Aprovechando un reciente viaje en tren, he devorado una de las primeras novelas que convirtieron a James Ellroy en una de las plumas vivas más influyentes dentro del género negro en la actualidad, “La Dalia Negra”, una novela que hace unos años llevara al cine Brian de Palma y que, por suerte, no he tenido ocasión de ver todavía, lo que –creo- me ha permitido disfrutar todavía más de esta novela.
”La Dalía Negra” se centra en la ciudad de Los Ángeles en el período inmediatamente posterior a la II Guerra Mundial, un tiempo y un lugar que Ellroy conoce a la perfección y donde sitúa algunas de sus más importantes novelas hasta la fecha y se centra en la historia de Bucky Bleichert, un policía exboxeador, y su progreso dentro del Departamento gracias a su buen hacer como boxeador y su amistad con Lee Blanchard, otro antiguo pugilista y policía, y la novia de este, la caústica y enigmática, Kay. Merced a la intensa relación de amistad que une a los tres personajes, la vida de Bucky parece ir viento en popa hasta el momento que debe hacer frente a la investigación del misterioso asesinato de una mujer cuyo cuerpo aparece descuartizado en un solar a quién la prensa sensacionalista pronto bautizará como la “Dalia Negra”. Lee y Bucky, Fuego y Hielo, se harán cargo de una investigación policial plagada de pistas falsas, intereses políticos y dificultades, un caso irresoluble por el que Bleichert sacrificará sus amistades, su matrimonio y su carrera.
A la hora de hablar de James Ellroy se suele comparar su obra con la de Dashiel Hammett y es cierto que, al menos en esta novela, la influencia del autor de “Cosecha Roja” o “El Halcón Maltés” es más que evidente en el estilo directo y esquemático del que hace gala Ellroy pero no contento con mostrarse como un hábil imitador más, Ellroy es capaz de profundizar en los planteamientos de Hammett y hacerlos más atractivos para el lector contemporáneo gracias sobre todo a la complejidad formal de una trama que no hace concesiones fáciles al lector quien en ocasiones asiste perdido a un artificio sustentado en la fuerza de unos personajes que van evolucionando al tiempo que la historia avanza lentamente merced al detallismo obsesivo con el que el autor ambienta situaciones y lugares para sorprender en un desenlace en el que la compleja trama queda perfectamente atada y obliga al lector a un esfuerzo de atención al que no suele estar acostumbrado. El autor es consciente de la dificultad que conlleva para el lector este planteamiento por lo que la obra está llena de subtramas que van iniciándose y cerrándose para alimentar el pulso de la narración en el particular descenso de los infiernos que supone para Bucky Bleichert la investigación del asesinato de la dalia, a quien como un Dante moderno, Ellroy enfrenta a la corrupta ciudad de Los Ángeles y los habitantes que la pueblan, todo tipo de maleantes y personajes de doble moral, independientemente de su situación y extracto social, del que un modo u otro los principales personajes lograrán escapar
En definitiva, si creían que el hard boiled empezaba y terminaba con la obra de Dashiell Hammett o Raymond Chandler en esta novela tienen la oportunidad de salir de ese error y darse de bruces con un autor, James Ellroy, que desde una concepción marcadamente de género es capaz de realizar propuestas de calidad y literatura con mayúscula sin por ello dejar de ser entretenido y eficaz. Yo que ustedes no me la perdía mientras le echo un ojo a la adaptación de de Palma y les cuento.
