lunes, 6 de julio de 2009

“Vals con Bashir” de Ari Forlman y David Polonsky.

Que las guerras son un sinsentido y las matanzas y genocidios patrimonio y vergüenza universal de nuestra especie, autodenominada pensante, lo sabemos todos aunque lo obvien muchos. Pero, no está de más, que de vez en cuando alguien dé un paso al frente y nos lo recuerde por medio de obras tan espléndidas como “Vals con Bashir”, obra esta que se dio a conocer como estupenda y premiada película de animación (creo que todavía se mantiene en cartelera) y que desde hace pocos meses podemos disfrutar en su adaptación al cómic de la mano de Salamandra, pequeña editorial caracterizada por la calidad y buen gusto de su catálogo de libros y que con esta obra se adentra en el mercado del cómic con buen pie y mejor ojo.

Vals con Bashir” nos narra la historia de su coautor, Ari Forlman, y de su empeño a través de las entrevistas con amigos y compañeros de rellenar el hueco que quedó en su memoria tras su participación en la guerra del Libano en 1982 (en la que Israel participó activamente) y las matanzas de refugiados palestinos en los campamentos de Sabra y Chatila de las que fue testigo.

Ari Forman, sin demasiado efectismo y apoyado en el interés de la crudeza de los hechos históricos descritos, construye un relato eficaz en el que mantiene un cuidado equilibrio entre su experiencia personal y la reconstrucción de los hechos históricos en una historia que entronca directamente con una obra maestra del noveno arte creada por otro judío para exorcizar otro genocidio, el “Maus” de Art Spiegelman. En “Vals con Bashir”, Forlman al igual que Spiegelman, se convierte en narrador y personaje de su propia historia. Si en “Maus” a través de las charlas del autor con su padre este descubría todo el horror de los campos de exterminio nazis, en “Vals con BashirForlman va redescubriendo a través de las entrevistas con compañeros y amigos el horror de la Guerra del Libano y las matanzas de los campos de refugiados desde la perspectiva, un tanto alejada para mi gusto, del amnésico que va redescubriendo como si de otra persona se tratase aquella parte de su pasado que tanto se esforzó por borrar. Forlman va engarzando con elegantes transiciones el presente con episodios de su pasado bélico usando como catalizador el testimonio de sus compañeros y amigos, transiciones que funcionan bastante bien a pesar de notarse en algún caso que no están ideadas para la historieta en primer termino sino para la animación lo que en el conjunto afecta al ritmo de la narración y la ausencia de tensión dramática que la historia requiere aunque ese defecto se vea compensado, de todos modos, por lo adictivo del relato y la agilidad con la que se concatenan las situaciones y los puntos de vista de los entrevistados por Forlman. En el aspecto gráfico, firma la obra un interesante David Polonsky, que también fue el jefe de animación de la película, que da un tono realista a toda la historia que contrasta con la atmósfera de irrealidad de los episodios bélicos narrados y que me ha recordado, salvando las distancias, a la gran “Apocalypse Now” de Coppola. Polonsky usa una gama de colores fríos y fuertes contrastes cromáticos que ayudan a hacer más evidente esa diferenciación.

En definitiva, “Vals con Bashir” es una obra valiente, comprometida e inteligente que hay que leer para entender desde una perspectiva diferente uno de los mayores genocidios cometidos durante el siglo pasado, y que demuestra que hay cabida para obras de calidad más allá de los circuitos habituales de la industria. La edición de Salamandra está editada con muy buen papel y resulta correcta.

19 comentarios:

Ernesto dijo...

A mi la película me dejó un regusto amargo, no por la crudeza de lo que retrata, sino por la distancia que hay entre la mirada del autor y el papel de las fuerzas armadas israelíes en el Líbano, me explico, un chaval que mandan a hacer la guerra a tierra extranjera, que sin saber donde está y porqué está allí se ve sumido en la barbarie del conflicto como una víctima más…esa manera de mirar es propia de una voz en primera persona y en el presente, el narrador sólo puede hablar de aquello que está viendo, de lo que controla por referencia directa, o como mucho indirecta por vía de rumores o comunicaciones con otros compañeros.

