"¿Qué hubiera pasado si la nave que transportó a Superman a la Tierra se hubiera retrasado veinte horas y en lugar de estrellarse en Estados Unidos lo hubiera hecho en la Unión Soviética al inicio de la Guerra Fría?" Esa es la premisa que explora Mark Millar a lo largo de los tres números que forman esta miniserie publicada originalmente en 2003 en el sello Elseworlds de DC y que Planeta ha publicado recientemente en un tomo de lo más aparente. Y lo cierto es que al escocés Millar aprovecha la libertad creativa que le permite el sello Elsewords para profundizar en conceptos que en las series regulares de los iconos de la Editorial no están permitidos, logrando un tebeo muy apañado y entretenido que, en mi opinión, es de lo mejorcito que le he leído, bien secundado por los lápices por Dave Johnson y Kilian Plukkett.
Estructurando la historia en tres partes – Amanecer, Apogeo y Ocaso – que se corresponden con cada uno de los números de la miniserie, Millar nos ofrece una historia paralela a la convencionalmente asumida del Hombre de Acero, apoyado en un amplio conocimiento de esa historia “oficial” de Superman y aprovechando al máximo las posibilidades que le ofrece el concepto de Ucronía y el conocimiento de los lectores para ir más allá de la mera inversión de esa biografía de Superman y ofrecer su propias respuesta a algunas de las preguntas formuladas por autores como Moore y Miller sobre la evolución natural del Superhombre y que ya estos se ocuparon de responder hace más de veinte años, aunque la forma de exponer sus conclusiones por parte de Millar sea más refrescante y menos densa que la de estos. De este modo, sin traicionar en exceso las motivaciones esenciales de Superman (“proteger al hombre de a pie”), Millar da una vuelta de tuerca al concepto, convirtiendo a su Superman rojo en la personificación de las excelencias del sistema soviético, como si de un Vassili Zaitsev o un Aleksei Stakhanov se tratara , el heredero natural de Stalin que para lograr paliar las desigualdades mundiales asume el poder político y se convierte en una especie de semidios orwelliano que ofrece seguridad a cambio de sumisión, a pesar de mantenerse fiel a la nobleza de sus ideales. Frente a la primacía del modelo soviético y su paladín kriptoniano, Millar contrapone a unos dubitativos Estados Unidos incapaces de dar respuesta al Superman rojo y su predominio a pesar de los constantes y traicioneros atentados de un Lex Luthor, amoral e inteligente, apoyado por el Gobierno Estadounidense a lo largo de más de cincuenta años, y que afectarán a su relación con su mujer, Lois Lane. La historia se resuelve en un espectacular e irónico enfrentamiento final, que más allá de los espectaculares combates, es un choque de ideas entre dos planteamientos políticos enfrentados, uno basado en la libertad individual frente a otro que antepone la seguridad del estado.
Creo que no me equivoco mucho si les adelanto que “Superman Hijo Rojo” es uno de los mejores tebeos de superhéroes de los últimosaños en el que un Millar particularmente lúcido y crítico sale muy bien parado del difícil trance de contar una historia original con Superman de protagonista.
Estructurando la historia en tres partes – Amanecer, Apogeo y Ocaso – que se corresponden con cada uno de los números de la miniserie, Millar nos ofrece una historia paralela a la convencionalmente asumida del Hombre de Acero, apoyado en un amplio conocimiento de esa historia “oficial” de Superman y aprovechando al máximo las posibilidades que le ofrece el concepto de Ucronía y el conocimiento de los lectores para ir más allá de la mera inversión de esa biografía de Superman y ofrecer su propias respuesta a algunas de las preguntas formuladas por autores como Moore y Miller sobre la evolución natural del Superhombre y que ya estos se ocuparon de responder hace más de veinte años, aunque la forma de exponer sus conclusiones por parte de Millar sea más refrescante y menos densa que la de estos. De este modo, sin traicionar en exceso las motivaciones esenciales de Superman (“proteger al hombre de a pie”), Millar da una vuelta de tuerca al concepto, convirtiendo a su Superman rojo en la personificación de las excelencias del sistema soviético, como si de un Vassili Zaitsev o un Aleksei Stakhanov se tratara , el heredero natural de Stalin que para lograr paliar las desigualdades mundiales asume el poder político y se convierte en una especie de semidios orwelliano que ofrece seguridad a cambio de sumisión, a pesar de mantenerse fiel a la nobleza de sus ideales. Frente a la primacía del modelo soviético y su paladín kriptoniano, Millar contrapone a unos dubitativos Estados Unidos incapaces de dar respuesta al Superman rojo y su predominio a pesar de los constantes y traicioneros atentados de un Lex Luthor, amoral e inteligente, apoyado por el Gobierno Estadounidense a lo largo de más de cincuenta años, y que afectarán a su relación con su mujer, Lois Lane. La historia se resuelve en un espectacular e irónico enfrentamiento final, que más allá de los espectaculares combates, es un choque de ideas entre dos planteamientos políticos enfrentados, uno basado en la libertad individual frente a otro que antepone la seguridad del estado.
Creo que no me equivoco mucho si les adelanto que “Superman Hijo Rojo” es uno de los mejores tebeos de superhéroes de los últimosaños en el que un Millar particularmente lúcido y crítico sale muy bien parado del difícil trance de contar una historia original con Superman de protagonista.
