Me llega por mail la noticia del secuestro en la convulsa Honduras del caricaturista Allan McDonald junto a su hija de diecisiete meses -¿Qué posicionamiento puede tener una niña de diecisiete meses?.-. Al parecer, McDonald se habría posicionado a favor del referéndum del presidente Zelaya y en contra de los golpistas con lo que se puso en el punto de mira de estos últimos.
Vaya por delante, que no soy un experto de la política interior hondureña pero que, por lo que he podido informarme, tan sospechosos me parecen los golpistas como ese Zelaya que ejerce un peligroso populismo trasnochado. Sin embargo, hay una diferencia vital entre unos y otros. A Zelaya, por mal que me caiga y sospechoso me parezca, le han elegido en unas elecciones libres y democráticas, es un presidente legítimo y, en estos tiempos que corren, sería sonrojante para la sociedad internacional que los golpistas devolvieran a Honduras a la política del golpe de mano, los desaparecidos y los discursos pomposos y vacíos que durante décadas se impuso y lastró buena parte de Latinoamérica.
McDonald se opuso a eso con las armas del artista, el lápiz y la pluma, y sus verdades incómodas pronto han sido silenciadas con la milimétrica eficacia con la que este tipo de golpistas silencian a los disidentes. Cuando he leído el mail no he podido dejar de recordar la figura de otro hombre de la historieta, el genial H.G. Oesterheld, desaparecido junto a sus hijas y asesinado por los golpistas argentinos a finales de los setenta. Su cuerpo todavía no ha aparecido.
Si el golpe tiene éxito y la comunidad internacional mira para otro lado, si Zelaya no vuelve a ocupar su puesto y pierde un referéndum supervisado por los organismos internacionales, si no hay unas nuevas elecciones democráticas y si McDonald se convierte en otro Oesterheld, quedará claro una vez más para vergüenza de todos que a pesar de las buenas palabras en Latinoamérica no pasa el tiempo presa de sus fantasmas y sus oligarquías.
Llámenme ingenuo. Tengo esperanzas. No a otro Oesterheld. Libertad para McDonald.
Página web de Allan McDonald, aquí.
(ACTUALIZACIÓN: Parece que McDonald y su hija han sido liberados gracias a la presión internacional. Menos mal).
Vaya por delante, que no soy un experto de la política interior hondureña pero que, por lo que he podido informarme, tan sospechosos me parecen los golpistas como ese Zelaya que ejerce un peligroso populismo trasnochado. Sin embargo, hay una diferencia vital entre unos y otros. A Zelaya, por mal que me caiga y sospechoso me parezca, le han elegido en unas elecciones libres y democráticas, es un presidente legítimo y, en estos tiempos que corren, sería sonrojante para la sociedad internacional que los golpistas devolvieran a Honduras a la política del golpe de mano, los desaparecidos y los discursos pomposos y vacíos que durante décadas se impuso y lastró buena parte de Latinoamérica.
McDonald se opuso a eso con las armas del artista, el lápiz y la pluma, y sus verdades incómodas pronto han sido silenciadas con la milimétrica eficacia con la que este tipo de golpistas silencian a los disidentes. Cuando he leído el mail no he podido dejar de recordar la figura de otro hombre de la historieta, el genial H.G. Oesterheld, desaparecido junto a sus hijas y asesinado por los golpistas argentinos a finales de los setenta. Su cuerpo todavía no ha aparecido.
Si el golpe tiene éxito y la comunidad internacional mira para otro lado, si Zelaya no vuelve a ocupar su puesto y pierde un referéndum supervisado por los organismos internacionales, si no hay unas nuevas elecciones democráticas y si McDonald se convierte en otro Oesterheld, quedará claro una vez más para vergüenza de todos que a pesar de las buenas palabras en Latinoamérica no pasa el tiempo presa de sus fantasmas y sus oligarquías.
Llámenme ingenuo. Tengo esperanzas. No a otro Oesterheld. Libertad para McDonald.
Página web de Allan McDonald, aquí.
(ACTUALIZACIÓN: Parece que McDonald y su hija han sido liberados gracias a la presión internacional. Menos mal).
3 comentarios:
Menos mal...
Que bueno que fueron liberados... Una opinión: la comparación no sé si es adecuada, son dos situaciones absolutamente diferentes.
Tenes un blog excelentemente al dia y con mucha información, felicitaciones.
Saludos!
J.L. Cancio, Bienvenido,
A la vista como se desarrollaron los acontecimientos probablemente no sean situaciones comparables aunque podrían haberlo sido si desgraciadamente la cosa se hubiese torcido.
Me alegro que te guste el blog. Pásate y deja tu opinión siempre que te apetezca.
Impacientes Saludos.
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