Sin embargo, el narrador nos habla desde el futuro de los hechos narrados (nuestro presente), es decir, controla el conflicto desde una posición que más allá de la de un mero participante en momentos y lugares puntuales de la guerra.

Sabe lo que ocurrió en términos históricos mientras, paradójicamente, ha olvidado su intrahistoria, a pesar de ello prácticamente toda la información que se va desgranando ante nuestros ojos surge de la memoria recuperada gracias a las conversaciones del protagonista con otros veteranos, lo que significa que no hay un dibujo de la guerra del Líbano, hay un dibujo de la guerra de Ari Folman, y en la guerra de Ari Folman los falangistas cristianos son los malos, los que asesinan sin piedad a familias enteras de palestinos, mientras que los israelíes, una especie de cascos azules más que una fuerza de combate, son los que en última instancia ponen fin a la degollina. En el camino, efectivamente, hay un retrato de la desorientación del combatiente en el sinsentido de la guerra, pero las conclusiones políticas de la cinta no parecen pasar de “elegimos mal a nuestros aliados, no supimos controlarlos, no vimos las consecuencias del asesinato de Bashir…nos equivocamos, sí, pero los malos eran otros”.

La experiencia personal del director no permite abrir más el abanico, y sus conocimientos actuales sobre aquellos hechos se agotan en una referencia a Sharon y poco más.

La prueba definitiva sobre la “amabilidad” de la película radica en el uso que está haciendo de ella el ejército israelí: la está promocionando.

Werewolfie dijo...

>>>hay que leer para entender desde una perspectiva diferente uno de los mayores genocidios cometidos durante el siglo pasado<<<

¿A qué genocidio te refieres, PAblo? ¿Cometido por quién contra quién? Y, pensando en todas las combinaciones posibles dados los contendientes en este contexto, ¿seguro que es posible que sea uno de los "mayores genocidios cometidos durante el siglo pasado"? Si éste fue uno de los "mayores", ¿qué fue la Shoá? ¿El genocidio armenio? ¿Ruanda? ¿Seguimos? La verdad es que esta parte de tu reseña me ha dejado un poco descolocada...

Y sobre lo que apunta Ernesto, "en la guerra de Ari Folman los falangistas cristianos son los malos, los que asesinan sin piedad a familias enteras de palestinos, mientras que los israelíes, una especie de cascos azules más que una fuerza de combate, son los que en última instancia ponen fin a la degollina." El papel de los cristianos maronitas en las matanzas de Sabra y Chatila es, por más que parezca a veces que fueron los israelíes los que las llevaron a cabo, evidente. Así que, en efecto, "asesina(ro)n sin piedad a familias enteras de palestinos". Ahora bien, eso de que los israelíes fueran "una especie de cascos azules"... Pues ni de broma. Parece demostrado por activa y por pasiva el papel que jugaron en dichas matanzas, con lo que la responsabilidad de las fuerzas militares (y políticas) en ellas parece más que probada. Eso sí, y no lo digo por este comentario de Ernesto en concreto -aunque también-, no termino de entender ese interés en adjudicar la responsabilidad exclusiva de cualquier baño de sangre que en el mundo ha sido sobre Israel (y/o Estados Unidos, que para el caso...), silenciando corresponsabilidades (el caso de los cristianos maronitas, en el ejemplo citado) y/o haciendo oídos sordos a casos mucho más sangrantes -literalmente-: "conflictos" en África, guerras como la de Chechenia, etc. Entiendo que se critique a Israel, motivos no faltan (yo soy la primera en hacerlo, y jamás aceptaré ni justificaré que nadie derrame sangre ajena, sea quien sea), pero me desconcierta -y asusta, lo reconozco- que se produzcan esta especie de miopías en las que siempre son los mismos los que caen bajo el campo de visión, ignorando a los demás...

Shalom.

PAblo dijo...

Ernesto,

Precisamente, por lo que comentas en el tercer parrafo, es por lo que a mí me parece que Forlman adopta una actitud muy moderada en el tratamiento de la historia desde la perspectiva del amnesico y por tanto atenuando su propia responsabilidad y la de sus compañeros, a los que presenta en la mayoría de los casos como traumatizados.

