viernes, 15 de febrero de 2008

La blogosfera hoy va de culo

Tras el marasmo existencialista provocado por el amigo Pons en toda la Blogosfera tebeil en lo que tenía que haber sido una tranquila tarde de domingo con sus preguntitas, Jotace ha propuesto una interesante iniciativa para que todos volvamos a tomar tierra y nos centremos en aquéllas cosas que realmente importan: que todos los blogueros, comiqueros de pro, dediquemos, en un bello gesto de hermanamiento, un calvo al éter y afrontemos el futuro desde un único punto de consenso, democrático, unificador e igualitario: el elogio al Culo, ya sea propio o ajeno.
Un culo lo tenemos todos y todos, los culos, más allá de su forma, afrontan abnegados las más sacrificadas y sucias funciones corporales, callados y serviciales, pudiendo proporcionar, además, secretos placeres a sus dueños. No nos engañemos, el Culo como el Uróboros, es Principio y Fin, Alfa y Omega, que resume nuestra existencia y nos acompañará fiel hasta el Fin, así que unámonos a Jotacé y su momento de inspiración, mostrando un bello culo al mundo. En concreto, el de Valentina, la sensual fotógrafa creada por el maestro Crepax y que tantas ensoñaciones adolescentes ha protagonizado.




Que lo disfruten.

4 comentarios:

Mar dijo...

la opinión es como el culo: todos tenemos uno!!!

Feliz día ;-D

Besitos

Anónimo dijo...

Y peor que eso; no solo todos tenemos culo sino que, además, todas las sillas ambicionan muy secretamente tener uno solo para ellas. ¡Cuiden su culo o algún sillón se lo robará!
Ismael, el Espermatozón Rodríguez.

PAblo dijo...

Hombre, Ismael, que las sillas tienen culo aunque estoy de acuerdo que cada uno debe cuidar de su culo.

Mar, tampoco estoy yo muy de acuerdo con lo del dicho ese. Por desgracia, hay algunos que tienen más de una opinión. Sin embargo, culo, eso sí, todos tenemos uno.

SEMPERINPECTORE dijo...

El culo. Ese gran desconocido. Altos, bajos, caídos, respingones, planos, metidos, redondos, inmensos. Pero siempre, siempre... fijos. Ahí, mirando traseramente.

¿Quién no se ha dado la vuelta para ver un culo? Es la tarjeta de despedida.

Ahí está, entre callado y discreto. Entre olvidado y añorado. Entre tronco y piernas. Entre nalga y nalga. A veces ejerciendo funciones "anti natura". Pero siempre dando juego. El culo.

Un bechi,

SEMPER.