Hará cosa de un año Norma Editorial publicó el primer álbum de “El marqués de Anaon”, serie de aventuras ambientada en el siglo XVIII. Da buena medida de su aceptación y calidad que en poco más de un año haya publicado ya cuatro tomos de la misma y esté prevista –aunque sin fecha todavía- la publicación del quinto que acaba de salir el día 20 en Francia.
“La isla de Brac” se inicia con la llegada del caballero Jean Baptiste Poulain a la remota y aislada isla de Brac para ejercer de tutor del hijo del despótico barón del lugar, que tiene atemorizado a unos aldeanos que le consideran un ogro. Sin embargo ni siquiera llega a iniciar su labor, ya que la misma noche de su llegada su pupilo aparece asesinado. Mientras el marqués intenta conseguir un medio para salir de la isla empezará a sentir a su alrededor el opresivo ambiente que reina la isla, un lugar plagado de leyendas y supersticiones, en el que no es bienvenido y, a su pesar, descubrirá cuál es el verdadero horror que se esconde en la isla de Brac.
El primer álbum de esta serie sirve de carta de presentación en España a dos excelentes autores que a pesar de tener varias obras publicadas en Francia aquí eran desconocidos hasta ese momento. Fabien Vehlann, tomando como punto de partida un cuento popular del siglo XVIII que presenta al marqués de Anaon como un héroe popular que recorre los caminos dotado de poderes sobrenaturales con los que se enfrenta a las fuerzas maléficas, recrea y modifica la leyenda para hacer del marqués un joven antihéroe inexperto y soñador pero alejado de cualquier componente sobrenatural y recreando los distintos episodios que forjaron su leyenda a modo de historias autoconclusivas y plenas de sentido contadas en cada álbum.
En este primer álbum, Vehlann presenta los rasgos generales de la serie, a través de una entretenida historia en que los personajes se desarrollan progresivamente conforme la narración avanza en una trama de intriga que coquetea con elementos sobrenaturales. En esta historia, resulta muy lograda la confrontación de caracteres entre el protagonista, un refinado noble cosmopolita fascinado por las leyendas y lo sobrenatural, y su rival, un brutal noble rural que intenta “comprender las zonas oscuras del espíritu humano” siguiendo métodos “científicos” e ilustrados con perversas consecuencias.
El guionista sabe dosifican bien el elemento fantástico y sobrenatural para, manteniendo su presencia latente a lo largo de la historia, llegar finalmente a una resolución lógica que deja todos los cabos de la historia bien atados.
Sin embargo, el buen guión de Vehlann no brillaría demasiado sino fuese por el excelente trabajo de Mathieu Bonhomme, un dibujante de corte clásico que no hace ascos a las nuevas corrientes de la BD, logrando un resultado redondo a medio camino entre el academicismo de Julliard ("Las siete vidas del gavilán") )y el dinamismo desenvuelto de Blain ("Isaac, el pirata") . Del primero, toma el cuidado por la documentación y la caracterización de los personajes para que ningún detalle desentone respecto al contexto histórico en el que se desarrolla la historia mientras que, como en la obra del segundo, Bonhomme trabaja, bien secundado por el novel colorista Delf , con el color y las formas para desarrollar los ambientes y los fenómenos climatológicos, logrando contagiar al lector con sus acertadas soluciones gráficas parte del desasosiego que vive el protagonista desamparado en una isla misteriosa llena de amenazas. Bonhomme maneja muy bien todo tipo de recursos narrativos para ilustrar la historia y que ésta avance no teniendo reparos en romper la estructura clásica del cómic de aventuras europeo para buscar soluciones eficaces, logrando un resultado muy fresco e interesante.
En definitiva, “La isla de Brac” es un cómic de género muy entretenido con el que pasar un buen rato, en el que sus autores no se limitan a repetir el canon fijado por autores más veteranos renovándolo sin llegar al nivel de excelencia de “Isaac, el pirata”, obra con la que al menos estéticamente guarda más de un punto en común..
En próximas entradas, les sigo contando más sobre esta serie y sus autores.
“La isla de Brac” se inicia con la llegada del caballero Jean Baptiste Poulain a la remota y aislada isla de Brac para ejercer de tutor del hijo del despótico barón del lugar, que tiene atemorizado a unos aldeanos que le consideran un ogro. Sin embargo ni siquiera llega a iniciar su labor, ya que la misma noche de su llegada su pupilo aparece asesinado. Mientras el marqués intenta conseguir un medio para salir de la isla empezará a sentir a su alrededor el opresivo ambiente que reina la isla, un lugar plagado de leyendas y supersticiones, en el que no es bienvenido y, a su pesar, descubrirá cuál es el verdadero horror que se esconde en la isla de Brac.
