Debía desde hace mucho tiempo una entrada a “La Edad de Bronce” de Eric Shanower, obra publicada por Image en Estados Unidos y que en España publicó la pequeña editorial Azake hasta que hace años alcanzó la numeración americana debido, sobre todo, a la meticulosidad con que Shanower se toma su labor. Aprovechando que con nocturnidad y alevosía Azake se ha reactivado en los últimos meses para publicar los dos tomos que componen el tercer ciclo de los siete que se prevé compongan la serie, saldo hoy mi deuda.
En “La edad de bronce”, Shanower realiza la adaptación al cómic del mito de La Guerra de Troya que Homero inmortalizó en “La Ilíada” y “La Odisea” desde sus inicios, intentado dar al mito el tono más realista posible, a tenor de los últimos hallazgos arqueológicos y prescindiendo en la medida de lo posible de los elementos mitológicos que contiene la historia, haciendo mucho hincapié en el desarrollo de los distintos personajes y perfilando sus motivaciones con inteligencia y sentido común., otorgando al conflicto una explicación menos épica y más humana, sin abandonar por ello la espectacularidad que el relato encierra. Si en los dos primeros ciclos publicados, “Mil naves” y “Sacrificio”, asistimos al rapto de Helena por París, su huida a Troya y a la formación de la alianza de los distintos pueblos aqueos para saquear la rica y poderosa ciudad y recuperar a Helena, en los dos tomos que componen “Traición” asistimos a la llegada de los aqueos a las puertas de Troya, la toma de Tenedos y la muerte de Tenes, los sacrificios de los aqueos a los dioses y el envío de una embajada por parte de Agamenon a Troya para solicitar la devolución de Helena mientras Priamo, el Rey de Troya, intenta ganar tiempo para reunir a sus aliados en la defensa de la ciudad invitando a los griegos a participar en los festejos de la boda de su hijo primogénito, el noble Héctor, con la bella Andrómaca.
Soy un fanático de la guerra de Troya desde que de pequeñito mis padres me regalaron una versión de “La Ilíada” y no me deja de admirar la habilidad con que Shanower es capaz de realizar una interpretación tan brillante y lúcida del mito, anteponiendo los –escasos- conocimientos que la arqueología ha podido proporcionar de la época en que se desarrolló la supuesta guerra a y prescindiendo de la solución fácil que sería rellenar los huecos que los referentes literarios utilizados- la obra de Homero, Virgilio o las obras de teatro de Shakespeare- dejan con el abuso fácil de la mitología y las soluciones fantásticas sacadas de la chistera, demostrando un enorme talento como narrador, apoyándose únicamente en los recursos propios del cómic, y logrando que su versión sea, hasta el momento, de las más verosímiles que se hayan podido realizar en cualquier medio del mito.
Shanower es un dibujante sobrio, técnico e inteligente, que no hace ascos a experimentar con la composición de página para conseguir resultados sorprendentes que rompen la monotonía propia de una narración lineal y cronológica de unos hechos que por tratarse de un mito universal el que más y el que menos conoce. El esquematismo y la aparente sencillez con que fluye la narración es engañosa y encierra un gran trabajo de investigación, ambientación y preparación de cada número para poder sintetizar toda la información con la que cuenta sin apoyarse en ningún caso en cuadros de texto explicativos que entorpezcan la narración y logrando que sean SÓLO su dibujo y los diálogos entre los distintos personajes los que permitan el progreso de la historia al tiempo que aporta en cada viñeta mucha información al lector sin que la lectura se vuelva farragosa. En anteriores ciclos, Shanower experimentó, además, con el clasicismo de su estilo para contar historias que aportarán información adicional a la trama principal por boca de algún personaje (no olvidemos que el ciclo troyano es, junto a la Biblia, probablemente la primera novela-río) dando al acabado de su dibujo recto, preciso y realista, mayor libertad para sintetizar extensas narraciones en pocas viñetas y caricaturizando directamente la historia para trasladar al lector todo el carácter legendario y fabulador que esos mitos escondían.
