástico de toda la vida y que a nada que la segunda parte complete y concrete lo visto hasta ahora, está llamada, con los años, a convertirse en una referencia dentro del género en España. Tiempo al tiempo.
A un caserón abandonado en medio del campo, llega una joven y atractiva tasadora. Cuando la empresa para la que trabaja pierde el contacto con la chica, contratan a un detective para que se encargue de su búsqueda acompañado de una misteriosa vampiresa que preside la fundación Valdemar que se encarga de la casa. En el trayecto en tren hacia la casa, la vamp le relata al detective los macabros hechos ocurrido en la casa en el siglo XIX y que podrían explicar la desaparición. ¿Quieren saber más? Yo también pero habrá que esperar a la segunda parte.
Lo malo de las películas que se ruedan de un tirón y luego se estrenan por partes es que pueden generar una expectación que luego no satisfaga el resultado final. No sé si será el caso del ambicioso José Luis Alemán y “La herencia Valdemar” pero lo cierto es que la historia queda en suspenso en un punto en el que todo el artificio construido queda pendiente de una segunda parte que debería apuntillar lo ya visto.
De esta primera parte, destacaría la voluntad del director y guionista de contar una historia de género tal y como le ha dado la gana, más allá de las modas imperantes, haciendo una honrada apologia al cine de terror clásico. Así, Alemán apuesta todo el peso de la película en una historia de “casa encantada” con monstruo incluido (a medio camino el monstruo entre el "Nosferatu" de Murnau y el vampiro de "Salem's Lot") que recuerda y emula en su factura al cine de terror sesentero y setentero, Hammer mediante, un cine que encontraba más allá del efectismo facilón o la calidad de los efectos especiales, en el trabajo y carisma de los actores y la calidad de las historias de las que se partía, sus señas de identidad y han contribuido en convertirlo en objeto de culto. En el caso de la película de Alemán, lo fía todo a este último punto ya que los mejores actores con los que cuenta (Óscar Jaenada, Silvia Abascal, Eusebio Poncela) no tienen demasiado peso específico en esta primera parte centrada en un largo flashback en el que Alemán tira de imaginación para construir una atractiva historia gótica con aires lovecraftianos en la que no tiene prejuicios para mezclar a activistas sufragistas con espritistas, o a Alistair Crowley con Stoker o Lizzi Borden, en lo que es una demostración palpable de amor y conocimiento del género. Sin embargo, a diferencia de las películas de la Hammer y a falta de esa segunda parte en la que confío, la película falla en la labor interpretativa de la pareja protagonista que resultan poco creíbles a pesar de su buena voluntad (sobre todo el italiano Daniele Liotti que no supera su actuación de Felipe “El Hermoso” en la película de Vicente Aranda y tengan en cuenta que en aquella se pasa la mayor parte de la película muerto) aun cuando maravillosos secundarios como Francisco Maestre o el desaparecido Paul Naschy demuestren encontrarse a sus anchas y disfruten como enanos en sus personajes de Crowley y mayordomo.
Alemán tira de recursos desfasados en el actual cine de suspense con eficacia, como una cuidada banda sonora y voces en off para introducir y acompañar el relato de la acción que añadido a la soberbia ambientación y caracterización y unos efectos digitales justificados, hacen de la película un producto entretenido y sorprendente en el panorama cinematográfico español.
En definitiva, creo que “La Herencia Valdemar” es una película entretenida e interesante que encandilará a los aficionados al género fantástico de toda la vida y que a nada que la segunda parte complete y concrete lo visto hasta ahora, está llamada, con los años, a convertirse en una referencia dentro del género en España. Tiempo al tiempo.
6 comentarios:
Estimado Pablo,
yo, como buena admirador del genio de Providence que soy, creo que voy a pasar sin ver esta película porque, lo quiera o no, voy a sacarle defectos por todos lados, máxime cuando por todos sitios estoy leyendo quu está plagada de ellos.
Saludos
Pues habrá que darle una oportunidad. Desde luego, es elogiable.
Jaja, qué bueno el comentario sobre Daniele Liotti. No había oído nada de nada sobre esta peli, ya investigaré por ahí a ver qué opinan otros (no acaba de dar confianza, a pesar de la moderada recomendación)
Crowley,
Tengo la suerte de no confundir fácilmente las churras con las merinas. A pesar de su caracter abiertamente tributario, es una película bastante honrada y se nota que el director le pone muchas ganas lo cuál ayuda a ser benévolo con sus deficiencias (las principales: la pareja protagonista y una dirección un tanto titubeante). De todos modos, la última palabra es tuya.
Ah, y las películas que evoca, también contaban con algunos de los defectos de esta.
Cinemagnificus,
Si la ves, ya nos cuentas.
Impacientes Saludos.
Akbarr,
Moderada recomendación condicionada a una segunda parte que convierte esta en una obra incompleta. Espero que al adquirir mayor protagonismo los mejores actores la cosa vaya a más.
Danielle Liotti, en mi opinión, lastra la película.
Impacientes Saludos.
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