Estoy de acuerdo contigo, como instrumento de sensibilización contra la guerra en general es una obra valida, pero respecto a la Guerra del Libano y la masacre de los campos resulta un tanto tibia.

Ernesto dijo...

Ojo, Werewolfie, yo no digo que los falangistas cristianos no fueran los ejecutores de las matanzas de palestinos en Sabra y Chatila, yo digo que para que esas matanzas se produjeran fue necesario la colaboración activa del ejército israelí, y que en la película de marras esa colaboración queda diluida hasta quedar en nada en una cortina de recuerdos personales de un combatiente israelí. Creo que te dejas llevar por el apasionamiento que siempre surge cuando se tratan estos temas, y que si me hubieras leído un poco más despacio habrías visto que pensamos lo mismo…

Ernesto dijo...

Pablo, totalmente de acuerdo contigo...

PAblo dijo...

Werewolfie,

Dime, ¿Qué criterio seguimos para determinar si un genocidio es mayor o menor? ¿Número de víctimas, raza, nacionalidad, cultura, situación económica? Para mí, lo que se realizó en Sabra y Chatila fue un acto de genocidio y la Guerra del Libano provocó la involución de un país que hasta ese momento había sido ejemplo de coexistencia entre religiones. Como sigo mi criterio, es uno de los actos de genocidios del siglo pasado.

Eso sí, todos los que tú señalas me parecen igual de denunciables al menos que este.

Y lo que me refiero "que hay que leer", por supuesto, es "Vals con Bashir".

En el tebeo, Forlman deja bastante clara que la autoría de la matanza de Sabra y Chatila fue realizada por la facción cristiana en venganza por la muerte de Bashir Gemayel y la responsabilidad de los altos mandos israelíes mitigando la de los soldados israelíes que como él formaban parte de los controles alrededor de los campos y que en teoría no sabían lo que ocurría dentro.

Impacientes Saludos.

Werewolfie dijo...

Ernesto, imagino que no pensamos nada muy distinto, leído lo leído. Ya decía que no iba por tu comentario en concreto, disculpa si te diste por aludido (supongo que no me he explicado bien, aunque ya decía que la cosa no iba por tu comentario en concreto). Por lo demás, no es que me deje llevar precisamente por el apasionamiento... Pero bueno.

PAblo, no sé si te sigo. ¿Que qué criterio seguimos para determinar si un genocidio es mayor o menor? Hombre, el número de víctimas no es una mala pista, mientras hablemos en términos cuantitativos, ¿no? Porque si un grupo de skins mata a uno o varios judíos, o negros, o hispanos, difícilmente hablaremos de genocidio, y es innegable que hablamos de un asesinato por motivos étnicos, ¿verdad? Y visto el negro contexto genocida del siglo pasado, no creo que la matanza de Sabra y Chatila, por trágica que fuera, pueda compararse (en términos puramente cuantitavos, reitero) a los niveles de los que sí fueron capaces Pol Pot, Stalin, Hitler, los turcos, etcétera. Y dicho sea de paso (y que nadie se dé por aludido), si hubo una matanza de palestinos que la historia debería recordar fue la del septiembre negro, a manos no precisamente de Israel, sino de sus "hermanos" jordanos: "Según datos de U.N.W.R.A., resultaron muertos unos 10.000 palestinos y heridos no menos de 15.000. Al Fatah declaró que se habían contabilizado 20.000 bajas, más que el número total de árabes palestinos muertos durante el curso de todos los choques habidos con los judíos y con Israel desde principios de los años 20 en adelante." Y, sin embargo, parece que el único enemigo que han tenido los palestinos haya sido Israel, a este tipo de cosas me refería con lo de las "miopías".

Por lo demás, PAblo, ya hace tiempo que te sigo y sé que eres una persona inteligente. Imagino que en el fondo estamos de acuerdo en el tema (todos los ejemplos citados son hechos condenables, punto, y a quien no les conmuevan...), pero espero que reconozcas que la frase sobre la que discutimos no es precisamente muy acertada, más teniendo en cuenta que el tema ya está bastante contaminado y este tipo de afirmaciones suelen tener unas connotaciones, digámoslo claramente, antisemitas que estoy segura de que tú no compartes.

Shalom a todos.

Werewolfie dijo...