En “La edad de bronce”, Shanower realiza la adaptación al cómic del mito de La Guerra de Troya que Homero inmortalizó en “La Ilíada” y “La Odisea” desde sus inicios, intentado dar al mito el tono más realista posible, a tenor de los últimos hallazgos arqueológicos y prescindiendo en la medida de lo posible de los elementos mitológicos que contiene la historia, haciendo mucho hincapié en el desarrollo de los distintos personajes y perfilando sus motivaciones con inteligencia y sentido común., otorgando al conflicto una explicación menos épica y más humana, sin abandonar por ello la espectacularidad que el relato encierra. Si en los dos primeros ciclos publicados, “Mil naves” y “Sacrificio”, asistimos al rapto de Helena por París, su huida a Troya y a la formación de la alianza de los distintos pueblos aqueos para saquear la rica y poderosa ciudad y recuperar a Helena, en los dos tomos que componen “Traición” asistimos a la llegada de los aqueos a las puertas de Troya, la toma de Tenedos y la muerte de Tenes, los sacrificios de los aqueos a los dioses y el envío de una embajada por parte de Agamenon a Troya para solicitar la devolución de Helena mientras Priamo, el Rey de Troya, intenta ganar tiempo para reunir a sus aliados en la defensa de la ciudad invitando a los griegos a participar en los festejos de la boda de su hijo primogénito, el noble Héctor, con la bella Andrómaca.
Soy un fanático de la guerra de Troya desde que de pequeñito mis padres me regalaron una versión de “La Ilíada” y no me deja de admirar la habilidad con que Shanower es capaz de realizar una interpretación tan brillante y lúcida del mito, anteponiendo los –escasos- conocimientos que la arqueología ha podido proporcionar de la época en que se desarrolló la supuesta guerra a y prescindiendo de la solución fácil que sería rellenar los huecos que los referentes literarios utilizados- la obra de Homero, Virgilio o las obras de teatro de Shakespeare- dejan con el abuso fácil de la mitología y las soluciones fantásticas sacadas de la chistera, demostrando un enorme talento como narrador, apoyándose únicamente en los recursos propios del cómic, y logrando que su versión sea, hasta el momento, de las más verosímiles que se hayan podido realizar en cualquier medio del mito.
Shanower es un dibujante sobrio, técnico e inteligente, que no hace ascos a experimentar con la composición de página para conseguir resultados sorprendentes que rompen la monotonía propia de una narración lineal y cronológica de unos hechos que por tratarse de un mito universal el que más y el que menos conoce. El esquematismo y la aparente sencillez con que fluye la narración es engañosa y encierra un gran trabajo de investigación, ambientación y preparación de cada número para poder sintetizar toda la información con la que cuenta sin apoyarse en ningún caso en cuadros de texto explicativos que entorpezcan la narración y logrando que sean SÓLO su dibujo y los diálogos entre los distintos personajes los que permitan el progreso de la historia al tiempo que aporta en cada viñeta mucha información al lector sin que la lectura se vuelva farragosa. En anteriores ciclos, Shanower experimentó, además, con el clasicismo de su estilo para contar historias que aportarán información adicional a la trama principal por boca de algún personaje (no olvidemos que el ciclo troyano es, junto a la Biblia, probablemente la primera novela-río) dando al acabado de su dibujo recto, preciso y realista, mayor libertad para sintetizar extensas narraciones en pocas viñetas y caricaturizando directamente la historia para trasladar al lector todo el carácter legendario y fabulador que esos mitos escondían.
Leer el ciclo de “Traición” se hace extremadamente corto para la larga espera que tenemos por delante para poder echarnos a los ojos nuevas entregas de esta obra. Por lo leído, hasta ahora, se trata de un tebeo excelente pero si Shanower es capaz de mantener el rigor en la labor que le queda por delante y llega al final de la historia que pretende contarnos, no creo andar muy descaminado si digo que “La Edad de Bronce” puede convertirse en una de las obras imprescindibles del cómic de todos los tiempos. Ya veremos…
Página oficial de “La Edad de Bronce” aquí.
Entrevista en ingles a Eric Shanower aquí.
Página oficial de “La Edad de Bronce” aquí.
Entrevista en ingles a Eric Shanower aquí.
11 comentarios:
Estoy completamente de acuerdo. La Edad de Bronce tiene pinta de que será un gran cómic y Shanower es un gran autor de cómic aparte, de que se ha estudiado mucho el tema para poder hacer un estupendísimo trabajo. La pena es esa, que a saber si lo terminará y el exiguo ritmo de publicación. Pero es de lo mejor que se ha publicado aquí en todo lo que llevamos de siglo XXI.
