Les comentaba la semana pasada las excelencias de “Panorama infernal”, el que para mí es uno de los mejores cómics del padre del manga de terror Hideshi Hino, cuando La Cúpula acaba de publicar recientemente una nueva obra de este autor. Se trata de “Onimbo”, una obra decididamente inferior que “Panorama Infernal”, pero que refleja bastante bien las luces y sombras de la obra de Hino.
“Onimbo” es una recopilación de cuatro historias que tienen como protagonista al Onimbo, una especie de duende de aspecto infantil que vaga por el mundo a la busca y captura de los gusanos de la locura que son la base de su dieta y que se encuentran hospedados en las personas. El onimbo detecta al gusano en el interior de su huésped y lo deja crecer mientras investiga las causas que alimentan al gusano para, mediante un encantamiento, expulsarlo del cuerpo del loco, atraparlo con su larga lengua y zampárselo. El onimbo se enfrenta a los fantasmas y demonios que pueblan las páginas de este tomo mediante su poderosa magia así como otros a duendes como el Mamushimbo que también se quiere hacerse con los gusanos de la locura y con el que compite en una de las historias para hacerse con los sabrosos gusanos de los que se alimentan. A pesar de su apariencia infantil y su naturaleza supuestamente benigna, el onimbo es un duende caprichoso que, como señala el autor por boca de uno de sus personajes, puede transportar a los humanos que lo maltraten directamente al infierno.
En este primer tomo, (existe un segundo que es de imaginar publicará por aquí La Cúpula con que las ventas acompañen un poco), nos encontramos historias con una estructura repetitiva que pueden llegar a cansar al lector que no conozca o le seduzca el particular universo de horror mostrado por Hino en sus obras. El Onimbo se convierte en protagonista y narrador de unas historias aparentemente simples tanto en la apariencia infantil con que Hino retrata a todos los personajes como en el desarrollo de las tramas, en la que muestra el origen de las obsesiones de unos personajes cuyos síntomas son muy mundanos (el miedo al agua, la soledad, el shock postraumático…) a cuyos males Hino busca una explicación sobrenatural asociada a demonios y fantasmas que alimentan a los dichosos gusanos. El desarrollo de la historia es bastante rutinario y predecible dada la omnisciencia y el poder del ser protagonista que en ningún momento pasa por dificultades y, al contrario, parece disfrutar con las penalidades de las víctimas de los gusanos mientras espera el momento en que adquieran el tamaño adecuado para devorarlos. Estas historias se ven perjudicadas por el formato tomo ya que se trata de historias cortas pensadas para su publicación en revista y pueden resultar en exceso repetitivas incluso con algunos diálogos prácticamente calcados. A pesar de ello, en este cómic se aprecia la facilidad de Hino para la narración gráfica logrando que las historias se desarrollen de una manera natural y fluida, utilizando sólo el efectismo fácil de los espantajos, muertos vivientes y demás como meros síntomas del verdadero horror que supone la locura humana cuyo estudio es el verdadero eje sobre el que giran estas historias. Es esta duplicidad la que hace para mí interesante la obra de Hino frente a otros autores de horror japoneses como Mauro o Ito y aunque no me atrevería a considerar “Onimbo” de lo mejor de su producción frente a obras más personales en las que se percibe una mayor implicación del autor sí que resulta, a falta de la lectura de ese futuro segundo volumen, una lectura entretenida y desarrollada con mucho oficio por un autor al que le gusta jugar con el exceso y la riqueza de significados de sus relatos en las que los verdaderos horrores suelen protagonizarlos los humanos y no los monstruos.
Ahí les propongo esta lectura para este nefando martes y trece que La Cúpula ofrece en una correcta edición. Ya me contarán.
Otras obras de Hideshi Hino en El lector impaciente:
“Panorama Infernal”.
“Criatura maldita”.
