El mundo del cómic no debe andar tan mal cuando una editorial que hasta la fecha lo había obviado como SM se decide a adaptar éxitos de su catálogo de literatura juvenil a viñetas. Una apuesta inteligente sobre todo, a mí entender, porque la incorporación de SM al cómic en España puede encontrar un nicho en el mercado que las editoriales de cómic tradicionales suelen ignorar empecinadas en que el trabajo se lo hagan otros y no fomentar futuros aficionados a las viñetas con obras a su gusto editando básicamente para los aficionados adultos (no toda la culpa es de las editoriales, ya que en este sentido parece existir poco interés por parte de los autores de cómics por hacer tebeos dirigidos al público infantil). Un segmento de potenciales lectores de cómics formado por niños lectores que gracias a fenómenos como los harripotteres o “Memorias de Iddhun” han descubierto que leer mola y demandan ese tipo de historias pero que no tienen un acceso al tebeo como lo tuvimos nosotros en sus tiempos. SM ha iniciado su andadura en ese sentido con “Memorias de Idhun”, una trilogía de fantasía que popularizo a su autora, la joven Laura Gallego y que ahora ve como la obra es adaptada al cómic en un cuidado formato prestigio y a un precio competitivo.
Jack es un jovencito danés que llega a su casa y descubre a sus padres brutalmente asesinados. Y lo que es peor los misteriosos y fríos asesinos están todavía merodeando por allí. Sin tiempo para recuperarse, Jack es salvado por unos jóvenes que le trasladan a un refugio mágico Limbhad, quienes le explican su verdadero origen en el mundo de Idhun, un mundo poblado por todo tipo de fantásticas criaturas, donde la magia es muy real. ¿Podrá Jack asimilar toda esta información?¿Cuál es su destino en la guerra civil idhunita?¿Vengará a sus padres? Tendrán que leerlo para enterarse.
La verdad es que esta primera entrega de “Memorias de Idhun” que resume de una manera bastante fiel la primera mitad del primer volumen de la trilogía, “La Resistencia”, engancha gracias a un guión de ritmo trepidante muy próximo a los tempos del manga que no da respiro al lector que asiste a las peripecias del joven Jack y sus amigos, quizás en parte por la manera directa y algo ingenua en la que están narrado, quedando en todo momento claro el tipo de público al que está dirigido. Si la adaptación me ha gustado a nivel de guión no puedo decir lo mismo del aspecto gráfico en el que Estudio Fénix realiza una obra completamente despersonalizada, y obviamente “de encargo”, que quizás en lo narrativo se ajusta bien a las exigencias de guión pero que carece completamente de estilo y se limita a imitar la estética anime setentera de personajes de grandes ojos redondos carentes de expresión que personalmente odio pero que quizás es al que está más acostumbrada la chavalería de hoy en día. Mención aparte merece el coloreado por ordenador a base de colores planos que echa para atrás.
En fin, “La Búsqueda” me parece una estupenda opción para aquellos padres que quieran iniciar a sus hijos en el mundo del cómic pero, probablemente, decepcionará a los aficionados críticos y curtidos a los que claramente no está dirigido salvo que, en este caso, se acerquen a la obra con inocencia infantil y sin resabios, en cuyo caso, sabrán disfrutarla. Ustedes mismos.
Jack es un jovencito danés que llega a su casa y descubre a sus padres brutalmente asesinados. Y lo que es peor los misteriosos y fríos asesinos están todavía merodeando por allí. Sin tiempo para recuperarse, Jack es salvado por unos jóvenes que le trasladan a un refugio mágico Limbhad, quienes le explican su verdadero origen en el mundo de Idhun, un mundo poblado por todo tipo de fantásticas criaturas, donde la magia es muy real. ¿Podrá Jack asimilar toda esta información?¿Cuál es su destino en la guerra civil idhunita?¿Vengará a sus padres? Tendrán que leerlo para enterarse.
La verdad es que esta primera entrega de “Memorias de Idhun” que resume de una manera bastante fiel la primera mitad del primer volumen de la trilogía, “La Resistencia”, engancha gracias a un guión de ritmo trepidante muy próximo a los tempos del manga que no da respiro al lector que asiste a las peripecias del joven Jack y sus amigos, quizás en parte por la manera directa y algo ingenua en la que están narrado, quedando en todo momento claro el tipo de público al que está dirigido. Si la adaptación me ha gustado a nivel de guión no puedo decir lo mismo del aspecto gráfico en el que Estudio Fénix realiza una obra completamente despersonalizada, y obviamente “de encargo”, que quizás en lo narrativo se ajusta bien a las exigencias de guión pero que carece completamente de estilo y se limita a imitar la estética anime setentera de personajes de grandes ojos redondos carentes de expresión que personalmente odio pero que quizás es al que está más acostumbrada la chavalería de hoy en día. Mención aparte merece el coloreado por ordenador a base de colores planos que echa para atrás.
En fin, “La Búsqueda” me parece una estupenda opción para aquellos padres que quieran iniciar a sus hijos en el mundo del cómic pero, probablemente, decepcionará a los aficionados críticos y curtidos a los que claramente no está dirigido salvo que, en este caso, se acerquen a la obra con inocencia infantil y sin resabios, en cuyo caso, sabrán disfrutarla. Ustedes mismos.
2 comentarios:
Además parece ser que SM acierta en el intento de llenar un hueco que hay en la publicación de comics por aquí de un tiempo a esta parte, el destinado a un público infantil/juvenil. (disfrutable también para otros públicos, por supuesto)
Está claro, Angux, y a mí me parece bien porque creo que es en este tipo de obras donde puede crearse el caldo de cultivo para los nuevos aficionados.
Un padre a su hijo un día cualquiera no le va a comprar el integral de "Las 7 vidas del Gavilán" pero sí que puede probar con una obra de este tipo.
Una cosa que me ha gustado mucho por ejemplo de "Las extraordinarias aventuras del joven Verne" es que precisamente busca también dirigirse a este tipo de público. Espero que haya más autores de cómics que se den cuenta de que se pueden hacer obras juveniles para todas las familia.
En Europa (y en España) se han hecho toda la vida...
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