En este tebeo, Millar se muestra más reflexivo y autocontenido de lo habitual, sin buscar el guiño fácil al fan tan descaradamente como en otras de sus obras, y partiendo del recurso que le ha dado su buen nombre en el mundillo –sus excelentes diálogos- planificar una historia sólida en la que todos los personajes han sido estudiados al milímetro para que sus reacciones resulten lógicas y queden claramente explicadas. Quizás las versiones de los iconos de DC que Millar utiliza en este cómic no sean del todo originales pero sí que sabe hacerlas perfectamente suyas y engarzarlas en el hilo de la historia sin preocuparse demasiado de sus consecuencias. De este modo, los personajes femeninos como Wonder Woman, Lana Lang o Lois Lane no quedan especialmente bien parados, resultando fácilmente manipulables por los Luthors y Supermanes de turno.
Por otro lado, Millar se muestra especialmente crítico y equidistante con los dos sistemas antagónicos que sus personajes personifican en la historia mostrando de una manera bastante clara como los extremos se tocan y tanto esos sistemas políticos como los personajes que los representan no son más que dos caras de la misma moneda, la ambición por el control y el poder.
No crean, por otro lado, que estamos ante un tebeo especialmente denso ni pesado. El gran acierto de Millar es saber hilvanar todas estas ideas –y algunas más que seguro se me escapan- en la estructura de una historia trepidante, ágil y muy bien narrada en la que las batallas épicas y los enfrentamientos entre superseres ocupan un lugar importante, convirtiendo a “Superman: Hilo Rojo” en un tebeo recomendable para todo tipo de lectores.
En el aspecto gráfico, tanto Dave Johnson como Kilian Plunkett se adaptan perfectamente a las exigencias narrativas de Millar y realizan un magnífico trabajo, sin que se note apenas el cambio de dibujante, y partiendo de estilos de dibujo bastante clásicos ofrecer soluciones gráficas modernas y ágiles cuidando al detalle el diseño de página y de los distintos personajes, haciendo que el tebeo resulte atractivo y fácil de leer, aun cuando cada viñeta esté llena de detalles, resultando evidente la aplicación que han puesto ambos en su trabajo. Además, es de destacar el trabajo del colorista Paul Mounts que dota de uniformidad a la transición de dibujantes y que sabe dar con la tonalidad adecuada a cada momento de la historia.
En cuanto a la edición de Planeta, en esta ocasión, hay que decir que en esta ocasión es más que correcta y aparte de incorporar las portadas originales, incluye una introducción escrita por Tom de Santo y un sketchbook en el que los dibujantes explican algunas de las variaciones de los personajes. En definitiva, “Superman Hijo Rojo” es un gran cómic que fue nominado a los Premios Eisner 2004 en la categoría de Mejor Serie Limitada.
Otras obras de Mark Millar en El lector impaciente:
-“The Ultimates”.
Por otro lado, Millar se muestra especialmente crítico y equidistante con los dos sistemas antagónicos que sus personajes personifican en la historia mostrando de una manera bastante clara como los extremos se tocan y tanto esos sistemas políticos como los personajes que los representan no son más que dos caras de la misma moneda, la ambición por el control y el poder.
No crean, por otro lado, que estamos ante un tebeo especialmente denso ni pesado. El gran acierto de Millar es saber hilvanar todas estas ideas –y algunas más que seguro se me escapan- en la estructura de una historia trepidante, ágil y muy bien narrada en la que las batallas épicas y los enfrentamientos entre superseres ocupan un lugar importante, convirtiendo a “Superman: Hilo Rojo” en un tebeo recomendable para todo tipo de lectores.
En el aspecto gráfico, tanto Dave Johnson como Kilian Plunkett se adaptan perfectamente a las exigencias narrativas de Millar y realizan un magnífico trabajo, sin que se note apenas el cambio de dibujante, y partiendo de estilos de dibujo bastante clásicos ofrecer soluciones gráficas modernas y ágiles cuidando al detalle el diseño de página y de los distintos personajes, haciendo que el tebeo resulte atractivo y fácil de leer, aun cuando cada viñeta esté llena de detalles, resultando evidente la aplicación que han puesto ambos en su trabajo. Además, es de destacar el trabajo del colorista Paul Mounts que dota de uniformidad a la transición de dibujantes y que sabe dar con la tonalidad adecuada a cada momento de la historia.
En cuanto a la edición de Planeta, en esta ocasión, hay que decir que en esta ocasión es más que correcta y aparte de incorporar las portadas originales, incluye una introducción escrita por Tom de Santo y un sketchbook en el que los dibujantes explican algunas de las variaciones de los personajes. En definitiva, “Superman Hijo Rojo” es un gran cómic que fue nominado a los Premios Eisner 2004 en la categoría de Mejor Serie Limitada.
Otras obras de Mark Millar en El lector impaciente:
-“The Ultimates”.
-"Wanted".
-"Civil War".
3 comentarios:
Upss, he leido el post muy, muy por en encima, porque lo tengo pdte de lectura, pero veo que no he hecho una mala compra.
Pues yo compré All Star Superman creyendo que iba a ser una de las mejores historias de Superman, si la vas a leer, ya nos contarás si te parece mejor o no que ésta.
Saludos.
Giuseppe,
Espero que me cuentes que te parece cuando la hayas leído y comparemos conclusiones.
David,
Tengo el "All Star Superman" pendiente pero esperaré un poco para leerlo que no quiero saturarme con Superman. Ya te contaré.
Publicar un comentario