“Onimbo” es una recopilación de cuatro historias que tienen como protagonista al Onimbo, una especie de duende de aspecto infantil que vaga por el mundo a la busca y captura de los gusanos de la locura que son la base de su dieta y que se encuentran hospedados en las personas. El onimbo detecta al gusano en el interior de su huésped y lo deja crecer mientras investiga las causas que alimentan al gusano para, mediante un encantamiento, expulsarlo del cuerpo del loco, atraparlo con su larga lengua y zampárselo. El onimbo se enfrenta a los fantasmas y demonios que pueblan las páginas de este tomo mediante su poderosa magia así como otros a duendes como el Mamushimbo que también se quiere hacerse con los gusanos de la locura y con el que compite en una de las historias para hacerse con los sabrosos gusanos de los que se alimentan. A pesar de su apariencia infantil y su naturaleza supuestamente benigna, el onimbo es un duende caprichoso que, como señala el autor por boca de uno de sus personajes, puede transportar a los humanos que lo maltraten directamente al infierno.
En este primer tomo, (existe un segundo que es de imaginar publicará por aquí La Cúpula con que las ventas acompañen un poco), nos encontramos historias con una estructura repetitiva que pueden llegar a cansar al lector que no conozca o le seduzca el particular universo de horror mostrado por Hino en sus obras. El Onimbo se convierte en protagonista y narrador de unas historias aparentemente simples tanto en la apariencia infantil con que Hino retrata a todos los personajes como en el desarrollo de las tramas, en la que muestra el origen de las obsesiones de unos personajes cuyos síntomas son muy mundanos (el miedo al agua, la soledad, el shock postraumático…) a cuyos males Hino busca una explicación sobrenatural asociada a demonios y fantasmas que alimentan a los dichosos gusanos. El desarrollo de la historia es bastante rutinario y predecible dada la omnisciencia y el poder del ser protagonista que en ningún momento pasa por dificultades y, al contrario, parece disfrutar con las penalidades de las víctimas de los gusanos mientras espera el momento en que adquieran el tamaño adecuado para devorarlos. Estas historias se ven perjudicadas por el formato tomo ya que se trata de historias cortas pensadas para su publicación en revista y pueden resultar en exceso repetitivas incluso con algunos diálogos prácticamente calcados. A pesar de ello, en este cómic se aprecia la facilidad de Hino para la narración gráfica logrando que las historias se desarrollen de una manera natural y fluida, utilizando sólo el efectismo fácil de los espantajos, muertos vivientes y demás como meros síntomas del verdadero horror que supone la locura humana cuyo estudio es el verdadero eje sobre el que giran estas historias. Es esta duplicidad la que hace para mí interesante la obra de Hino frente a otros autores de horror japoneses como Mauro o Ito y aunque no me atrevería a considerar “Onimbo” de lo mejor de su producción frente a obras más personales en las que se percibe una mayor implicación del autor sí que resulta, a falta de la lectura de ese futuro segundo volumen, una lectura entretenida y desarrollada con mucho oficio por un autor al que le gusta jugar con el exceso y la riqueza de significados de sus relatos en las que los verdaderos horrores suelen protagonizarlos los humanos y no los monstruos.
Ahí les propongo esta lectura para este nefando martes y trece que La Cúpula ofrece en una correcta edición. Ya me contarán.
Otras obras de Hideshi Hino en El lector impaciente:
“Panorama Infernal”.
“Criatura maldita”.
2 comentarios:
A mi Hideshi Hino me encandiló con "el hombre cadáver", luego me di cuenta que apenas tiene recursos argumentales, realizando una y otra vez la misma historia, con pequeños matices diferenciales. Me ha terminado cansando y aburriendo. Además, me siento estafado.
Bienvenido Andrew,
Tienes tu parte de razón en lo que dices. No creo que Hino pueda considerarse un autor especialmente hábil a la hora de montar sus historias y generalmente todas están cortadas por el mismo patrón. De todos modos, también hay que tener en cuenta que su producción se ve mediatizada por el hecho de estar dirigida a revistas de manga y el hecho que la mayor parte de su producción nos está llegando con décadas de retraso gracias a La Cúpula. A mí me seduce precisamente por esa simplicidad a la hora de narrar y su aparente ingenuidad a la hora de mezclar horrores reales con su particular panteón de monstruosidades.
Para mí de lo que le he leído hasta el momento "Panorama Infernal" es su obra más lograda. Probaré con "El hombre cadáver" y ya te contaré aunque creo que no puedo añadir mucho más a lo ya escrito en las entradas que le he dedicado.
Impacientes Saludos
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