El primer álbum de esta serie sirve de carta de presentación en España a dos excelentes autores que a pesar de tener varias obras publicadas en Francia aquí eran desconocidos hasta ese momento. Fabien Vehlann, tomando como punto de partida un cuento popular del siglo XVIII que presenta al marqués de Anaon como un héroe popular que recorre los caminos dotado de poderes sobrenaturales con los que se enfrenta a las fuerzas maléficas, recrea y modifica la leyenda para hacer del marqués un joven antihéroe inexperto y soñador pero alejado de cualquier componente sobrenatural y recreando los distintos episodios que forjaron su leyenda a modo de historias autoconclusivas y plenas de sentido contadas en cada álbum.
En este primer álbum, Vehlann presenta los rasgos generales de la serie, a través de una entretenida historia en que los personajes se desarrollan progresivamente conforme la narración avanza en una trama de intriga que coquetea con elementos sobrenaturales. En esta historia, resulta muy lograda la confrontación de caracteres entre el protagonista, un refinado noble cosmopolita fascinado por las leyendas y lo sobrenatural, y su rival, un brutal noble rural que intenta “comprender las zonas oscuras del espíritu humano” siguiendo métodos “científicos” e ilustrados con perversas consecuencias.
El guionista sabe dosifican bien el elemento fantástico y sobrenatural para, manteniendo su presencia latente a lo largo de la historia, llegar finalmente a una resolución lógica que deja todos los cabos de la historia bien atados.
Sin embargo, el buen guión de Vehlann no brillaría demasiado sino fuese por el excelente trabajo de Mathieu Bonhomme, un dibujante de corte clásico que no hace ascos a las nuevas corrientes de la BD, logrando un resultado redondo a medio camino entre el academicismo de Julliard ("Las siete vidas del gavilán") )y el dinamismo desenvuelto de Blain ("Isaac, el pirata") . Del primero, toma el cuidado por la documentación y la caracterización de los personajes para que ningún detalle desentone respecto al contexto histórico en el que se desarrolla la historia mientras que, como en la obra del segundo, Bonhomme trabaja, bien secundado por el novel colorista Delf , con el color y las formas para desarrollar los ambientes y los fenómenos climatológicos, logrando contagiar al lector con sus acertadas soluciones gráficas parte del desasosiego que vive el protagonista desamparado en una isla misteriosa llena de amenazas. Bonhomme maneja muy bien todo tipo de recursos narrativos para ilustrar la historia y que ésta avance no teniendo reparos en romper la estructura clásica del cómic de aventuras europeo para buscar soluciones eficaces, logrando un resultado muy fresco e interesante.
En definitiva, “La isla de Brac” es un cómic de género muy entretenido con el que pasar un buen rato, en el que sus autores no se limitan a repetir el canon fijado por autores más veteranos renovándolo sin llegar al nivel de excelencia de “Isaac, el pirata”, obra con la que al menos estéticamente guarda más de un punto en común..
En próximas entradas, les sigo contando más sobre esta serie y sus autores.
5 comentarios:
Se da un cierto aire a peliculas del estilo de "Pacto con lobos" o "Sleepy Hollow" en cuanto a ambientación.
El final estropea un poco el primer album al caer en la precipitación.(en el segundo mejora y el tercer número es el más completo y redondo de los editados en España hasta el momento)
Una de las mejores series actuales en BD.
Angux,
Sí, la referencia a "Pacto con lobos" es bastante evidente aunque me gusta más el tono autocontenido de esta serie que el de la película que a veces peca de exceso de espectacularidad y de precipitación.
Lo de que el final de "La isla de Brac" es precipitado lo he leído en alguna otra ocasión pero a mí no me lo parece. Hay un cambio de ritmo bastane brusco de una persecución a la muerte lenta que cierra la historia pero justificada por lo explicado varias páginas antes sobre la naturaleza de la isla.
(Siguiendo con las referencias peliculeras a mí la muerte que comento me recuerda un poco a la de "Terminator" con Swachzy descendiendo al fuego).
Las próximas entregas, las reservo para nuevas entradas. ;-D
Impacientes Saludos.
Por cierto, de este primer número, me encantó también la historia que cuenta el viejo al calor de la chimenea.
Quizás no sea muy relevante, pero a mi, recuerdo que cuando lo leí me gustó especialmente.
Angux, a mí sí me pareció relevante para ilustrar el ambiente supersticioso que se vivía en la isla y la historia de fantasmas está muy bien narrada y dibujada. De hecho, marca un punto de inflexión en el álbum.
A mí también me gustó mucho.
Yo lo leí hace unos días, y coincido con vuestros comentarios.
Aunque este primer álbum me ha dejado una impresión de que le faltaba algo, lo bueno que tiene esta serie es que motiva al lector a adentrarse en las siguientes entregas, tal es el buen gusto en la descripción de ambientes lo atractivo del personaje del 'marqués' y ese tonillo general de intriga con final desmitificador.
Saludos ;)
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