Estamos ante un gran cómic, la pena lo dicho... el lentísimo ritmo de Shanover. Por cierto tengo pendiente la lectura del último volumen de la serie.
A mi me tiene maravillado Shanower con esta saga, que bien hecha en todos los aspectos.
Y desde aqui empujo a quien le gusten los comics históricos a que la hagan porque no defrauda.
No exagero ni un ápice al considerar La Edad de Bronce una GRANDÍSIMA obra, y muy digno de elogio el GRAN trabajo, tanto a los guiones como a los lápices, que Shanower nos ofrece en ella.
¡¡¡RECOMENDABILÍSIMA!!!
Muy interesante.
Caramba, pues tendré que darle una oportunidad. A mí si me va a venir bien el lento ritmo de publicación, porque así voy cubriendo poco a poco mis huecos...
De todas formas, abriendo un poco el debate, jeje, el hecho de considerar obra maestra a una obra que adapta a su vez una obra maestra (es decir, que no es una creación propia de Shanower) me chirría un poco. Una obra maestra debería cumplir el muy importante requisito de, además de estar muy bien hecha, ser una creación propia del autor, ¿no lo veis así?
De todas formas creo que iré a por ella. Saludos.
Comic bien hecho + historia antigua = compra segura. No hace mucho que me hice con los dos primeros números, aunque a saber cuando llegará el momento de leerlos, con todo lo que tengo pendiente. En mi caso también me beneficia el lento ritmo de publicación de Azake.
Saludos!
David,
Cuidado con las expresiones que son peligrosas. A mí "La Edad de Bronce" no me parece una obra maestra (estas las cuento con los dedos de una mano y poquitos de la otra) aunque sí se trata de un buen tebeo, muy superior a la media y del que cualquiera que quiera dedicar a contar historias en cómics puede sacar muchas enseñanzas.
Respondo a tu pregunta con otra pregunta. ¿A ti "Blade Runner" te parece una obra maestra?
Impacientes Saludos.
Jaja, Pablo, ahí me has pillado. Hombre, podría decir que Blade Runner ya está en otro medio (el cine), distinto al original (la novela), entre los que hay mucha distancia, mientras que entre el tebeo y el libro no la hay tanta y quizá eso hace que sea mucho más fácil adaptar (menos meritorio, por tanto)... pero creo que mi argumento es un tanto pobre.
Todo esto venía porque había leído hace tiempo en la Cárcel de Papel que un autor muy reconocido por su calidad como Joann Sfar había adaptado "El principito" a tebeo y Álvaro comentaba que no le había gustado nada, que aunque las adaptaciones eran algo legítimo y tal vez interesante, solían ser muy difíciles especialmente al ser muy conocidas. Adaptar la Ilíada de Homero es algo parecido. Por otra parte, quitar lo de los dioses griegos, que toman partido en el libro original y son parte bastante importante, para arrojar sólo una visión más realista, más de historiador, me parece desvestir a la historia de una parte que podría ser esencial. Aunque cierto es que en el arte no hay reglas escritas (salvo las de la decencia, claro) y a lo mejor funciona muy bien. Ya te digo, yo le voy a dar la oportunidad y a ver qué pasa.
Bueno, pedazo de comentario me ha salido. Corto ya, saludos y besos a la niña.
David,
Creo que en ese sentido es muy importante conocer la intención del autor. Si realmente pretendía únicamente adaptar la obra original en cuyo caso debe ser fiel al pie de la letra o versionarla incorporando sus propias ideas y usando el original como fuente de inspiración. En el primer caso, veo muy difícil que en ningún medio surjan las obras maestras y el segundo no sólo da pie a obras maestras sino que además es el motor que nos hace avanzar como especie. Shanower más que adaptar versiona lo que pudieron ser los hechos que dieron origen al mito usando múltiples referencias no sólo las homéricas sino también otras muy posteriores para rellenar los huecos y los descubrimientos arqueológicos desde Schiliemann en adelante. Eso sí, repito, para mí "La edad de bronce" no es una obra maestra del cómic pero sí uno de los mejores cómics históricos jamás realizados.
Impacientes Saludos.
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