”La Dalía Negra” se centra en la ciudad de Los Ángeles en el período inmediatamente posterior a la II Guerra Mundial, un tiempo y un lugar que Ellroy conoce a la perfección y donde sitúa algunas de sus más importantes novelas hasta la fecha y se centra en la historia de Bucky Bleichert, un policía exboxeador, y su progreso dentro del Departamento gracias a su buen hacer como boxeador y su amistad con Lee Blanchard, otro antiguo pugilista y policía, y la novia de este, la caústica y enigmática, Kay. Merced a la intensa relación de amistad que une a los tres personajes, la vida de Bucky parece ir viento en popa hasta el momento que debe hacer frente a la investigación del misterioso asesinato de una mujer cuyo cuerpo aparece descuartizado en un solar a quién la prensa sensacionalista pronto bautizará como la “Dalia Negra”. Lee y Bucky, Fuego y Hielo, se harán cargo de una investigación policial plagada de pistas falsas, intereses políticos y dificultades, un caso irresoluble por el que Bleichert sacrificará sus amistades, su matrimonio y su carrera.
A la hora de hablar de James Ellroy se suele comparar su obra con la de Dashiel Hammett y es cierto que, al menos en esta novela, la influencia del autor de “Cosecha Roja” o “El Halcón Maltés” es más que evidente en el estilo directo y esquemático del que hace gala Ellroy pero no contento con mostrarse como un hábil imitador más, Ellroy es capaz de profundizar en los planteamientos de Hammett y hacerlos más atractivos para el lector contemporáneo gracias sobre todo a la complejidad formal de una trama que no hace concesiones fáciles al lector quien en ocasiones asiste perdido a un artificio sustentado en la fuerza de unos personajes que van evolucionando al tiempo que la historia avanza lentamente merced al detallismo obsesivo con el que el autor ambienta situaciones y lugares para sorprender en un desenlace en el que la compleja trama queda perfectamente atada y obliga al lector a un esfuerzo de atención al que no suele estar acostumbrado. El autor es consciente de la dificultad que conlleva para el lector este planteamiento por lo que la obra está llena de subtramas que van iniciándose y cerrándose para alimentar el pulso de la narración en el particular descenso de los infiernos que supone para Bucky Bleichert la investigación del asesinato de la dalia, a quien como un Dante moderno, Ellroy enfrenta a la corrupta ciudad de Los Ángeles y los habitantes que la pueblan, todo tipo de maleantes y personajes de doble moral, independientemente de su situación y extracto social, del que un modo u otro los principales personajes lograrán escapar
En definitiva, si creían que el hard boiled empezaba y terminaba con la obra de Dashiell Hammett o Raymond Chandler en esta novela tienen la oportunidad de salir de ese error y darse de bruces con un autor, James Ellroy, que desde una concepción marcadamente de género es capaz de realizar propuestas de calidad y literatura con mayúscula sin por ello dejar de ser entretenido y eficaz. Yo que ustedes no me la perdía mientras le echo un ojo a la adaptación de de Palma y les cuento.
5 comentarios:
Yo que tú pasaba de la peli, es absolutamente lamentable.
Eso tenía entendido. Esperaré a un pase televisivo que me venga bien ;-D
Sin embargo, la novela es recomendable.
Estoy de acuerdoc on akbarr, la película fue una decepción mayúscula en todos los sentidos... Y eso que a Brian de Palma le suele sacar cosas positivas aunque el filme no sea redondo, pero esta vez nada de nada...
No he visto la pelicula, pero si puedo decir que es la novela es de las mas dificiles de trasladar al cine por toda la carga emocional que el autor pone en ella, ya que usa a la Dalia como supuesta madre para cargar hacia ella todos sus deseos emocionales y afectivos, ya que ha llegado a confesar en mas de una entrevista (y en el libro dedicado a su asesinato) que estaba enamorado de ella ademas de tener deseos sexuales hacia ella y espiarla mientras mantenia relaciones sexuales con hombres.
Anónimo,
Tienes toda la razón en que la novela tienen unos elementos psicológicos bastante complicados de llevar al cine (sobre todo, presumo, para un director como de Palma que le da más importancia al elemento visual que a la historia) y lo que comentas de Ellroy y su obsesión aparece directamente reflejada en los detectives protagonistas.
De hecho, un psicolanalista freudiano podría escribir una tesis con "La Dalia Negra".
Impacientes Saludos.
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