Añado:

>>>Como sigo mi criterio, es uno de los actos de genocidios del siglo pasado.<<<

Pero no es tan solo eso eso lo que tú dices. Dices en el post que es "uno de los mayores genocidios cometidos durante el siglo pasado". Que lo consideres genocidio, bien, ya digo que el término es controvertido y no seré yo la que discuta por cuestiones nominalistas. Es el matiz que se añade al decir que es "uno de los mayores" lo que discuto.

Y ahora sí, shalom.

Bruce dijo...

¿Y qué importa que fuese un genocidio grande o mediano? Lo que importa es que murió gente.

Werewolfie dijo...

Bruce, aplaudo la perrogrullada, pero yo al menos no discuto que muriera gente. Ahora, eso de "¿Y qué importa que fuese un genocidio grande o mediano?"... ¿Qué quieres decir, que da lo mismo si mueren mil personas que si mueren diez millones? Explícale eso a los familiares de los muertos de los nueve millones novecientos noventa y nueve mil muertos de más en el segundo caso.

Bruce dijo...

"Esta masacre mereció la calificación de acto de GENOCIDIO por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas a través de su resolución 37/123."

Esto lo dice la Wikipedia.

Bruce dijo...

Explícale a los familiares de los asesinados en Sabra y Chatila que le estás quitando importancia a la masacre porque, según tú, no murieron las suficientes personas.

Cuando se intenta defender lo indefendible, se cae en el absurdo.

Werewolfie dijo...

Bruce, nadie ha negado, en los comentarios de este post al menos, que pueda calificarse el hecho de "genocidio". De hecho, me parece que la matanza en cuestión se ajusta bastante bien a las definiciones al uso... aunque hay que ser prudente con las connotaciones y el contexto, que si algo es el conflicto de Israel y sus vecinos es complicado (y vil, e injusto, podría añadir, y esto va por todas las partes implicadas cuyas manos y/o conciencias estén manchadas de sangre). De todos modos, el que haya una resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas no creo que sea algo que le dé especial validez a la cosa, visto el tipo de organización que tiene y los escándalos uno tras otro que va protagonizando (como el de Ahmadinejad no hace mucho) y que ponen su autoridad en continua tela de juicio. Pero vamos, eso ya es harina de otro costal.

Werewolfie dijo...

Bruce, me estás insultando al poner cosas en mi boca que yo no he pronunciado ni pronunciaré. ¿Dónde he dicho yo que no murieran "suficientes personas", como si fuera mi deseo que hubieran muerto más? ¿Dónde he quitado yo importancia a la masacre? ¿Acaso no la he condenado -y seguiré condenando? Dime dónde he defendido yo algo indefendible, dime dónde he razonado de modo absurdo. ¿Bruce, eres tú de verdad o un troll ha suplantado tu cuenta? Y si eres tú, ¿por qué de repente hablas como si no me conocieras y te pones a tergiversarme de esa manera?

Werewolfie dijo...

Los que nos conocen ya saben que yo te quiero un montón, Bruce. Te considero mi amigo internáutico. Léeme bien y verás que en el fondo todos estamos de acuerdo, y yo sólo quería corregir lo que considero un error en una simple frase, pero que connota demasiadas cosas. ¿Haremos las paces? Eso es lo que significa mi saludo: shalom. Y ese es mi credo, el decálogo de la Toráh, empezando por el levinasiano "no matarás". ¿Verdad que estaremos de acuerdo en esto último? Así, ¿a qué malentendernos, a qué discutir?

PAblo dijo...

A ver tranquilicemonos...

Werewolfie, lo que yo -y creo que Bruce- queremos traslucir en los comentarios es que lo trágico no es la cantidad de gente que muera sino que muera únicamente una sola persona por su raza, religión o forma de la nariz.
La diferencia está, a mi entender, entre tu postura y la mía que tú sigues un criterio cuantitativo, según afirmas, para determinar la importancia de un genocidio mientras que yo sigo un criterio cualitativo y tan grave me parece que se mate por este motivo a una sola persona a que se maten a varios millones porque para mí todas las vidas son igual de preciosas. No quiero caer en demagogias y creo que este no es el marco ni el medio para tratar de un asunto tan delicado y sensible como este, porque aquí de lo que se trata es de opinar sobre cómics, libros, cine y demás pasatiempos que nos entretienen. Pero, da la casualidad que el tebeo del que escribo, trata sobre este acto de genocidio en concreto y como considero que es uno de los peores del siglo pasado me mantendré fiel a mi mismo.

