Si hay un autor que consideró un soplo de “aire fresco” (me encantan las frases hechas) en el panorama tebeístico español, colapsado últimamente de obras de corte intimistas en la que pesa la introspección y la pose ombliguista, ese es Víctor Santos, un autor que sin avergonzarse de sus múltiples influencias –más bien, al contrario, presumiendo de ellas- hace una apuesta clara y rotunda por el cómic de género –cualquier género, se atreve con todos- y que ha encontrado el aplauso del público si hay que hacer caso a las colas que se forman frente a su mesa en los salones de cómic, una apuesta que le ha permitido desarrollar una narrativa nerviosa, atrevida y vertiginosa que no da respiro al lector desde la primera a la última página. Por todos esos motivos, esperaba con muchas ganas la publicación de “Black Kaiser”, su última obra que acaba de publicar Planeta, una entretenida incursión en el género de espías y asesinos a sueldo que se disfruta enormemente el ratillo que dura su lectura a pesar – o precisamente por ellos- de sus defectos.
Black Kaiser es una leyenda en el despiadado mundo de los asesinos a sueldo. Una máquina de matar entrenado en la Unión Soviética tras la Guerra Fría que vende sus servicios al mejor postor. Cuando el asesino tuerto aceptó un encargo para acabar con un congresista incómodo no podía imaginar que se iba a ver implicado en el atentado a las Torres Gemelas e iba a ser perseguido por varias agencias de espionaje. ¿Podrá una cansada leyenda viviente descubrir quién le ha tendido una trampa a él y a su joven ayudante antes de que le eliminen? Tendrán que leerlo para averiguarlo.
Victor Santos ofrece un cómic que se lee en un suspiro y cuya única pretensión es el entretenimiento. Brubaker, Azzarello, Risso, Timm, Grist y Miller son algunas de las referencias evidentes de las que se nutre Santos en una obra en la que homenajea a un grande de las novelas de espionaje injustamente olvidado como fue Trevanian, el autor de “Shibumi” o “La sanción del Eiger”, y al Nick Fury del nunca suficientemente reconocido genio del cómic Jim Steranko, personaje, junto al brubakeriano Soldado de Invierno, en el que se inspira Santos para caracterizar su Black Kaiser. Con todos esos mimbres, Santos escribe un pulp de espias clásico, frenético y desmesurado, confuso y potente en el que hace gala de un sólido blanco y negro que camufla algunas deficiencias narrativas evidentes que hubieran permitido trabar mejor la historia entre tanta acción y pelea.
En definitiva, Black Kaiser es un tebeo que no creo que pase a los anales del noveno arte pero con el que me lo he pasado pipa y que deja abierta la puerta abierta a nuevas entregas merced a su final abierto. La edición de Planeta bastante correcta y ajustada de precio incluye divertidos extras elaborados por el propio autor.
Victor Santos ofrece un cómic que se lee en un suspiro y cuya única pretensión es el entretenimiento. Brubaker, Azzarello, Risso, Timm, Grist y Miller son algunas de las referencias evidentes de las que se nutre Santos en una obra en la que homenajea a un grande de las novelas de espionaje injustamente olvidado como fue Trevanian, el autor de “Shibumi” o “La sanción del Eiger”, y al Nick Fury del nunca suficientemente reconocido genio del cómic Jim Steranko, personaje, junto al brubakeriano Soldado de Invierno, en el que se inspira Santos para caracterizar su Black Kaiser. Con todos esos mimbres, Santos escribe un pulp de espias clásico, frenético y desmesurado, confuso y potente en el que hace gala de un sólido blanco y negro que camufla algunas deficiencias narrativas evidentes que hubieran permitido trabar mejor la historia entre tanta acción y pelea.
En definitiva, Black Kaiser es un tebeo que no creo que pase a los anales del noveno arte pero con el que me lo he pasado pipa y que deja abierta la puerta abierta a nuevas entregas merced a su final abierto. La edición de Planeta bastante correcta y ajustada de precio incluye divertidos extras elaborados por el propio autor.
2 comentarios:
Por lo que leo parece un comic entretenido e interesante.
Tendré que hechar nuevas cuentas para este mes en el que las novedades del saló preenden vaciar mis bolsillos más aún.
echar, echar sin h por dios!!
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