Por otro lado, abstrayéndonos del contenido de la entrada que es un cómic en concreto, "Vals con Bashir", debo reconocer que siguiendo tu criterio, tienes razón. Por el número de víctimas, ha habido en el siglo XX actos de genocidio peores que los exterminios de Sabra y Chatila pero eso no quita que estos sean también uno de los mayores actos de genocidio del siglo XX junto a los que has enumerado y alguno más que probablemente no tenga tanta trascendencia mediática, te guste a ti o no, junto a muchos más que se han producido a lo largo de la Historia y que se están produciendo en mayor o en menor escala.

Finalmente, no soy anti nada pero la frase no la voy a retirar y me gustaría que a partir de ahora, si os parece, ciñearamos el debate si es posible al tebeo. Gracias.

Werewolfie dijo...

Has pisado en la llaga, PAblo: la trascendencia mediática, esa es una de las cuestiones de fondo. Masacres -genocidios, puedo aceptar el término sin más problemas, ya lo he dicho- como la de Sabra y Chatila son bien conocidas, mientra que otras, como la del genocidio armenio o la guerra de Chechenia (los crímenes cometidos en esa guerra claman al cielo) han sido sistemáticamente ignoradas o relegadas a un segundo plano. Y estoy de acuerdo en que cualitativamente toda vida humana es preciosa, por eso reivindico una simetría a la hora de tratar con las masacres y genocidios: decir que lo de Sabra y Chatila es "uno de los mayores genocidios cometidos durante el siglo pasado" se aleja, en mi parecer, de ese principio de simetría, pero entiendo que desde la perspectiva puramente cualitativa puedas afirmarla y reafirmarte en ella. No insistiré más en ello, agacharé mis orejas de loba y tragaré una vez más.

Shalom.

Werewolfie dijo...

Una última cosa del tintero y ya. Dices, PAblo:

>>>La diferencia está, a mi entender, entre tu postura y la mía que tú sigues un criterio cuantitativo, según afirmas, para determinar la importancia de un genocidio mientras que yo sigo un criterio cualitativo y tan grave me parece que se mate por este motivo a una sola persona a que se maten a varios millones porque para mí todas las vidas son igual de preciosas.<<<

No, no nos hemos entendido. Yo no sigo un criterio cuantitativo para afirmar la "importancia" de un genocidio. Vuelvo al decálogo de la Torah: no matarás. Lo curioso del asunto es que eres tú el que lo ha hecho, y de ahí la discusión. Si tú dices (y ese es el centro del asunto) que lo de Sabra y Chatila fue "uno de los mayores genocidios cometidos durante el siglo pasado", aplicas el criterio cuantitativo (mayor, menor). Yo no he discutido que hablemos o no de genocidio (puedo aceptarlo, por enésima vez), sino que éste en particular fuese "uno de los mayores". Si hablas de mayores, implicas que también habrá menores (esto es de lógica pura), con lo que, ¿qué ejemplo dar de genocidios "menores", más aún si, según tu propio criterio, tú sigues "un criterio cualitativo y tan grave me parece que se mate por este motivo a una sola persona a que se maten a varios millones porque para mí todas las vidas son igual de preciosas." ¿Ves la contradicción en la que caes?

Ahora sí que agacho las orejas.

Shalom.

PAblo dijo...

No, lo que yo he dicho es:

"Vals con Bashir” es una obra valiente, comprometida e inteligente que hay que leer para entender desde una perspectiva diferente uno de los mayores genocidios cometidos durante el siglo pasado, y que demuestra que hay cabida para obras de calidad más allá de los circuitos habituales de la industria."

Insisto, si quieres hablamos de esta frase y del tebeo. No de intentar restarle importancia en mi blog a un acto de genocidio que por las razones que anteriormente te he expuesto me parece tan condenable como todos los que tú has señalado, independientemente del número de víctimas y quiénes los perpetraran.

Impacientes Saludos.